Este edificio estaba tapado con andamios y mantos y aún no se podía ver nada de lo que había tras ellos. Shakonya había tenido que habilitar ocho edificios para convertirlos en Gimnasios Pokémon, pero por lo que se veía, aún no estaban abiertos a los nuevos entrenadores de la nueva región.
Quedaba un poco y tenían que esperar.
—¿Por qué bromearía con eso? ¡En algún punto nos haremos lo suficientemente fuertes para poder hacerlo, y viviremos muchas aventuras! —el Rookidee del chico saltó de sus brazos y comenzó a saltar de la alegría —Mi sueño es recorrer el mundo y hacer un mapa propio con mis aventuras... Pero me gustaría vencer a los líderes de gimnasio para demostrarme a mi mismo que estoy preparado para eso —cuando se dio cuenta que llevaba rato monopolizando la conversación le preguntó a Ariadne —¿Y tú que planes tienes? —se describía a sí mismo como alguien conversador. Sobre todo le gustaba conversar mientras caminaba.
Ver el gimnasio a medio construir fue como una derrota absoluta. Su plan había sido un total fracaso, pero no iba a dejar que eso lo desmotivara.
—Está bien, no es aquí, solo significa que tenemos menos lugares en los que buscar —eso le dejaba aún muchos lugares donde buscar. Lo sabía, pero no quería parecer pesimista con su nueva amistad —esta vez te toca elegir el lugar, para ser justos.
—N-No estoy t-tan segura de e-eso... —respondió, descorazonada como de costumbre—. T-Tampoco es que t-tuviera intención d-de e-enfrentar ningún g-gimnasio... —indicó. La pregunta de Wilhelm la hizo encogerse de hombros con la mirada desviada a un lado—. L-La verdad es que no t-tenía planes de n-ningún tipo... mis p-padres me obligaron a o-obtener un pokémon porque pensaron que la r-responsabilidad me vendría b-bien...
Ver el gimnasio en obras la hizo recordar que sus progenitores ya le habían hablado sobre ello, pero lo había olvidado. Suspiró con ligereza. Ahora le tocaba elegir a ella un destino. Se quedó pensativa durante unos momentos...
—Vamos al otro gimnasio que e-está aquí cerca... si no... siempre p-podemos darnos una vuelta por el m-mercado... yo me dirigía hacia a-allí antes...
Si su acompañante no se oponía, ella se pondría en marcha.
Me desplazo al Gimnasio Pokémon (14).
Wilhelm asintió siguiéndole el paso. El gimnasio cercano era buena idea —Sí, vamos al mercado después. Creo que debería comprar algunas pokeballs
¿No tenía ningún plan? ¿Ninguna meta? Wilhelm estuvo mucho rato callado pensado mientras caminaba
—¿En serio no tienes nada que quieras lograr? —se animó a preguntar al final
Me desplazo al Gimnasio Pokémon (14).
Cortito para que el master me mueva también
Por fuera el gimnasio parece un edificio normal, pero por dentro esta lleno de arcos y pasillos adornados con un techo que representa la bóveda celeste, tiene iluminación artificial mezclada con luz natural que le da un toque único.