Ya era hora. - frunció el ceño, después de más de tres días buscándola. - ¿Quién es ella? - señaló a Klaudia, de quien sí había oido hablar, pero a quien no reconocía. Siendo tan seco como era su hermana el principio, no aportó nada más.
Julie se adelantó a su hermana, impidiéndole hablar. - El fin se acerca y nosotras vamos a estar lo más lejos posible. - apoyó su taco en el suelo y miró con una leve mueca a Renata. -No te ofendas, pero nadie se ha ganado que nos juguemos el cuello. Danno... - suspiró, se notaba que le afectó mucho. - Danno nos cuidó en Central Park, pero después de lo de hoy, demostrando que es tan mala persona, no queremos juntarnos más con él.
Recuperó el taco y lo apoyó en la mesa para tirar. - ¿Y tú? ¿No estás preocupada porque Scott haga alguna tontería? ¿O también has decidido mirar primero por ti?
Sydney soltó la mano de Klaudia nada más entrar, queriendo adelantar el reencuentro cuanto antes. Ralentizó su carrera cuando reconoció a Denver, sintiéndose de repente sin aliento, y no por la carrera. Creyó ver en él algo diferente, una nueva dureza en el gesto... o quizás solo era una impresión suya después de tanto tiempo sin verle en persona.
-¿Cómo que "ya era hora"? ¿Cómo se te ocurre venirte hasta aquí, en que estás pensando--? ¿Qué hay de madre? ¿Y tus estudios?-todas las dudas que llevaba almacenando en la cabeza desde la llamada de Renata salieron a toda velocidad, una detrás de otra. Cruzada de brazos, parecía más bien una madre echándole la bronca a su hijo que una hermana.-Tienes mucho que explicarme. ¿No hablamos en tres días y haces esto?
Alzó la mano, como si fuera a darle una colleja, pero en el último momento dejó caer el puño y optó por abrazarle. No se había dado cuenta de lo mucho que le había echado de menos hasta ahora que le tenía delante. Todo él olía a casa, y así era difícil mantener el enfado. Pero también le era difícil aferrarse a la alegría de verle sano y salvo.
-Lo siento por no haber dicho nada. Han sido unos días muy complicados.-reconoció.-Hay un asesino--, no, varios asesinos sueltos. Lo cual te pone en peligro.
Echó una mirada a Renata y a las hermanas Wong.
-Menos mal que te encontraron, gracias por cuidar de él.-el gesto de Sydney se suavizó cuando se dirigió personalmente a la latina.-Y Renata... siento lo de Steve. De mi parte y de Scott.
Solo quedaba Klaudia, la única persona que quedaba por presentarle de ahí.
-¿Recuerdas a Klaudia, mi mejor amiga del instituto, con la que estoy viviendo aquí...?-empezó dubitativa. No porque Denver no la conociera, sino por lo que venía a continuación. Buscó la mano de Klaudia, como apoyo y como demostración.-Ahora es mi novia. O al menos me gustaría que lo fuera.
Buscó la reacción de Klaudia. En comisaria, Klaudia había parecido muy feliz. Sydney no podía decir lo mismo de sí misma por el momento. Todavía quedaban muchas heridas por cerrar. Pero verla sonreír así, por primera vez en mucho tiempo, se había sentido bien. Y quería creer que si conseguía seguir alegrándola, algo se le contagiaría.
El cuerpo de Renata tembló ligeramente ante el pésame recibido. Se notaba que hacía un gran esfuerzo para no derrumbarse.
- ¿Han soltado ya a Scott o lo han dejado en la comisaria? ¿Está Nichole con él? - Se notaba cierta ansiedad en su voz, como si necesitara asegurarse de que estaba acompañado y bien.
Tras la respuesta de Sydney se retiraría para ofrecerles intimidad a ella y su hermano
Sydney asintió con la cabeza.
-Los han soltado a todos, y Nichole se ha quedado con él, sí. Después de la transmisión de Ghostface, todos los policías fueron para ahí.-bajó la mirada, preocupada por lo que a continuación iba a decir.-Drea también fue al ayuntamiento, sola, persiguiendo a Ghostface... Me llamó para contármelo... Y ya no me responde al móvil.
Aunque no lo dijo en voz alta, ya asumía que debía estar muerta.
Renata se dió la vuelta a cámara lenta con el horror pintado en la cara. - ¿¡QUÉ!? -
Y estaba tan... ¿Tranquila? La cogió del brazo pero suavemente - Tenemos que ir por ella - entonces se dirigió al hermano de Syd - Ahora es tu oportunidad de devolverme el favor. Ven con nosotras. Nuestra compañera nos necesita. Y cuántos más seamos nosotros más difícil tendrá ese hijo de puta de hacernos daño - sus palabras también fueron para La quejica de Claudia, pues imaginaba que pondría pegas
Klaudia estaba cogiendo aire cuando Sydney empezó a hablar con su hermano y si ya estaba algo roja después de la carrera, su cara se puso como un completo tomate después de las palabras de su compañera. - Claro que quiero ser tu novia, tonta. - murmuró por lo bajo, a modo de respuesta, pero la vergüenza le impedía decirlo más alto.
Me han hablado mucho de ti, señorito. - le dijo con una sonrisa amable. - Es un auténtico placer conocerte. - le tendió la mano, ya que imaginaba que no querría dar dos besos.
