Partida Rol por web

Las paredes de la cocina estaban pintadas de un color terroso claro que resaltaba con el marrón oscuro del roble envejecido. Los suelos de la cocina eran de madera laminada en lugar de los habituales suelos de mármol. 

En la pared oeste dos grandes ventanales permitían una bonita iluminación natural mientras encima de la isla central un candelabro dorado complementaba la iluminación con halógenos repartida por toda la habitación.

La disposición de la cocina era en forma de U y tenía todas las comodidades que podía comprar el dinero. Una cocina de gas de 8 fogones, un horno que sería la envidia de cualquier panadero, fregaplatos, microondas y multitud de pequeños electrodomésticos para ayudar en la elaboración de platos. Alrededor de la isla central hay 4 taburetes distribuidos de forma simétrica, dos a dos, a cada uno de sus lados.

La cocina tenía una puerta que salía al pasillo del ala oeste y otra que accedía a lo que parecía una pequeña despensa. Unas escaleras bajaban a lo que debía ser algún tipo de bodega o cámara frigorífica.

La cocinera estaba lívida tras su experiencia con Caleb, ligeramente temblorosa y más asustada de lo que debería estar tras la experiencia vivida, si bien era cierto que la agresividad de Caleb no había sido desdeñable. Al entrar en su cocina un breve suspiró de alivio salió de sus labios que empezaron a curvarse en una sonrisa mientras abría los brazos abarcando todo el espacio

"Et voilá, ma cuisine... quiegen que prepage algo de té o café, una manzanilla para usted madmoiselle Stinson?"

Tras Vanessa, Felicity, Wallace y la temblorosa Nadia llegaron el mayordomo, Dylan, Nate y John acompañado de la señora Hemmens que exhibía su pequeña sonrisa cruel, la sonrisa ladina de quien está acostumbrada a salirse con la suya.

Cuando el mayordomo entró se dirigió a la cocinera con frialdad, incluso con un punto de desdén, mientras le anunciaba las órdenes de la señora Hemmens 

"Catherine, tienes que liberar un congelador grande. Quieren meter uno de los muertos dentro, rapidito....la vieja ur.." pero calló de inmediato al escuchar entrar a la señora Hemmens a la cocina que amplió la crueldad de su sonrisa al escucharle. Con una mirada de absoluto placer le dijo

"Oh señor Butler, eso no será necesario, el señor Hallard ha entrado en razón y ha decidido que no es necesario congelar al pobre señor Relish. Por favor llévelo a su habitación, el señor Relish no tomará el té. Témome mucho que estará indispuesto durante una temporada, así que llévelo a su cama y póngale algo por encima... " entonces su sonrisa se ensanchó y los ojos le brillaron al saborear su venganza "y no utilice el ascensor, súbalo por la escalera. El servicio no debe usar el ascensor...y querida" dijo dirigiéndose a la cocinera "tomaré té, con extra de limón y sin azúcar"

El mayordomo no dijo nada y salió de la habitación en dirección al comedor.

Natalie finalmente se adentró en la cocina, con el gesto torcido y el bolso bajo el brazo. Dedicó una mirada silenciosa a la pulcra y ordenada cocina pero no se detuvo excesivamente en la decoracion, ni la gente, ni las conversaciones que estuvieran teniendo. De poco le importaba interrumpir algo, solo queria que la ayudasen y marcharse.

- Cocinera, se que ahora tiene muchas cosas en las que preocuparse, pero sinceramente no quiero permanecer junto con el resto, sabiendo que hay un asesino. Quiero permanecer en mi habitacion, asegurarme de que todas las puertas y las ventanas estan bloqueadas y no salir si no es necesario, por lo que agradeceria que me diera algunos viveres que no necesiten ser preparados y guardarlos en mi habitacion, cualquier cosa empaquetada me sirve. - Dijo con voz suave, tratando de acercarse a la chef o a alguien del servicio. Realmente lucia agotada, como si hubiera envejecido casi diez años del tiron con el gesto abatido que acentuaba sus ojeras. Era culpa de los fantasmas del pasado que la rondaban.

Nadia se sentó en el taburete más cercano a la puerta con una mano en los riñones y evidente gesto de congoja. Ver aparecer a la señora Hemmens no ayudó a mejorar su estado de ánimo, al contrario. Si se alegró de estar todos juntos en la cocina salvo unos pocos inconscientes. Asintió a la oferta de la chef de ofrecerle una manzanilla.

