Partida Rol por web

Al oir a una de las damas, yo termino mi racion de comida y me pongo en pie dispuesto para marchar. Oscurece y la noche se va volviendo fria. Y, mirando a Emont, digo sin poder evitar sonreir. ¡Espabila hombre!, pronto emprenderemos el regreso. Vete preparando. Y despues, observo como los guardias se despliegan a nuestro alrededor. Y aunque no creo que vayamos a sufrir un ataque, compruebo mis armas y presto atencion a os alrededores.

Me levanto y preparo mis pertrechos para cuando las señoritas decidan marchar.
Inconscientemente me pongo cerca de Jutta, pero al darme cuenta me alejo avergonzado...
Pero... ¿que me pasa? ¡¡Ni que tuviese diez años!!

Acaricio con delicadeza y cariño el pelo de Letta y les digo a mis amigas, apoyando a Terrezia en su sugerencia, Si, queridas, creo que ha llegado el momento de retirarnos... por una parte mi tono se entristece en cierta medida, pero por otra, y repasando el día de hoy, me considero ciertamente afortunada.
Miro al soldado que se ha mostrado más atento con nosotras y añado, ¿tendremos a bien apagar el fuego, señor? No convendría estropear la belleza del lugar.
Al observar la cara de decepción de las más jóvenes, añado: animad esos rostros hermosos, queridas... Mañana nos espera otro día prometedor y si no es así, harémos que lo sea, palabra de Scofferi. Me río y me voy levantando y recogiendo.

La noche se va cerrando y el frío empieza a hacer mella, Terrezia tiene razón, deberíamos irnos unos de los guardías lanza un par de miradas a Jutta, lo cual no me gusta en aboluto...

Lo busco con la mirada y mis ojos azules parecen ahora amenazadores, como si de una sima marina se tratara, intentando dejar claro que hay lugares donde es mejor no acercarse...

Si, es un buen momento para marcharnos me levanto y ayudo a hacerlo a mi hermana, pero ella no lo necesita... le sonrio y me alegro de ver como ha crecido...pero eso de que no sea la niña de antes tambien parece patente para los demás, y ese hecho ya no me produce tanta satisfacción...

Riendo, recoge lo que queda sobre el mantel improvisado, y lo sacude luego.

-¡Migas para los pájaros!, jajajaja!

Luego, contemplando la mirada severa de su hermana, sigue su rastro azul hasta los ojos escurridizos de uno de los soldados, casi a su lado, pero yéndose cabizbajo. Sin comprender, le mira a él abiertamente y le sonríe, mientras se pone a guardar el lienzo y lo demás en la cesta.

-Ha sido una cena preciosa, Ghela, Mille... nunca pensé que salir de entre los muros del Castillo me resultaría tan grato...

Oigo la peticion de la Dama Ghela y asiento con la cabeza mientras me adelanto. Me quito el casco y me acerco a la orila del lago. Lo lleno de agua y, tras volver, apago con el agua la hogera. Pisoteo despues los rescoldos hasta estar seguro de que se han apagado. Y, por ultimo. Echo algo de tierra por encima. Hecho esto, me vuelvo hacia Dama Ghela y digo. Listo, mi señora, cuando querais, podemos partir de vuelta al castillo. Veo como todos emprenden el camino de vuelta. Y me percato del intercambio de miradas entre mi compañero Emont y otra de las damas. Me cuesta contener una sonrisa pero lo consigo. Ahora, todas la damas inician la marcha rodeadas por el escuadron de la guardia. Mi compañero Emont marcha delante de mi con la vista fija en un punto muy particular. Y el ultimo de todos soy yo. Avanzo cerrando la marcha del grupo atento tanto a los lado como a mi espalda.

En cuestión de segundos la hermana de Jutta me ha hecho una mirada asesina, y Jutta me ha sonreído. Un abanico de sensaciones han brotado dentro de mí y no puedo hacer otra cosa que andar frente a las cortesanas, como flotando sobre una nube.

El lago queda finalmente atras y nos vamos acercando al castillo. El paseo de vuelta resulta tranquilo y ningun peligro nos asalta. Finalmente, frente al porton principal de la fortaleza, yo me adelanto y digo. Bien. No parece que mis servicios sigan siendo necesarios. Me despido por ahora de los presentes. Inclino la cabeza en señal de saludo a las damas y, por lo bajo, añado cuando paso junto a Emont. Suerte. Creo que te va a hacer falta. Finalmente, cruzo el porton principal del castillo y me dirijo hacia el cuartel.

bueno pues vamonos entonces me levanto ayudo a recoger todo lo que falta Ghela y emprendo el camino de regreso al castillo.

Con la cesta colgando del codo de un brazo, las faldas recogidas por la mano del otro, Jutta anda ligera a pesar de la oscuridad, siguiendo los pasos de los demás, en dirección al Castillo. Cuando llega a la altura de Mille, se pone junto a ella, a su ritmo, y cuchichea y ríe secretitos con su hermana...

Echo un último vistazo hacia atrás en la oscuridad de la noche, mientras sigo a mis amigas y a los soldados hacia el puente del castillo. Después tomo de la mano a Letta que parece algo soñolienta y en la otra llevo la cesta restante, me aproximo a Terrezia y le comento, hoy ha sido un día cargado de acontecimientos... ¡Ojala la primavera en su renacer nos traiga muchos así, querida!
Avanzamos detrás de Mille y Jutta que caminan en animada e íntima conversación, me sonrío, son sus "cosas de hermanas", acude a mi memoria el comportamiento de hoy de mi hermano, que ni siquiera me ha saludado, y me entristezco por un momento, pero justo entonces recuerdo la canción de nana tan hermosa de nuestra infancia y tarareandola, alzo la cabeza y sonrío.
Al llegar al portón de la fortaleza, el soldado que nos ayudó con el fuego se despide, de manera que le deseo un buenas noches, señor... Inclino un poco la cabeza en señal de despedida y continúo tarareando con mis amigas al entrar en el patio del castillo.

espero que lo repitamos mas amenudo,perp tal vez mi iminente boda me aleje de vosotras y mi padre me haga volver a la casa familiarme pongo un poco triste al pensar que puede pasar eso.

Estar cerce de Ghela me gusta y me reconforta. Medio dormida pienso Esto no esta tan mal como yo creia....