Fue entonces cuando Renata no dudó en hacer aparición en escena, con la exigencia de que marcharan a buscar a Drea. - La policía ya se está encargando de eso... - habló por lo bajo, la verdad es que aquella mujer la imponía mucho y no era para menos viendo lo bruta que podía llegar a ser. - ¿Qué vamos a hacer nosotros que no hagan todos esos policías? No es nuestro trabajo, bastante tenemos con seguir vivos... Además, le rogamos a Drea que no fuera corriendo tras Ghostface... - fue entonces cuando dirigió su mirada Sydney, buscando cierta complicidad y protección.
Denver le cogió la mano a Klaudia. - Pues muy bien. - parecía que le importaba entre cero y nada que su hermana hubiera hablado de él, tampoco le parecía importar su relación con ella.
En cuanto llegó Renata, la escuchó atento y simplemente asintió. - Recibido. Te seguiré hasta allí, no sé llegar solo. - se cruzó de brazos y miró a su hermana. - Sabes que entre los dos podemos de sobra con el objetivo. No perdamos más tiempo y cumplamos nuestra misión. - estaba claro que Denver era el hermano de Sydney, se comportaba exactamente igual que ella. Al menos antes de que Klaudia le ablandara el corazón y dejara de ser tan fría.
- Puede que la policía este en el ajo. No digo todos, pero .. quién sabe? - miró a los dos hermanos antes de seguir - Solo tenemos que estar todo el tiempo juntos. Nada de separarnos -
Asintió a las palabras del chico y comenzó a salir del club
Si acepta Sydney vamos los cuatro al Ayuntamiento, y se entiende que no vamos a lo loco. No queremos un tiro de la poli por error como en el parking, jejeje
Era verdad que Sydney estaba extrañamente tranquila con la posibilidad de la muerte de Drea. Hasta que Renata intentó meter a Denver en su plan de ir a buscarla.
-¡Denver no va a ir!-exclamó, interponiéndose entre ambos para impedir que Denver siguiera a Renata.-Es verdad lo que dice Klaudia, que le rogamos a Drea que abandonara la persecución, pero nos ignoró. Ni siquiera me llamó para pedir ayuda, simplemente... avisó de que se lo había encontrado, para que alguien lo supiera. No sé en qué estaba pensando, pero...-bajó la voz, sintiéndose derrotada.-Creo que ya es tarde si ya no sabemos nada de ella.
Pero se conocía a si misma y conocía a su hermano, especialmente la cabezoneria que compartían. Le estaba pidiendo a Denver lo mismo que Klaudia le había pedido, que tuviera cuidado con su vida y no se pusiera en peligro. Si a ella le había costado tanto tiempo entenderlo, con Denver tardaría más. Pero no podía permitir que se fuera. Y Renata tenía razón en lo de que cuanto más gente fuera, más protegidos estarían. Se apretó el puente de la nariz y resopló.
-¡Vale, irémos! Pero bajo una condición.-su voz se volvió más seria, más autoritaria.-Esto será una misión de búsqueda y rescate, pero la mayor prioridad será nuestra propia supervivencia. Para eso, 1) reconocemos la zona, 2) no hacemos contacto con el enemigo, y 3) nos retiramos todos juntos en cuanto haya peligro o encontremos al objetiv-- a Drea. Viva o muerta. ¿Te parece bien, Renata? Es la mejor opción.
Los ojos de Sydney brillaban hostiles cuando se lo ofreció. Hacía mucho que no hablaba así, y habría preferido no tener que volver a hacerlo. Pero Renata se había empeñado en el plan, y su hermano se había empeñado en aceptarlo. Se encaró con Denver y le golpeó con el dedo índice el pecho.
-Y tú, Denver, escúchame bien, especialmente el punto tres. Nos retiramos todos juntos en cuanto haya peligro. Vamos con civiles, pero tu vida vale tanto tanto como las suyas. Te hablo como tu hermana mayor y como tu superior en rango y experiencia. Mientras estés aquí eres mi responsabilidad y mi subordinado. ¿Roger?
Cuando se giró hacía Klaudia, toda la dureza y hostilidad con la que había hablado desapareció como si nunca hubiera estado ahí.
-Parece que por cada instante de felicidad que tenemos, te doy años de desgracia.-murmuró, recordando su adorable cara roja como un tomate hacía nada.-Pero no voy a hacerme la heroína. Al igual que tú, que tanto te preocupas por mí, solo quiero proteger a la gente a la que quiero. Incluida tú, no quiero que vuelvas a sentirte desesperanzada nunca más, y haré todo lo posible por no ponerme en peligro nunca más. Pero si dejo marchar a Denver y algo le pasa...-la voz le tembló con miedo, y bajó la mirada para buscar su mano, la cual no tenía claro si se dejaría coger.-No puedo cargar con la muerte de mis dos hermanos.
Sydney acepta ir al ayuntamiento
Todo el brillo en los ojos y la sonrisa que tenía Klaudia, se desvanecieron al instante, tornándose aquella cara en un rostro completamente inexpresivo. Cuando Sydney intentó agarrarle la mano, la apartó al mismo ritmo que ella se acercaba, dando dos pasos hacia atrás y se marchó sin decir nada más, ni darle tiempo a los demás a reaccionar, aunque seguramente solo Sydney querría hacer algo por ella, pues a los demás les pareció una llorona de tomo y lomo.
Puesto que tampoco la podían obligar a seguirla aunque la alcanzaran, los tres se marcharon a buscar a Drea.