Partida Rol por web

- Tercera Isla -

Avenida Eléctrica

Una ciudad llena de muchos artículos electrónicos. Este lugar es tan bueno como un vertedero.

Rincón del voyeur (izquierda)

Aparentemente, todas las máquinas aquí se usaron para cosas como escuchas telefónicas o tomar videos secretos.

Rincón de televisión (Izquierda (pero no mucho))

Si miras las pantallas, puedes fingir que tu programa favorito está encendido.

Esquina para computadora portátil (centro)

Varias computadoras de escritorio y portátiles están dispuestas aquí de manera desordenada como una pila de basura de gran tamaño. Eso es realmente todo lo que son ahora.

Esquina de piezas (derecha (pero no mucho)) Hay muchos aparatos eléctricos en este lío, incluidos electrodomésticos y equipos acústicos. Todos estos parecen tan viejos. ¿Todavía funcionan? La respuesta es no.

Esquina del teléfono móvil (Derecha)

Incluso con toda esta variedad, también pueden ser pisapapeles.

El trío calavera se dirigió hacia la isla más nueva de todas ellas, la más recientemente desbloqueada. La isla era notablemente más calurosa que las otras y apenas tenía sombra alguna, quizás por eso el entorno era árido y desértico o quizás porque el entorno era árido y desértico realmente hiciera más calor ahí. Sea como fuere, llegaron a la Avenida Eléctrica.

Por desgracia para el grupo, la avenida eléctrica bien podía llamarse la "Avenida Eléctrica de la Década pasada o anterior a esa", aunque probablemente no pusieron ese nombre porque era demasiado largo, o quizás cuando pusieron ese nombre fuera en la Década pasada o anterior a esa. Sea como fuere, la totalidad de los artefactos del lugar estaban obsoletos tecnologicamente hablando. Eso sí, un paraíso para recoger piezas y cachivaches eléctricos.

Por otro lado, lo único que parece más novedoso era un ordenador portátil en el centro de aquella avenida, y a juzgar por el aspecto de este, era el que mejor se encontraba. Aunque no parecía tener batería, pues estaba apagado.

Aunque por desgracia hacia demasiado calor para trabajar por ahí, incluso dentro de aquellos edificios, el aire acondicionado no funcionaba ahí, de hecho, ni siquiera las luces funcionaban en el lugar... no había luz en el lugar.

Un mensaje llegó a las PDAs de los presentes, y tras sacarla para leerlo, a fin de cuentas parecía ser importante estar informado de todo lo que ocurre en aquel archipiélago su destino fue condenado. Al parecer los estaban invitando a asistir al brunch de Bárbara Custik... y lo que era más insalubre, en la zona del último muerto.

Pese a ello, la asistencia no era obligatoria, por lo que quizás podían aprovechar esto para hacer otras cosas mientras el resto estarían en el Brunch, al menos la mayoría.

Pero qué calor infernal... y para todo el sol que hacía, la avenida estaba tan encajonada y mal iluminada que no se veía nada... "Imposible trabajar aquí... busquemos las piezas y llevémoslas a-" un sonidito nos avisó de que llegaba un mensaje a todas las PDA. Casi al unísono las sacamos y miramos el mensaje recibido. "Anda, mira. El brunch." miré a B-Rabbit "¿No querías ir?" le pregunté. "Seguro que es más divertido que ver a la artista trabajando para el mecenas." Yo desde luego no iba a ir, y esperaba que Shiro tampoco, lo necesitaba a Shiro para el plan.

Tras rebuscar en las diversas tiendas, en particular tras el mostrador de estas, Tsumiko Komachi pudo armarse con herramientas especializadas para trabajar con los objetos con un funcionamiento eléctrico; no solo electrodomésticos, sino que también podía funcionar con las PDAs y demás máquinas eléctricas.

Rebuscando en la tienda de ordenadores, no parecía haber una batería para ese portátil... o para ninguno de hecho. A fin de cuentas, todos los demás ordenadores que habían ahí eran de sobremesa, por lo que no es necesario tener una batería externa para enchufarlo y cargar.

Revisando algo más el portátil, este parecía estar en perfecto estado, salvo por el hecho de que necesitaban cargarlo y lo que era aún más interesante, la clavija para cargarlo parecía ser bastante única, en forma de "+".

