Finalmente Nichole había decidido hacer caso del consejo de Steve y no irse sola. Cogió el cuchillo que Daphne le daba y se quedó mirando su filo, con los ojos muy abiertos y la piel del rostro pálida. Sentía náuseas sólo de pensar que tuviera que llegar a necesitarlo.
Se sentía mal por haber desvelado el secreto de Scott. Sólo necesitaba escuchar las palabras de Lara y ver su mirada para darse cuenta de que sospechaba de él. Si hubiera venido sola nadie se habría enterado... Frunció el ceño y levantó nuevamente la mirada, dirigiéndola hacia la ventana. Su piel se erizó al escuchar los pasos y su corazón dio un vuelco. ¿Y si era Scott...? Fuera quién fuese se había detenido, quizás al ver la luz a través de la ventana.
Vio a Daphne mirar con cuidado a través del cristal y después escuchó sus palabras. ¿Mindy? ¿Qué hacía allí? Miró de nuevo hacia la ventana, con el corazón acelerándose. Deseaba asomarse y poder ver qué ocurría, pero el miedo la tenía clavada en el sitio.
Sujetaba el cuchillo que Daphne le había dado con mano temblorosa. Lo apretó, intentando controlar el temblor que tenía y finalmente consiguió recuperar el control de su cuerpo para caminar, procurando no hacer ningún ruido, hasta llegar a la pared que había junto a la ventana. Se pegó a ella, con el cuchillo ligeramente alzado y se quedó alerta y con la mirada fija en los cristales, atenta a cualquier movimiento que pudiera denotar peligro.
«Mierda, seas quién seas da la cara...»
Renata alzó una ceja escéptica. ¿Porque estaba escondida allí fuera? Luego frunció el ceño. La única opción es que Gosthface siguiera allí cerca ¿pero dónde?
- Tiene que estar cerca - murmuró cogiendo un cojín con la mano libre mientras en la otra sostenia el cuchillo. Su cuerpo se desplazó ligeramente para no tener nada que limitara sus movimientos. Sus ojos buscaban algo... unos pies detrás de la cortina, una tela negra debajo de un sofá.
- Juntos somos más fuertes. Dile que venga - Hizo un gesto señalando la ventana para que supieran que se referia a Mindy.
—No sé... Si viene puede exponerse si es que alguien la está buscando. Pero... —observó más caras de sus compañeros con duda a la vez tras volver a mirar alrededor—, pero es verdad que si somos más es más seguro... Ojalá poder decirle sin delatarla.
Volvió a mirar alrededor, pero está vez para buscar papel y lápiz, quizás si le podía dejar caer una nota o algo podían comunicarse en silencio.
Steve recibió un mensaje que lo puso pálido, más aún si Ghostface estaba cerca como sospechaban. Así que sin decir nada le enseñó el mensaje a *Renata para que estuviera al tanto. Le hacía sentido que lo eligieran como objetivo, en la lucha entre ricos y pobres no les convenía que uno de los ricos se vuelva aliado de los pobres, eso no cuadra con lo que están tratando de vender y así como era inconveniente para su padre, estaba siendo inconveniente para quien estaba moviendo los hilos detrás de la máscara.
Pero tenía dos opciones: quedarse paralizado por el miedo y evitar ponerse en peligro o hacer todo lo que estuviera a su alcance para detener a ese loco o grupo de locos. Y Steve no era alguien que dejara que el miedo lo detenga, él era un hombre de grandes partidos, él era el QB del equipo, el capitán y ahora como lo había hecho en tantos partidos durante su carrera no se dejaría amedrentar.
-¡Y si generamos una distracción? ¿Tal vez si hacemos sonar una sirena de policía? ¿Sabes si Scott tiene un parlante Ren?- Eso quizás haría que quien estuviera buscando a Mindy huya y aunque no los acercaría a atrapar a Ghostface, si haría que ella estuviera a salvo.
