Partida Rol por web

A las afueras de Shakonya se encuentra la Granja Pokémon. Un lugar muy amplio y rodeado de zonas de pasto y siembra. Gran parte de las personas de la ciudad trabajan aquí para proveer y abastecer a la ciudad de los alimentos que luego se venderán en el mercado y restaurantes.

También hay varias cercas con diferentes pokémon domésticos que también abastecen a la ciudad. Aquí se pueden encontrar Mareeps, Miltanks, Tauros, Mudsdale...

La Familia Farmer son los encargados de regentar este lugar y lo hacen con gran efectividad y buen trato. Todos sus empleados están muy a gusto, por lo que trabajan eficiente y productivamente.

Kano nunca había pensado que aquel lugar fuera tan grande hasta que, absorto en sus pensamientos, sonó su móvil-dex con un mensaje nuevo. Tras responderlo, se dispuso a deambular por las zonas de la granja buscando principalmente algo que le llamase la atención sobremanera, aunque su objetivo final era ir a algún tipo de almacen para intentar adquirir mercancía más barata de lo que lo haría en la ciudad, dado que no habría un intermediario que aumentará el precio. 

Mientras tanto, observaba la magnificencia de los pokémon que trabajaban y se preguntaba a sí mismo si cerca de aquella zona habría pokémon salvajes que acecharan a la granja o alguna cría del rebaño que pudiera unirse a su equipo. Esperaba poder ayudar de alguna manera a los trabajadores de la granja, aunque dada su suerte lo más seguro es que desconfiaran de su apariencia, dado los antecedentes de Kano. 

A las afueras de Shakonya se encuentra la Granja Pokémon. Un lugar muy amplio y rodeado de zonas de pasto y siembra. Gran parte de las personas de la ciudad trabajan aquí para proveer y abastecer a la ciudad de los alimentos que luego se venderán en el mercado y restaurantes.

También hay varias cercas con diferentes pokémon domésticos que también abastecen a la ciudad. Aquí se pueden encontrar Mareeps, Miltanks, Tauros, Mudsdale...

La Familia Farmer son los encargados de regentar este lugar y lo hacen con gran efectividad y buen trato. Todos sus empleados están muy a gusto, por lo que trabajan eficiente y productivamente.

Buenos días, saludó un anciano que parecía estar esquilando a un Mareep. ¿En qué puedo ayudarte? Le preguntó al ver que aquel chico estaba deambulando por el lugar y analizando todo lo que había allí.

Olivia dio un paseo hasta una de las zonas más tranquilas y alejadas de la ciudad. Otoño, su compañera Fennekin, a la que estaba empezando a conocer, la seguía durante el trayecto.

La joven sabía que los Pokémon podían entender el lenguaje de los humanos. Lo que no sabía era hasta que punto podían comprender pensamientos más complejos o si simplemente tenían el intelecto de un niño pequeño. Fuera como fuese Olivia descargó su frustración con la decisión de su madre como si Otoño pudiera entenderla y consolarla.

- No hay derecho. Seguro que cuando ella tenía mi edad no le dieron tantas largas. Ya tengo 16 años y aún no confía en mí. - dijo mientras pateaba una pierda del camino. - Le demostraré que puedo ser una buena agente. Nos haremos fuertes y atraparemos a algún delincuente. Ya verás, entonces tendrá que reconocerlo...

En ese momento se dio cuenta de que ya estaba muy cerca de la granja. - Creo que es aquí si mi Móvil-Dex no se equivoca.

Entonces se agachó y miró fijamente a Otoño. - Vamos tener nuestro primer enfrentamiento Pokémon contra Kano y su Larvitar. Solo si tu quieres, claro.

Sacando la Pokedex del bolso introdujo el nombre de su rival. - Lar-vi-tar... Veamos que tipo de Pokémon es. - pensó en voz alta mientras cargaban los datos y una voz robótica empezó a darle las malas noticias.

- Vaya... es un Pokémon tipo Roca/Tierra... Me temo que no podremos derrotarlo. Bueno, lo importante es que aprendamos a luchar en equipo ¿verdad? - le preguntó sonriendo.

Mientras esperaba la llegada de Kano, dió un paseo alrededor de la granja, por si él ya había llegado...

- Hola señor. - Respondió al anciano. - Mi nombre es Kano y desde hoy soy entrenador pokémon. 

Kano sonrió ante aquel anciano, pues quería mostrarse amigable desde su primera impresión, que marca las bases de una relación. 

- Estaba buscando algo que hacer junto a mi compañero pokémon, así que he venido a ver como el motor de la ciudad trabaja, aunque viendo la eficacia de los trabajadores, debo decir que no me esperaba una organización tan compenetrada, pues parecen los pequeños engranajes de un reloj que funcionan todos al unísono y en la misma dirección para un mismo objetivo. 

