Partida Rol por web

Tras el almuerzo los investigadores se personaron en el despacho de Braddock, pero lamentablemente, no hubo ocasión de poner en práctica el plan de elocuencia con el Juez. Pues según os informó su secretaria, se había ido a pescar a paradero desconocido. Normalmente estaba un par de días fuera cuando se iba a pescar, así que os había dejado las llaves del mueble archivador de su despacho para que buscáseis bajo la atenta vigilancia de su secretaria (por si acaso).

Teníais hasta la hora de la cena para encontrar algo de valor.

Con el ánimo decaído tras el fracaso en la consulta del doctor Walters comienzo la búsqueda en los archivos del juez, de momento debo dejar de pensar en Konrad o perderemos también estas preciosas horas.

- Adelante, a ver si tenemos más suerte que con los archivos del doctor, no me gustaría verme en un callejón sin salida.

No puedo evitar sentir ciertos nervios con la inquietante y molesta presencia de la secretaria, siempre ojo avizor. Aún así no cejo en el empeño de encontrar algo de interés entre todo aquel papeleo.

Aun con el amargo sabor del estrepitosito fracaso anterior recorriendo mi seca e irritada garganta me dispuse a afrontar junto con mis acompañantes una nueva búsqueda. Con la esperanza de que esta vez resultase mucho más provechosa.

-Esperemos que no sea así, amigos...

Entré en la estancia tras la invitación de Harper, y sin más dilación comencé con la búsqueda.

Nuestro anterior fracaso me tenía algo quemado. El caos en aquel lugar era grande, pero me tenía por un tipo al que se le da bien buscar y recavar información. No entendía como no podía haber encontrado nada.

Y, para colmo, cuando llegamos no hay nadie. Por un instante, pensaba que estábamos en un callejón si salida. No obstante, nuestra suerte dio un vuelvo, al decirnos la secretaria que podíamos registrar el lugar.

Así, pasé con el resto a ver qué documentos había. Lo cierto es que había mucho trabajo, pero algo me decía que si nuestra suerte había cambiado, cambiaría aquí también.

—Tengo el prresentimiento de que no serrá así —respondo al comentario de Welles, mientras me pongo manos a la obra. Lo cierto es que no encontrar nada me había frustrado bastante, pero tal vez, en un lugar más organizado como parecía este, tuviésemos suerte.

Así, y mientras la secretaria nos observaba, comencé a buscar. Ojalá aquí encontrásemos algo de luz, porque comenzaba a estar bastante perdido...

Los archivos del Juez Braddock están distribuidos de la siguiente manera:

Dos grandes secciones marcadas con la etiqueta "Juicios", que se componen de los procedicimientos de los últimos años - suponéis que sólo los importantes - y algunos procedimientos de otras ciudades que es posible que fueran del interés del Juez o que los utilizase como base para alguna de sus Sentencias.

El resto del archivo, otras dos secciones, no están marcadas y contienen papeles personales del Juez así como financieros que intentáis no leer más de lo necesario, aunque no podéis evitar descubrir que el Juez goza de una excelente salud financiera, tiene varias cuentas a su nombre - está divorciado -y amplios caudales.

Durante aquella tarde, dos documentos relevantes aparecen en el registro:

Una carpeta en la que... ¡Oh sorpresa! Un juicio contra Colin Baxter en 1921 por robo. Fue declarado culpable y el Juez Braddock ofreció al Reo dos opciones: Ir a la cárcel o enrolarse en la marina mercante. Obviamente Colin no era tonto...

En la parte de archivos personales encontráis algo también de sumo interés:Un préstamo de Philip Baxter a su hijo Colin por valor de 5.000$, entre los papeles bancarios del préstamo, hay una factura de un barco comprado por Colin a través de un banco de San Agustín de la Florida, en Florida.

Aquella tarde no da para más y la secretaria del Juez entra varias veces y carraspea exageradamente invitándoos a marchar.

- Hummm...-pensaba Michael- así que el otro hijo de Baxter está en San Agustín de la Florida- algo que ya sabíais -pidió dinero a papá para montar la empresa. Y todo vino por haber tenido problemas con la justicia. Me pregunto si el Juez Baxter habría dado la salida del ejército a cualquier hijo de vecino, imagino que no. Bueno señores, es la hora de la cena, poco queda hacer por hoy. Propongo volver mañana a la Consulta del Doctor a intentar de nuevo encontrar alguna pista. ¿ Les parece?

Se cruzó de brazos esperando respuesta mientras la secretaria les miraba rogando con la mirada que por favor se marcharan.

—Sí, serrá lo mejorr. Además ya nos aprremian parra que nos demos prrisa —digo haciendo un gesto con la cabeza hacia la secretaria, que estaba esperando desde hacía un rato para que nos marchásemos.

Preguntaría que donde y cómo íbamos a quedar para dirigirnos juntos, pero sería mejor esperar a salir de aquel lugar. Al menos, teníamos un dato más, en toda esta red que estábamos desentramando. De cada hilo que tirábamos, la cosa se complicaba más.

Y esto me empezaba desconcertar...

- Hora de irse... lo cierto es que la secretaria del juez me estaba poniendo nervioso sin dejar de hacer ruiditos a nuestras espaldas.

- Ahora toca descansar esta noche y, como bien dice el señor Hall intentar algo mañana por la mañana en la consulta del doctor Walters.

Me muevo aparatosamente hacia la salida, arrastrando todos mis kilos. No puedo evitar estar preocupado por la falta de acceso a los documentos del doctor, mañana cuando se lo volvamos a a pedir: 

Los tres hombres se retiran a descansar hasta el día siguiente...