Sonreí afable al descubrir la actitud decidida del peculiar profesor, sin duda alguna tenía la sensación de que su colaboración nos sería de gran ayuda.
-Llevamos un par de días en busca de indicios... – Informé mientras buscaba algún lugar en la mesa apropiado para albergar la no escasa cantidad de documentos recopilados hasta la fecha.
-Familiarizarse con el difunto, su familia y amigos, es clave. – Afirmé compartiendo al mismo tiempo los documentos personales de Philip.
-Éstos son extractos, resúmenes de sus diarios personales, parte de su correspondencia... – Sin duda consideraba que debía de leerlo todo aunque algunas de ellas no eran tan apremiantes y podría hacerlo en otro momento.
-Pertenecía a un grupo de eruditos, autodenominados “La academia del martes por la noche” y según estos documentos parece que él mismo le robó a su hermano Julián la fórmula de la droga. – Resumí muy brevemente con la intención de aplacar las primeras incógnitas de Vladimir.
No obstante me mantendría en silencio mientras “se ponía al día”, encontraba interesante y oportuno escuchar sus propias conclusiones antes de “contaminarle” con las nuestras.
Balin, cuando puedas ponle los documentos en la otra escena ;).
Aún un tanto reticente por compartir todos esos datos con el extraño doctor, le pongo en antecedentes:
- Mire doctor, este es un asunto muy sensible y que a mí me toca en lo personal. El profesor Baxter fue mi mentor, cuando empecé a hacerme preguntas acerca de su repentina muerte no intentaba remover basura, solo hallar respuestas.
Tras una breve pausa en la que aprovecho para asegurarme de que he captado su total atención, prosigo:
- Los hechos que hemos investigado apuntan a una muerte misteriosa, conforme más escarbamos, más complicado se vuelve todo. Hasta llegar al diario onírico y a usted. Eso que le ha entregado el señor Hall es un buen resumen de lo obtenido.
—Entonces siento decirrle que quien prregunta lo que no debe, escucha lo que no quierre —contesto a Harper mientras comienzo a mirar los papeles que me han dado.
Tras un par de minutos los he leído todos, mientras los he ido colocado en dos montones distintos. Una vez acabo con el último los vuelvo a juntar y se los devuelvo a la pareja.
—La verrdad es que todo esto sólo hace que surrjan más prreguntas, perro no otorrgan muchas más rrespuestas. ¿Han hablado con el herrmano del Prrofesorr? ¿Qué saben acerrca de ese Club de los Marrtes? ¿Y de sus miembrros?
Dicho esto, pero su respuesta. Es posible que ya tengan alguna de esas respuestas.
-No hemos tenido oportunidad de saber mucho más de lo que aquí se ha mostrado. –Expongo a modo de aclaración mientras vuelvo a guardar los documentos de forma ordenada en el interior del bolsillo.
-En una ocasión hablé con uno de sus miembros, Silas Paterson, pero ni siquiera lo mencionó. – Y yo por aquel entonces no estaba al tanto de nada. – Es antropólogo y gran amigo del fallecido. Al resto no les conozco.
-Sugiero que vallamos ahora en busca de respuestas. Empezando por el propio Silas o por Julian, el hermano de Philip.
- Y no nos olvidemos de Emmott, el hijo del profesor Baxter. Estaba en la lectura del testamento y no pareció nada satisfecho con el resultado. Aún guardo su tarjeta.
Tras pensar durante un momento tomo una decisión.
- Creo que deberíamos empezar por Julian, el sacerdote. Al menos me conoce y quizás su hermano le hubiera revelado algo del famoso club. Deberíamos dejar a Silas para el final, no me cabe duda de que será un duro hueso de roer.
Por otra parte no puedo evitar recordar a Konrad.
- Si pudieramos acceder a los archivos del doctor... ¡maldita sea! el trabajo se nos acumula. En marcha.
Escucho detenidamente las palabras de los hombres. Parece que tenían claro por donde tenían que ir. No obstante, mi ayuda les vendrá bien. Al menos, yo estoy dispuesto a creer en algo mucho más que ellos, por muy reticente que me muestre.
Antes de partir, digo a los dos hombres—. Entonces caballerros, parrece que tenemos clarro a dónde tenemos que irr. No obstante, me queda una última prregunta... ¿Han rrevisado la casa de Baxterr?
—Ese es el único punto que pueda arrrrojarr más luz a esto, y lo único que nos queda por mencionar —termino diciendo, mientras comienzo a guardar mis papeles y demás cosas que tenía sobre la mesa. Mis investigaciones son demasiado valiosas como para dejarlas sin guardar.
-Si, gracias a la señora Angela, quien fuera ama de llaves del difunto, hemos podido examinar su casa. – Señalé, intentando aplacar sus últimas cuestiones. - Muchos de los documentos presentados han sido recopilados allí.
-Por cierto... – Tras pensar con detenimiento, aún quedaban cosas por mencionar, tal vez no sirvieran de nada, pero no podía dejar de comprobar aquella posibilidad... – Uno de nuestros compañeros fue mordido por una extraña araña que habitaba en el desván y ahora se encuentra hospitalizado. Presenta un estado de coma difícil de predecir – desconocía el amplio abanico de posibilidades que la palabra ocultismo podría albergar y ante aquella ignorancia solo se me ocurría preguntar. - ¿Conoce de alguna especie capaz de eso?
-Hablemos en el coche. ¡No hay tiempo que perder!
dirección julian.