El muchacho empleó su mejor gesto con aquel anciano con sus halagos para acercarse un poco más a él para empezar su verdadero discurso. 

- También busco nuevos compañeros para mi viaje aunque, parece que todos los que hay por los alrededores son propiedad de la granja, que lástima. 

Esta vez Kano intentó mostrar una expresión cabizbaja, pues sabía que los adultos gustaban de sentirse superiores a los jóvenes, aportando su experiencia y un punto de arrogancia, que usaban para ejercer su influencia entre aquellos que aún no tenían sus ideas asentadas en un fútil intento de replicar su propio ser en otra persona, como si de una cáscara vacía se tratase a la que era necesario dotarle de conocimiento, pues era impensable que pudiera adquirirlo por sus propios métodos. 

- No me gustaría robarle mucho tiempo, pero quizás pueda sustituirle en algo mientras usted se relaja, pues en algún momento los muchachos debemos seguir los hábitos de nuestros mayores para que la rueda de la sociedad siga girando en aras de la prosperidad. 

Kano había escuchado aquel discurso tantas veces en el reformatorio que era capaz de pronunciarlo sin saltarse una coma, así que lo emitió con la esperanza de que aquel vegestorio le viera con buenos ojos y le ayudará en su camino hacia sus objetivos. 

Olivia y Ardsen llegaron hasta la granja justo cuando otro chico, conocido como Kano, estaba hablando con un señor mayor y anciano que parecía ser el propietario del lugar.

Muchas gracias, joven. Pero aquí mi trabajo ya es solo el de supervisar al resto de mis empleados, no necesito que nadie me sustituya, ni tampoco necesito un descanso. Trabajan bien y de forma eficiente, así que es bastante sencillo. Muchas gracias.

En cuanto al pokémon que andabas buscando, si me dices cuál es podría decirte si tengo alguno disponible o quizá podría indicarte dónde lo puedes encontrar. Comentó con una sonrisa mientras saludaba a un par de chicos recién llegados.

- No busco ninguno en particular. - Le contestó al anciano para luego ver como los otros entrenadores que habían compartido la elección del primer pokémon aparecían por allí. - Cualquier compañero es bienvenido, aunque con la emoción del momento he olvidado que no tengo ninguna pokeball, ni mucho menos he intentado capturar a un pokémon antes. Creo que mis ansias de aventura nublar on mi juicio. Creo que debería pasar por alguna tienda a abastecerme antes de nada. 

El chico maldijo su mala cabeza al no haberse planteado aquello antes de partir, pero bueno, el día aún no estaba perdido, pues quizás pudiera aprovechar su estancia allí de alguna otra manera. 

A Kano no le importaba que Olivia hubiese ido a su encuentro, pero el desaliñado chico que la había tomado con él también asomaba su cabeza, pero esta vez decidió ignorarlo por completo esperando con curiosidad saber qué les había llevado a los tres al mismo sitio. 

El sol comenzaba por fin a calentar la piel de Ardsen, quien se dirigía bastante entusiasmado a su nuevo objetivo.

A medida que avanzaba por aquella zona de pasto en dirección a la Granja, observó como por un camino contiguo se acercaba otra persona, con una silueta conocida.

Se unieron justo a la entrada de la Granja y para su sorpresa era Olivia, aquella chica con la que coincidió en el Laboratorio. A pesar de que la últimas palabras de ella no fueron muy amables, él sonrió en señal de saludo

Sin embargo, las sorpresas no acabaron ahi. No me lo puedo creer. Aquel desalmado con el que discutió en el Laboratorio también se encontraba en el lugar. Shakonya es tan pequeño como un Weedle.

Justo pudo escuchar las últimas palabras del granjero.

No necesito que nadie me sustituya, ni tampoco necesito un descanso

Yo también le habría dicho eso a un tipo con ese aspecto. Pensó Ardsen

En cuanto al pokémon que andabas buscando

Ya sigue de cacería... no le es suficiente con uno... La rabia comenzaba nuevamente en Ardsen cuando escuchó al chico responder

Creo que mis ansias de aventura nublaron mi juicio.

Las ansias nunca son buenas consejeras. Es mejor dejar la ambición, sí. Intervino Ardsen con cierto rintintín en su tono de voz.

