- ¿A la familia de Thaena?- preguntó, sin comprender, absolutamente extrañada- Pero Bessa, ¿tienes pruebas de eso? -cuestionó- Es algo... Súmamente importante. Algo que podría ayudarme a negociar con Lady Gianna. No de primeras, obviamente, pero, en caso de que esa mujer no accediese a razones... Se le podría hacer algún recordatorio.-indicó, entrecerrando ligeramente los ojos, mientras se secaba las mejillas con el pañuelo gris.
- Por otra parte... Thaena. Bien, esa muchacha claramente está enamorada de Valder Haffer. Y Bessa, tú tienes razones de sobra para no querer tener que ver con los Haffer, pero Valder no es un mal muchacho. Ni él, ni su hermano. Ellos no... No tuvieron nada que ver con esto, hija. Si ella desea estar con él y puede darse la posibilidad, ¿le restarías la felicidad a tu amiga?-preguntó, de manera casi retórica- Lo que sí preferiría, es que no le dijeses nada, de momento, sobre el asunto de Nueva Esperanza. Si ella lo supiera, tendríamos un elemento menos con el que negociar con los Vance. Y si acabases... Unida a la familia de Guileon, quizá no nos convendría que los Blanetree supieran algo así, de haber pruebas fehacientes. -dijo, inspirando, profundamente- Tenemos que jugar nuestra baraja al completo, Bessa. Tenemos que ser astutas. Tenemos que evitar que ese hijo tuyo, mi nieto, quede sin un apellido. -indicó- Eso te destrozaría el futuro, Bessa. A ti, y a tu hijo. Obtendremos lo mejor para ambos. O al menos... Lo intentaremos.-declaró, apoyando una mano sobre su vientre, con la palma abierta- Por los Siete. No hace ni dos días... Que tu padre comentaba que pronto nos darías nietos.-confesó, notando cómo se le estrangulaba de nuevo la voz, aclarándose la garganta, y suspirando, buscando de nuevo la entereza.
- Te encargarás de hablar con Guileon. Pienso negociar con Gianna un matrimonio. Lo antes posible. Y tendré que decirle la verdad, Bessa. -advirtió- Tiene que saber que es tan responsable de esta situación como nosotras. -indicó- Y aunque es mi intención exponerte lo menos posible, Lady Harriet quizá deba saber lo que ocurre en realidad. Ya has visto que no se toma las mentiras demasiado bien. Y si ya tiene rumores al respecto, y esa serpiente Cleve ha hablado con ella... Es mejor que seamos honestas. Al menos ante nuestra señora.
―Sí, mamá ―dijo, asintiendo―. Tengo pruebas, unos documentos que indican que sus tierras, títulos y legado pertenecen a una rama de su familia. No me gustaría que las usaras, pero quería que lo supieras.
Al escuchar a su madre, torció el labio y rodó los ojos al escuchar hablar de los Haffer.
―Supongo que no, no puedo estar segura. ―Luego sacudió la cabeza negativamente―. No, mamá. Si se casaran sería la primera en felicitarla. Lo sé, ya te dije que no quiero decir nada, pues Guileon confió en mí para que se lo guardara… de ti ―dijo, sintiéndose culpable―. Y le tengo cariño, creo que es mi amigo, aunque haya rechazado varias veces mi amistad.
Bajó la vista, aceptando las palabras de su madre.
―Sí, quiero que mi hijo pueda recibir nuestro legado, y que se críe aquí, en Fuerte Floresta. Algo que me negasteis en esa negociación ―apuntó, aun molesta por ello―. Debisteis decírmelo, pues de todas las condiciones, esa fue la que más me dolió.
»Además, quería decirte que siempre tuve un plan personal, y ahora podría tener más sentido. Si Thaena se casa con Valder tendríamos, por mucho que me pese cierta influencia con los Haffer, además si los rumores son ciertos no creo que veamos muchos herederos por parte de Urthen, así que mejor para nosotros ―le explicó, sonriendo con timidez―. Y si me caso con Guileon creo que hará lo que yo quiera, así que creo que podríamos conseguir Nueva Esperanza para nosotras, mamá. Eso sí todo va bien, sino pues ya veremos.
Bessa mostró una sonrisa triste cuando mencionó que su padre quería nietos. Ella recordaba muy bien lo que le había dicho en el torneo, que algún día le gustaría que los tres pudieran practicar juntos el tiro con arco, algo que le habían arrebatado los Haffer y una razón más para odiarlos con todas sus fuerzas.
Después asintió conforme a sus palabras.
―Hablaré con Guileon. No tengo ningún problema en que le digas la verdad a su madre, dile que confío en ella. ―Volvió a asentir―. Puedo hablar con Ser Clarinthe, creo que me tiene en estima, y la verdad es que me cae bien. Quiero creer que fue muy franca conmigo y se ha mostrado muy cercana por la muerte de mi padre, creo que podría ser una buena amiga. Hasta se ofreció a instruir personalmente a mis hijos si así lo deseaba, aunque claro, eso era cuando debían ir a Aguasdulces.
»Lady Harriet no sé si llegará a tenerme en mucha estima, creo que sigue bien su lema «Familia, deber, honor», y quizás yo solo he cumplido con el primero… ―Suspiró―. Tampoco sé como se lo tomará que además quiera quitarle a uno de sus candidatos más fuerte para desposar a Ser Clarinthe. No creo que vaya muy bien, debemos ir con cuidado, mamá.
Bessa se acercó a su madre y le dio un beso en la mejilla.
—Te quiero mamá.