Partida Rol por web

4º día de la Vieja. Mes del Doncel. Año 242 D.D.

Segunda hora de la noche.

Lugar: Aposentos de Lord Esthal.

Lyonell acabó de abotonarse la camisa y se dirigió con pasos calmados hacia la puerta de su habitación.

Abrió con rapidez y ya se estaba girando y con la frase a la mitad en sus labios cuando se detuvo y parpadeó extrañado mirando a la recién llegada.

- Pensé que continuaríamos maña... - La frase murió en el acto. Se frotó los ojos por si el sueño le estaba jugando una mala pasada. El pelo revuelto y despeinado de Lord Haffer no ayudaba a mostrar un aspecto demasiado despierto. Pero había en la habitación un olor intenso y penetrante, con sus matices, con sus cambios... un claro olor a sexo en el ambiente.

- Maestre Hazzea... - Se hizo a un lado y la invitó a entrar. - Pase por favor. Llevo buscándola toda la tarde. - Admitió. Había sido difícil dar con ella. La habitación no tenía demasiado en su interior. Un par de taburetes. Un armario. Una mesita de noche donde reposaban una botella de vino vacía y dos copas. Y la cama con las sábanas revueltas.

Lyonell se dirigió hacia uno de los taburetes, se sentó y ofreció el otro a la Maestre.

- Tenemos mucho de lo que hablar... pero si habéis venido a estas horas es porque algo importante os perturba. Contadme... - Indicó mientras se preparaba para escuchar las malas noticias. Llevaba unos días en que nada salía a derechas. Bueno, casi nada.

La maestre llegó hasta los aposentos del hombre con quien más tiempo había pasado en su vida, siempre mirando en beneficio de sus hijos y buscando apoyos con los que unir su Casa.

El aspecto del varón definía que había estado peleando con un huargo, en el término metafórico de la palabra, por supuesto. Por fin alguien había vaciado su escroto, inevitable que la maestre desviara la mirada a su entrepierna con un rápido vistazo, dibujando una sonrisa amplia, como si a ella misma le hubieran estado dando oleadas de placer.

- Oh... podríamos continuar mañana, pero me temo que hoy será más divertido... - entró prácticamente sin ser invitada, como si fuera un hurón travieso que encuentra un hueco donde juguetear, llevándose los dedos a la nariz, determinando que aquel ambiente olía a almizcle y con esa esencia se podían hacer muchos filtros y bebedizos -...¡Claro!... Llevaba buscándome toda la tarde y pensó que me encontraría debajo de las faldas de... - esperaba que no fuera pantalones pero ya a estas alturas de la vida nada podría sorprenderla -... ¿Lady Giannna es la afortunada?.... ¿Me permite coger una muestra de su sudor mezclada con vino?.... Creo que con eso puedo elaborar un perfume afrodisíaco....jijijijijijiji.... - parecía broma, pero la maestre cogió una copa, miró su contenido y se acercó al hombre, con clara intención de tocarle el sudoroso cuello, otra cosa sería que se lo consintieran.

La mujer inspeccionó la cama con interés -... Los bellos púbicos también potencian la libido... Menos mal que Lady Gianna es morena y se verán bien, si fuera rubia sería más complicado..... - se estaba acordando ahora de una conversación que tenía pendiente con el hombre -... Bien hasta la fecha pocas mujeres Haffer han venido a nuestro hogar, ¿es algo que va a cambiar?.... Para ir pensando en cambios de mobiliario.... Poneros una cama más resistente que esta..., por su tamaño deduzco que la habéis sentado sobre vuestras rodillas antes de....jijijijiji.... - la cara de la maestre denotaba claro interés por saber y es que el conocimiento no ocupaba lugar -....Sed sincero conmigo, Lord Lyonell..., prometo que estos deslices no saldrán en mis crónicas sobre vuestra casa..., pero me temo que hay problemas de fondo, los invitados se mueven inquietos y me temo que alguien quiera parar la boda... -una idea peregrina le pasó por la cabeza -....¿Qué tal os lleváis con Lady Bessa?.... Mi Señor, yo siempre he mirado por vos, si no me contáis vuestros secretos, no podré adelantarme a cubriros cuando corresponda... ¿Qué cosas sabéis o habéis averiguado en Fuerte Floresta? ¿Por qué dijisteis que odiabais que se os mintiera?... La base del conocimiento es poder, y ya sabéis que sirvo a los Haffer desde hace mucho tiempo... Soy la mujer de vuestra mayor confianza y espero que eso siga siendo así... Pero si no os sinceráis, no podré ver las telarañas que se ciernen sobre los Haffer.... Contádmelo todo y podré aconsejaros, como antaño, como siempre....

