Partida Rol por web

Ignore totalmente a Monokuma y me acerqué a la pobre chica en el suelo que acababa de levantarse como si nada...

¿Cómo lo has hecho? Estaba totalmente asombraba de que ahora andará como si nada. Aún así la caída tenía pinta de ser mala, ¿Estás bien?

 Uma miró sorprendida a su compañero lisiada, que había pasado a ser una compañero no-lisiada. La jinete sonrió al ver a la chica andar, abrazar, sonreír y llorar. No podía evitar sentirse bien por ella, incluso si Uma Yugana es un tanto egocéntrica de vez en cuando. Respecto al comentario de Monokuma, la rubia no supo bien a qué se refería. Después de todo, ella tenía todos sus atributos al máximo nivel.

- Pero yo ya tengo todas esas cualidad- ¡Oh No!

 La jinete se miró la retaguardia, y su cara se puso roja como un tomate.

- ¡Oso maniático! ¡Si me diste pedos aromáticos te voy a sacar el relleno!

"¡Khhhh!" el inesperado abrazo me pilló de improvisto. ¿¡Por qué yo!? ¿¡Por qué a mi!? Eso me pasaba por ser la primera en levantarla y no esperar a que lo hiciera, yo que sé, Akira Kimura por ejemplo, o Joshua Josef que era el que había estado cuidando de ella. Me dejé abrazar, tensa como un tronco, y nunca admitiré que en realidad no sentó tan mal. Suspiré aliviada cuando me soltó. Y no quise ser la que aguara la fiesta pero sí que lo pensé. Monokuma nunca da esperanza si no es para destrozarla después. El dilema para mi era evidente: si lográbamos escapar, ella volvería a tener que usar silla de ruedas. Monokuma efectivamente se había ganado una aliada en la perpetuación o bien del juego de asesinato mutuo, o bien en que nunca lográsemos escapar de aquí. No, no. Yo no sonreí por ella, aunque procuré no aguarle la fiesta a nadie. Quizás sí, Custik-san tuviera razón y mi corazón cada vez estuviera ennegreciéndose más. Me venía pasando desde que perdí a Katsumoto. Sacudí la cabeza para alejar los pensamientos negativos de mi y tratar de centrarme en lo positivo.

El hecho de que hubieran tirado a Suigin Shita y luego esta se hubiera levantado como si nada para abrazar a los de alrededor por un momento me hizo pensar que todo eso de estar en silla de ruedas en realidad no había sido más que una pantomima, pero cuando Monokuma reveló lo que había pasado agarré con fuerza la barandilla metálica para no caerme. ¿Realmente estábamos en un mundo pregenerado?.

-Maldita sea, -comenté por lo bajo- estoy seguro que un Hacker o algo así nos hubiera venido bien...

Me tiro un pedo para comprobar si huele bien. Y la barandilla la aprieto con fuerza para ver si puedo romperla y si tengo superfuerza.

Hueles un pedo bastante oloroso provenir de donde estaba Yoshimatsu Arai.

El pedo es oloroso y bastante repulsivo, por lo que, en efecto no tienes el don de los pedos aromáticos.

Y la barandilla está como estaba, tampoco parece ser que tengas superfuerza.

A mi también me sorprendió que Monokuma empujara a Suigin Shita, y de hecho, estuve a punto de llevarme a las manos con aquel oso, casi sin pensar en las consecuencias que eso tendría conmigo. Pero por fortuna parece que todo está bien, algo que me alivió y no me molestó en nada que abrazara a Tsumiko Komachi antes que a mi, que la estaba cuidando hasta ahora.

-¿Qué es ese olor?. -Comenté tapándome la boca, conteniendo un vómito- ¡Qué ascazo!. ¿Por qué te has peído, Yoshimatsu?. ¡Menudo guarro estás hecho!. Aggg... 

¡Bueno, Bueno, Bueno...! ¡No hace falta que me deis las gracias!

¡Ahora id subiendo TODOS a la Montaña Rusa! ¡Que esto va a comenzar ya!

Aquellos alumnos decidieron subirse a la montaña rusa en orden, en el primer vagón se encontraba Joshua Josef en solitario, pues ocupaba casi toda la cabina, mientras que en el segundo vagón lo compartían Yoshimatsu Arai y Uma Yugana, en el tercer vagón estaban Akira Kimura y Barbara Custik; y finalmente en el último vagón estaban Suigin Shita y Tsumiko Komachi.

Una vez que todos los presentes se encontraban en sus respectivos sitios, Monokuma en persona se acercó a cada uno de ellos y acercó la barra de seguridad individualmente a todos, hasta que estas quedaron bien ajustadas en el pecho de los presentes, a fin de cuentas, no se quería que nadie saliera disparado.

Una vez que esto terminó, el oso se acercó al panel de control y...

¡VAMOS EN MARCHA!

Finalmente la montaña rusa se puso en marcha, saliendo lentamente hacia el exterior, y posteriormente subiendo por la primera gran pendiente, el grupo pudo ver con total claridad lo que se le venía encima, un recorrido lleno de curvas, subidas y bajadas y aunque en ningún momento hubiera un loop, sí que había una zona cubierta en donde la montaña rusa se movía a oscuras.

Y... a medida que los vagones iban subiendo, los alumnos se iban entusiasmando más y más, o incluso poniendose cada vez más nerviosos. Hasta el momento culmen en donde, ya no había marcha atrás, y teniendo en cuenta que Monokuma no iba a escuchar súplicas algunas, por mucho que gritaran o suplicaran, nada iba a cambiar.

Y con esto... cayeron en picado en donde todos pudieron disfrutar de la adrenalina de una buena montaña rusa.

Después de casi medio minuto en la oscuridad total de aquel túnel en donde no se podía ver nada, el grupo quedó cegado por la luz del sol una vez que salieron al exterior y volvieron frenando paulativamente hasta la zona en donde habían empezado, ya habían dado una primera vuelta a aquella montaña rusa en donde nadie resultó herido.

Y realmente se lo habían pasado bien a medida que se iban acercando a Monokuma que los miraba con una amplia sonrisa en el rostro...

¿Sabéis qué?. Creo que aún no habéis disfrutado lo suficiente...

¡VÁMOS A DAR UNA SEGUNDA VUELTA!

¡VAMOS EN MARCHA!

La montaña rusa se puso en marcha nuevamente, saliendo lentamente hacia el exterior, y posteriormente subiendo por la primera gran pendiente, el grupo pudo ver con total claridad lo que se le venía encima, un recorrido lleno de curvas, subidas y bajadas y aunque en ningún momento hubiera un loop, sí que había una zona cubierta en donde la montaña rusa se movía a oscuras.

Y... a medida que los vagones iban subiendo, los alumnos se iban entusiasmando más y más, o incluso poniendose cada vez más nerviosos. Hasta el momento culmen en donde, ya no había marcha atrás, y teniendo en cuenta que Monokuma no iba a escuchar súplicas algunas, por mucho que gritaran o suplicaran, nada iba a cambiar.

Y con esto... cayeron en picado en donde todos pudieron disfrutar de la adrenalina de una buena montaña rusa.

Después de casi medio minuto en la oscuridad total de aquel túnel en donde no se podía ver nada, el grupo quedó cegado por la luz del sol una vez que salieron al exterior y volvieron frenando paulativamente hasta la zona en donde habían empezado, ya habían dado una segunda vuelta a aquella montaña rusa en donde nadie resultó herido.

Y realmente se lo habían pasado bien a medida que se iban acercando a Monokuma que los seguía mirando con una amplia sonrisa en el rostro...