Historia antigua

—Prométemelo, Ned —repitió como un eco la voz de Lyanna—. Prométemelo.

Cuando Edddard Stark volvió al Norte, cumplió su promesa. Las cosas podrían haber sido muy distintas si Robert Baratheon hubiera sobrevivido a la batalla del Tridente. Si los Lannister hubieran cambiado de bando. Si hubiera alguien a quien llamar Matarreyes.

Pero el reinado del Rey Loco se extendió cuatro años más. Cuatro años de injusticias, de fuego y de sangre. Cuatro años de locura y dolor. Hasta que él mismo quemó sus aposentos con él dentro, creyendo que podría hacerse uno con el fuego.

Para entonces las cosas habían cambiado. Ya no quedaba ningún Arryn en el Nido de Águilas, ni ningún Baratheon en Bastión de Tormentas.

Lyanna tenía razón al pedirle a su hermano aquella promesa. El Norte debía hincar la rodilla para sobrevivir.

La muerte del Rey Loco trajo la paz. Elia Martell, con su hermano Doran como consejero, fue la mejor Regente que los Siete Reinos pudieron tener. Sus leyes pensaban en el pueblo antes que en ella misma. Tomó decisiones que muchos desafiaron, pero se impuso a ellas con mano férrea. Extendió desde Dorne a los Siete Reinos el derecho de las mujeres a la sucesión. Les abrió las puertas de la Ciudadela.

Pero ninguno de los hijos de Elia Martell llegaría al trono. El pequeño Aegon sufrió un accidente mientras jugaba con Viserys Aliento de Dragón, y a la joven Rhaeys la mató un guardia enviado por los enemigos de la Corona.

Finalmente fue el propio Viserys Targaryen quien, siendo el quinto hijo, tomó la responsabilidad de sentarse en el Trono de Hierro. Su Alteza Viserys Targaryen, el Tercero de su Nombre, Rey de los Ándalos, los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino. O, como se hacía llamar, Viserys Aliento de Dragón.

Muchos nobles agradecieron el cambio, al principio. Tener a alguien de sangre real al mando sin las ideas de Elia Martell parecía prometedor. Pero el Rey Loco no era nada en comparación. Su determinación de unificar los Siete Reinos en uno, de ser adorado por todos a cualquier precio y de reinar a través del miedo le hizo ganarse el odio de cada Casa de Poniente. Pero cada pequeña muestra de rebeldía —imaginaria o no— era reducida a cenizas, literalmente.

Hizo falta que Jon Fuegoscuro, hijo de Raeghar y Lyanna y capitán en los ejércitos de Su Alteza, encendiese la mecha del verdadero fuego. Falto de apoyos, El Rey Viserys perdió Desembarco del Rey en sólo dos días. Y cuando se le dio la oportunidad de abandonar Poniente conservando la vida, a condición de no volver, se lanzó con las manos desnudas contra quien lo había derrotado. Ni siquiera llegó a acercarse. Lady Brienne de Tarth, quien se convertiría en la Comandante de la Guardia Blanca de Jon Fuegoscuro, lo abatió.

Fueron tiempos convulsos, y el bastardo no se sentía cómodo en el trono. Tras dos años reinado Jon Fuegoscuro fue el primer Rey en abandonar el Trono y convertirse en un miembro más de la Guardia de la Noche, abdicando en favor de su tía, Daenerys Targaryen.

Historia reciente

Han pasado más de trescientos años desde entonces. Nadie queda con vida que recuerde esos sucesos y ya a nadie le importan. Los hechos y las leyendas se mezclan, y sólo algunos tomos recogen cómo sucedieron las cosas. Desde entonces algunas de las Casas más poderosas de Poniente se han extinguido, mientras que otras se han alzado. Matrimonios, guerra, muerte... La mayor parte de los habitantes de los Siete Reinos siguen preocupándose sólo de tener algo que llevarse a la boca al día siguiente.

Todos han dejado atrás aquellas historias.