- No creo que sea buena idea que se quede sola señorita Stein - musitó tristemente mientras se recolocaba innecesariamente el collar de perlas. Su mente voló hacia su marido y en lo que desearía estar entre sus brazos y sentirse a salvo.

Entro en la cocina donde el ambiente no es mucho mejor que en el comedor, a pesar de no tener el cadáver presente. Inmediatamente busco un lugar donde sentarme, ya que aún me siento mareado por lo sucedido y las voces a mi alrededor me suenan huecas y como lejanas. 

- Esto no es buena idea, para nada.

Sí que consigo escuchar las palabras de la señorita Stein e intervengo inmediatamente.

- Me parece una estupenda idea, señorita Stein - no soy nada de dar halagos, pero en la situación actual están surgiendo facetas de mi ser que desconocía - Si nos proporciona los víveres necesarios, creo que adoptaré yo también la idea de encerrarme en mi habitación y no salir de la cama hasta que todo este solucionado.

No pudo evitarlo,esta vez no y tampoco quería,al fin y al cabo esa vieja era una simple criada de la casa

Con su voz más fría y profesional Vanessa miró a Hemmens de arriba a abajo,despacio,muy despacio y comenzó a hablar con voz pausada,casi sin entonación

-"¿Usted no se cansa nunca de ser tan mala?Empiezo a pensar que la muerte de ese crío no fue un accidente...Le voy a explicar algo que quizás no le ha quedado muy claro,Hemmens.Usted aquí es un simple ama de llaves,nosotros los invitados, comience a mostrar el debido respeto o le juro que yo sí voy a usar la fuerza y se va a quedar usted encerrada en alguna de estas bonitas habitaciones.A no ser que la asesina de ese hombre sea usted y pretenda seguir matándonos a todos en cuyo caso sí que podría entender esa falta de respeto.Desde que hemos llegado nos ha tratado como críos y no lo somos,si no me gusta la carne cruda usted se calla y ordena que me la hagan más,si no me gusta mi dormitorio usted hará todo lo posible porque yo esté cómoda y si yo ocasiono un desperfecto porque resulta que soy una excéntrica a la que le gusta romper el mobiliario,su cometido será ordenar el arreglo.Porque para eso ha sido contratada,no para actuar como una carcelera,ni siquiera como una institutriz puesto que creo que todos somos mayorcitos y no lo necesitamos ¿queda claro?"-su voz no había variado un ápice durante todo el monólogo y la frialdad de sus ojos y la postura de su cuepro indicaba claramente que no iba a dudar en actuar contra la vieja si volvía a comportarse como una hija de puta

Miró unos segundos más a los ojos de la mujer antes de darse la vuelta y dirigirse a una de las sillas mirando a la embarazada

-"Tranquila,su bebé estará bien,todos nos ocuparemos de que así sea"-dijo con un tono de voz totalmente diferente al empleado con Doña Urraca

A Nadia le faltó aplaudir a Vanessa. Ella no tenia los redaños suficientes para enfrentarse a la ama de llaves y de hecho temía que la tomase con la pelirroja, así que decidió intervenir. Sobre todo después de ofrecer su protección, cosa que le hizo sonreír con gratitud unos segundos.

- Cierto. Porque lo hace? Nosotros no le hemos hecho nada. Y el pobre Greg hace lo que puede. - su tono era más suave y dolido.

- Señora Hemmens... - preguntó inquisitivamente Nate - ¿cual fué su última comunicación con el señor Dark?... ¿lo notó especialmente extraño?... - a la par que preguntaba Nate, empezaba a mirar los rostros de sus compañeros... cualquiera atisbo de duda, cualquier mueca de falsedad... no era la primera vez que un man in the middle  hacía todo el trabajo. No era tan descabellado, que cualquiera de aquellos desconocidos fuera en realidad un topo de Dark... o tal vez, el propio Señor Dark.

Catherine silbó con una sonrisa apreciativa al ver el número de gente que se congregaba en su cocina, que aun mostraba las huellas de la reciente preparación de la suculenta comida que les había servido. Ollas y sartenes con restos de comida reposaban en el fregaplatos y un carro lleno de platos por fregar esperaban a la cocina a que acabara con sus huspedes

"Madge mía, ya veo que tendgé que prepagag una cafetega ggrande. Siento no podeg ofrecegles un mejog gecibimiento pego si lo prefiegen podemos segvigles el café en la sala de estag"

La cocina rebuscó en los cajones de la cocina hasta sacar un sobrecito cerrado de manzanilla y enseñársela a Nadia para que diera su aprobación, pero ésta no pudo llegar porque la señora Hemmens tenía otra cosa en mente.

