Partida Rol por web

 Barbara se decidió por sacar a las chicas de su habitación, empujando a una hasta a la puerta y advirtiéndole a la otra que el mismo destino le esperaba. Uma, coincidiendo con Akira, consideró que en aquel lugar ya no tenían nada que hacer. Moviéndose hasta la puerta, resopló indignada.

- Si queda humanidad en sus tumultosas almas, lo pensaran dos veces antes de tomar la vida de otra persona.

 Y con eso, la jinete se fue de aquel lugar junto a su Kimura.

Con esto hecho y dicho, Uma Yugana y Akira Kimura salieron de los aposentos privados de Barbara Custik, al parecer la cocinera y el panadero y, por algún motivo, el conejo rosado, querían tener una conversación privada a tres bandos y aquellas dos muchachas no eran bienvenidas.

      Bfffff....- dejaba escapar un para nada sutil suspiro de cansancio - ahora si.... quiero hacer esto bien...

      Co...considerando q...que estamos en islas... - empezaba a comentar luego de volver a mirar a las otras dos personas que se encontraban en la sala - lo preferible seria hundirles de manera que el cuerpo nunca llegue a reflotar... no es el mas elaborado... pero asi el aviso no debería saltar... unos clásicos pero irremplazables botas de cemento...

      AHORA... ¿ como les separamos de manera que nos dejen poder pillarles desprevenidos...? que considerando que tienen a Yugana y al Marinero, los mas seguro que nos intercepten algo de que logremos pillar a alguien...

  ¿ podriamos usar las invitaciones de las PDA para dividirles en las siguientes ubicaciones y que no puedan saber quien les falta ?

Yoshimatsu se recostó en una de las paredes y escuchó a la pelirroja. - Si quieres hundir a alguien la mejor será "ruedas". - comentó mientras aparecía una sonrisa en su rostro. - Con atar sus manos a su propia silla y tirarla al mar, ya estaría hecho.

Pero su sonrisa pronto desapareció. - No creo que sea tan fácil separarlos, capaces son de ir en grupos a cada cita, a pesar de que no estén invitados algunos. - se le notaba molesto, pero entonces tuvo una idea. - ¡Pero podemos usar el amor que se tienen unos a otros para hacer una distracción!

Los atraemos a algún lugar, solo con un par son suficientes. - decía mientras agitaba el dedo índice de su mano derecha por el aire, pensativo. - Después, los encerramos conmigo, por ejemplo y les digo que si quieren escapar, se tienen que matar entre ellos ¡aunque no lo hagan! Servirá lo suficiente de alarma para que estén centrados en salvar a los dos secuestrados y se olviden de la víctima real. - asentía con la cabeza, satisfecho.

Si no se te ocurre nada mejor, creo que ese es un buen plan, aprovechar su "amistad" para que no se centren en uno de sus amigos. - se mordió un labio. - Les podré llamar hipócritas e incluso comentar que para ellos hay gente más importante que otros.

     Ese es el principal problema que veo... - comentaba con una evidente molestia - mientras estén atento y en manada mis habilidades poco y nada servirán para apresar o siquiera mover a alguien fuera de la zona en que se encuentra.... en especial de Ruedas y sus tres o cuatro guardaespaldas que le apoyan...

    Pero.... ¿ que tal el Albino con teñidas de muerde almohadas ? - ladeando ligeramente la cabeza - Lo mas seguro gracias a Yugana y la otra el grupo de ruedas este mucho mas atento, pero.... el Albino y niña Katana tienen que están distraídos y con suerte.... famélicos - comentaba con algo de duda, pues sin haber visitado todo el complejo me era difícil saber si existían o no mas sitios en donde poder probar bocado - con suficiente suerte... y con ayuda de la farmacia... quizas pueda tumbarle lo suficiente como para ponerle las botas a él.

   Tras eso, pase unos largos segundos de silencio mientras meditaba todo, considerando mis cartas que podía o no jugar y que tan peligroso se iba a volver esto una vez saliera del cuarto.

   Arai....- tomando una vez mas mi Pda con algo mas determinación que hace unos instantes - confío en que puedas ganarnos tiempo - tras eso camine hacia la puerta, gire el pomo y comencé a andar hacia la puerta - y por cierto....- sin mirarle, pero era obvio que le hablaba a el - estaban ricas las Filloas de la otra vez...

Con un plan en mente, o al menos unos esbozos del mismo, Barbara Custik decidió abandonar su propia habitación dejando atrás tanto a la coneja rosada/blanquecina como al cocinero de las filloas más deliciosas que Barbara había probado en aquella isla, Yoshimatsu Arai. ¡Esperemos que no rebusque en el cajón de ropa interior!.

Um, Este es un anuncio del Viaje Escolar del Comité Ejecutivo de la "Hope's Peak Academy"

Ya es la hora, ha comenzado el Horario Nocturno.

Mirando con media sonrisa a aquella coneja que había dejado de responder, Yoshimatsu Arai no tuvo ninguna duda. Sacando un cuchillo de cocina este apuñalaría la mullidita cara del conejo, iba a desconectarlo como diera lugar. - Si no eres Monokuma, supongo que esto está permitido por las normas... 

Quizás en verdad aquel conejo era algo bueno, la salida de todo aquel lugar, quizás era el único rayo de esperanza al que todos le habían dado la espalda; pero... ¿Sabes qué?. Eso no le importaba en absoluto. - Supongo que si te encuentran despedazado alguien se preocupará por saber quien lo ha hecho, dejemos pistas de que ha sido  Barbara Custik. ¿De acuerdo?.

Una vez terminado de despedazar a aquel conejo, arrancándole una oreja, este la tiró debajo de la cama de la muchacha que le había dejado estar en aquella habitación. - Supongo que no tardarán en relacionar el conejo con el asesinato del Hacker. Pero supongo que esto será una pequeña pista de mi parte.

Salgo al exterior.

Yoshimatsu Arai salió al exterior de la habitación, cerrando tras de sí la puerta dejando atrás el conejo destrozado en la habitación de la joven cocinera esperando que esto fuera más que suficiente para que sus planes salieran decentemente.

Entrando en la habitación de Barbara Custik como parte de la rutina de revisar todas las habitaciones se percataron de algo extraño, parecía que en el lugar había habido una masacre con un montón de pelaje completamente limpio de color blanco y rosado a un lado. Así como el esqueleto de un pequeño animatrónico... No hacía falta minijuego para reconocer a Monomi.

Investigando un poco más, Yoshimatsu Arai encontró un cuchillo ensangrentado debajo de la cama de Barbara Custik junto con más trozos de Monomi, al parecer la situación que había ocurrido ahí era bastante especial, incluso intensa aunque Yoshimatsu Arai usaría otra palabra distinta... romántica.