El sol se alza una vez más en los Siete Reinos. En Desembarco del Rey el joven Daegon Targaryen lleva ya una hora entre libros. Tiene sólo siete años, pero el joven Rey se toma muy en serio estar preparado. Alyanne Nymeros Martell, su tía y Regente, aún tardará un rato en ir a buscarlo para llevarlo a desayunar. Es un joven inteligente para su edad, pero no deja de ser un niño. El niño más poderoso de Poniente, con una enorme fascinación por el fuego.

Hoy tiene una cita importante. Él mismo ha pedido que se convoque a representantes de las Grandes Casas. Quiere conocerlos en persona y establecer buenas relaciones con todos ellos.

Desde el Norte acude Lady Maege Stark, Señora de la Casa Stark y Guardiana del Norte, quien quiere aprovechar para tratar el asunto de la Guardia de la Noche. Desde Lannisport viaja Ser Garetta Lannister, segunda hija de Lord Kendall, Señor y Guardián del Occidente. Haciendo más de la mitad del trayecto juntos llegan Lady Harriet Tully, Señora de Aguasdulces y Lord Jon Baelish, Señor del Valle y Guardián de Oriente. También acude Lord Wilder Penrose en representación de su esposa, Lady Meria Penrose, Señora de Bastión de Tormentas. La reunión la completan Lord Todric Hightower, Señor de Antigua y gobernante del Dominio y Lady Nymeria Nymeros Martell, Señora de Colina Fantasma desde que Lanza del Sol se hundió en el mar, y Guardiana del Sur.

Pero esa no es la historia que nos preocupa ahora.

La historia que nos atañe a nosotros comienza hace catorce años, cuando Lady Harriet y Lord Edmure Tully se enfrentaron una al otro por el dominio de Aguasdulces. Siendo mellizos, ambos decían tener el derecho a gobernar por encima del otro. Aquella guerra dividió Las Tierras de los Ríos, y aunque Lady Harriet se alzó con la victoria lo hizo perdiendo un ojo y un hermano.

Como en cada guerra hay vencedores, y hay vencidos. Entre los primeros están dos de los grandes aliados de Lady Harriet: la Casa Hawick y la Casa Haffer. Y entre los segundos, la Casa Vance, cuyo único hijo fue tomado como pupilo por los Hawick.

Si las heridas que crea una guerra pueden cicatrizar, ahora se acerca el momento de la sutura. Con el cercano enlace entre la primogénita de los Hawick y el de los Haffer, se ha invitado a la casa Vance también a la ceremonia. Todas las familias parecen abiertas a las negociaciones y quizá, sólo quizá, sea la oportunidad perfecta para forjar nuevas alianzas.

Pero deben tener cuidado.

Y es que como alguien dijo una vez, cuando juegas al juego de tronos, o ganas, o mueres.

Sociedad

La sociedad de la ambientación en la que jugaremos está basada en la obra de George R. R. Martin, pero con algunos cambios sustanciales.

Sigue tratándose de una sociedad de clases, donde la mayor parte de la población son plebeyos cuya mayor aspiración es tener comida y un lecho caliente. Con un poco de suerte, cuando la cosecha sea mala su Señor será benevolente, y no les obligará a pagar la misma cantidad de impuestos ni les expulsará de sus tierras. Y si tienen más suerte todavía, ningún soldado o miembro de la guardia abusará de su poder.

Pero centrémonos en la nobleza. Para empezar, hombres y mujeres tienen los mismos derechos y el mismo estatus. En las Casas nobles la sucesión va por orden de nacimiento, independientemente del género. Esto se extiende a toda la población: nadie en los Siete Reinos se ve beneficiado o perjudicado por su sexo. Ellas pueden convertirse en maestres, o en septonas, o formar parte de la Guardia Real. Ellos pueden llevar la economía doméstica, ser cocineros o dedicarse a cuidar de los hijos. Lleva tanto tiempo siendo así que nadie le da ninguna relevancia. Para los habitantes de Poniente, eso es lo normal.