La señora Hemmens se sentó en un taburete junto a Nadia fulminándola con la mirada y poniendo los ojos en blanco ante tanta debilidad y sensiblería. Ella tenía más años que probablemente todos juntos, era un decir, y no iba por ahí quejándose de lo que le dolían los huesos. 

"Señorita Rennard, antes de empezar a hacer nada pregunte a alguno de los presentes si desean inspeccionar los ingredientes. Luego a uno de ellos les dará un ataque al corazón y la acusarán de envenenadora.... Por mi té no hay problema, confío en usted querida, mucho más que en mucho de ellos dicho sea de paso. En cuanto a las peticiones del señor Vincent y la señorita Stein ignórelas, alguien tan maleducado como para no querer comer con el resto de nosotros como gente de bien necesita algo de ayuno para purificar su espíritu."

Miró al policía y sin relajar su actitud avinagrada le espetó "Hablé con él poco antes de venir. Si algo fue extraño es que fue algo más cariñoso de lo que le recordaba. Irving siempre fue un niño solitario desde la muerte de su hermano, poco dado a mostrar sus emociones, pero ese día estuvo cariñoso, atento, y nos pasamos mucho rato recordando pequeñas anécdotas de su niñez..."

Pero entonces habló Vanessa y los labios de la vieja mujer empezaron a temblar incontrolablemente cuando, extrañamente, rompió en carcajadas. Unas risas crueles y salvajes que no presagiaban nada bueno

"Señora Townsend, creo que no entiende muy bien mi función aquí. En ausencia del señor Dark estoy al cargo de todo, no trabajo para usted, no tengo que garantizar su comodidad ni tengo que soportar su falta de modales. Tiene razón, no es ninguna niña, por ese motivo su comportamiento es menos excusable. Como ha demostrado no saber comportarse como una dama esta noche dormirá en el establo. Le garantizo que encontrará la compañía de Goliath encantadora. Mañana si ha recuperado la razón y se disculpa le dejaré que vuelva a sus aposentos. En cuanto a usted" dijo mirando a Nadia "si vuelve a reprocharme como trato al servicio irá a acompañar a esta pelandrusca con humos al establo"

La cocinera se puso pálida y el mayordomo volvió a entrar en la sala llevando un walkie en la mano. De él salía la voz de Greg ahogada por el aguacero que caía en el exterior.

Greg gritaba por encima del aguacero para hacerse oír. Por como sonaba el mundo se estaba cayendo encima de aquel pobre infeliz, que lo soportaba estoicamente como si aquello no fuera con él. La radio chasqueó y pudieron oír 

"Señora Hemmens, no entiendo muy bien de estas cosas pero parece que alguien ha sacado una placa del circuito de la antena. Sin ese circuito no funciona...... Voy a ver a los caballos, parece que están asustados con la lluvia"

La anciana no se molestó en contestar aunque roló los ojos ante la inutilidad de su empleado.

Ante la hosca contestacion de la señorita Hemmens, Natalie no entró en disputa. No iba a discutir como el resto o reprocharle su comportamiento a la dama de llaves. Lo unico que podia hacer era recoger su orgullo y mantener la cabeza alzada, recomponer los pedazos de sus comportamientos estoicos y seguros, pese a que por dentro siguiera derrumbandose. Le dedico su mirada mas fria mientras levantaba la barbilla y se apartaba de la mesa donde habia apoyado las manos. Se demoró unos segundos en responder y cuando lo hizo, esbozó una sonrisa tan fria como su mirada para acompañar sus palabras.

- Desde luego, que asi sea entonces. Les deseo una buena tarde. Mantendré las puertas cerradas, pero la que comparta baño conmigo, si quiere compañia, solo debe tocar la puerta interior, asi nos mantendremos informados. - Con el sonido de los tacones acompañando sus pasos, Natalie se marchó de la cocina rumbo a su habitacion, para nada dispuesta a aguantar esas actitudes.

