Partida Rol por web

Steve miró sin atisbo alguno de arrepentimiento como Jack pagaba por sus crímenes, había sido una muy mala persona y se lo merecía. Al menos fue rápido, por lo que era algo que el propio Jack debía agradecer allá desde donde quisiera que estuviera ahora.

Drea se le acercó, pero Steve no tardó ni un instante en rechazar su invitación. - Voy a ir a ver a mi padre, a ver si después de ver lo que ha pasado con Jack reflexiona y sale de donde se ha metido. Dudo que me deje entrar si voy con alguien más.

Miró a Nichole y le hizo un gesto con la mano, a modo de despedida. - Que seas feliz con él, no sé que te da que yo no, pero bueno, te deseo lo mejor después de todo. - era incomprensible, con todo lo que se esforzaba que le eligiera a él en vez de al propio Steve... Pero no quería entrometerse más donde veía una bonita y feliz pareja.

Con la negativa de Steve a hablar, suspiré tosí por el efecto que creó el olor a quemado en mi nariz... y no tardé demasiado en coger el móvil para marcharme de allí _{con algunas pieles de pescado todavía pegadas en los brazos y piernas}.

Klaudia no se resistió lo más mínimo cuando la esposaron. Recibió su móvil en el bolsillo por parte de los agentes, iba cabizbaja todo el rato. - A lo que hemos llegado... - mustiaba por lo bajo. Dedicó una mirada a Sydney y a Nichole. - No os preocupéis estaremos bien. ¿Verdad Scott? - le dedicó una última mirada a Scott que lo decía todo sin necesidad de pronunciar ni una sola palabra más.

Preocupación, desesperanza, pero en especial, un agotamiento y un sentimiento de derrota total. Pero aun así, no quería que ninguna de ellas se preocupara.

我曾经认为你是一个更好的人，但你在那里所做的……不一定是那样。 愿监狱为您服务，让您反思自己的行为。- aquellas palabras iban en especial para Danno, pero también miró a alguno más en particular. En esta ocasión Julie pasó de traducir, estaba demasiado traumada.

El olor. - decía con los ojos completamente idos. - No se me va el olor de la nariz. Ha sido lo peor que he olido nunca. Aunque los gritos han cesado, el olor sigue ahí, persiguiéndome. - se echó al suelo y se abrazó a ella misma. - Huele tan extrañamente familiar, casi como si hubieran cocinado una hamburguesa. Yo... - no aguantó más y vomitó.

Thomas se acercó a ella y la levantó con ayuda de Terrance. - Creo que... - estaba muy desanimado, algo extraño en él. - Creo que la vamos a acompañar a casa, no le vaya a pasar algo malo de camino. Y de paso pues quedamos los tres y hacemos algo, así nos entretenemos ¿vale?

Intentó animarla, aunque bastante inútilmente. - Venga va, podemos ver una peli de comedia. - empezó a caminar con Martha y Terrance, aunque en la lejanía se podía escuchar. - ¿Has visto la de la familia que tiene que coger droga en méxico? ¡Es buenísima! - Terrance negó con la cabeza... No le parecía tan buena.

Billy simplemente se encendió un cigarrillo y seguía allí como si no hubiera estado hace unos minutos riendo como un sociópata. Por otra parte, Mindy parecía un poco alejada de Nichole, las palabras de Gabbi le habían pesado más de lo que iba a admitir. Sin embargo Lara parecía haber recuperado el ánimo.

Avanzó hasta Scott y al igual que Nichole, le abrazó con fuerza. - Gracias por defenderme y confiar en mí. Te prometo que no te voy a fallar Scott. - se separó de él, para que la policía no los quitara tampoco por la fuerza. Se dirigió entonces a Drea, no sin antes coger de la mano a Daphne. - Espera yo... Acepto tus disculpas, pero ¿no deberías ir al hospital? Tus quemaduras aún necesitan tratamiento. - le dedicó una leve sonrisa, indicando así que no le guardaba ningún tipo de rencor.

Por otra parte, alzó la mano para llamar la atención de Mindy, invitándola a ir con ellas. Con el resto no se llevaba lo suficientemente bien como para invitarles personalmente, pero tampoco le iba a hacer ascos a nadie, a excepción de Billy y Danno.