Lyonell se apresuró a apartar la cabeza y el cuello del alcance de las garras de Hazzea. Negó con la cabeza.

- Nada de muestras. - Aquella mujer era un torbellino de la naturaleza. Indomable, imposible de controlar... o de orientar.

- Sentaos en el taburete... - Dijo casi de forma cansina. Podía haber sido una orden, pero a Hazzea le habría dado igual. Le habría entrado por un oído y salido por el otro, así que era mejor pedírselo normalmente y que ya la buena mujer decidiera si hacer caso o no. - Y dejad la cama en paz. -

A veces tenía que armarse de mucha paciencia.

- No era Lady Gianna. Hablaremos de este tema después. - Añadió con el ceño fruncido. - Ahora tenemos asuntos más urgentes que tratar. - Las palabras de Hazzea le preocuparon aún más.

- ¿Quién pretende parar la boda? - Preguntó sin andarse con rodeos. - ¿Y por qué me preguntas sobre Lady Bessa? - Aquello le había descolocado aún más. - No he tenido la oportunidad de hablar a fondo con ella, aunque prometió hacerme un hueco así que espero conocer mejor a mi futura nuera pronto... Con suerte mañana. - Explicó.

Alzó una mano para detener a la anciana antes de que le interrumpiera con un flujo constante de preguntas.

- Sé bastantes cosas, pero aun soy ignorante de otras muchas. Quiero que no hagas nada por tu cuenta... Deja de hacer y deshacer sin consultarme antes primero. Si quieres mi confianza la tendrás... pero deja de actuar a mis espaldas aunque creas que es por mi bien o el de los Haffer. - Le advirtió con el tono muy serio.

- Dejaste plantar la semilla de que entre Gianna y yo podía haber algo... Sugeriste de forma velada, y con mucho arte debo reconocer, que un matrimonio entre ella y yo podía ser beneficioso si Lord Vance, enfermo como está, no siguiera adelante. De hecho, sugeriste encargarte vos misma del tema. - Comentó, y por su tono se le notaba algo enfadado.

- Esas afirmaciones pueden usarse en nuestra contra y puede costarnos muy caro. Maese Cleve es una víbora con la lengua muy suelta... Pareció entender que yo estaba dispuesto a tomarme en serio dicho matrimonio si llevábamos a cabo un asesinato sobre lord Vance... - tomó aire y descansó un par de segundos. - NO voy a asesinar a Lord Vance... ¿queda claro? -

- Hay muchas cosas que no sabes sobre los Vance... consulta conmigo antes de hacer propuestas del estilo, porque no pienso meter a los Vance en mi casa... por la seguridad de mis hijos. -

Se acomodó de nuevo en el taburete, la postura anterior le resultaba de lo más incómoda.

- Valder y Urthen me mintieron. Con el poema, con las cartas... - Frunció el ceño. - ¿Cómo os enterásteis del contenido de las cartas? ¿Y por qué no se me informó de inmediato? Podían haber hecho peligrar la boda. - Masculló..

- Luego está el tema de Ser Clarinthe y lo claramente molesta que está con Urthen... Está la maldita guerrera que casi acaba con mi hijo, y está el bardo estúpido que pensó que podía mofarse de esa manera en los momentos previos a una boda. Todo pueden suponer problema para nosotros... por la boda... porque los Tully se tomen a mal cualquier posible afrenta... ¿Es que estáis todos ciegos? - Agitó el puño levemente.

- Si descubro que alguien más de nuestra Casa me ha estado ocultando algo, o actuando por su cuenta en un evento como éste... le enviaré a vestir el negro. - Dijo expresando verbalmente la amenaza que tenía en la cabeza.

Sus muestras para el bebedizo se le iba de entre las manos cuando el Señor de la Casa Haffer quitó presto su cuello para evitar que la mujer tomara su sudor. ¿Cómo era tan remilgado?