Amore, si quieres pegarle tienes que hacer una tirada de autodefensa. No se puede suponer que todo lo que intentáis es éxito inmediato :)

La señora Hemmens la despidió con un desdeñoso cabeceo mientras le dedicaba a modo de despedida

"Oh, supongo que eso será perfecto para su figura señorita Stein. El ayuno es bueno para el alma, dicen que limpia los pecados... y creo que tiene mucho que limpiar. Por cierto, suerte cerrando las puertas...." la sonrisa burlona indicaba que alguna sorpresa debía esperarle. Los más observadores habían visto que el único pestillo que había en la habitación era el que bloqueaba desde dentro el acceso a los baños.

Nadia dió un puñetazo sobre la encimera, aunque practicamente acarició la superficie. No tenía el genio ni la fuerza para hacerlo más contundente.

- La señorita no va a dormir en el establo - la rubia iba enrojeciendo por momentos - Aquí ya no hay reglas ni nadie es el dueño de nada, así que no se le ocurra echarla... - su rostro denotaba el esfuerzo por encontrar un insulto adecuado y demoledor - ENANA - terminó diciendo algo frustrada al no tener en su repertorio algo más devastador.

Lanzó una mirada alrededor pidiendo ayuda a los demás. Había notado que a muchos también les caía mal. No permitirían que las echara al establo... ¿o si?

Dylan había entrado corriendo, evitando estar junto a Hallard y Nate, pero para su sorpresa, momentos después de que el llegaran ambos llegaron con algunos más a la cocina. Dylan tragó saliva y se apartó de ellos, sin perderlos de vista.

La Señora Hemmens, intentaba implantar un régimen de dictadura autoproclamada, mientras la tensión entre ella, Vanesa y Nadia, parecía crecer. En vez de responder de manera normal aquella mujer se creía con derechos sobre todos, y se jactaba de todos. El joven escuchó y sin poder esconder aquel carácter abierto que la juventud le aventajaba le dijo.- Miss Hemmens si quiere gobernar esto, creo que debería de saber usar mejor sus cartar. Por lo escuchado, vivido y presenciado, usted no tiene muchos adeptos en el personal de la casa, además no ha dudado en jugarse la enemistad de Nadia, Vanesa, Natalie, Carl, el mayordomo y la cocinera en tan sólo cinco minutos.

Créame cuando le digo que no es buena idea en estos momentos buscarse enemigos, y menos a tantos de golpe... y se lo digo yo que ya poseo dos, entre los presentes.- Dijo mirando a Nate y a Hallard.

Es sólo cuestión de lógica... ¿De verdad piensa que usted tiene las de ganar contra seis de ellos?. Puede que Nadia esté embarazada, pero eso no le hace ser mejor en un combate contra ellos. A medio golpe por cada uno de ellos usted, no podría parar la mitad, y terminaría enrredada en un sin fin de puños y patadas, hasta que ellos quisieran. 

Como Vanesa a dicho, las reglas están rotas... nos han sentenciado a muerte... es más aquel a quién usted se dignifica por representar nos ha propuesto para abonar violetas. Su puesto como Ama de Llaves, sólo la hace dueña de las llaves de esta casa, no de las personas que habitemos en ella... sería más lógico por su parte, que todos aportemos lo que podamos para sobresalir de esta situación hasta que la tormenta amaine y poder salir de aquí.

Es sólo un consejo... por lo que veo usted, como yo tenemos la facilidad en esta vida de encontrar enemigos. Yo por no callarme las cosas, y decir todo aquello que otros callarían bajo la falsedad. Usted supongo que influida por toda una vida de mandato y orden. Hágase un favor y no siga buscando enemigos.... El poli tiene la adrenalina justa para asfixiarla, sin el más mínimo ápice de rencor, es más... dirá que todo habrá sido culpa suya, y según van los derroteros muy a mi pesar tendré que darle la razón.

Todos deberíamos aunar lo visto, escuchado y captado, pues algo nos ayudará a solucionar todo esto... y para ser ejemplo pese a mi edad empezaré yo.- Miró al Mayordomo mientras se posicionaba junto a Nadia y Vanesa y decía.- ¿Puede usted explicarnos a que se refiere con eso de que "Quieren meter a uno de los muertos dentro"? Ha sido lo primero que he escuchado al llegar aquí de usted... Yo pensaba que sólo Relish estaba muerto... ¿Acaso hay más cosas que no conocemos?.