Además de esto, es común respetar la orientación sexual de cada uno. El único inconveniente que alguien puede poner es por motivos sucesorios. Pero si no necesitas un heredero, o si eres del pueblo llano, nadie juzga con quién pasa uno su vida.

También han cambiado las piezas del tablero. Ya no existen las casas Arryn y Baratheon, y la casa Tyrrell ha sido sustituida por la Hightower como la más poderosa del Dominio. En el Norte los Stark siguen al mando de Invernalia, con relaciones menos fluidas que en los libros con el resto de los Reinos. Por su parte, en Aguasdulces, recientemente una guerra entre hermanos mermó a la casa Tully. En esa zona es donde nos centraremos.

Religión

La religión es una parte importante para muchos habitantes de Poniente. Algunos son más devotos que otros, pero pocos se atreven a negar su existencia. 

En los Siete Reinos casi todos los niños son criados rezando, ya sea a la Fe de los Siete o a los Antiguos Dioses, siendo esta última casi exclusiva del Norte.

Fe de los Siete

La Fe de los Siete es la más extendida en los Siete Reinos. Su libro sagrado es La Estrella de Siete Puntas, en el que se recogen las creencias de esta religión, así como algunas leyendas sobre el rey ándalo Hugor de la Colina.

La Fe venera a los Siete, una única deidad con siete aspectos o rostros, cada uno representando una virtud diferente. Los creyentes rezan a un aspecto específico de los Siete para pedir ayuda y guía dependiendo de su necesidad.

Los aspectos son:

• El Padre, o Padre Celestial, representa el buen juicio. Es descrito como un hombre con barba que carga una balanza. Se le ora para pedir justicia.
• La Guerrera, representa la fuerza en la batalla. Lleva una espada. Se le ora para pedir coraje y victoria.
• El Herrero, representa los oficios y las labores. Lleva un martillo. Se le ora cuando el trabajo necesita ser hecho, para tener la fuerza de concluirlo.
• La Madre, o la Madre Celestial, representa la maternidad y la crianza. Es la protectora de los niños. Es representada como una mujer con una sonrisa amorosa y personifica la misericordia. Se le ora para pedir fertilidad y compasión.
• El Doncel, representa la inocencia y la castidad. Se le ora para pedir la protección de la virtud.
• La Vieja, representa la sabiduría. Carga una linterna. Se le ora para pedir guía en los momentos difíciles.
• El Desconocido, una excepción entre los Siete, representa la muerte y lo desconocido. Los creyentes rara vez buscan sus favores, pero los renegados y criminales se sienten representados por él.

Además, esta fe es tan predominante que ha acabado por dar forma al calendario por el que Poniente se guía.

Los Antiguos Dioses

Los Antiguos Dioses de los Hijos el Bosque son numerosos espíritus sin nombre de las piedras, la tierra y los árboles. Se desconoce el nombre que los Hijos les daban y son conocidos como Antiguos Dioses en contraposición a los Nuevos Dioses traídos por la Fe de los Siete, que reemplazó su culto en casi todo el continente, excepto el Norte y entre los salvajes más allá del Muro.

Los Antiguos Dioses es una religión que da mucha importancia a los arcianos, que son árboles de corteza blanca y hojas rojas, algunos con caras talladas. Estos árboles son sagrados y constituyen el cuerpo de los dioses y se dice que es a ellos adonde va la persona al morir, convirtiéndose en parte del bosque. No hay organización, clero, movimientos evangélicos o textos sagrados, pero los seguidores pasan algunas tradiciones de generación en generación.

Algunas acciones, como el incesto, el asesinato de alguien que lleve la misma sangre que el asesino y la trata de esclavos se consideran ofensas a los dioses, mientras que las leyes de la hospitalidad eran sagradas y respetadas.

