Tras los eventos ocurridos en la estatua de la libertad, Martha pasó algunos días junto con Thomas y Terrance. Ambos se portaron muy bien con ella y la entretuvieron poniéndole películas de comedia bastante malas, saliendo a pasear o escuchándola cuando lo necesitara, reduciendo así en gran medida su nivel de paranoia persecutoria y ganándose su confianza.
Martha, al pasar tanto tiempo con ellos e incluso dormir en la misma casa, descubrió el secreto que ambos estaban escondiendo al otro ¡se gustaban mutuamente! Pero no tenían clara la sexualidad de su amigo, menos aún sus sentimientos, por lo que Martha decidió hacer de celestina y organizar una cita que fue increíblemente bien.
Finalmente Martha, quien estaba a un nivel astronómicamente superior al de sus dos nuevos mejores amigos, apoyó durante sus estudios en todo lo que necesitaran tanto a Terrance como a Thomas.
Tras empezar a salir con Thomas, gracias a la ayuda de Martha, Terrance empezó a mostrarse como una persona algo más habladora e incluso se le pudo ver en alguna ocasión muy especial soltar el chiste más cortante, seco e insulso jamás contado y es que si bien él no era especialista en hacer reír a la gente, si que estaba haciendo más por expresarse y coger esa tan buena costumbre que tenía Thomas de expresar todo lo que sentía.
Por otra parte, con ayuda de Martha y mucho esfuerzo por su parte, logró aprobar todo lo que se le estaba atragantando durante la carrera, pudiendo estar así un paso más cerca de su sueño, ser inspector de policía.
Por su parte Thomas, quien siempre había sido visto haciendo el tonto con sus bromas y exagerando mucho todo lo que decía, desde que empezó a salir con Terrance se le podía ver pasando al siguiente nivel con su forma de ser y es que sentía tal nivel de felicidad por su nueva pareja y su nueva amistad que ya no tenía miedo de reprimir ninguna parte de él.
Eventualmente se percató de que la universidad no le estaba haciendo feliz, lo que hizo que acabara saliendo de esta e hiciera lo que realmente le gustaba, hacer reír a la gente. En un club de jazz de mala muerte, Thomas logró un pequeño hueco en el que hacer su comedia de "Stand up" y si bien le pagaban lo justo, las risas de sus espectadores era lo que más le llenaba. "Bolsillos vacíos, corazón lleno" , como él solía decir.