Por otro lado, Tsumiko Komachi no logró localizar ningún GPS, como mucho en la zona del "Rincon del Voyeur" tan solo había cámaras de videovigilancia, aunque las que podrían funcionar mejor eran aquellas que se asemejaban más a los monitores para bebés que funcionaban con pilas y emitían una señal directamente.

 -¡Lo sabía! -exclamé alegre cuando Tsumiko confirmó mi teoría. -. Espero poder ver muchas de tus creaciones entonces -añadí, incapaz de detectar el sarcasmo de ambos al responderme.

 Sin éxito alguno en el trastero, acompañaría al dúo hacia la avenida eléctrica, donde recibiríamos aquel aviso de la PDA informándonos del comienzo del brunch, escuchando las palabras de Tsumiko luego de que está hubiese buscado algunas cosas por el lugar.

 -¡Cierto! Debería ir de inmediato, o podría perderme los primeros aperitivos, pero... -aunque al comienzo se me vio bastante animada, poco a poco empecé a caer en una sutil tristeza y pena. -. ¿Ustedes no irán? Barbara-san se ha esforzando tanto y... Ustedes parecen cansados de tanto buscar. ¡Mucho sol no es bueno! -tomándome nuevamente confianzas, con una amplia sonrisa, tomaría una mano de cada uno. -. ¿Por qué no vamos los tres juntos a comer y luego les ayudo a buscar cosas para la creación de Virus-chan? -colocando entonces ojos de cachorro, añadiría suplicante. -. ¿Sí? ¿Sí?

—¿Cómo puede hacer tanto calor...? —se quejó. Shiro llevaba una camiseta sin mangas que además tenía un cuello bastante ancho, y aun así se estaba asando—. No nos hemos movido tanto, y en la primera isla no era tan insoportable.

Al decir esto último, frunció un poco el ceño, como si hubiera tenido una epifanía, y bufó. ¿Sería posible que estuviera relacionado con lo que habían hablado...? ¿Era un detalle más a favor de esa teoría? Con calor o sin él, una vez llegaron a la avenida eléctrica hizo de tripas corazón y se puso a buscar. Solo hacía falta un vistazo rápido para ver que ese lugar era mucho, mucho más prometedor que aquellos donde habían estado antes. De hecho, si hubiera tenido más tiempo y la temperatura no se hubiera correspondido con la de un desierto, se lo habría pasado genial por allí.

Respirando pesadamente por el calor, sacó su PDA y leyó el mensaje detenidamente, después trasteando un poco más con el aparato antes de volver a guardarlo.

—No —respondió a B-Rabbit sin siquiera mirarla. Los ojos de cachorro no pueden afectarte si no los ves—. Ve tú y ponte las botas. Nosotros tenemos cosas que hacer.

Empezó a buscar junto con Tsumiko, haciéndo paradas de vez en cuando para respirar. Y aunque a primera no vieron todo lo que necesi

—Incluso si no encontramos una batería para el portátil, podríamos conectarlo directamente a la corriente. Pero haría falta un cable compatible... ah —Ladeó la cabeza—. ¿Y esta clavija? Supongo que no es casualidad... querían que no fuera tan fácil.

Cruzó los brazos y torció los labios mientras iba al Rincón del Voyeur a tomar un puñado de las cámaras que parecían funcionales.

—No sé si podrás hacer un apaño. Sea como sea, ya que estamos, me llevaría unas cuantas de estas cámaras. De todas formas... creo que has encontrado todo lo que nos hacía falta para probar suerte con la puerta y para ver qué secretos esconden estas cosillas.

Se llenó de aire los pulmones.

—¿Volvemos antes de que nos derritamos o hay algo más que quieras comprobar?

Por parte de Shiro Arakawa, este logra hacerse con unas cuantas cámaras de vigilancia para bebés funcionales, así como un buen arsenal de pilas. Además de esto, también recoge aquel portatil sin mayor problema. A fin de cuentas, es mejor tenerlo consigo que dejarlo por ahí...

"Ya has oído al jefe, B-Rabbit. Quizá la próxima vez." no habría próxima vez, evidentemente. En cualquier momento seguro que escuchabamos el anuncio de un asesinato allí en el brunch. Todo el tiempo que pudiéramos aprovechar antes de vernos arrastrados a otra sala de Juicio... mejor que mejor.

