Mediodía del 2 de Mayo de 1927
Estando Konrad Summers en su apartamento, recibe una llamada telefónica. Al contestar al teléfono recibe una sorpresa, es su buen amigo Harper Welles, profesor de la Universidad.
Harper y Konrad se conocen desde hace tiempo, en ocasiones Konrad ha tirado del profesor para que le suministrase información para algún caso concreto, e incluso en alguna ocasión, Harper ha hecho sus pinitos en un caso, ojeando documentación e intercambiando impresiones con Konrad.
El bueno de Konrad anda muy decaído últimamente, pues el negocio marcha algo flojo y Providence parece haberse vuelto el lugar más aburrido del planeta, eso por no hablar de que los mejores (y casi únicos) casos se los están llevando las agencias de detectives y en concreto ese tal Hall de la Agencia Pinkerton.
Así que los últimos días anda Summers casi las 24h metido en casa, de casa al bar y del bar a casa. Sí, Konrad ha vuelto a als andadas, necesita trabajar, mantener la mente puesta en algo o... Dios sabe en queé acabará todo.
Por todo lo anterior, Konrad contestó aquella manera al teléfono de mala gana pero al descubrir que era su amigo Welles, cambió el tono totalmente.
Podéis hablar libremente.
Aprecias de verdad a Konrad, pero sabes que ha tenido multitud de problemas y que todo lo que tiene de buen investigador , lo tiene de conflictivo.
Hace unos años Konrad era policía, buen policía, pero su temperamento y el alcohol en grandes cantidades, le llevó a cometer varias tropelías y peleas con sus superiores que le valieron su expulsión.
Después se puso por libre, al margen de las agencias y aunque al principio todo le iba bien, últimamente temes por él.
Harper Welles es prácticamente el únic amigo que tienes, es un tipo excelente, el mejor Antropólogo que conoces. En realidad no es de Providence, sino de Boston, vino aquí hace ya bastantes años a estudiar en la Universidad y al acabar los estudios le cogieron cariño y se quedó a dar clase en Brown (la Universidad de Providence) y se quedó a vivir en tu ciudad.
Es un amigo que siempre ha estado contigo y a diferencia de mucha gente, no te ha echado nunca nada en cara ni ha cambiado su actitud hacia ti a raíz de tu expulsión del cuerpo.
Tratando de despejar un poco su cabeza del sopor alcohólico provocado por la mezcla de bourbon y cerveza, Konrad sacude un poco la cabeza y se masajea las sienes, mientras trata de adoptar un tono de voz lo más afable posible. Harper era de las pocas personas que no le miraban como una mierda, un matón o un peligroso delincuente después de todos sus... "malentendidos" con la autoridad, y le convenía mantener esas amistades.
- Dime Harper, ¿como va?
Siempre se alegraba de oír a Konrad, es cierto que no tenía muy buena fama en los ambientes "normales" pero no le cabía ninguna duda de que era un hombre leal y noble... a su manera.
- Hola Konrad, te diría que aburrido como siempre, pero hoy es diferente... Le tiembla un poco la voz, quizá no sea un caso demasiado interesante para Konrad. No sabe muy bien como empezar.
- Verás, creo que tengo algo parecido a un misterio, a un caso, ya sabes. No sabía a quien acudir y he pensado en ti...Su voz tiene un timbre esperanzador pero titubeante.
Por fin, algo de trabajo. No le había ido nada mal y lo cierto es que precisamente dinero no necesitaba, pero desde que salió de la cárcel (otra vez) no había tenido ningún caso, salvo alguna paliza ocasional; se conoce que le habían cogido miedo. Por eso, con tal de hacer frente al tremendo aburrimiento, estaba dispuesto a aceptar cualquier cosa.
- Dime, dime. Soy todo oídos
Se me olvidó especificarlo: Konrad está recién salido de prisión :p
- No sé muy bien como empezar. Es un antiguo profesor mío, me ayudó mucho en la universidad. Impartía Psicología y su nombre era Philip Baxter... Carraspeo ligeramente y prosigo... el caso es que anoche murió de un ataque al corazón. Pudiera parecer normal porque sufría de problemas cardiacos pero...
Llegado este punto bajo la voz, dudo mucho si contarle el sueño que había tenido pero al final me decido.
- Verás, esto no es un caso ni nada si no te cuento todo. Anoche, más o menos a la hora de la muerte, tuve una "visión" por decirlo de alguna manera... mi voz ahora es casi un susurro... ¡le vi en mi habitación!... mi respiración es muy agitada como si acabara de realizar un gran esfuerzo.
Konrad se quedó callado unos segundos, pensando si se lo había imaginado. Joder, no había bebido tanto...
- ¿Como que le viste en tu habitación? ¿Que viste una foto suya o algo?
- Me temo que no me he explicado bien... veamos, pudo haber sido un sueño, pero no lo creo. Lo he dado muchas vueltas pero no fue un sueño. El meollo del caso es este: vi a Baxter la misma noche en que murió, en mi propia habitación. Creo que intentaba transmitirme un mensaje.
Resoplo con impaciencia, sin duda no me esta creyendo.
- Mira Konrad, sé que es difícil de creer, pero no te hubiera llamado si hubiera sido un simple ataque al corazón. He ido a la residencia Baxter y he hablado con el ama de llaves, Angela. A partir de ahí no sé continuar, por eso necesito tu ayuda. Tienes la esquela en el periódico. Ayúdame y te pagaré como si fuera un caso normal. Baxter era un profesor muy querido para mí, mañana iré al entierro en Swan Point, y bueno, no sé que más decirte.
Me quedo esperando su reacción.
Al otro lado del auricular solo se escuchaba la respiración de Konrad mientras pensaba en todo aquello. Se preguntaba que había bebido su amigo para ver fantasmas. Pero bueno, seria divertido indagar un poco, y además había dicho que le pagaría. Un caso fácil y además iba a cobrar. Perfecto.
- Me parece que te has vuelto loco, Harper. O eso, o tuviste un mal viaje anoche. Pero ¿que coño? No tengo nada mejor que hacer, y así de paso podríamos aprovechar para tomarnos algo. ¿Nos vemos mañana en el entierro?
- Mañana en el entierro, sí... mi voz suena muy aliviada...supongo que sí, hace mucho que no nos tomamos algo. Y después de un día tan extraño voy a necesitar algo fuerte que me caliente el gaznate.
Cuelgo el teléfono con una sensación extraña, no sé muy bien en que clase de aventura me he embarcado pero debo llegar al final del misterio. Si la visión quería advertirme o decirme algo... Dios que idea más loca.
Konrad colgó el teléfono, se sacó un puro del cajón del escritorio y lo encendió. Pensaba que la llamada que su amigo le acababa de hacer. ¿Fantasmas? Venga ya... Harper trabajaba demasiado últimamente.
- Que locura -dijo para si mismo
El resto del día lo pasó en su despacho, sin hacer nada en particular. Salió a estirar las piernas, a beber un poco, y poner en orden sus archivos, que no había mirado desde que retomó el trabajo.
Aprovechaste tu salida para comprar el periódico matinal, buscaste el periódico y leíste la esquela de Philip Baxter, en cualquier caso, era imposible salir a la calle y no enterarse de la noticia, en Providence no se hablaba de otra cosa.