Con un gruñido perezoso, la puerta de la casa se abre para dejar entrar a Rether. Una mirada de advertencia de Lithya le impide olvidarse de restregar la suela de su calzado en la entrada para desprenderse del barro y el polvo del camino.
La sencilla pero razonablemente abundante cena le espera sobre la mesa, a cuyo alrededor ya están sentados sus hijos.
-No cambiaría lo que cocinas con tanto cariño por el banquete de un rey.- dice a su mujer mientras la levanta del suelo en un enorme y cálido abrazo.
Una vez en la mesa, tras saciar en parte su hambre lobuna, carraspea para aclararse la garganta y se dirije a su hijo:
-¿Ya has decidido lo que vas a hacer? ¿Sigues pensando que te conviene más convertirte en un hombre de armas que en un artesano? Le estado dando vueltas y he pensado que también te podría interesar aprender el oficio de cazador...- temiendo la respuesta de su hijo, Rether busca salidas.
/entro en escena.
El chico se gira a su padre y clava la mirada en su plato.
- ¿Es cierto lo que contaste del abuelo?. se queda callado unos segundos...
- Dijiste que los turcos son como nosotros... pero en el pueblo dicen que no es verdad... que son como animales...
-Ahora mismo mismo puede que haya un chico turco preguntándole a su padre lo mismo pero sobre los cristianos.- sonrie ligeramente y luego prosigue algo más serio- Yo solo soy un pobre ignorante que no ha salido nunca de este valle, pero una vez escuche a un juglar que había viajado mucho. Contaba maravillas sobre lo que los moros habían hecho en la tierra que ahora se llama Castilla, muy al sur de aquí. Hablaba de hermosos templos y jardines, de sabios que estudiaban las estrellas y descubrían remedios contra las enfermedades, de ingeniosos sistemas para regar sus huertos en esas resecas tierras...- hablando de ésto, Rether se da cuenta de lo pequeño que es su mundo.- Un animal no sería capaz de todo eso.
Por su discurso no es suficientemente convincente, decide asestar un último golpe contra los afanes bélicos de Aaron.
-Las armaduras no brillan tanto cuando están cubiertas de polvo, ceniza y sangre.- termina mirando con fijeza a su hijo, en una mezcla entre advertencia y súplica.
...................29 de mayo del año 1189................
El cielo cae sobre nosotros - llegó a pensar Rether. No es la primera ni la última tormenta que azota el condado, pero sí la peor que el afable ganadero recuerda.
Al principio se limitó a arrebujarse junto a su mujer en la cama, escuchando el ulular del viento y el sonido de la lluvia. Algún trueno aquí y allá le sobresaltaba, pero el rayó traidor avisaba de su llegada.
Cuando el techo crujió y el agua comenzó a caer sobre ellos se dio cuenta de que no estaban a salvo.
Toda la familia, como uno solo, salieron de la casa a toda prisa. El pequeño Tizón, convertido en una bola de pelo y barro ladraba asustado al cielo, como si quisiera alejar a la tormenta como si de un zorro se tratase. Los asustados animales también balaban y mujían en el establo. Rether no podía perder mucho tiempo con ellos, pero al menos los soltó. El instinto de supervivencia haría el resto.
El fuego iluminaba rojizo una parte del pueblo. Rether supo que no era un lugar seguro y lo tuvo claro. Corrieron hacia los prados de las colinas, donde estarían a salvo de los árboles caidos y de las llamas. Aunque no del frío y la lluvia, de las que apenas pudieron protegerse apretándose bajo un capote encerado y unas húmedas mantas.
Por la mañana, cansados y ateridos, asisten a un desolador panorama. La débil luz del alba muestra las casas arrasadas por la tormenta y los incendios. Y el amenazador cielo parece haberse limitado a darles una tregua.
-Hemos tenido mucha suerte, - dice a su familia - si no hubiésemos despertado a tiempo, podríamos haber muerto aplastados por una viga. - el medio caido techo de su granja lo corrobora - Vamos al pueblo para ver si podemos ayudar.
