Partida Rol por web

Al recibir el desprecio de Jack, Nichole apretó los labios y entrecerró ligeramente la mirada. Estuvo tentada de dejarle allí, gimoteando, y si hubiera tardado más en decidirse, quizás lo habría hecho...

Escuchó su reproche y estuvo a punto de decirle que ella también estaba enfadada, pero prefirió morderse la lengua y guardar sus comentarios hirientes.

Mientras caminaban, le miró un par de veces de reojo y finalmente formó un suave mohín con los labios.

— Siento haberte dicho eso... Me dejaste y me asusté mucho... — Le confesó, bajando la voz y buscando suavizar un poco la tensión que se había generado entre ambos.

Al parecer mi respuesta no le fue suficiente a Ghostface (y eso que el siguiente paso era ofrecerle un ticket combo. Igual que el que le di a la señorita McCarthy).

Apoyando la espalda en el árbol, vi la forma en que el encapuchado apretó los nudillos e intuí que mejor pasaba de ofrecerle el combo. Su objetivo estaba claro. Y lo hubiera culminado sino llega a ser por Thomas.

-¿Cómo?- Ni yo misma me creía que estuviera sacándose él mismo el cuchillo de la mano para permitirme huir. ¡A mí! Al pez parlanchín.

Observando la forma en que Ghostface quedó cogido por la pierna, mis pies dijeron de correr. _{A fin de cuentas las órdenes están ahí para cumplirlas...} -¿Lo dices en serio, Drea?.

Por suerte o por fortuna, me vine a arriba en el dos contra uno.

-¡No me iré sin ti!- dije. Y corriendo detrás de ambos, le proporcioné un rodillazo a la parte trasera de la rodilla de Ghostface (en la que Thomas no estaba enganchado)... No es que fuese un planazo, pero a mí me molestaba cuando me lo hacía Rowdy. _{Y así de paso perdería el equilibrio hacia adelante, dándole tiempo también a Ellis para huir.}

-¡Corre!- Ya sí.

La patada hizo que no solo Thomas mirara a Drea con sorpresa, si no que Ghostface emitiera un gruñido de disgusto. Tenía una pierna increíblemente dura, algo que notó a la legua Drea tras su patada, sin embargo, cumplió su objetivo, hacer que este se tambaleara por un segundo.

No tardó prácticamente nada en recuperarse, propinando una patada a Thomas que lo alejó de ellos dos, quedando solo Drea al alcance de las manos del asesino. La agarró del cuello, con una sola mano, de hecho aquello fue suficiente para evitar que pudiera respirar con normalidad o moverse, empezó a rebuscar con su mano libre entre su ropa, posiblemente un cuchillo para acabar con aquella mocosa entrometida... Pero un sonido alertó a los tres.

Al escuchar ese sonido, proveniente de la muñeca del asesino, soltó a Drea de manera muy brusca en el suelo y se marchó, esta vez con un paso bastante acelerado, sin llegar a correr.

Bufé negando con la cabeza mirando a aquellos dos.

- Idos a un puto motel, cojones.- Mascullé en un susurro cargado de hastío.

No tenían remedio, desde luego. Había salvado, o al menos evitado, que Nichole se meara en el tanga, y parecía que no aprendía con su novio de pelo oxigenado. Un leve, pinchazo en la cabeza, subiendo desde la columna vertebral, me hizo parar un segundo para tomarme la pirula mágica.

- Como odio a la peña hoy...

Un leve, pinchazo en la cabeza, subiendo desde la columna vertebral, me hizo parar un segundo para tomarme la pirula mágica.

-[Te lo tienes bien merecido, Scott. ¿No suene un poco irónico? Salvas a la chica y otro se la lleva. Eres un pringado, tío]-

Y en el fondo tenía razón. Empezaba a pensar que Nichole no quería salir de ese círculo vicioso que suponía ser la numero uno en todo y yo el número dos en su lista de cosas pendientes.

- [La próxima vez, amigo, salva al rubio, mejor. Ese seguro que al menos te suelta un fajo de billetes. La puta de tu chica, mejor verla con las tripas fuera.]-

Finalmente la calma y el silencio asoló el lugar, al menos momentáneamente, pues pronto las sirenas y un montón de gente empezaron a entrar al lugar. Tanto la mayor parte del cuerpo de policía como el cuerpo sanitario de Nueva York había acudido al lugar.

Atendieron y aseguraron en el centro de dónde había ocurrido el evento a Nichole Bloomer, Jack Anderson (quien por alguna razón llevaba una máscara de Ghostface, que le fue requisada) y Steve Evans, además de a sus acompañantes, que eran claramente objetivos de menos prioridad, como eran Renata Santos, junto con su hermano y  su mentora, además de a Scott Lessard.

Tras asegurarse que todos ellos estuvieran bien, procedieron a atender a los heridos que pudieran haber sobrevivido al aplastamiento, dejando para el final a los demás, siendo estos Danno Miller, acompañado de las hermanas Wong, estando este cubierto de sangre y vísceras aunque sin heridas, seguido de Kristian Larson, Terrance Hill, un empapado Anthony Riley, una herida Drea Martin, un herido Thomas Ellis y finalmente, subidas en un árbol, a la coja de Lara Miller y a Daphne Pride.

Toda aquella locura había terminado por fin y podían vivir para contar un día más... Aunque primero debían contarle a la policía lo que acababa de pasar.