*Este es el mensaje que le muestro a Renata
De: Drea Martin
Y aunque así sea, quizás no deberías ir tú solo. Creo que Ghostface puede querer ir a por ti.
Lara parecía muy extrañada ante los comentarios de sus compañeros. - ¿Qué pinta Mindy ahí afuera? Por otra parte ¿por qué iba a seguir por aquí Ghostface? Quiero decir. - miró de lado a lado, para asegurarse, pues el miedo siempre estaba presente. - Ya cambió las pastillas de Scott, ya hizo que le diera un ataque... ¿Por qué quedarse? Y en caso de haberse quedado ¿por qué no atacó cuando nos separamos? - negó con la cabeza. - No tiene sentido.
Cogió aire y cerró el puño. - Solo dejamos de vivir cuando dejamos de actuar, solo dejamos de vivir cuando dejamos de actuar. - murmuraba mientras caminaba bastante rígida hacia la ventana, dispuesta a abrirla. Sacó la cabeza y allí vio a Mindy, tras mirar hacia todas partes, no vio nada, pero entró una Mindy bastante cabreada por la ventana que se reunión con los demás.
¿No dije que no dijeras nada? - se cruzó de brazos, muy frustrada. - No quería que Lara supiera que la estaba siguiendo. Es que... - suspiró, con pesadez. - Joder, vale que ayer casi me matara Emily, pero no iba a dejar que Lara fuera por su cuenta tras ella, por lo que decidí seguirla y vigilar que no le pasara nada, más aún desde lo que vi en Conectad@s.
Caminó un par de pasos hacia la ventana. - Pero entre edificios roñosos y bocazas, no hay quien pueda hacer de ángel guardián. - miró entonces al grupo, aceptando finalmente que se iba a unir a ellos. - Bueno ¿cuál es el plan?
Lara puso al día a Mindy, quien no había estado presente y por ende, no tenía ni idea de lo que había pasado con Scott. - Y por eso debemos ir al parking de caravanas... De hecho ¡mirad la hora, son casi las once! - comentó algo preocupada tras revisar su móvil. - Iré con Mindy, así el taxi que pillemos nos saldrá más barato. - dijo a pesar de que ahora Mindy disponía con un fondo suculento enviado por la propia Emily antes de morir. - ¡No perdamos el tiempo!
Sobre las 23:00 hora de umbría os muevo a todos los presentes a "Parking de Caravanas".
Nichole suspiró aliviada al ver que se trataba de Mindy.
— ¡Oh my god, que susto nos has dado...! — Exclamó, llevándose la mano libre al pecho y se acercó a la encimera de la cocina para soltar el cuchillo. Mientras Lara ponía al día a Mindy, cogió de nuevo el móvil y leyó el último mensaje que había recibido e ignorado hasta ese momento.
«Idiota...» Pensó, poniendo los ojos en blanco y se dispuso a responder mientras iba dirigiéndose hacia la puerta.
— Venga, no perdamos más el tiempo. Si vais a venir daos prisa... — Y salió del apartamento de Scott.
Mierda, y otra que se enteraba del secreto de Scott. Nichole empezaba a agobiarse muchísimo. Tenía que haber entrado sola, pero eran como lapas, todos juntos de un lado a otro y...
«Scott, perdóname...»
Tenía que salir cuanto antes de allí. Estar en ese sitio con Steve era super incómodo. Y todavía no había hablado con él, pero no tenía tiempo de andar preguntándole por los mensajes. Si había estado engañándola todo ese tiempo, haciéndose pasar por el pobrecito al que Jack Anderson había estado jodiendo, podía irse un poquito a la mierda... Aunque lo más seguro era que alguien estaba mandándole esos mensajes a Jack, haciéndose pasar por Steve. Pero... ¿Por qué...?
«Bah, y a mi qué me importa...»