La sugerencia, a modo de orden, que le solicitaba sentarse en el taburete, la cumplió la mujer sin queja alguna, aunque para qué negarlo, hubiera preferido hacerlo en la cama y buscar cabellos entre las sábanas

- Si no era Lady Gianna, ¿Quién era?... No creo que debamos dispersar los temas de conversación, y así seguir el orden impuesto en nuestras palabras para evitar que algo se quede en el tintero... - sugirió la anciana, por lo visto saber aquello tenía su importancia -...Sobre parar la boda, digamos que hay muchos secretos en el aire, y vos habéis descubierto alguno de ellos como la fascinación que siente Urthen y no precisamente por su prometida... Fui yo quien intercepté las cartas y las guardé para que nadie pudiera aprovecharse de esos conocimientos.... Venía de hecho a contaros su contenido, pero me fue imposible buscar antes un sitio discreto donde poder hacerlo... - dijo la anciana suspirando -... También me preocupaba vuestra reacción para con Urthen, ya sabéis que le adoro... - comentó -... Por eso temo a los Vance, si supieran ese secreto de los Haffer lo usarían contra nosotros y pararían la boda, está claro que solo quieren poder....

Cuando la maestre se ponía seria era mucho más práctica y apenas diluía las conversaciones, algo de agradecer sabiendo que de lo contrario, estaría analizando cada rincón de los aposentos de su señor.

- He dejado varias semillas ante los Vance para que confiaran en nosotros y así poder extraer sus intenciones, Lord Lyonell... Tengo claro que de todas las mujeres de Poniente, no me agradaría que terminaseis desposado con Lady Gianna, quien acepta a matar a su marido, no es digna para tener un segundo matrimonio, ¿o acaso no pensáis que podría haceros lo mismo?... - dijo con lógica aplastante -... Vos sois un caballero y actuáis como tal, yo no soy una dama, y por eso hago cosas que os benefician sin la necesidad que vuestras manos o entendimientos se vean privados de honor... Pero si queréis otra verdad, yo no mataría a Lord Vance... pero podría hacer una trampa contra el señor para que públicamente la gente viera de qué calibre es su esposa y consejero...¿hay mejor manera de debilitarles que hacer públicas sus intenciones?...

La mujer estaba tranquila, no le preocupaba lo más mínimo que Lord Lyonell supiera de ello, no iba a negarlo, tenía claro cada uno de los pasos que había dado y los motivos que le movían.

- Esas afirmaciones no pueden ir en nuestra contra si vos, como cabeza de casa carecíais de la información, siendo yo la portadora de la misma.... - y aquí estaba el motivo de su silencio -....Gracias a mis palabras ya sabéis algo... Cleve quiere a su señor muerto, quizás hasta el hecho de que esté enfermo sea por su causa... La pregunta es, ¿lo sabe Lady Gianna?.... Si ella se entera de lo dicho por Cleve, despediría a su consejero y su familia acabaría debilitada, desestructurada y rota.... Pero si lo sabe, habría que tejer una tela de araña para que ambos cayesen públicamente y pudieran ser señalados como traidores..... - levantó las manos, para la mujer el plan era más bien simple.

- Si hay muchas cosas que no sé sobre los Vance, es hora de que me informéis al respecto... - dijo Hazzea mirando al Lord a los ojos -....Lo de Ser Clarinthe se me escapa de las manos y comprensión.... Pero el bardo fue comprado con plata, no descarto que lo contratasen los Vance, o claramente los Tully... - hizo un gesto de fastidio atendiendo al Lord -....Señor mío, entended algo, antes de la boda apenas hay tiempo para actuar, a veces lo ideal es informar de todo, pero en otras ocasiones, lo mejor es ser prácticos... ¿Qué queréis que haga?.... Si tenéis mejores ideas para proceder que no sea cruzarse de brazos, solo pedidlas, yo siempre he estado a vuestra disposición, marcad mi objetivo y procederé.... Y por cierto, el negro siempre fue mi color... - sonrió la mujer quitando hierro al asunto, por ahora no tenían tantos problemas y sí mucho tiempo de reacción.

Objetivo de Hazzea: que Lyonell le cuente sus secretos. Técnica: Convencer. Actitud hacia él: Afecto.

Objetivo de Lyonell: poner orden. Técnica: Convencer. Actitud hacia ella: Cordialidad.

