Partida Rol por web

Noche del 1 de Mayo (madrugada del 1 al 2 de Mayo)

Tras un día agotador, te acuestas y rápidamente quedas profundamente dormido.

A altas horas de la noche, cuando tu cerebro se encuentra en el punto álgido de la fase REM , un sonido suave repetido durante media docena de veces logra despertarte.

El sonido parece como si de un arrastrar de pies se tratara, como de alguien que arrastrase los pies. Proviene el sonido del otro lado de la habitación, que por lo demás está en un completo silencio.

Al abrir los ojos, ves que la habitación está bañada de una luminiscencia verdosa que emana desde los pies de tu cama, distingues una silueta humana que no puedes reconocer, no se te muestra con total nitidez. La silueta parece gesticular e intenta parlotear (pues ves lo que parece la boca abriéndose y cerrándose).

Me gusta dormir, siempre duermo plácidamente. Si no es por el exceso de alcohol es por la ausencia de mala conciencia. Rara vez me despierto durante la noche, ni siquiera a causa de la vejiga llena. Esta noche no, esta noche todo ha cambiado.

Soñaba, sí, estaba soñando. Me hallaba en la cabecera de una enorme mesa llena de platos suculentos. había tantos que era difícil decantarse por uno o por otro para hincar el diente. Mientras me decidía entre la becada y el jabalí estofado, comencé a servirme una copa de champaña y... arrastré el plato de la becada hacia mí. Sonó muy raro, ¡así no suena el frotar de un plato contra un buen mantel de hilo!, y, ¿por qué ese brillo verde?

Abrí los ojos. Lo vi. Estaba allí, en mi casa, en mis aposentos privados. ¡Por el amor de Dios, si tiene boca!... el terror me paraliza, no puedo hablar ni moverme, solo sudar e intentar tragar saliva, quiero cerrar los ojos pero no puedo.

Mientras contemplas la escena horrorizado, gran parte de la cabeza de la aparición desaparece, como si hubiera sido arrancada por una bestia invisible.

El espectro o la aparición o el fantasma o lo que demonios sea, tropieza, y trastabillea por toda la habitación, al tiempo que más y más parte de la cabeza va desapareciendo hasta no quedar nada de la misma.

En ese momento, el cuerpo del espectro queda rígido y a los pocos segundos, desaparece por completo. Sacudes la cabeza sin poder creértelo del todo, miras el reloj que hay en la mesilla de noche, pasan dos minutos de medianoche. Ya es 2 de Mayo...

Me incorporo en la cama. Me cuesta respirar y aún tengo la horrible imagen de esa boca abriéndose y cerrándose ante mí. Busco con la mano temblorosa el vaso de agua de la mesilla y lo apuro de un trago. Tras unos segundos me levanto lentamente de la cama, siento mi abultado vientre bambolearse bajo el pijama. Busco por la habitación. ¿Lo he visto o lo he soñado? Si fuera cierto debería quedar algún resto, o quizá no.

Examinas la habitación, nada extraño encuentras salvo un débil olor que no logras identificar, aunque lo que es seguro es que es similar al olor del almizcle.

Nada, nada por ningún lado. Un momento, ese olor animal no es normal, no en mi habitación a medianoche.

Intuitavemente, reconoces la aparición como Philip Baxter, un antiguo profesor de la Universidad. Esa persona sin cuya ayuda no estarías donde estás.

No puedes asegurarlo a 100%, pero había algo en la forma de la silueta, su perfil, sus gestos, su forma de actuar, de mover la boca, que te recuerda a él.

Sin más dilación, intentas dormir algo y te preguntas si no sería conveniente telefonear mañana al profesor y quizás contar lo sucedido a alguien de cofianza como uno de tus mejores amigos, el investigador Konrad Summers.

Caes en un profundo sopor, tan profundo que hasta tú te sorprendes, pues cuando te acostaste pensaste que te costaría conciliar el sueño, si es que acaso lo conciliabas, pero sorprendentemente has dormido del tirón  hasta poco más de las 9 AM, hora en la que abres el ojo y tras comprobar que no hay aparición ni nada que se le parezca y sin estar muy seguro de si lo has soñado , miras el reloj y te despiertas.

¿Era un sueño?

No, tienes la certeza de que no fue un sueño.

-¡Dios santo! si son ya las nueve, no puede ser. 

Me incorporo de la cama y vuelvo a darle vueltas a lo de anoche. Aún me estremezco de pensar en esa horrible aparición. La idea de que sea mi querido profesor Philip Baxter añade más confusión al asunto.

-Le llamaré y me quitaré esta macabra idea de la cabeza, si, vaya que si. Y luego me voy a comer unos buenos huevos con bacon para compensar lo de anoche.

Más animado ante esa idea me dirijo al teléfono para localizar al profesor... Es buena hora, a estas horas ya suele estar despierto.

Pides a la operadora que te pase con la residencia Baxter, tras un par de tonos, una voz femenina contesta al teléfono, la voz se escucha temblorosa

- ¿Residencia Baxter, dígame?

Tan sólo con escuchar la voz femenina intuyes que algo va mal, muy mal.

- Por el amor de Dios, ¿por qué está temblando su voz? Todo va bien, seguro que todo va bien. Seguro que le acaba de dejar el novio o algo así, seguro que sí, mi viejo profesor esta desayunando plácidamente. Claro que sí.

- Hola buenos días, soy Harper Welles, ¿podría pasarme con el profesor Baxter, si es tan amable? Siento llamar tan temprano. Espero que esté ya levantado.

- ¿QUÉ? - grita la voz desde el otro lado, la mujer está histérica. Entonces reconoces la voz, es el ama de llaves de Baxter, una italoamericana, Ángela se llama - ¡ ES QUE NO HA LEÍDO EL PERIÓDICO DE HOY! -  en verdad aún no lo habías leído, estaría sobre la mesa de la cocina, donde lo habría puesto tu propia ama de llaves , Sara. Escuchas como la mujer rompe a llorar- le ruego que me perdone señor Welles, el señor Baxter falleció ayer. Todos estamos muy afectados como comprenderá - dice ya más calmada, te quedas de piedra al oir la noticia.

Un sudor frío recorre mi espalda. Me quedo colgado del teléfono, como si el auricular fuera lo único que me ancla al mundo real, al mundo cuerdo.

-No puede ser, no, no, no. Baxter no. Era él quien que me visitó anoche, yo tenía razón, no quería verlo por el amor de Dios,  ¿que pesadilla es esta?

Cuelgo el teléfono de un golpe, más bien lo dejo caer, aún escucho los sollozos de su ama de llaves mientras el auricular corta la conexión. Lejos han quedado los huevos y el bacon, por mi garganta no podria pasar ni un hilo de agua pura. Me dirijo como una marioneta a por el periódico. Quiero saber que ha pasado.

Corres hasta el piso de abajo, rebuscas en el periódico leyendo aquí y allí hasta que das con la esquela: el ama de llaves no mentía.

- Es real, está muerto, muerto de verdad. ¿Qué demonios está pasando aquí? He de averiguarlo, el pobre Baxter me ayudó mucho en su momento.

Me dispongo a vestirme mientras pienso como abordar a la pobre familia de Baxter, debo expresar mis condolencias, pero también indagar sobre la aparición nocturna. Salgo de casa sin desayunar, cosa increíble en mí y me dirijo con paso ligero hacia la residencia Baxter.