Partida Rol por web

Ardsen entró en aquella habitación y se encontró de frente con dos personas hablando. Queriendo o sin querer pudo escuchar la conversación entre ellas. En concreto, la chica que parecía ir disfrazada de algún tipo de pesadilla.

...Si tu tuvieses pokemon tipo Lucha, le machacarían

El cuerpo de Ardsen se estremeció ante esas palabras tan duras. Iba a intervenir, pero antes de poder hacerlo, la otra chica, con esa vestimenta también poco acogedora, continuó.

Ahí tienes mi contacto, cuando tengas otro pokémon que no tenga tanta desventaja de tipos

Aquella dulzura al hablar sobre un acto tan cruel le dejó un poco descolocado. Y rápidamente fue saludado por aquella chica.

¡Hola!

Hola Respondió Ardsen de manera casi institiva y seca. Miró a su alrededor observando ese lugar, queriendo comprobar que se confirmaban sus sospechas. Sin embargo, por más que intentase convencerse a sí mismo, no conseguía encontrar ningún pokémon realmente herido o contra su voluntad en aquel lugar. Seguramente los tendrán ocultos al público.

Volvió a mirar a aquella chica. Estaba interesado en pokémon tipo lucha para mi equipo. ¿Tendría alguno disponible? La miró con extrañeza. ¿Sería una cruel maltratadora de pokémon? o por el contrario ¿era una chica sacrificando su vida en un lugar tan salvaje como aquel para protegerlos?

Martha asiente alegre ante la despedida de la karateca llamada Kitty.

- De... de acuerdo. Pues entonces ¡Adiós! ¡Te prometo que te llamaré si consigo pokemon fuertes! - y se giró para salir del gimnasio, no sin antes cruzarse con alguien con unas pintas bastante... ¿Desaliñadas? A ver, no podía decirse que ella fuese lo que se decía con unas pintas muy dignas por la ciudad, pero solía ir limpia por la ciudad, y olía divinamente. Cuando el chico se le va a cruzar, ella instintivamente se echa hacia atrás para evitar todo tipo de contacto. No sabía por qué.

Vaya, menudo individuo. Bueno, yo me voy de aquí. He recibido un mensaje en mi Móvil-Dex de Selena. Dice que ya han encontrado al chico. Supongo que podré pasearme un poco por la ciudad. Voy al mercado a comprar algunas cosas y luego al hotel.

¡Claro! Asintió Kitty a Ardsen que preguntaba sobre pokémon de tipo lucha. Señaló una puerta que había a la izquierda. En el exterior del dojo tenemos un amplio lugar donde habitan pokémon de tipo lucha en completa libertad. Les ponemos gran cantidad de material para que puedan luchar y entrenarse para que se conviertan en pokémon poderosos. Puedes salir si quieres y luchar contra alguno para después capturarlo. ¡Seguro que si los derrotas, estarán más que dispuestos a unirte a su equipo! Dijo la karateka con una voz familiar y alegre por el interés del muchacho.

¿Para que puedan luchar y entrenarse? Ardsen reflexionaba las palabras de esa chica en su cabeza. Lo explica como si hiciesen eso por voluntad propia y no coaccionados por nadie. Interesante.

Los pokemon tipo lucha eran los que más repelía, no comprendía ese carácter tan agresivo y competitivo en ellos, pero suponía que se debía a la manipulación e influencia de humanos perversos. Se mantuvo en silencio ante la sonrisa de aquella chica.

De acuerdo. Muchas gracias. Concluyó de una manera formal. Saldré fuera a ver que me encuentro.

Si me considero un amante de los pokémon, debo amar a todos por igual y no rechazar a ninguno. Un gran paso en mi defensa por sus derechos sería tener conmigo a un pokémon tipo lucha y así superar mis prejuicios. Se dijo así mismo convenciéndose, al tiempo que abría su macuto y observaba a un risueño Seedot y bajo él, entre sus escasas pertenencias una simple pokeball esperando quizás un nuevo miembro.

Con esos pensamientos, Ardsen atravesó aquel dojo, mirando aún con escepticismo y dirigiéndose a la puerta que le llevaría al exterior.