Sydney no tenía claro si se había levantado sola o si alguien, ya fuera compañero o policía, la había ayudado. Extendía y doblaba los dedos de las manos, como si estuviera comprobando que todavía tenía control de su cuerpo. Lo sentía entumecido, frío. Había evitado mirar a Jack cuando todo ocurrió, pero del olor no se podía huir. Todavía lo tenía encima, como si se le hubiera adherido a la ropa o incluso a la propia nariz. El comentario de Martha sobre las hamburguesas, tan real como deprimente, le arrancó una carcajada cansada.

-¿Sí, verdad?-miró a la chica, que de repente vomitó del shock. La sonrisa agotada de Sydney desapareció. Conocía demasiado bien esa mirada, y no le costaba imaginar como evolucionaría el trauma.-No esperes a que empiecen las pesadillas antes de ir al psicólogo. 

Thomas y Terrance iban a cuidar de Martha, así que decidió dejarles estar. Después de su ataque, seguro que no querían tenerla cerca. Echó a andar, deteniéndose un momento delante del grupo que se había formado alrededor de Lara, aunque le daba más la sensación de haber flotado hasta ellas. Se las quedó mirando, pensando en qué decirles tras todo lo que había pasado. 

Bajó la mirada. No recordaba haber agarrado a Drea y Daphne de las manos, pero eso estaba haciendo. Les dio un apretón apagado y las soltó.

-Tened mucho cuidado.

Su siguiente y última parada eran los coches de la policía, en los que estaban metiendo a Klaudia, Danno y Scott. Según Klaudia, estarían bien. Sydney quería confiar en ello. Pero cuando les miró, tuvo claro que no se quedaría tranquila dejándoles marchar sin más. A ninguno de ellos.

-Aún así, dejadme acompañaros.-rogó, mirando a cada uno de ellos y luego a la policía.

A pesar de todo, Drea se fue de allí sin decir nada más.

Sydney se acercó a aquellos policías, rogándoles acompañarlos. - Puedes venir a comisaría, pero por nada del mundo puedes participar en los interrogatorios. Te tendrás que quedar esperando en la sala de estar hasta que acabemos. - le advirtió, antes de llevarla a ninguna parte.

—Si papá, si mamá, mañana mismo, apenas salga el primer bus... Pero ahora necesitamos descansar. 

Daphne colgó la llamada y apagó nuevamente el móvil. Sabia que tenía que llamar a sus padres, después de todo había salido en televisión y no podía dejar que se preocuparan demás. Le habían pedido que se volviera a casa inmediatamente, pero no podía dejar al resto solo acá. ¿O si? Su casa estaba a solo cuatro horas de la ciudad... Podría marcharse y alejarse de toda la mierda. Levantó a la vista y vio a Drea alejándose. 

—Hey Drea! Drea, espera! Vamos Lara. No debe estar sola. 

Daphne trotó para alcanzar a Drea, Ya no iba a quedarse un rato más en ese lugar. Se había despedido de Sidney y de Scott antes que se marcharán en la patrulla, así como de los demás aunque bien puede que no se hubiese esforzado mucho. Los últimos minutos habían sido terribles, los gritos de Jack, el olor a carne chamuscada aún perduraban en su mente y no se irian por un buen tiempo más y prefería alejarse aún más de eso. Además estaban las heridas de Drea, no las había notado hasta que Lara lo mencionó. Enfocada en el asunto de las sillas y las sospechas había prestado menso atención a aquellos que tenía por inocentes asegurados. 

Ni siquiera haba notado que se había quemado, a pesar de que las pieles de pescado iban y venían durante la conversación, obnubilada quizás por la presión de la muerte rondando sus pies. 

¿Pero como acercarse a ella ahora que parecía que sus opiniones las dividían en dos bandos?  Miró a Lara de reojo. Si solo pudiera conseguir que hablase. Estaba segura que ocultaba algo, aunque no fuese la culpable de los asesinatos. "Yo soy la primera que quiere acabar con todo esto" había dicho, pero ¿por qué? ¿Por qué estaba tan interesada en encontrar a los asesinos?

—Drea... —dijo apenas la alcanzó—, no quiero que pienses que estoy, que estamos en contra... Si nos separamos Ghostface gana. 

Le hizó una seña a sus heridas. 

—¿Que pasó?¿Cómo te quemaste?

Y claro, que Sydney casi convirtiera a Terrance en un pincho moruno no era una agresión. Danno bufó pero no dijo nada, no le interesaba meterla en problemas.

- Cuidado con la chupa, que es nueva - le dijo con cierto enojo al policia que le estaba llevando, o más bien tirando.

