Tras salir del hospital, Lara decidió continuar con sus estudios bajo el apellido Miller ¡después de todo para eso había venido a la ciudad! Pero su actitud ante la vida era radicalmente distinta. Aquella chica tímida, huidiza y quien se echaba para atrás con los problemas y las dificultades, había desaparecido para dar paso a una chica alegre, bondadosa y capaz de enfrentarse a cualquier reto.
A pesar de que se llevaba bien con el resto de su clase, intentó mantener un contacto cercano con todos aquellos que fueron a por ella al museo del terror, convocando cuando era posible, una reunión en la que estuvieran todos. Trabajó también en que sus dos mejores amigas, Daphne y Mindy, se reconciliaran, no importaba quién se había jugado el cuello por quien, ni quién había fallado a quién ¡lo único que importaba es que las tres estaban vivas, que eran buenas personas y habían pasado por mucho juntas!
También tanto Daphne, Mindy y Drea, quien insistió mucho, viajaron una vez a visitar a Samantha Collins, River Vega y a Ryan Mui a las granjas "Campo Verde" donde compartieron relatos entre supervivientes de distintas generaciones. Con River hicieron algunas clases de meditación que duraron bastante, lo que desembocó en que Mindy se durmiera. Con Sam aprendieron algunas de las nociones básicas del judo, un arte marcial defensiva, muy útil si alguien te viene con un cuchillo. Y por último, con Ryan, aprendieron a apreciar la belleza de labrar el campo, de disfrutar del atardecer, de agradecer por cada muestra de afecto de tus seres queridos.
Mientras seguía sus estudios, Lara también visitaba de vez en cuando a su hermano, con quien pasaba las tardes entrenando físicamente para mantener una buena saludo o hablando de como les había ido la vida durante todo estos años y que vivencias había tenido cada uno.