8 de Mayo, 14:23
Tras el almuerzo, los tres hombres con los buches llenos se descuelgan por el despacho del Juez. Según comentáis por el camino, el Juez es amigo de Philip Baxter de toda la vida, además de su abogado y de su albacea testamentario. Está divorciado (desconcéis el porqué) y se pasa las horas muertas pescando.
Su secretaria os recibe y os pasa a un despacho espléndidamente amueblado, con las paredes paneladas en roble oscuro y donde predomina el olor a madera y piel. Tiene un escritorio que es una auténtica joya y un sofá de tres plazas forrado de piel que debe costar una verdadera fortuna.
Tras el joyesco escritorio está sentado el juez firmando una serie de documentos cuando entráis.
- Señor Welles y compañía. ¡ Qué sorpresa! - dice sin ningún entusiasmo -no tengo mucho tiempo.... -dando a entender que necesitaríais hacer uso de vuestra Elocuencia para captar su interés.
- Me temo que aún se sorprenderá más cuando le expongamos el motivo de nuestra visita... comento a modo de saludo y paso a las presentaciones... le presento al señor Hall, investigador; y al profesor Kuznetsov, experto parapsicólogo.
-Buenas. -Sonreí de forma leve y fingida a modo de saludo. Sabía que no era muy bien recibido en aquel lugar y procuraría mantenerme al margen en todo lo posible para no perjudicar los diálogos de mis acompañantes.
Al menos el juez no me utilizaría de escusa...
Confiaba en que ellos pudieran sacarle algo.
Motivo: elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 89 (Fracaso)
—Buenos días Señorr Brraddock —saludo al hombre mientras le miro de arriba a abajo. Desde luego, llamar la atención con bonitas palabras no era lo mío.
Así, miré al hombre de arriba a abajo, en busca de alguna pista que me indicase como llamar su atención con algún tema que pudise dominar. No obstante, me pareció un tipo corriente, sin nada que llamase la atención.
No obstante, era posible que Welles pudiese lograr que el tipo colaborase con nuestra causa.
Motivo: Elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 23 (Fracaso)
Motivo: Psicología
Tirada: 1d100
Dificultad: 45-
Resultado: 84 (Fracaso)
Mira con desconfianza a Michael y con extrañeza a Vladimir, no obstante es un hombre educado y contesta cortesmente
- Mucho gusto en conocerles. Señor Welles, como le digo, no dispongo de mucho tiempo así que cuénteme cuál es el motivo de su visita- le ha faltado decir "ve al grano "
- Juez Braddock, estamos aquí para solicitarle acceso a los archivos del doctor Walters.
Contemplo con serenidad la asombrada cara del jurista y prosigo.
- Mi amigo y compañero Konrad Summers fue picado por una araña en la residencia del difunto Baxter. Ahora mismo esta en coma, al parecer el mismo estado en que quedó hace años Cynthia, la hija del profesor. Necesitamos saber que ocurrió con ella y como se curó de su letargo.
Apoyo las dos manos sobre la mesa del juez cargando todo mi peso sobre ella y sentenció:
- Señor Braddock, la muerte de mi mentor está llena de sombras, esta picadura es una de ellas. ¿Nos ayudará a resolverlas?
Motivo: Elocuencia
Tirada: 1d100
Dificultad: 5-
Resultado: 92 (Fracaso)
- ¿ Por qué dice eso? El asunto de la picadura es extraño... aún recuerdo lo de la pequeña... aunque nunca me he llevado muy bien con los hijos de Philip. Una pena cómo le han salido los tres. ¿ Por qué dice que su muerte está llena de sombras? Creía que la cosa estaba bastante clara. Usted mismo vino al funeral y a la lectura del testamento.
El Juez no parecía que fuese a ser convencido facilmente.
Adoptando un tono solemne contesto al juez Braddock, quien parece que por fin se ha interesado por nosotros.
