4º día del Doncel. Mes del Doncel. Año 242 D.D.
Lugar: Sala pequeña.
Lord Urthen encontró a la maestre Hazzea en una sala pequeña donde los nobles que se habían acercado a ver la ejecución al patio habían dejado a los más pequeños, considerados tal vez demasiado jóvenes para asistir. Soldados Tully custodiaban el lugar, a ambos lados de la puerta.
La maestre estaba en ese momento junto a una mesa, en la que había mosto, agua y leche, además de pastelitos. Parecía que acababa de quedarse sola cuando el Haffer entró.
- Mi querido.... - iba a decir la anciana cuando se percató que el título de Urthen ya no era al que estaba acostumbrada, aunque aún no hubiera sido oficial -... Mi.... milord.... - hizo la reverencia que acostumbraba a realizar ante Lord Lyonell.
El rostro de la mujer lucía serio, pensativo quizás, y es que no había dejado de dar vueltas en su cabeza ante los últimos acontecimientos -... ¿Cómo os encontráis Lord Urthen?... ¿Algo que pueda hacer por vos?.... Necesito saber si la boda sigue en pie, y qué informaciones tenéis al respecto sobre lo... acontecido... Ha llegado a mis oídos que Ser Guileon ha sido desheredado... ¿tenéis constancia de ello?.... - le mira con curiosidad, y es que si Urthen le guardaba secretos, caería de la misma manera que su padre lo había hecho.
A diferencia de hasta hacía un rato, Lord Urthen vestía ahora con un jubón de cuero azul oscuro de hombreras pronunciadas y mangas larga en color marrón, cuyo interor que se asomaba por el cuello, así como el detalle de los guantes que vestía, era del rojo característico de su casa.
Sigo siendo vuestro niñito Haffer, maestre, al menos en privado. - le dedicó una sonrisa afectuosa, aunque cansada. Sus ánimos ya estaban por los suelos, y con justa razón. - Si estamos solo los dos, no hay necesidad de título - le aseguró a la mujer que lo había criado.
Tomándose un minuto antes de responderle, respiró profundo y fue junto a ella - Tomemos asiento - le pidió, esperando a que ella lo hiciera para él mismo sentarse. - Estoy bien, maestre. Tan bien como se puede estar, supongo. - sintió su corazón encogerse. Le era relativamente fácil mantener la compostura en nombre del honor frente a extraños, pero frente a su maestre aquella dificultad incrementaba considerablemente. Aún así, lo intentaba. Quería ser fuerte para ella, como lo era para Valder.
No sé aún si hay boda. Lady Morna había dicho que sí, pero pidió pensárselo luego de que Bessa le susurrara algo. Supongo que mi prometida no está muy convencida - sonrió de medio lado con amargura. Se sentía francamente derrotado a estas alturas, aún con los méritos que había conseguido. - No sé a que os referís con lo acontecido, la verdad. Bastantes cosas importantes han sucedido. ¿A las acciones de mi padre? - inquirió, posando sus ojos en ella antes de continuar - Al menos lo de Guileon pareciera ser verdad. Lady Gianna le regaló sus tierras a Lady Harriet frente a todos, así que los Vance podrían dejar de existir, aunque Lady Harriet no ha dicho nada al respecto aún. - se encogió de hombros.
Entonces, decidió ir a lo importante, tomándole las manos a su maestre.
Os debo una disculpa. Sé lo importante que era para vos ver mi nombramiento, y ya ha ocurrido. Me preguntaron si debían llamaros, maestre, pero estaba preocupado por vuestra reacción anterior y pensé que debiais descansar. Estamos en un momento muy delicado con los Tully, el ambiente entre nobles en ese instante era muy tenso y hostil, y temí que si alguien os provocaba tuvieran que sacaros de ahí otra vez con peores consecuencias - bajó la mirada apenado - Espero sepais perdonarme, maestre.
