Partida Rol por web

Bien hecho Denid mira a Oelric... si que nos irá bien, si, nos apañaremos con esto ¿Verdad Denid? hehehehhe una casa... que bien sienta tras estas inclemencias tal regalo

Oelric nota como Denid, con su deformidad y su cara pasa por su lado, rodeandolo, y se muestra inquieto y asustado ante su presencia.

Prega un respingo y se retira un poco, para volver a sonreir de una manera falsa a los dos.

Bueno, pues si os gusta, es vuestra

Señala hacia la casa, deseando que termine lo antes posible aquel encuentro.

Ohhh, pues muchas gracias sonrió; no le caía nada bien aquel tipo, y sabía que él tampoco le caía bien, así que era algo mutuo a lo que tendrían que tendrían de acostumbrarse a partir de ahora. pues no le molestamos más, ya nos iremos viendo por aquí... que le vaya muy bien señor Oelric, tenga sosegada tarde.

Bien, bien, Denid, volvamos a la iglesia a ver si encontramos a Meeus, ahora deberán haber vuelto ya de recoger a los rezagados y perdidos.

Oleric no paraba de sonreir, a veces satisfecho por encontrar la casa, otras para complacer a sus dos "amigos".

Gracias, señor Dewekinus, igualmente y que Dios guie sus pasos.

Seguidamente Oelric se despidio, no sin antes lanzar una mirada inquietante a Denid, que si éste hubiera dado un brinco, Oelric estaría ahora corriendo por el patio, cogido por un pánico atroz.

Decidido a salir de aquella escena, Oelric camino por el patio hasta alejarse de sus dos compañeros.

Dewekinus mira al embobado Denid Vamos! no mires tanto las musarañas! vayamos a buscar a Meeus...

Oelric se aleja de aquellos dos hombres sintiéndose aliviado por haber hecho un buen trabajo... El dinero a partir de ahora le sobraría, ya hacía tiempo que deseaba desempeñar un trabajo de tal magnitud, cobrar los impuestos le daba demasiado tiempo libre, y los aldeanos realmente no parecían hacerle normalmente mucho caso... ahora no sería así... sonrió, mientras siguió alejándose.

- Sí, señor Dewekinus el filósofo! Meeus no esperará siempre ¿sí? ¡Pues no! Vayamos, vayamos a buscarle... Pero, ¿por dónde empezamos?