- Como bien sabe siempre fui muy cercano al profesor, el me apadrino durante mi estadía en la universidad y alcanzamos bastante amistad. Es por ello que tras unas cuantas pesquisas me embarqué en esta investigación acerca de su muerte, en un principio solo quería quedarme con la conciencia tranquila.... no obstante cuanto más ahondaba, mas turbio se volvía todo.
Señalando a mis compañeros:
- Gracias a ellos y al señor Krammer estamos avanzando mucho, hemos descubierto que el profesor Baxter tomaba extrañas drogas... y no vi que el forense hiciera mención a ello. Sabemos de buena tinta que la picadura de su hija es idéntica a la que ahora padece el señor Krammer. Esto le ocurrió mientras investigamos en casa del profesor.
Hago una pausa para observar su reacción y prosigo.
- A su vez, Julian Baxter no nos ha sido de gran ayuda, al igual que su sobrino Emmott, hay algo oculto que se nos escapa de las manos y estoy empezando a creer que la muerte del profesor esta de alguna soterrada y oculta manera conectada con aquella picadura de araña de hace tantos años. Por ello es primordial que podamos ver los archivos del doctor Walters.
- ¡DROGAS! ¡ No puedo creerlo! Philip no era de esos, me cuesta mucho creerlo. Si dicen que tomaba drogas no sería de Motu Propio, estoy seguro. No, no puede ser.
Es mucha casualidad la misma picadura después de tantos años...- sacó a relucir su parte detectivesca.
- Les diré lo que haremos, llamaré al Doctor Walters para que puedan ver sus archivos mañana por la mañana. Por la tarde le dejaré la llave de mis archivos a mi secretaria para que también echen un vistazo, pero no saquen ningún documento, se lo pido por favor.
- Y Les daré un último consejo, no se fíen mucho de la familia Baxter. El único que valía algo era Philip, ni Emmott ni Julián son gente...sana.
Y se puso en pie dando por finalizada la entrevista.
De repente la situación dio un giro que nunca me hubiera atrevido a imaginar. Aquel hombre, aquel... vejestorio engreído, decidió dar su brazo a torcer frente a mi buen amigo Harper, cuya actuación y discurso, por otra parte, no daban muchas más opciones a alguien que valorase la honradez y la sinceridad.
Sonreí ante lo que aquel logro supondría. Y sin perder más tiempo, me despedí de aquel juez de forma respetuosa y agradecida.
-Ha sido muy amable... – Dije acompañándolo con un leve gesto de cabeza y párpados.
Abandoné la estancia con decisión, pues aún temía por que acabara retractándose de sus palabras si le dejábamos unos pocos segundos de reflexión.
Tras estrecharle la mano al juez abandono su despacho acompañado por Hall y Kuznetsov aún en estado de shock. Me resulta difícil creer que haya podido convencerle tan rápido, sin duda mi amistad y mi preocupación por el difunto han debido teñir mis palabras y han logrado remover el espíritu de este hombre que tan cerrado me pareció al entrar.
Sea como sea tenemos el camino expedito, así que borro de un plumazo la idea de asaltar la consulta del doctor con bastante alivio para mi conciencia.
- Señores, está hecho. Mañana a primera hora a la consulta del doctor, no quiero esperar ni un segundo para recuperar a Konrad.
No puedo creer cuando Welles cuenta toda la historia al juez. Sin duda, no era lo que yo hubiese, y por supuesto, no era lo que esperaba.
Aún así, el resultado es indiscutiblemente bueno. Debía de comenzar a pensar de otra manera, porque era curioso ver cómo había funcionado la verdad.
Una vez nos despedimos del juez, no puedo evitar decir a Welles— Estoy imprresionado señorr mío. No puedo crrer que contarr la verrdad haya podido funcionarr. Me descubrro ante sus métodos.
Dicho esto, añado—. Su amigo erra investigadorr, ¿no? Sin duda necesitarremos a un prrofesional con todo lo que parrece que se nos viene encima.