No parecía muy afectado por lo que había pasado, la poca pena que podría haber sentido por Jack se esfumó ante sus delitos y el hecho de que sino fuera él, el que habría terminado chamuscado habría sido el mismo Danno.

- Ey, guapa - le gritó a Nichole con tono jocoso - yo también quiero un beso de recompensa, gracias a mi te has librado de esa escoria de novio - luego miró a Sofia y sonrió - no entiendo ni jota, pero supongo que me estás dando las gracias. De nada.

Sin embargo, al pasar junto a Sydney su tono se volvió más serio.

- Tu y yo tenemos que hablar cuando esto acabe - de momento parecía que iba a pasar la noche a la sombra, pero esperaba que pronto pudiera salir.

Nichole no quería alejarse de Scott, después de todo lo que había pasado, no quería quedarse sola, ni tampoco ir a casa y tener que enfrentarse a su absorbente madre.

Aunque debería pasar por casa para bañarse. Después de pasar todo el día en aquel horrible lugar seguro que tenía un aspecto espantoso. Además, ¡iba casi desnuda! 

Se quedó quieta, abrazada a sí misma, mientras veía como los policías terminaban de repartir teléfonos y esposar a los tres que se iban a llevar, cuando escuchó la voz de Steve, que se dirigía hacia ella. Pestañeó y le miró. Sí, lo había hecho, había demostrado ante todo el mundo que amaba a Scott. Todavía no podía creérselo, habían estado tanto tiempo disimulando y evitándose en clase, que poder decirle que le quería en público era un acto liberador. 

Era la primera vez que Steve parecía aceptar su ruptura y le deseaba que fuera feliz con alguien que no fuera él mismo. Sus labios hicieron un amago de sonrisa y sus ojos brillaron, todavía estaba conmocionada por todo lo que acababan de vivir. 

— Gracias... — Musitó y miró de nuevo hacia donde tenían retenido a Scott. Vio como la "sin techo" le rogaba al policía acompañarles y arqueó una ceja. 

Ella también quería ir...

«Pero debería bañarme...» Seguro que olía fatal. No podía quitarse el olor de "Jack a la parrilla" de encima, era horrible... Su mirada se dirigió nuevamente hacia donde todavía se encontraba su cuerpo y tuvo que reprimir una nueva arcada. 

Al escuchar la voz de Danno, llamándola, se volvió a mirarle y sus labios se torcieron en un gesto de asco. 

— Tarde o temprano iba a pagar por lo que había hecho. Estaba a punto de demostrar su culpabilidad y... Lo habéis fastidiado todo... — Si, bueno, la otra opción era que muriera el propio Danno, pero en ese momento Nichole ni se lo planteó. Sólo sabía que había estado sufriendo el acoso y las gilipolleces de Jack Anderson durante cerca de dos meses, para nada... 

Los policías empezaban a llevarse a los chicos y ella... No quería alejarse mucho de Scott. El baño y su absorbente madre podían esperar. A pesar de que estaba muerta de frío, sentía náuseas y tenía un aspecto lamentable, Nichole se acercó a Lucas Lawson y le miró, con una de esas miradas decididas, que no admitían un no por respuesta.

— Llevadme también a comisaría. — Allí seguro que estaba su tito y él... la ayudaría...

No puedo decir que me sintiera mal por Jack. Tampoco bien. 

Mis ojos se mantenían fijos en el pijo, cuyos gritos me recordaban a los Critters bien chamuscaditos en la parrilla. El olor de la laca quemada, la ropa de marca y la piel hirviendo bajo el paso del pulso eléctrico, tampoco me hicieron moverme demasiado de mi sitio.

Algo me mantenía allí, plantado. Muy lejos de lo que la gente consideraría "estar en Shok". Una mano invisible mantenia mi cabeza fija en su sitio, y otra me apretaba la boca del estómago, con fuerza, para evitar que ninguna arcada intentara aparecer. Lo hacía él, sin ninguna duda. Lo sentía en mi interior, aun hablándome, pero ahora eran solo unos susurros, una risa ahogada.

Es lo que querías, ¿no?

Buena pregunta. No. No realmente. He visto morir a la gente y no puedo decir que sea mi tacita de té. Pero Jack... bueno, se merecía la silla eléctrica, que no la electrificada. Pero eso eran cosas de las leyes que los hombres, hombres poderosos y desconocidos, que habían dicho "lo que estaba mal".