Los arcianos con rostros tallados en la corteza se denominan árboles corazón y se consideran sagrados. Las oraciones, juramentos y matrimonios se realizan en presencia de un árbol corazón. Se desconoce el significado o el propósito de los rostro tallados. En la antigüedad, todas las casas nobles tenían un Bosque de Dioses con un árbol corazón en el centro, pero la mayoría de las familias dejaron de venerar a los Antiguos Dioses para pasar al culto de la Fe, por lo que estos bosques se han convertido en simples jardines.

Otros

Aunque estas sean las religiones más extendidas en los Siete Reinos, no son las únicas. De vez en cuando se oyen historias sobre Sacerdotes Rojos capaces de ver el futuro en el fuego, aunque pocos saben a quién adoran realmente. Existen rumores de que el Rey Niño, Daegon Targaryen, debe tener cerca a alguien que sigue esa misma fe, aunque es el Gran Septón quien se está haciendo cargo de su formación religiosa.

Además, últimamente cerca de las Tres Hermanas han aparecido algunos fieles a un culto que se creía olvidado. Adoran a Nuestra Señora de las Olas y al Señor de los Cielos, quienes cada vez que copulan provocan tormentas. Esta religión promueve el sacrificio de los niños enanos, entre otras cosas, y se suponía desaparecida.

Calendario

Los años estarían comprendidos en 7 periodos de 49 días cada uno. De esta forma, cada "mes", se correspondería con una de las representaciones de la fe de Los Siete; El mes del Padre, mes de La Madre, etc. Es decir, cada año equivale a 7 meses de 7 semanas y semanas de 7 días. De igual forma, los días de la semana se corresponden como los meses.

ORDEN:

Padre - Madre - Guerrera - Vieja - Herrero - Doncel - Desconocido

Por ello, los años serán de 343 días y no de 365, aunque el día sí será el equivalente a 24 horas.

Ejemplo de fecha: 2º día de la Madre. Mes de la Guerrera. Año 537 D.C 

El 2º día de la Madre corresponde al día de la Madre de la segunda semana. El Mes de la Guerrera corresponde al 3er mes, por lo que esta fecha correspondería al día 107 del año. 

Cómo tratar a otros personajes

Sabemos que tratar adecuadamente a otros personajes en una ambientación como esta puede ser complicado. A la época medieval se suma que es una versión fantástica con cambios de títulos, nombres... Por eso hemos decidido dar una pequeña guía de cómo tratar a otros personajes sin ser maleducado. Podéis consultar el Estatus de cada personaje haciendo clic en su fotografía.

En cuanto a cómo diferenciar al Señor o Señora de una Casa de otros nobles, usaremos la misma convención que recomienda R.R. Martin. Al referirse o hablar de los personajes que gobiernan la casa, se usarán las mayúsculas en el título: Lady Hawick o Lord Haffer, o también usando los nombres de pila: Lady Gianna o Lord Esthal. Al referirse o hablar de personajes nobles que no son los líderes de sus Casas, se usarán las minúsculas en el título: lord Guileon o lady Thaena.

En cuanto al trato hacia las mujeres y hombres que forman parte de una orden de caballería, el título adecuado es Ser, seguido del nombre de pila: Ser Garetta o Ser Jonos.

En caso de estar ante alguien de tu mismo estatus o superior el trato correcto será de vos. La conjugación correcta de los verbos al usar la forma de voseo es con la segunda persona del plural: «Vos me agradáis», «vos tenéis las cosas claras», «¿Os gustaría tomar un pastel?».

Si estás tratando a alguien de estatus inferior, el trato adecuado suele ser de tú.

Aunque estas normas son generales, puede hablarse de vos también a nobles de menor estatus, o incluso a plebeyos de modo excepcional, por educación o respeto. Del mismo modo, fruto de la confianza, puede tutearse a alguien a quien normalmente se trataría de vos, aunque suele hacerse únicamente cuando se está a solas.

Rituales de enlaces matrimoniales

Mañana del matrimonio: La misma mañana del enlace, se realiza el desayuno de intercambio de regalos. Todos los invitados, o en ocasiones solo realizado para miembros de la familia, desayunan todos juntos y otorgan a los futuros esposos diversos regalos. Desde armas, hasta libros, pasando por joyas etc.