Turno 1:

Lady Lyonell: Convencer. 3 grados de éxito. FA: 2. Hazzea pierde 16 puntos de compostura. Pierde la intriga.

Espera un momento... ¿Hazzea había interceptado las cartas? Lyonell abrió los ojos como platos.

- ¿Interceptásteis vos las cartas y no avisásteis a Urthen y Valder? - Preguntó. Aquello había provocado el incidente del poema de Valder... Y posiblemente ni Guileon ni nadie se hubieran dado por aludidos. Se llevó una mano a la cara, tapándose los ojos un momento.

- Mi reacción para con Urthen ha sido de abroncarle por no haberme avisado antes. Podía haber hecho algo distinto para que fuera feliz... Podíamos haber cambiado la boda... Haber encontrado otra manera. Ahora solo nos queda seguir adelante... - Comentó. - Quiero a mis hijos, y aunque sabía que, sobre todo, Urthen tendría que hacer sacrificios por la Casa... si podía evitárselo mi intención era ayudarle. - Explicó. Pero por el miedo de su primogénito a contarle la verdad... Lyonell no había podido ayudarle, y ahora estaban atados de manos.

- Lo he dicho más de una vez. Si no tengo toda la información no puedo ayudar. Y si alguno hacéis algo sin mi conocimiento... aunque sea por el bien de la Casa... puede acabar perjudicándoos, y perjudicándonos. - Aclaró.

- Recordad, como le he recordado a Urthen y Valder, que aunque sepáis mucho... yo siempre dispondré de más información... Quizá no de todos los temas... pero sí de muchos. - Podía parecer que no, pero Lyonell se desenvolvía bastante bien en el tema político.

Meditó las palabras de Hazzea. - Entonces los Vance no tienen ni idea del contenido de las cartas, ni de las inclinaciones o sentimientos de Urthen... - Comentó. Eso era algo positivo. - Deberíamos avisar al muchacho y a Valder antes de que metan la pata. - Añadió. - Por favor, mañana a primera hora reuniros con ellos y contádselo... Que no la líen intentando sacar el tema... vamos a ver si queda en el olvido. -

- Respecto a los Vance... No hagas la trampa todavía... Aun no tengo claras sus intenciones... Gianna sí está al tanto de las palabras de Cleve... Dijo, y cito, que fue un poco atrevido por parte de su consejero. Que seguramente estaría solo valorando todos los escenarios posibles para, llegado el caso, estar preparados. Cleve me preguntó directamente si Gianna y Morna enviudaran... con cuál me esposaría. - Le explicó a la Maestre. 

- Cuando comenté a Cleve que caminaba por una línea muy fina, se apresuró a indicarme que fuisteis vos la primera en sugerirlo... Le aseguré que yo no permitiría que le ocurriera nada a Lord Vance. - Añadió Lyonell. - Tus intenciones, aunque buenas - dijo a la maestre - pueden volverse en tu contra. Ten cuidado. -

Lyonell buscó con la mirada la botella de vino, pero ya no quedaba más. Necesitaba un trago.

- Si nos decidimos a hundir a los Vance vamos a necesitar pruebas... y no la palabra de unos o de otros. Afortunadamente, si fuera necesario, yo tengo pruebas. - Aclaró. - Lady Gianna ordenó matar a su hermana en la guerra para hacerse ella con el control de su familia. Tengo al soldado que envió a hacer el trabajo sucio y puede dar detalles de todo lo sucedido... Detalles que demostrarían lo que estoy contando. - Explicó. Lyonell se había guardado esa baza durante casi dos décadas... esperando pacientemente la oportunidad perfecta para usarla. Pero esos datos, no solo probarían que Gianna no era de fiar... eran un argumento más que convincente para que Lyonell no se casara con ella, ni la metiera en su casa. - Si fue capaz de matar a su hermana, y es capaz de aceptar que Cleve sugiera que se asesine a su esposo... como dices, no debo casarme con ella. -

- Quizá no sea necesario que lo usemos... quizá podamos presionar a los Vance y conseguir algo más beneficioso para nosotros... Esperemos y seamos pacientes... No revelemos todavía todas nuestras cartas. - Sugirió a Hazzea.

- Quiero que estemos alineados con los Hawick. - Dijo finalmente ante las preguntas de la maestre. - Si finalmente podemos sumar a los Vance a una alianza a tres... mejor. Pero en caso negativo, la mejor alianza para nosotros son los Hawick. - Aclaró. 