La policía entró para "salvarnos" y en mi rostro había una mueca parecida a una sonrisa malvada. Una que yo o había puesto, pero que estaba ahí, pero recordar a todos que en mi interior, no todo era tan bueno. Al menos, por ahora, podía controlarlo. Gracias a mis amigos y a Nichole.

El beso de Nichole me devolvió a la realidad. Sus labios suaves y carnosos me recordaron que era dueño de mi vida, que había más por lo que luchar allí fuera. ¿Éramos libres? Nichole y yo si, aunque solo en parte. Estaba claro que la pelirroja y yo sentíamos algo más profundo que una simple mentira amorosa entre las sabanas y ajena a ojos indiscretos.

- Lo sé.- Dije al despegar sus labios de los míos, haciendo que quisiera un poco más.- Yo también te quiero, nena.

 En ese momento sentí las esposas de la policía y como el resto se iban marchando, o a punto de ellos estaban.

- Hey, hey hey,- Me quejé con la policía. ¿¿Por qué me llevan? Es por qué soy negro, no?- La mirada de Renata me indicaba que tuviera paciencia precisamente con ese cliché tan verdadero.- Joder, tío. Conozco mis derechos... o al menos algunos. ¡Cuidado, hermano!- Me quejé un poco de los empujones.

Asentí a las palabras de Klaudia.

- Todo va a estar bien, no os preocupéis.- Dije tanto a Lara, sonriendo porque quisiera confiar en mí como a Martha, Sydney, Mindy, Drea... y finalmente a Nikki. - Pero por favor, tened cuidado.

Mi mirada pasó, por último, hacia Steven, con su comentario hacia Nichole. No podía hacer nada por evitar su decepción. No era mal tipo, pero solo tenía que aceptar algo que acabo hace mucho tiempo.

-Vámonos, agente.- Gruñí al poli que nos llevaba esposados.- Hoy echan la reposición de las chichas de Oro y me gustaría ver en que nuevo lío se ha metido Rose. ¿Cree usted que pueda verlo en la comisaría? ¡Joder... no tire tan fuerte!- Renata quería acompañarnos y sonreí, al igual que quería Nicole.- Hay jefe. ¿Dónde están sus modales? ¿Podría darles una chupa a las chicas? Están congeladas.

Por desgracia para todos, Drea se marchó en la lancha policial que estaba escoltando también a Thomas, scott, Terrance y Martha, por lo que les fue imposible seguirla, solo despedirse de ella.

Poco a poco todos se empezaron a marchar del lugar, dejando solo a Mindy, Lara y Daphne. Una lancha las esperaba, no debían tardar demasiado porque la policía tenía otras cosas que hacer. - ¿De qué iba todo lo que decía Drea sobre ti? - le preguntó a Lara. - Se puso muy pesada. Sé que eres inocente y confío en ti, pero me escama que te interrogen. - colocó una mano en el hombro de la rubia. - No dejaré que nadie te haga daño ¿vale? Ni aunque sean con interrogatorios futiles.

Dedicó una mirada fugaz a Daphne. - ¿Qué dices? ¿Alguna preferencia de a dónde ir? - ya que no estaba Drea, era un poco raro ir al hospital, aún así, quizá consiguieran alguna pista útil allí, en especial en el sótano donde descansaban muchos de sus compañeros.

Daphne afirmó ante las palabras de Mindy y apartó la vista de la lancha que se había llevado a los demás hacía la ciudad. En unos minutos partiría la suya propia. 

—Mindy tiene razón, hemos compartido¿Cuántos tiempo ya en esa misma habitación? Nunca has sido buena para mentir Lara, y lo que es peor, yo estaba segura que no te gustaba mentir. ¿Qué pasó? Con todos dudando de todos no es bueno seguir guardando secretos, eso... O los interrogatorios continuarán. 

Daphne soltó un largo suspiro de frustración. Miró a Lara con la esperanza de que entendieran xolo se sentía. Lo difícil de defender a alguien que seguía haciendo lo posible por levantar sospechas en los demás. Volvió a suspirar y se pasó la mano por la cara, el mundo aquí se movía mucho más rápido que en su ciudad natal.

—Vamonos a casa, necesitamos descansar un poco, comer algo y mañana temprano sería bueno ir a ver a Scott a la comisaría a ver cómo está. Si quieres puedes quedarte hoy con nosotras Mindy, es pequeño, pero seguro podemos tirar alguna manta en el sofá o juntar las camas o algo.