Sin dejar lugar a réplica, inicia el descenso y se encamina hacia la plaza del pueblo, donde sin duda se habrán reunido los lugareños.
/salgo de escena. Luego sigo en la plaza de Drillstoke.
el pequeño hessel empieza a toser de forma terrible y parece empezar a enfermar. mama, mama, tengo tos, me duele mucho el pecho.
mira a su hijo preocupada no salgas de casa voy a buscar a tu padre.
//sale de escena
El borracho, siguiendo a Rether se acerca a su propiedad.
Casi al pasar, le pregunta esperanzado - Dime, por casualidad, no tendrás algo de vino en la casa? No me queda mucho en mi bota y sin bebida es dificil trabajar... no te parece? - Como para puntuar su apreciación, vuelve a tomar otro trago y sacude la bota, demostrando que no le queda mucho alcohol en la misma.
//entro a escena
-Sí, creo que me quedaba un pellejo medio lleno - Rether nunca diría medio vacío - Lo cogeré para que esta noche. Si tenemos suerte, brindaremos por ella. Y si no, ahogaremos las penas en vino. - le guiña el ojo. No aprueba que vaya todo el día borracho, pero a él, como a todo el mundo, le gusta trasegarse de vez en cuando unas jarras y olvidarse de todo por unas horas.
Antes de ir a la cocina, y caminando con mucho cuidado por entre las vigas caidas, aparta un viejo arcón y coge una bolsa que hay oculta en un agujero bajo él. Hace sonar las monedas que hay en ella, muchas menos de las que harían falta en estas circustancias, y se la guarda bajo el jubón.
/entra en escena
¿Estará el vino? ¿Cómo ha quedado la casa? ¿Hay algo de ropa o comida aprovechables?
Me apunto en el equipo el dinero que guardaba aquí.
- Pues... si quieres, puedo cargar parte en mi bota. Es mas... eh... comoda de llevar - trata de explicarle al ganadero. Mira con curiosidad como toma sus monedas y agrega - Y ten cuidado con esas monedas, si nos encuentra algún bandido... Quizás te convenga separarlas en dos bolsas, así si alguien te asalta todavía te quedará la mitad... no te parece una buena idea?... no se merece un trago de vino? -
Como de costumbre Wessel tiene muy claras sus prioridades.
La casa está hecha un fiasco, quedan en pie dos paredes que hacen una esquina, el interior está barrido y todo aquello que se encuentra en el suelo está mezclado con el barro y sigue húmero... la bota en la que Rether transportaba su vino hacia las montañas, ha sido hallada, pero abierta y sin contenido en el interior, bien, unos chorrillos de agua sucia y nada más. La bolsa de dinero que escondía, también se ha encontrado, y estaba todo. Animales no hay ninguno con vida, no al menos en Drillstoke.
NO! como que no hay vino! ;-)
-El dinero es casi lo de menos. - con pesar, levanta el maltrecho pellejo de vino y lo vuelca, dejando caer el agua sucia que contiene ahora - Lo siento. Bueno, en el carromato nos trajeron también algo de beber.
Con pocas esperanzas ante el estado de la granja, Rether revisa lo que queda de los establos y el gallinero. Ni rastro de los animales. Eso, por lo menos, es mejor que verlos muertos. Ojos que no ven...siempre queda la esparanza.
Tampoco hay nada aprovechable en el huerto que hay tras la casa. Las coles están destrozadas y las espinacas fueron arrancadas por la fuerza de los elementos.
-Vamos a los prados.- señala las verdes laderas de las Mislltones, que arracan su ascenso tras la cerca de la granja.
/salgo de escena hacia las Millstones.
El borracho, desesperanzado ante la falta de vino para rellenar su bota sigue al ganadero lentamente, con la vista fija en el suelo y pateando las piedras que va encontrando en el camino
// otro que sale de escena