Totalmente empapados y cargados con pequeños atillos, William y yo llegamos al camino. Parece que el nivel del agua está mucho más bajo por esta zona pero, aun así, seguimos caminando cogidos de la mano, en dirección Woltown.
//William y yo entramos en escena.
El camino no parece muy transitado, aunque se ve más gente que la que había en la plaza.
El chico y yo seguimos el camino en dirección al pueblo vecino. Nuestro caminar es torpe debido a las ropas mojadas que se pegan a nuestras piernas, y ninguno de los dos parece con ganas de hablar.
Buscando algo con lo que entretener el paseo, empiezo a cantar una de las muchas canciones populares religiosas de mi repertorio. Es lenta, con una cadencia que se acopla a nuestros andares fatigados y, además, lo bastante larga como para llegar a Woltown antes de que termine.
Vi que bajaba de un cerro
cuando a las tres de la tarde
vi que bajaba de un cerro
una hermosa peregrina
con un infante pequeño.
Válgame Nuestra Señora,
válgame la Madre Santa,
válgame Nuestra Señora,
Nuestra Señora me valga…
Válgame Nuestra Señora,
válgame la Madre Santa,
válgame Nuestra Señora,
Nuestra Señora me valga…
repite con afán y dando a la cancioncilla un tono más humorístico y burlesco que sólo conseguía el pequeño will.
Madre, madre, pero que poco respeto! Ya veras como te coja…
Digo a Will con un enfado teatral y juguetón, justo antes de soltarle la mano para lanzarme sobre él, intentando hacerle cosquillas en las axilas y los costados. El chico empieza a correr, riendo por primera vez desde que nos levantamos esta mañana. Troto tras él sin llegar nunca a agarrarle del todo y así, serpenteando entre la gente que transita el camino, nos vamos acercando cada vez más al pueblo.
Supongo que el trayecto es bastante largo, así que no voy a salir de escena hasta mañana por la mañana. Si creéis que tengo que estar más aquí, avisadme :)
me parece correcto que lo primero que hagas mañana es salir de esta escena y entrar en el pueblo de woltown.
Resoplando por la carrera pero recuperado mi buen humor, me paro un momento a recuperar el aliento.
Uf, uf, mira que la vieja Agnies ya no está para estos trotes digo mientras me inclino con las manos en las rodillas Ven aquí, anda, me incorporo alargando una mano al chico parece que aquí vamos a andar otra vez con el agua por la cintura.
Will y yo volvemos a cogernos de la mano para adentrarnos en el inundado pueblo.
//Agnies y William salen de escena