- El objetivo prioritario es salvar la boda y proteger el honor de los Haffer, y de los Hawick. - Con eso en mente, Hazzea podía trabajar a gusto. - Tened cuidado, querida Hazzea. Cleve es un individuo que no es de fiar... y me preocuparía que intente algo en vuestra contra. -

Parecía que iba a dar por finalizada la conversación cuando recordó algo.

- Una cosa más, Hazzea. Corre un rumor... Si puedes, me gustaría que me confirmaras si es cierto... si puedes conseguir pruebas mejor, aunque no tengo ni idea de cómo podrías hacerlo. Y, por favor... sé discreta. Mucho. - Advirtió antes de explicarle en qué consistía el rumor. - Se dice en algunos círculos que Lord Esthal es infiel a Morna... con lady Thaena. Averiguad si es cierto, por favor. Con discreción. -

Por los gestos del señor, estaba claro que Hazzea tenía la suficiente habilidad para sorprenderle, aunque eso no significara, definitivamente, algo bueno.

- Sí, las cartas fueron interceptadas por mi, y no avisé a los chicos, les di largas para hablar con ellos sobre Guileon después de la boda, así me aseguraría de que Urthen en pos del amor no hiciera locura alguna, temía que quisiera anular el compromiso y dañar el honor familiar.... - explicó ella -... Al fin y al cabo tuvo muchas agallas para realizar los escritos y temí que se envalentonara y decidiera dar el paso de hablar con el primogénito Vance, lo que hubiera supuesto un riesgo innecesario... - explicó

La anciana suspiró durante unos instantes antes de continuar con la charla.

- Las cosas han sucedido de esta manera y la boda debe celebrarse como bien decís, no hay problemas de que vuestro hijo sea feliz a espaldas de su esposa llegado el momento, porque al final la casa necesitará un heredero, y por sus tendencias es complicado generarlo... - a lo obvio se refería -...Una vez se case, pensaremos la mejor manera de ayudar a Urthen para que alcance la dicha, pero paso a paso, primero boda, el honor familiar hay que conservarlo... Y debo daros la razón en algo, Lord Lyonell..., debéis estar al tanto de todos los asuntos que nos gobiernan, pero creedme, a veces es complicado acceder a vos, sois muy solicitado, por eso he venido a esta hora a contaros las nuevas, como correspondía....

La maestre negó con la cabeza - Por supuesto los Vance no tienen ni idea de las palabras escritas, si así fuera, los Haffer serían ahora diana de burlas y humillaciones, si no algo peor... Pero no temáis, yo me encargo de hablar con los jóvenes señores para prevenirles, ahora, solo espero que no hagan una locura... - parecía que el amor de Urthen preocupaba de sobre manera a la maestre

- Sí fui yo quien le dijo a Cleve que sería muy oportuno la muerte de su propio señor, una lástima que el consejero no se escandalizara, como era debido, y que incluso continuara escuchándome... - miró a Lyonell a los ojos -... si alguien me hubiera propuesto algo así sobre vos o vuestra querida y difunta esposa, me habría indignado y pregonado las maldades de quien tan venenosas palabras dijera... Al no actuar como creía debían hacerlo, vi la negrura de su corazón... Los Vance, mi señor nunca serán parte de la ayuda que los Haffer necesitan, deberíamos hacer lo que fuera para reducir su poder, son taimados y peligrosos, hundirles evitaría que ellos intentaran lo mismo con nosotros, o con los Hawick, la casa a la que vamos a enlazarnos... - se sentía muy satisfecha con ese enlace, creía firmemente que era lo mejor que pudiera pasar.

Que el señor tuviera pruebas contra los Vance animó a Hazzea, escuchando con atención -...Quien mata a su sangre no dudará en volver a hacerlo... - la contundencia de sus palabras fue marcada -...Esperaremos porque vos así lo queréis, pero si me permitís el consejo, hundirles cuanto antes hará que nadie más confíe en ellos ni les interese tener relación alguna con esa familia..., así no tendrán poder para mover más hilos... Usad vuestra baza, antes de que en el juego político tengan la habilidad de dar la vuelta a todo con su viperina lengua... Van a jugárnosla, lo presiento milord.