A la maestre no le pasó desapercibida la manera elegante que tenía de vestir su niñito Haffer, pensamientos que fueron reforzados con las palabras del muchacho que en la intimidad de lo privado, le permitía seguir llamándole como durante tantos años había hecho, asintiendo la anciana ante sus palabras
Ambos tomaron asiento y tras tomarse Hazzea su tiempo en el proceso, le miró a los ojos, a la espera de sus palabras pues aquella reunión no era casual, habían muchas cuestiones que tratar, y alguna de las más relevantes, como el tema de la boda -... Si Lady Morna ha dicho que sí, la boda debe celebrarse, querido Urthen, es necesario que así sea... - dijo la mujer con rotundidad -...Vuestra prometida no tiene potestad de decisión, y creedme que sería buena cosa que el enlace se celebrara... Las casas Hawick y Haffer son poderosas unidas, si los Vance se unen a los Hawick vais a perder mucha posición de poder y esto a lo largo de los años hará que la casa Haffer se convierta en una menor, resienta su economía y afecte a la seguridad de sus tierras... Supongo que para mantener el trato inicial debido las circunstancias deberéis ofrecer algo más al aporte matrimonial... Ya sea ceder en el apellido Hawick como el de la familia, o aportar las tierras íntegras.... Esto en caso de que se decida no seguir adelante.... Yo de vos iría a ver a Lady Morna y mostrar interés en la unión....
- Vuestro padre insultó a la familia de la novia en las negociaciones y aunque me temo que las acusaciones que le han llevado a la muerte han sido falsas, ahora quien está en peligro directo sois vos.... ¿No lo veis Urthen?... Alguien quiere anular la boda porque sabe que con el enlace ganaréis... No debéis retroceder en lo pactado, os jugáis la honorabilidad de vuestro nombre.... - insistió la anciana -...Guileon ha hablado conmigo justo antes de ahora, Urthen, él va a recuperar las tierras, esto es una treta y quiere que yo sea su maestre, ha venido a mi para solicitarme ayuda..., pero eso implicará traicionarte a ti, le he dicho que debo pensarlo... No quiero dar pasos sin consultarte, sin estar de acuerdo contigo... Tu padre no me escuchaba y mira donde está... No cometas sus fallos... Yo te quiero como un hijo, no podría soportar perderte, y esta boda es muy importante, debes mantener las negociaciones, entregar a Lady Morna vuestra buena voluntad y ser convincente con los beneficios... Si queréis, yo os acompaño para hablar con ella....
Escuchó lo del nombramiento con tristeza en la mirada, estaba claro que no esperaba haber sido apartada de aquel acontecimiento que era tan importante para su querido niñito Haffer, pero no hizo mención a aquello, pues ya estaba hecho, y lo importante quedaba pendiente.
- Los Tully quieren unirse con los Hawick, y por eso atacaron duramente a los Haffer, pero no podrán hacer nada contra vos quedando ya pocas horas para el enlace... Sed listo y hablad con Morna, convencedla, y uníos a Bessa, ese es el mejor futuro que puedo desearos... Y era lo que finalmente quería vuestro padre, no hagas que haya muerto por nada.... - insistió la maestre.
Urthen se mantuvo en silencio ante las preocupaciones y consejos de la anciana mujer, bajando la mirada, buscando escucharla. Dedicó toda su atención a los detalles de los que le proveía, intentando darles vueltas en su cabeza, a pesar de que ahora mismo muchas otras preocupaciones y pesares que le imposibilitaban mantener la claridad de mente ideal.
Había cosas que aún tenía que terminar de procesar antes de poner en palabras, muchas cosas, y si algo había aprendido justamente de su padre era que ser impulsivo no conducía a nada.
