Klaudia y Sydney llegaron con toda la prisa del mundo al apartamento, ambas sanas y salvas. Hasta que no cerró con llave, Klaudia no suspiró de tranquilidad. - Lo logramos. Sobrevivimos. - se la notaba muy tensa, miró a Sydney se acercó a ella y la agarró de la cintura, propinándole un beso enorme y húmedo. Consecuencias de la adrenalina. - Joder ¿esto es lo que sentías tú? Porque me va a explotar el corazón, me siento muy... Acelerada.
Aquel beso sorprendió a Sidney, que tardó en reaccionar incluso segundos después de que terminara. Toda una vorágine de ideas y emociones ya se agolpaban antes sin orden alguno en su mente, como para ahora asimilar el beso. Buscó palabras para responderle, pero estas parecían huir de ella en cuanto intentaba ordenar sus pensamientos. Sydney cogió la mano de Klaudia y la colocó sobre su pecho. Quería que Klaudia notara que ella también tenía el corazón golpeándole en el pecho a toda velocidad: por la carrera, por el miedo de haber estado a punto de morir, pero también por el miedo de que otros hubieran muerto.
Apoyó su cabeza sobre el hombro de Klaudia, mientras se esforzaba en controlar su respiración.
-Pensaba que me seguirían, quería que me siguieran, ¡pero no lo hicieron!-consiguió decir al fin, todavía agarrada a Klaudia.-¡No tendríamos que habernos ido! ¡Si les pasa algo será mi culpa, como con Austin--
Se sentía igual de pérdida y nerviosa que cuando se despertaba de sus pesadillas. En cierta manera, tenía la pequeña esperanza de que todo lo vivido fuera solo un mal sueño. Pero la boca todavía le sabía a la de su amiga, y eso no ocurría en sus sueños.
Klaudia se separó a disgusto de Sydney. - Como digas. - dijo simplemente con un suspiro muy pesado. Se tocó un poco el cuerpo por encima de la ropa e hizo una pequeña mueca. - Voy a ir a darme una ducha, después de la carrera que nos hemos dado la necesito.
Cogió su móvil, que había dejado en la mesa y entró en el baño para encerrarse allí. Sydney pudo suponer que Klaudia iba a estar allí un buen rato.
Al final si que era como despertarse de una de sus pesadillas. Klaudia se iba, aunque esta vez fuera al baño, y Sydney se quedaba a solas con sus nervios. Al igual que hacía por las noches, buscó distraerse con la televisión. Quizás una peli insulsa o un reality fueran la clave para olvidarse de Central Park y de lo que acababa de pasar. Pero lo que encontró fueron más noticias sobre los asesinatos, y tras reconocer ciertos nombres entre las víctimas, cambió de idea. Un par de mensajes de texto le hicieron saber que Danno, Drea y los demás estaban bien. Por fin pudo suspirar con alivio. Pensó en contárselo a Klaudia, hacerle saber que ya estaba todo bien, pero decidió no hacerlo.
-Me voy a dar una vuelta. Luego nos vemos.-dijo en voz alta desde la puerta antes de irse.
A comisaría!
Al llegar de vuelta al apartamento, Syndey pudo ver que Klaudia se habia quedado dormida en el sofá mientras veía una película.
Sydney volvió al apartamento. Haber visto que sus amigos estaban bien había sido suficiente. Aunque se había planteado salirles al paso, de repente se dio cuenta de las pintas que tenía: sudada, pálida, desastrosa. Había sido un día largo y había preferido cortarlo un poco antes. Así que volvió, moviéndose con cuidado para no despertar a Klaudia. Se duchó y puso el pijama, apagó la tele, y entonces se acuclilló junto a Klaudia.
Se la quedó mirando, recordando el beso. En el momento había sido incapaz de reaccionar, tenía demasiadas cosas en la cabeza como para responderle adecuadamente. Pero si la volviera a besar... Sydney se quedó en blanco. No tenía nada claro. Veía a Klaudia todavía como aquella adolescente que había sido su mayor confidente, una con la que todavía una gran deuda que pagar. Incluso cuando a veces le pareciera ver a una persona casi completamente nueva, una a la que tendría que aprender a entender.