- Los Hawick son poderosos y respetables, tienen honor y lady Morna es una mujer con un gran sentido del deber  en cuanto a la dirección de Casa... Sobre el rumor de Lord Esthal con Thaena, no tengo pruebas pero sí que vi mirar al señor con un brillo especial a la muchacha... No me extrañaría que fuera verdad... Aunque como os digo, lo comprobaré cuanto antes y os confirmaré lo que averigüe en un mensaje, si los gorriones comen trigo es que se confirma la infidelidad, y si vuelan alto, es que no se encaman... Y hablando de encamar.... ¿Quién ha sido la persona con la que habéis disfrutado antes de mi llegada?... Hablábamos de confianza, y debo saber quien os interesa para protegerle.... - dijo la anciana maestre esperando una respuesta, mirando de reojo las sábanas a ver si con suerte un triste cabello asomaba, lástima que la edad le había perjudicado la vista.

Hazzea se llevó el dedo meñique al oído derecho y lo movió con frenesí, ¿cómo podía disfrutar tanto la mujer haciendo eso? -...No os preocupéis por Cleve, tendré cuidado... Por cierto, cuando se sirve durante tantos años a alguien es innegable que se acaba queriendo, y a veces piensas que la propia vida puedes entregarla si la causa es adecuada, al menos sabréis, si muero, quien será el responsable de ello... - aseguró mirando la cera en su uña, llevándola a la boca y chupando aquel particular producto interno -...Pero no sufráis, vais a aguantarme muchos años..., soy inmortal...  ni los dioses me quieren en el otro mundo....

¿Y por qué sería eso?... Quizás por sus cuestionables costumbres.

- Cuando avises a los chicos dile a Valder que aborte el plan que tenía de emborrachar a Guileon... - Comentó. - De hecho, en cuanto salgas de aquí procura interceptar al muchacho, no vaya a ser que lo intente esta misma noche... - Apretó los dientes... Si Valder continuaba con su plan podía meter la pata hasta el fondo.

- Respecto a Urthen... sí, ha sido valiente por amor, pero sabe cuál es su deber para con la familia... para con la Casa. Y no se echará atrás con la boda. Hará lo que sea necesario por el bien de la familia. Es un buen chico. - Admitió.

Las palabras de Hazzea acerca de los Vance dieron más que pensar a Lord Haffer. ¿Eran en verdad taimados y peligrosos? Sí. Pero también había hablado francamente con Gianna, y la mujer le parecía una madre desesperada que había trabajado duro por restituir poco a poco la visión tan pobre que todo el mundo tenía de su Casa. 

Parecía sincera, y genuinamente preocupada. Si todo estaba siendo una manipulación... Lyonell había caído, puesto que la había creído. Había querido ayudarla a sabiendas de que había mandado matar a su propia hermana.

¿Quería seguir dándole un voto de confianza? No estaba seguro.

Y entonces Hazzea volvió, como un perro de presa, a la pregunta sobre el encamamiento. Lyonell miró a la mujer que tantos años de su vida había dado por la casa Haffer.

- Va a ser un problema. - Le confesó. - Sabéis que soy un hombre de honor... Nunca jamás fui infiel a Lady Loara. - Añadió siendo totalmente sincero. - Pero tras su muerte... Bueno. Al poco de su fallecimiento tuve un momento de debilidad... que ahora, diecinueve años después, he vuelto a repetir. - Agachó la mirada por un momento. Era obvio que al propio Lyonell le preocupaba pensar mucho sobre ese tema.

Levantó la mirada. - Ni una palabra a nadie de esto. Era Morna. Lady Morna. - Dijo revelando el nombre de la mujer por la que llevaba tantos años sintiendo algo. - Después de aquella primera vez me aparté de ella porque era una mujer casada... - Se mordió el labio, enfadado consigo mismo. - Pero hoy tampoco pude resistirme... - 

- Ella no se lo ha dicho nunca a nadie, en todos estos años. Y yo tampoco... - Aclaró a Hazzea. - Y quiero que esto siga así... No lo comentéis con nadie... pero está bien que lo sepáis... por si acaso. -

Cerró los ojos un momento.

- Ahora mismo no tengo ni idea de lo que hacer. - Lyonell siempre había sido un ejemplo. Siempre sabía qué era lo correcto y qué hacer por el bien de la Casa... Pero en esos momentos se estaba mostrando vulnerable. Tal y como se sentía.