Tras decir ésto, se dirigió al granjero con un desdén de desprecio bastante evidente a la presencia de aquel chico. Mi nombre es Ardsen señor, soy de la ciudad y tengo una debilidad especial por nuestros compañeros Pokémon, así que me ofrezco a ayudarle si está buscando algún trabajador- hizo una pausa y mirando de reojo a Kano añadió- con conocimientos y habilidades probadas. Concluyó con una sonrisa enorme

Olivia había aceptado el ofrecimiento de Kano para realizar su primer enfrentamiento Pokémon. Esperaba encontrarle a él y a su Larvitar, dispuestos para ponerse a prueba. Lo que no esperaba para nada era encontrarse de nuevo con Ardsen. ¿El azar había querido reunirlos de nuevo a los tres? ¿O había alguna razón más allá de la pura coincidencia?

Ella no creía en las coincidencias y así estuvo a punto de hacérselo saber a Ardsen. Pero en ese momento se mordió la lengua. Si le había seguido a ella o a Kano, no iba a admitirlo. Y el sólo hecho de preguntarlo sonaría arrogante y pretencioso. Creía que pese a sus ideas radicales, en el fondo no era un mal chico y por esa razón no declaró sus intenciones de realizar en enfrentamiento en ese momento. Seguramente el creería entonces que era una declaración de que ninguno de nosotros respetaba sus ideas o incluso que las ridiculizaba.

De esta forma prefirió sacar el Móvil-Dex y escribir un mensaje...

- Que casualidad que los tres hayamos decidido venir al mismo lugar. - dijo un poco para romper la tensión del momento.

- Es la primera vez que visito este lugar buen hombre ¿Podríamos ver a los pokémon que tienen aquí en la granja? - preguntó con cierta curiosidad. Ya que se había dado el paseo, con suerte se iría con una visita. 

- ¿A vosotros que os ha traído aquí? - preguntó con una mirada de complicidad a Kano. - Yo soy nueva en la región y apenas conozco los edificios de la calle principal de la ciudad. Me apetecía tomar aire fresco y dar un paseo con Otoño, para ir conociéndonos mejor. - dijo esto último con  total sinceridad. Su nueva compañera era todavía una caja de sorpresas a la que le gustaría poco a poco conocer.

Kano miró fijamente a Olivia y sintió la misma incapacidad que en el laboratorio pokémon. 

- Yo ya me iba. - Resumió todos sus pensamientos en esa pequeña frase, aunque luego juzgó que podría parecer un maleducado, así que dió lo mejor de sí para articular más de dos palabras seguidas. - Buscaba tranquilidad pero creo que aquí no la voy a encontrar. 

El chico no tenía ninguna mala opinión de la muchacha, pero no aguantaba la maniática presencia de Ardsen, por lo que prefirió evitar un conflicto por el mismo y marcharse a otro lugar. Sólo esperaba que Olivia no pensara que huía de ella. En lo que respectaba a su otro compañero, creía que ignorándolo se cansaría de perseguirle. 

Ardsen se mantuvo en silencio ante el extraño interrogatorio de Olivia. Él también se había sorprendido de la situación tan rocambolesca que se había producido al juntarse nuevamente los tres, pero prefería que fuese el chico violento quien soltase sus excusas para explicarlas.

Buscaba tranquilidad pero creo que aquí no la voy a encontrar. 

Ardsen no pudo más que sonreir ante ese comentario. Por suerte se iba a volver a librar de él

Mientras se marchaba aquel chico, Ardsen respondió a Olivia. Yo he venido a buscar trabajo, Olivia. Y tras mirar al granjero, haciéndole ver que aún esperaba una respuesta, continuó. ¿Y tú? ¿También estás buscando trabajo?

- Gracias, respondió el granjero a Ardsen. Pero por aquí no necesitamos trabajadores. Al menos de momento, nuestra plantilla está al completo y no necesitamos a nadie que nos eche una mano. Pero es de agradecer. Me imagino que si acabáis de recibir a vuestro primer pokémon es absurdo que perdáis el tiempo trabajando en una granja. ¡Hay miles de aventuras que recorrer en Shakonya y sus alrededores como para malgastar el tiempo trabajando aquí! ¡Vivid la vida y La Gran Aventura pokémon!

¡Hay miles de aventuras que recorrer en Shakonya y sus alrededores como para malgastar el tiempo trabajando aquí! ¡Vivid la vida y La Gran Aventura pokémon!

Las palabras de aquel hombre le dejaron una mezcla de sensaciones. Por un lado, el nuevo rechazo, le produjo enfado. Sin embargo aquel "consejo" le dio un impulso a su mente. ¿Y si estaba perdiendo el tiempo de verdad yendo de aquí para allá para trabajar de cualquier cosa? Quizás tenía razón. Tenía que aprovechar su nueva situación, como entrenador, para poder cambiar el mundo y liberar a aquellos pokémon que estaban siendo maltratados. Sí. Eso iba a hacer.

Mirando a aquel viejo a los ojos le dijo. Muchas gracias por su consejo señor. Acto seguido se dio la vuelta y empezó a avanzar. Iba decidido.