Miró el mensaje que Jack le había enviado y puso los ojos en blanco. De verdad, no entendía a qué estaba jugando... Quizás se había dado cuenta de su engaño y estaba intentando hacerla estallar... No podía ser que fuera tan tonto....
Salió del apartamento, respondiéndole el último mensaje y volvió a intentar llamar a Scott.
«Por favor, Scott, no vayas al parquing de caravanas...» Suplicó para sus adentros mientras esperaba que esta vez sí que le diera señal de llamada.
La voz de KristIAn resonó a través del earphone y Nichole frunció el ceño. Sabía que tenía razón, si Scott había caído en la manipulación de Ghostface podía...
«¡Noooo! Puedo ayudarle...» Se dijo y sus ojos se humedecieron por las lágrimas que estaba conteniendo. Entre ellos dos había una conexión especial y Nichole estaba convencida de que conseguiría llegar hasta él. Sólo necesitaba encontrarle y llamarle... Decirle que le quería y él... «Volverá a mi...» No pensaba dejarle solo y atrapado en su propia mente...Metió la mano en el bolsillo, comprobando que llevaba las pastillas y siguió bajando las escaleras, sin comprobar si los demás la seguían o no. Tenía que llegar cuanto antes al parquing de caravanas y si los otros se entretenían, pillaría un taxi.
Tooooodos al parking! Hoy no me da para postear. Mañana será otro día ;)
Jack iba a acabar con la paciencia de Nichole. Estuvo a punto de ignorarlo y pasar de él, pero no quería tener una muerte sobre su conciencia.
«Otra muerte...» Se dijo y sus labios formaron una nueva mueca. No quería pensar en ello, pero no podía quitarse de la cabeza la mirada de Lara cuando se había enterado de lo de la enfermedad de Scott, pero...
El Ghostface que había matado a Emily había confirmado que era nuevo. Había ido a atacar a la persona que había hecho que pegaran a Mindy el día anterior, incluso había hecho que le enviara un bizum con 10.000$. ¿Por qué a ella?
«No, no ha sido Scott...»
Pero había nombrado a Jack Anderson, igual que éste llevaba varios días acusando a Scott...
Había culpado a Emily por estar con su novio por las apariencias, al igual que ella había estado haciendo todo el año anterior con Steve... Y en el fondo sabía que eso le había destrozado, pero...
«Mierda... No... No ha sido él...» Se repitió, intentando agarrarse a esa convicción, pero su corazón se estaba acelerando y empezaba a estar asustada... Si de verdad había sido Scott, ¿podría ayudarle...?
La voz de KristIAn hizo que se detuviera un momento. Miró el teléfono y pestañeó, dejando que un par de lágrimas escaparan y se deslizaran por sus mejillas. El último mensaje que le había escrito a Jack estaba allí, en la pantalla, a la espera de ser enviado. Suspiró y borró el mensaje.
— Gracias... — Musitó y volvió a acelerar el paso para seguir bajando las escaleras.
Nichole y Scott llegaron al apartamento donde hace solo unos momentos, estaban buscando pistas como locos. Todo en aquél apartamento seguía igual, igual de desordenado, igual de sucio, igual de roto, pero lo que no seguía igual era la relación entre Scott y Nichole, la cual por fin había dado el paso que tanto necesitaban.
Solo faltaba ver que aquello que había comenzado de forma tan abrupta y dura, no acabara de la misma forma. A pesar de lo bien que pudiera parecer que iba a ir la noche, la ventana de aquél lugar seguía rota, por lo que la persona que estaba fuera, observándoles, no tardó en entrar.
Tras el susto inicial, echaron un par de pasos hacia atrás, aunque lastimosamente, aquél enmascarado sacó una pistola y con unos ágiles movimientos, disparó a los dos. El lado positivo es que no eran balas de verdad, si no dardos. El lado negativo es que llevaban un montón de tranquilizante que les dejó inconscientes enseguida.