Shiro y yo recopilamos todo aquello que pensámos que pudiera servirnos de ayuda. No sé para qué quería él unas cámaras de vigilancia, quizá para ponerlas en su cuarto o para espiar el de otro... "Espero que no vayas a poner esas cámaras en los cuartos de baño." bromeé. Me preguntó si podría apañarle algo para el portátil. "Hum... sí, podría fabricarte una clavija con esa forma pero..." negué con la cabeza. "...No lo recomendaría sin abrir el portatil primero, y asegurarme de qué tipo de corriente y voltaje usa para evitar accidentes. Llévate el portátil de todas formas, podría ser importante." ...muy importante.

Y hablando de cosas importantes. "Deja que tome una bolsa con una docena de esos teléfonos... he tenido una idea." me acerqué a la sección de los teléfonos móviles. Desde luego, con todo lo que nos estabamos llevando parecía que hubieramos ido de compras como unos auténticos idiotas. Solo esperaba que todo esto nos sirviera para salvar vidas...

Y así fue como Tsumiko "Virus" Komachi consiguió una bolsa de teléfonos móviles, un arma más letal que un calcetín lleno de centavos. ¿Acaso nadie pararía a ese lunática?. La respuesta parecía ser "No" porque nadie hace caso al narrador de la historia. Así que los eventos siguen su curso con normalidad...

"Listo... no creo vayan a servir para comunicarnos con el exterior, pero si los desmonto tal vez podríamos montar nuestro propio sistema de triangulación a falta de un GPS... Un proyecto a futuro. En fin, ¿dónde nos ponemos a trabajar? ¿Las habitaciones de la primera isla, tal vez?"

Y eso fue lo que dijo la Tsumiko "Virus" Komachi. Quizás estuviera buscando una excusa para... triangular los cuerpos de sus compañeros... usando... ondas gravitacionales y... la almohadilla de los celulares que adquirió... Uno nunca sabe muy bien dónde está el límite en esos maniáticos virus...

Y Tsumiko "Virus" Komachi se comunicó usando un medio ajeno al normativo, mostrando sus segundas -y oscuras- intenciones para/con el resto de los presentes. Realmente la malicia de este virus parecía extenderse más allá de los confines de este mundo, incluso llegando al apartado de "Notas de Juego", terriblemente escalofriante.

La risa malvada y siniestra a través de las distintas líneas del espacio, rompiendo la cuarta pared tan solo mostraban la peligrosidad de Tsumiko "Virus" Komachi. Es probable que estuviera muy cerca de alcanzar un estado de no retorno, tan solo curable con una bala en la cabeza... o un hachazo en el cuello... o un cuchillo en las tripas...

 Ciertamente había considerado la posibilidad de que rechazasen ir a la reunión con el resto, pero realmente una parte de mi esperaba que aceptasen, siendo que ante la negativa de ambos no tardaría en inflar los mofletes mientras mis ojos se cristalizaban con pequeñas lágrimas.

 -¡BUAAAAAAAAAAH! -y de un momento a otro, rompería en llanto. -. ¡Virus-chan, Shiro-kun, son muy malos! ¡No aprecian lo que el resto quiere hacer para llevarnos bien! -y aún llorando, me daría la vuelta, dispuesta a salir corriendo en cualquier momento. -. ¡Me iré, y les diré a todos que no quisieron ir por estar recogiendo basura eléctrica para una escultura mientras Virus-chan rompe la cuarta pared! ¡Buaaaah! -y por más que pudiese sonar super actuado para otras personas, ambos ya debían saber que la realidad era que sí estaba llorando, y la realidad era que sí pensaba contarle a todos lo que estaban haciendo, siempre, claro, mientras no me detuviesen...

Lágrimas de cocodrilo. Además, ¿los esfuerzos del resto para llevarse bien? Por favor, qué tontería. Si este no fuera mi primer juego de matanza mutua, a lo mejor hasta me lo creía. Por fortuna ya no era tan ilusa como antaño pudiera haber sido. "Adelante, vete." le contesté con desgana, agitando una mano como para espantarla. No merecía mucho más de mi atención. Que fuera a contarle a todo el mundo lo que estábamos haciendo ya entraba en lo esperable, por eso mismo le dije aquella historia de que veníamos a hacer arte. Lo que no esperaba es que encima se la creyera. Mejor, que mejor. Además, tarde o temprano tendríamos que quitárnosla de encima. Este era un buen momento como cualquier otro.