- ¿Valder iba a emborrachar a Guileon?.... - Ahora sí que se la veía preocupada -... No hay nada más impredecible que un joven bebido..., por los Siete..., por eso yo nunca bebo vino en las celebraciones oficiales e importantes, nunca se sabe si me puede dar por tocarle el trasero a los grandes señores de Poniente, por cierto, el vuestro Lord Lyonell es bien prieto... - ¿de verdad era necesario dar esa información?

- Bien, en primer lugar parar a Valder, en segundo lugar hablar con Ulther de las cartas.... - iba anotando mentalmente sus quehaceres mientras su señor parecía tener cierto conflicto moral interno, para finalmente hablar de sus sentimientos -...Sé que sois un hombre de honor.... - dijo la maestre comenzando la frase en los preámbulos hasta que.... hasta que.... ¡¡¡¿¿¿QUÉ???!!!!

- Querido Lord.... - la mujer se permitía denominaciones privadas que en otros contextos no estarían bien vistas -...Os quiero hoy más que nunca por vuestras sinceras palabras.... Y quiero que sepáis que comprendo vuestro... ¿cómo podíamos llamarlo?... Deslicillo.... es normal que sintáis atracción por Lady Morna, es hermosa y una gran mujer.... Y vos alguien que podría rehacer su vida y volver a ser feliz...

Hazzea, se permitió un tiempo de silencio, uno desorbitadamente largo para provenir de ella, la mujer que más se movía a pesar de su dificultad

- Habéis sucumbido ante la misma mujer dos veces en vuestra vida, y por la forma que ha quedado vuestros aposentos no me cabe la menor duda de que la amáis...., pues sois un hombre honorable y viudo, nada malo habéis hecho, más que salvar a una dama atrapada en un matrimonio que no le aporta felicidad alguna y que, si su esposo la engaña, le estaríais dando la suficiente confianza como para dar pasos en pos de su liberación... - la maestre suspira -...No deberíais encontraros más veces hasta después de la boda porque la hacéis peligrar y es lo último que queremos... Y es ahora cuando realmente no debería contaros lo que se me ocurre, porque al fin y al cabo sois un hombre de honor, pero si queréis estar con lady Morna, yo os puedo ayudar... De hecho, imaginad el devenir, Urthen y Becca juntos con hijos, aunque mi niñito Haffer busque "otras emociones" para ser algo más feliz.... Y vos y Morna, para siempre... Y yo criando los nietos, ohhh.... me encantaaaaa...... - y ciertamente se la veía emocionada, se estaba tomando muy bien estas informaciones.

- Lord Lyonell, confiad en mi, vuestro secreto está a salvo conmigo y yo antes de que finalicen las fiestas os contaré otro, pero debéis dejarme proceder... No os acerquéis más en privado a Lady Gianna, eso podría dar que hablar, pero sonreid mucho en su dirección y jugad con ella, que se emocione, pero que siempre os acompañe uno de vuestros hijos, esa mujer no es para vos, pero los Vance no pueden saberlo... Así los demás pensarán que tenéis interés sobre la mujer... No os encaméis de nuevo con Lady Morna, al fin y al cabo las paredes y los criados hablan, no deseamos que haya una afrenta entre ambas casas... Y yo buscaré la manera de descubrir si Lord Ethal le es infiel a Morna con Thaena, y me tomaré libertades que no pienso comentaros, por salvaguardar vuestro honor y el de la dama que amáis... - miró la cama, ¿se atisbaba un rubio cabello? O quizás fuera su imaginación.

Hazzea puso una mano sobre el hombro de su señor, en una actitud tranquila, serena, como si controlara la situación - Recordad, "tranquilos como el estanque, intrépidos como el río"... Debéis ser tranquilo con respecto a vuestra actitud con las damas, pero no bajar la guardia, de ahí que seáis intréìdo y siempre atento a las nuevas noticias que vayan surgiendo, las cuáles debo conocer todas... - suspira -... Voy a hacer todo lo que esté en mi mano para daros felicidad, no dudéis de ello... Y para eso, debo ponerme a trabajar... Hablad vos con Valder y Urthen, explicadle lo que sabéis, yo debo moverme por otras líneas para conocer los secretos de Ethal y Thaena, los cuáles, no dudéis, tendrán sus propios intereses, pues si esta boda fracasa y Morna muriera, el poder lo obtendría su esposo y su ramera... Quizás sean pensamientos rebuscados, pero peores cosas he leído en la Ciudadela... Solo os pido que vigiléis a Morna desde la distancia, que nadie pueda hacerle daño... - dijo mostrando preocupación antes de querer salir.