En el septo: Se formulan los siete votos, se invocan las siete bendiciones y se intercambian las siete promesas; se entona la canción nupcial y si nadie se alza para impedir el enlace, se produce el intercambio de capas. Cada uno de los novios porta la de su propia Casa, hasta que su madre, su padre o su tutor se la quita de los hombros y se la cambia por la del otro, con sus propios colores, simbolizando así la unión entre ambos. Tras ello los novios se intercambian la palabras rituales («con este beso te entrego en prenda mi amor y te acepto como mi señor y esposo / y te acepto como mi señora y esposa») y se besan en los labios; el septón concluye la ceremonia con la siguiente fórmula: «Aquí, ante los ojos de los dioses y los hombres, proclamo solemnemente a [Insértese nombre del pj] de la Casa [Insértese nombre de la casa] y a [Insértese nombre del pj] de la Casa [Insértese nombre de la casa] esposos, una sola carne, un solo corazón, una sola alma, ahora y por siempre, y maldito sea quien se interponga entre ellos».

La cena: Obviamente, se realiza después del enlace matrimonial, de modo que ambos ya están desposados ante los dioses. Suele haber diversos platos de todo tipo, gustos y sabores. Desde entrantes y sencillos, hasta exquisitos y elaborados, terminando con numerosos postres. Durante la cena, desde bardos y danzas hasta diversos espectaculos son mostrados en representación y honor a los recién casados, para el disfrute de los invitados. En un momento dado de la cena, cuando está llegando a su final, se produce el llamado al inicio del ritual del encamamiento.

El Encamamiento: En este ritual los hombres asistentes a la boda (no familiares de la novia) suelen desvestir a la recién casada, entre comentarios varios, hasta llevarla a sus aposentos. Las mujeres invitadas (no familiares del novio) suelen realizar lo contrario, se dedican a desnudar al recién casado hasta hacerlo llegar a los aposentos maritales. Tras haber cerrado las puertas, y con los recién casados haciendo el coito, hay ocasiones en las cuales los invitados, al otro lado de la puerta, realizan diversos comentarios fogosos para darles ánimos.

Programa de festejos

Sobre las bodas y el estatus

Los enlaces matrimoniales son, ante todo, la unión —de momento— de un hombre y una mujer ante las personas y ante los Dioses. Los ritos son diferentes según la religión de los novios, pero una cosa tienen en común: en la nobleza todos ellos son un enlace entre Casas.

A la hora de plantear un matrimonio hay muchos factores que intervienen. Alianzas, amistades, qué puede aportar cada Casa... Una cosa que está clara es que en muy rara ocasión contraen matrimonio dos personas de estatus diferente, y cuando esto sucede el motivo suele ser de peso.

Basándonos en un ejemplo de los libros, las hijas de los Tully se casaron con sendos señores (o heredero, en el caso de los Stark) de Grandes Casas. Ser hijas no herederas hacía que su estatus fuera ligeramente menor, pero sus Casas sí poseían un estatus equivalente y políticamente era conveniente. Además, cualquiera de ellas era una de la mejores opciones de todo Poniente, y viceversa.

En cualquier caso, cuando se da un matrimonio lo más común es que sea entre dos personas del mismo estatus. Si no es así, la diferencia suele ser como mucho de un punto, y aún así según el caso ya podría haber habladurías y considerar que uno de los cónyuges no está a la altura del otro. Y prácticamente nunca la diferencia es de más de un punto. Puede haber alguna excepción contada. Un ejemplo de ello en esta partida es Lady Morna, que se casó con alguien de Estatus dos puntos por debajo del de ella por motivos muy concretos y dio mucho de qué hablar durante mucho tiempo.

Si tenéis cualquier duda, estamos aquí para resolverla. Además, recordad que tanto los personajes jugadores como los no jugadores tienen en su descripción su estatus de manera pública, por si queréis consultarlo.