-A la cama, vamos.-le susurro, mientras la ayudaba a levantarse.
Tras la agitada noche, algo de descanso hizo bastante bien. Abriendo los ojos se pudo ver un nuevo amanecer, algo que José Santomé no podía ver, motivo por lo cual todos los vivos debían estar agradecidos.
Debido a los acontecimientos recientes, las clases habían sido canceladas para acudir al evento organizado en la plaza del ayuntamiento, aunque no era obligatorio acudir, por lo que se podía ir a cualquier otro destino, si es que se deseaba salir.
Klaudia abrió los ojos y miró a Sydney. Bostezó, de forma sonora. - Buenos días Syd. - se estiró e intentó recolocarse los músculos, dormidos aún después del sueño. - ¿Qué hiciste anoche al final? ¿Algo productivo?
-No especialmente. Intenté ir a la comisaria pero estaba lleno de periodistas, así que me volví.-le explicó mientras se estiraba. Había tardado en dormirse, todavía pensando en los eventos del día, pero lo que había dormido lo había hecho del tirón, algo que no siempre podía decir. Claro que todavía les quedaba mucho día.
-¿Has visto las noticias? Danno y las hermanas Wong están bien.-rápidamente la puso al día sobre ellos, pero también sobre Drea y como no habían habido más muertes, si es que no lo había visto ya Klaudia por su cuenta. Apoyó la cabeza en el colchón, pensativa.-Parece que la gente de clase va a investigar quiénes han sido. ¿Por qué no lo pueden dejar en manos de la policía y ya?-resopló.
¿Por qué no puedes TÚ dejárselo a la policía y ya? - le inquirió, con cierto disgusto. - Si ellos quieren matarse investigando algo que no deberían, allá ellos ¿pero por qué te quejas tanto si luego tienes tantas ganas de ir?
Alzó los hombros. - Un poco hipócrita por tu parte Syd, ayer simplemente te podrías haber quedado aquí conmigo y podríamos haber pasado un muy buen rato... Pero no, tenías que ir a meter las narices dónde no te llaman y encima para nada, según comentas.
Suspiró con pesadez. - Quiero que estemos bien y disfrutemos la una de la otra, por eso te he invitado aquí, pero desde que volviste... Las cosas parecen mucho más complicadas. - apartó la mirada y empezó a mirar a través de la ventana, con cierta melancolía.
-No fui a la comisaria a investigar, fui a comprobar que estuvieran bien.-se defendió Sydney, durante un momento confusa ante su actitud. Aunque era verdad que la curiosidad ante tanto periodista junto había cambiado sus planes un poco...-Porque son mis amigos y me importa si les llega a pasar algo, igual que ayer me preocupé de que tú estuvieras a salvo.
El disgusto y la melancolía de Klaudia empezaban a calarle. Sydney había dejado atrás muchas cosas con la idea de rehacer su vida en un nuevo sitio, con alguien que había significado mucho para ella en momentos complicados. No podía dejar que eso se desmoronase ahora. Se tomó un momento para buscar las palabras adecuadas.
-Claro que son complicadas.-le apretó la mano, queriendo atraer su atención de la ventana a ella.-Y quiero que estemos bien. Te quiero mucho, y haría por ti lo que fuera, lo repetiré todas las veces que haga falta. Pero yo-- no--
Cerró los ojos, de repente nerviosa al recordar con viveza el beso. "Eres parte de mi familia" le había dicho a Klaudia el día anterior. La familia era eterna, unida por la sangre compartida. Puede que con su amiga no hubieran lazos sanguíneos físicos, pero quería crear un vinculo igual de fuerte y duradero. ¿Por qué entonces la había tenido que besar?
-Necesito dar una vuelta.-consiguió decir, levantándose de repente.
Me voy al Angelika Film Center
Los ojos de Klaudia no expresaban nada, se notaba que estaba muy a disgusto con la situación actual. - Está bien, ve dónde quieras. Yo saldré también a ver si me despejo un rato. - con un suspiro empezó a vestirse, dejando que Sydney se marchara a donde quisiera.