Antes de que finalizasen las fiestas, Hazzea planeaba contarle otro secreto. Lyonell no estaba seguro de si su corazón podría soportar otro más. Suficientes amagos de infarto había tenido en los dos últimos días.

- Soy un hombre de honor, pero hasta los hombres de honor pueden pecar. - Advirtió a la maestre.

Respiró hondo. Miró a Hazzea como si pensase algo más... pero acabó asintiendo.

- De acuerdo. Me comportaré con Gianna y los Vance tal y como indicáis. - Confirmó. - Hablaré con Valder y Urthen antes de que alguno meta la pata... - Se llevó una mano a la sien. Empezaba a dolerle la cabeza.

- Y vigilaré a Morna en la distancia. - Admitió también. No es que fuera algo que no hubiera hecho ya, aunque confiaba plenamente en la capacidad de ella para gestionar a sus propios hombres y encargarse de su seguridad.

Esperó otro par de segundos antes de mirar a Hazzea y añadir.

- Acepto que te tomes esas libertades que mencionas, pero no nos pongas en peligro... ni a los Haffer, y aquí te incluyo a ti, ni a Morna. - Comentó. Pero luego hizo un añadido importante. - Y ni se te ocurra intentar algo contra la vida de Esthal. - 

El rostro de Lyonell se volvió la máscara impenetrable y severa que usaba cuando estaba en reuniones importantes y quería expresar un punto de vista que para él era inalterable e inamovible. No iba a ceder con ello. Quería a Hazzea lo más lejos posible de cualquier cosa que pudiera relacionarla con un posible fallecimiento de Lord Hawick. Ya había habido indicios, o sutiles y veladas referencias al fallecimiento de Lord Vance... No podían permitirse algo igual con sus mayores aliados.

- No muevas hilos ni hagas nada que pueda atentar contra su vida. Para lo demás, tienes vía libre. - Volvió a decir para que quedara claro.

Giró el cuello hasta que crujió un poco.

- Mañana va a ser un día largo... Muy largo. -

Parecían llegar a puntos en común menos en una pequeña cuestión, un detallito insignificante que la anciana, con su particular sentido del humor, determinó añadir.

- De acuerdo, no "intentaré" atentar contra Lord Esthal... Si busco matarle acertaré a la primera.... - definitivamente Lord Lyonell ya estaba mayor para ese tipo de bromas y más si provenía de la maestre, que era conocida porque la información le entrara por una oreja y le saliera por la otra, extraño hecho teniendo en cuenta la cera de sus oídos -....jijijijijiji... - bromeaba, ¿no era para matarla?...

- Las libertades a veces nos llevan a situaciones confusas, pero tranquilizaos... No haría nada que pusiera a ningún Haffer ni a Lady Morna en peligro... La unión será fuerte y la descendencia llegará... ¿Os imagináis ser abuelo de un pequeñín Haffer-Hawick?... Ya lo veo..., berreando con pulmones profundos... Espero que sea alegre como Urthen porque como tenga vuestro lúgubre carácter.... - y así se iba la mujer yendo hacia la puerta, siempre diciendo algo más de lo debido, traspasando los límites de la paciencia, pero para qué negarlo, Hazzea se desvivía para con su familia, poniendo incluso en peligro su propia integridad pero las órdenes habían sido claras y debían ser cumplidas.

Bien nada haré contra la vida de Lord Esthal, pero..., ¿Y si otros se encargaran al respecto?... Con lo maravillosos que son los crímenes pasionales.

Y así salió la mujer dando rienda suelta a su imaginación, aunque en realidad, otra idea tenía en mente y nunca, la maestre nunca dejaba de hilar, y ya más que telaraña, parecía que realizaba un edredón de ganchillo.

Fuera, en el pasillo se escuchó un ruido característico de ella. Seguro que nadie más entraría en el dormitorio esa noche si no quería que los vapores tóxicos le aniquilaran.