Partida Rol por web

15:00 PM del 3 de Mayo de 1927,

A la hora señalada, Michael Hall se hallaba sentado en una pequeña salita de espera en la céntrica consulta de una planta del Doctor Walters, uno de los médicos más reputados de Providence.

La sala de espera se hallaba vacía, un conjunto de media docena de sillas y un cuadro que rememoraba un paisaje inglés en el que se veía a lo lejos un zorro y una partida de hombres detrás.

La secretaria/efermera se acercó hasta la salita y anunció con voz monótona:

- Ya puede pasar  señor Hall, el Doctor le espera en su despacho - e indicó el camino hasta el despacho del doctor, quedándose ella en el umbral.

Michael entró en el despacho, un escritorio bastante hortera sin ningún papel a la vista, una máquina de escribir en una mesita anexa y al fondo una camilla y un biombo.

Delante de la mesa tan fea del despacho dos sillas de conferencias.

Hace un gesto con la mano señalando la silla de la izquierda - siéntese señor Hall, haga el favor . Bueno, supongo a lo que ha venido así que pregunte.

-Buenas tardes. – Inicié  educado mientras me acomodaba en una de las sillas dispuestas enfrente de la mesa.

-Supone bien... estoy aquí por la muerte de Philip. – Aclaré sin necesidad alguna, únicamente por mera cordialidad.

-Me gustaría saber todo lo posible acerca de su enfermedad y la causa de la muerte. Sobretodo si encontró usted algo inusual en ella. – No tenía ningún conocimiento de medicina y cualquier explicación sería agradecida.

-Me han comentado que su salud era envidiable y que por ello su muerte ha sido mucho más sorprendente. 

Suspira

- Verá señor... Hall, como le dije esta mañana en el entierro, no puedo darle ningún tipo de información confidencial. Me está totalmente prohibido, colaboro asiduamente con la policía de Providence y ocasionalmente con autoridades centrales... tiene que comprenderlo.

-Lo sé… pero de alguna forma esperaba que pudiese usted solidarizarse con mi trabajo ya que se trata de uno de sus amigos y mi única intención es ver que no hay nada inusual detrás de su muerte. – Y por el momento hablaba de muerte y no de fallecimiento, pues yo entendía que ese segundo término era más natural que el primero, ese era el matiz que pretendía aclarar desempeñando mi tarea actual.

-Entiendo también que de existir, profundizar en cualquier anomalía pueda resultar gratificante para un científico de su prestigio. Cualquier descubrimiento solo aporta avance para unos y para otros. – Intenté también despertar su vocación profesional. Si había algo merecía la pena investigarlo (salvo que hacerlo le implicara de alguna forma) de lo contrario no había razón por la que debiera actuar de forma tan reservada.

-Yo también soy un profesional, le aseguro que no utilizaré nada de esa información para otra cosa que no sea ayudar a su familia. – Puede que el considerara que mi trabajo era muy diferente a los de aquellos con los que colaboraba, sin embargo la finalidad era la misma en la mayoría de los casos. Esperaba que pudiera comprenderlo.

Levanta  la mano en ademán despectivo - No insista señor Hall, no le contaré nada relevante. Para ayudar a la familia como usted dice, se basta y se sobra la policía en sí misma. Lo que puedo contarle es que el señor Baxter no tenía ninguna afección cardíaca conocida. Yo en varias ocasiones le vi en consulta y aunque si bien es cierto de que nunca le hice pruebas concretas respecto del corazón, jamás me comentó nada ni se quejó. Y la causa de la muerte fue un infarto y por favor no me pregunte nada más, me compromete.

Estaba claro que se trataba de un hombre con demasiados prejuicios como para tener alguna posibilidad de convencerle, no obstante también llegaba a comprender la situación profesional que se le planteaba y tampoco tenía derecho de exigirle que rompiera esa confidencialidad.

-Está bien... no obstante entenderá que ha sido todo muy repentino. Lo suficiente como para no descartar la posibilidad de que se haya podido inducir ese infarto tanto si ha sido de forma premeditada como casual… –No tenía razones para desconfiar de su palabra así que por el momento debía suponer que la causa de la muerte oficial era también la real, indagar en las diferentes posibilidades, aunque estas carecieran de base alguna, era lo único que me hacía proseguir en el asunto y no archivarlo como un fallecimiento más.

Siempre fui bastante imaginativo, de hecho, era capaz de encontrar en lo ocurrido algún parecido con la enfermedad que postró a su hermano en una silla de ruedas, ambas inesperadas, repentinas y sin explicación alguna.

-Me han comentado que su hermano sufrió también una terrible enfermedad de la noche a la mañana. ¿Podría revelarme algo al respecto? - Era muy osado preguntarle directamente por esa posible relación, tampoco pretendía quedar en ridículo al exponer mis especulaciones, tendría que ir descubriéndolo paso a paso, con actitud de ingenuidad y curiosidad inofensiva.

-En cuanto a su familia... –Una ligera pausa le permitiría aclarar que realmente no pretendía alargar aquel encuentro mucho más - y con esto podríamos terminar... ¿Tiene alguna idea de por qué su hija no ha acudido al funeral de su padre? – Pregunté intentando que no pareciese que la juzgaba de alguna forma, simplemente era una incógnita que aún me rondaba y Silas no había sido capaz de resolver.

Te das cuenta de que el Doctor está tremendamente apurado, sabe más de lo que cuenta pero algo le prohibe contar más cosas y está cerrado en banda y pasándolo mal. Lo más probable es que todo lo que está contando sea verdad y en realidad no le deje la policía revelar más datos. Se siente presionado y es casi seguro que no obtendrás nada más de él.

- No puedo decirle nada más sobre la muerte de Philip, pero hace bien en no descartar nada. Sobre su hermano, le diré que estaba ausente cuando sufrió el accidente y todo lo que sé es lo que se comenta en la ciudad, quedó paralítico de la noche a la mañana - se encoge de hombros -supongo que su hija no estará Providence.

-Muy bien, le dejo ya con su trabajo... – Asentí y me incorporé desde el asiento para estrecharle la mano en un gesto que representaba una despedida.

-Aquí tiene mi tarjeta por si me necesita en algún momento. – La dejé caer en el escritorio antes de irme, pese a mis palabras en realidad lo hacía por si cambiaba de parecer y quería colaborar conmigo de alguna otra forma.

-Buenas tardes. – Era hora de ir a la casa Baxter en busca de las respuestas que aún nadie me habían aclarado con seguridad.

Tomando la tarjeta

- Muy bien señor Hall, me pondré en contacto con usted si tengo alguna novedad o si me per... bueno si tengo alguna novedad- era evidente que no le dejaban hablar más.

Saliste de la consulta del doctor y de su gabinete, lo cierto era que había un par de personas de edad avanzada esperando en la salita de espera, el doctor tendría trabajo esta tarde.