Lady Morna pidió considerar su decisión tras la intervención de Bessa, maestre, y Lady Harriet se lo concedió. Hasta donde sé, aún no da respuesta definitiva. - explicó, visto que no lo había hecho bien en un primer momento. Del resto, no dijo palabra. Había comentarios que agradecía, otros que le confundían y otros que derechamente le enfadaban, y por lo mismo prefería no hablar. No hasta que pudiera decidir bien qué creía al respecto con algo más de sensatez de la que ahora poseía.
Os agradezco que no toméis decisiones sin mí, maestre. Yo tampoco quisiera perderos. - dijo con una sonrisa breve en la comisura de los labios - Será mejor que nos pongamos en marcha para hablar a tiempo con Lady Morna - dijo tras una exhalación, poniéndose de pie - Sin embargo, quiero que acordemos algo antes. Si me acompañáis, podréis susurrar a mi oído, pero no quiero que digáis una sola palabra por mi en la negociación. Estaréis ahí para aconsejarme y hacerme notar lo que mi propia percepción o experiencia no vea, como sé que bien haréis, pero dejadme el hablar a mi a menos que os pida lo contrario directamente. - dijo primero, con un tono firme pero amable - Yo os escucharé, maestre, sabéis que lo haré como lo he hecho toda mi vida, pero necesito que vos confiéis en mi también si en algún momento no actúo según vuestro consejo. Hay muchas cosas de las que me he enterado recientemente que no queda tiempo a resumir que pueden cambiar la marea, y por eso necesito que cada nimio detalle, por pequeño que sea, me lo comuniquéis. Necesito que actuéis no solo como mi consejera, no solo como observadora, sino como constante discernidora de la verdad y la mentira. Necesito que actuemos juntos, maestre, como un solo bloque, como espero podamos liderar la Casa Haffer. Quiero que estéis a mi lado, y estoy dispuesto a poner las manos al fuego por vos, pero vos y yo bien sabemos que no ha sido él el único acusado de traición. - la miró con expresa seriedad - Si confío en vos, maestre, si os doy el beneficio de la duda, es porque os quiero y confío en vos. Probadme que no estoy en lo equivocado, probadme a mí y al resto que no sois como mi padre.
Suspirando, añadió una última cosa antes de continuar.
La condición para mi nombramiento, tras la traición de mi padre, fue cederle la administración de la mitad de las tierras por diez años a alguien designado por los Tully. Las habían expropiado bajo sus cargos, y Lady Harriet me las cedió a mi como persona de confianza, no como heredero de mi padre. Creí que deberiais saberlo.
Dicho esto, le ofreció el brazo para ayudarla a caminar y se dirigió hacia la salida.
- Susurrar en el oído de alguien excluyendo a la otra persona de la conversación es maleducado, y se corre el riesgo de que Lady Morna escuche si tiene buen oído lo que digo, y en caso contrario os deja en mal lugar porque pensará que sois un niño a quien su maestre debe guiar... Mejor Lord Urthen, yo os sugeriré a vos, pero las decisiones finales serán siempre vuestras, tal y como hacía con vuestro padre.... Y si lo que digo crees que se extralimita de mis funciones, siempre podéis hacerlo notar o sencillamente, no hacer lo que yo digo.., vos sois el Lord, yo solo aporto el conocimiento y la experiencia de escritos previos al que se tomarán en los libros ahora que comienza vuestra historia.... - dijo la anciana
- Mi señor, las lenguas hablan por las esquinas, si tenéis dudas sobre mí preguntad a Ser Guileon por las respuestas que le he dado... Si tenéis dudas, preguntadme abiertamente y os diré la verdad sobre lo que os crea malestar, así como los porqués de cada silencio.... Cada respuesta tiene un contexto y si dudáis de mi, señor, quizás lo mejor es que no sea vuestra maestre porque con el tiempo la brecha será cada vez más grande....- anunció la anciana cogiéndole el brazo y moviendo negativamente la cabeza -... Querido mío, sabed que al final, los Tully han ganado....- y no parecía muy satisfecha ante esa aseveración final.