Tras otra larga jornada de trabajo, Punno y Peliken compartían los últimos momentos del día, cuando súbitamente un terrible vendaval cercano a lo apocalíptico arrasa con todo Scofferishire. Peliken, como un rayo corre a cerrar a cal y canto la puerta de la herrería, pero inevitablemente el agua entra creando varios charcos en el suelo.
Peliken apremia a guardar todo lo que puede y ponerlo a buen recaudo a la vez que grita órdenes a Punno para que se ponga a salvo.
El herrero vio un martillo caer de una mesa y al ir a cogerlo contempló el tamaño del diluvio que se estaba formando ahí afuera.
Dos gigantescos tornados azotaban el feudo mientras por la montaña descendía un torrente acuático que hacía pensar que los océanos se estaban deslizando montaña abajo.
Sin pensárselo dos veces, Peliken cerró la puerta nuevamente apoyando todo su peso y fuerza contra ella esperando que al pesadilla terminara pronto.
Así está bien, ¿jefe?
El aire empuja con fuerza la puerta mientras el agua entra a raudales por los diferentes agujeros del edificio. Punno diligentemente corre de un lado a otro intentando guardar todo lo que puede.
Ok. Está bien.
Haz una tirada 1d100 con dificultad 60 para mantener la puerta cerrada. Le restas tu fuerzaX4.
Peliken nota como el aire empuja la puerta con la fuerza de mil ejércitos pero él no iba a dejar que su herrería se convirtiera en el próximo deposito de agua del castillo, así que empujó con la fuerza de un millón de demonios y mantuvo la puerta sellada durante toda la catástrofe.
¡¡Ufffff!! ¡¡Por los pelísimos!!
Aguantas la puerta sellada con todas tus fuerzas mientras las venas de cuello se hinchan del esfuerzo y tu cara se vuelve roja como el fuego. En algunos momentos parece que la puerta logra abrirse, pero siempre consigues cerrarla de nuevo.
Mientras Punno, acaba de recoger las herramientas y se acerca a la ventana para intentar asegurarla de los envites que quieren abrirla y el agua sigue entrando por el techo.
Aguanto la puerta y la aseguro fuertemente mientras veo que el agua continúa entrando por el techo. No obstante no puedo moverme así que debía de hacer algo, y justo en ese momento mis ojos se cruzaron con Punno.
¡Maldición, Punno! ¡¡Pon algo en el techo para tapar esos agujeros!! ¡¡Pero antes consigue un cubo o alguna palangana, incluso uno de esos moldes si hace falta, para que no se acumule más agua aquí dentro!! ¡¡Aprisa, rayos y centellas!!
Punno anda de arriba para bajo tratando de sellar las ventanas cuando Peliken le indica el techo. dioooooos, voy corriendo no se hunda y no ahoguemos... como odio el agua. Punno recoge un tonel que tiene cerca, lo vacía lo más rápido que puede y lo desmonta para luego con un martillo y clavos poder tapar los agujeros que se están haciendo en el techo.
El herrero veía como Punno solucionaba los problemas rápidamente, no obstante, el agua seguía llenando el lugar, pero detener su entrada era ahora su principal prioridad.
Peliken, aún aguantando la puerta con su monstruosa fuerza, se sentía bastante impotente al realizar esa misma función, ya que el aguantar la puerta le impedía ayudar a Punno a que el agua no entrara por todos lados.
Lo único que le quedaba como consuelo era continuar animándole en su tarea.
Master, una pregunta, ¿el diluvio ha terminado?
Poco a poco, Peliken ve como la lluvia va amainando, ya no caen piedras y puede cerrar la puerta fácilmente sin que esta se abra, lo que le da el tiempo perfecto de bloquearla con una madera. Aún así, no se podría salir, puesto que la lluvia seguía cayendo sobre el castillo.
Que él recordara... no, no recordaba haber visto jamás una tormenta de esa intensidad. Tras esto, fue a revisar los aparatos y el resto de la casa, y vio que no eran tantos los desperfectos como imaginaba... pero eso si, interrumpirían sus labores durante almenos los siguientes dos días, puesto que el horno había quedado calado, y muchos de los utensilios igual, aparte de tener que arreglar algunas partes de la casa, por lo que quizá tendría que contratar albañiles.
¡¡¡Maldición!!! ¡¡Malditos sean los rayos del infierno!!
En su vida Peliken había blasfemado de aquella manera y justo tras hacerlo se arrepintió nímiamente, no obstante, la razón era más que justa, ya que estaba comprobando los destrozos del diluvio y maldecía a los cielos por haber dejado aquello en tal estado.
Mmm... esto no se arreglará en dos días, rayos y centellas. Es menester la buena mano de una rtesano constructor y las dotes de albañilería de algún constructor, pero yo mismo puedo ayudar en las tareas de fuerza... espero que el bueno de Gosvin tenga espadas para un tiempo, porque no sé cuando podré volver a trabajar... ¡¡¡Punnooooooooo!!
Llamó a su ayudante sacando un pulmón por la garganta
¿¿Conoces a algún buen Maestro artesano en el pueblo o algún albañil de aspecto decente?? ¡Mira el estado del horno y las tejadas!
¡Ahora mismo no caigo señor! grita desde arriba acabando de tapar el tejado. eso si, tras que logremos pensar en uno, deberemos ver que tal está la cosa, puesto que si hay muchas casas como la suya maestro, ese hombre tendrá cola, eso si su propia casa no está igual. se rasca la mandíbula ya sabía yo que ese robo en la iglesia no traería nada bueno, el cielo nos ha maldecido, estos guardias deberían recuperarlo de nuevo y llevarlo a la iglesia.
Tras el inicio de un nuevo día, salgo a la plaza del pueblo en busca de información y de respuestas acerca de aquél terrible fenómeno.
¡¡Punno!! ¡Vuelvo enseguida!
//salgo de escena
Tras un largo paseo y una densa búsqueda no logro encontrar lo que buscaba y vuelvo desolado y agotado a la herrería cuando ya cae cerca la noche.
¡¡Punno!! ¿¿Sígues aquí??
Grito a ciegas mientras entro sin percatarme de que aún mi herrería está hecha un desastre. Y al verla mis ánimos se derrumban más aún.
Ah, maldición. debo comenzar las reparaciones enseguida, pues estoy seguro de que más de una barba necesitará de mis hierros y metales y si ni yo mismo puedo vivir, ¿cómo van a hacerlo ellos? Mañana temprano comenzaré con las reparaciones...
Al tiempo que seguía mirando la habitación esperaba la respuesta de Punno, la cuál ni siquiera estaba seguro de si iba a recibir.
//entro en escena
Dos dudas:
1- Punno es mi ayudante, pero... ¿vive conmigo en la herrería?
2- ¿Continuamos con lo de 1 semana real = 1 día de rol, no?