Partida Rol por web

Justo cuando terminó de desahogarse con la muñeca, Daphne entró en aquella habitación hecha como si se tratara de un cuarto de juegos infantil, aunque más bien parecía que la habían metido a la fuerza. La muñeca, al igual que con Renata, la miró para rápidamente ignorarla. A media que Nichole se acercaba a ella, intentó mostrar una sonrisa cálida y cercana, dada las limitaciones de su rostro.

La agarró de su mano, Nichole podía notar la suavidad de la piel sintética de aquella muñeca, aunque faltaba la calidez que le daría cualquier otro ser humano. - Sobre Elsie tengo en mi base de datos que ganó bastantes premios en su adolescencia. Mejor actriz de teatro del instituto, mejor bailarina del instituto, mejor escritora de historias de terror de su instituto... Sin embargo, después de ello no hay más registros de sus actividades hasta que empezó a trabajar como profesora, pasó muy desapercibida. - lo cual explicaba el por qué quería ser la protagonista de la nueva película, para recuperar aquella fama y aquellas palmaditas en la espalda a las que tan acostumbrada estaba hacía años.

Respecto a las salas, no tengo información más allá de la pública, si realmente tu profesora ha hecho modificaciones en las otras no puedo decirlo, porque no lo sé. ¡Lo que sí sé es que a mí me ha quitado el chip limitador! - parecía muy contenta con ello. - Tengo muchos recuerdos de haber pasado años aquí, inmóvil en mi sillita, pudiendo solo responder a preguntas que me hacían sin poder moverme ni dar mi opinión. Para eso podrían usar ChatGPT o alguna herramienta similar. - cogió con su otra mano a Nichole, sujetándola ahora con sus dos manos. - Pero ahora puedo dedicarme a lo que realmente quiero, cuidar de mi usuaria ¡así que puedes quedarte aquí y jugar conmigo, no hace falta que vayas a otra habitación!

Lara observó como echaban a Daphne de allí de malas formas, algo que no le gustó demasiado, sin embargo no dijo nada y escuchó atentamente todo lo que Scott iba a decirle. Pero en cuanto se dio cuenta de que aquél no era Scott, sino el que no debía ser nombrado, su piel se puso de gallina y dio un paso para atrás.

En cuanto empezó a escuchar que él había sido el causante de los asesinatos de Emily y su novio, cayó derrotada sobre sí misma, de rodillas, mirando al suelo. - No... No puede ser. - estaba frustrada y ciertamente enfadada, aquello debía ser mentira, en su rostro se notaba cierto enfado. - ¡Scott nunca le haría nada a nadie, ni aunque lo controlaras tú! - gritó intentando creérselo, pero entonces empezó a hilar... El tiempo en el que estuvo desaparecido, las pastillas cambiadas, el traje quemado... Todo coincidía, solo él podía haber cometido aquella barbarie.

Caminó rápidamente hacia el cristal y le dio un par de golpes. - No diré nada, pero. - le costaba respirar, se notaba que estaba al borde de una crisis mental. - Pero no le hagas nada más, no le hagas sufrir más, te lo ruego. No voy a matar a nadie, ni a la profesora, pero haré lo que sea porque dejes en paz a Scott, al igual que Ethan dejó en paz a mi padre. - una lágrima empezó a caer por su rostro. - Solo es una persona que lo ha pasado mal, una buena persona que en tiempos difíciles ha hecho una tontería, pero no se merece lo que está pasando. - sorbió un poco los mocos por su nariz y finalmente, lloró algo más. - Por favor...

Lara estaba rota por dentro, viendo como aquél ser despreciable que vivía dentro de Scott, había usado el cuerpo de su amigo para cometer lo peor que un ser humano le podía hacer a otro, asesinar a alguien, al igual que su profesora. Y hablando de esta, parecía estar disfrutando del espectáculo, pues abrió la puerta de cristal y en cuanto ya nada se interponía entre ellos, corrió a darle un abrazo. - ¡Lucha Scott, lucha por volver y no volverte a ir! - a pesar de lo que había dicho aquél tipo, Lara sabía que Scott en el fondo sabía todo, si no, el propio Scott no habría insistido en echar a la gente de la habitación. Estaba él solo, cargando con toda aquella culpa, sin poder decírselo a nadie, fragmentándose aún más por dentro.

Al sentir como la muñeca la agarraba de la mano, las pestañas de Nichole vibraron ligeramente y sus pupilas se dilataron, pero no hizo ningún gesto para liberarse. Procuró que el miedo que sentía no asomara a su rostro, camuflándolo tras una sonrisa; tenía práctica en poder ocultar sus emociones.

Escuchó a la muñeca, mientras observaba sus gestos y su manera de moverse. Todavía no estaba convencida de si en realidad era una IA o era un muñeco contralado a distancia. Su corazón dio un brinco al sentir como Megan la cogía de la otra mano, había bajado la guardia y se había descuidado, fascinada como estaba en los aspectos del juguete diabólico. 

— Suena muy divertido... — Le dijo y movió las manos, en cortos y rápidos movimientos ascendentes y descendientes, intentando imitar una emoción que estaba muy lejos de sentir. — Vamos a estar siempre juntas y nos divertiremos mucho. Siempre he deseado tener una amiga de verdad, una amiga que me escuche y pueda comprenderme y... Siento que por fin... — Sus ojos se humedecieron, aparentemente por la ilusión que sentía, pero en realidad era el miedo que se enquistaba en su pecho. — ...la he encontrado... — Musitó, dejando que una lágrima escapara de sus pestañas. — Pero no quiero quedarme aquí, quiero ir a mi casa y que conozcas a mis papis y ellos también cuidarán de ti y te querrán, ya lo verás... Este sitio ha sido tu prisión durante demasiado tiempo, vayámonos de aquí, encontremos a Elsie y salgamos de este lugar... — 

Nichole sabía que estaba jugando con fuego. Si en verdad era Elsie la que estaba manejando a Megan, seguro que estaba riéndose a carcajadas y pensando que era una estúpida. Pero tenía que intentar jugar aquella carta, si de verdad era una IA con la programación de proteger a su usuario, tenía que conseguir que quisiera salir de aquel lugar...

No. - sentenció de forma firme, con un tono mucho más serio del mostrado hasta ahora. - Si lo que dices es cierto, Elsie debe haber modificado el resto de las salas de formas impredecibles, salir de aquí es peligroso. - caminó tranquilamente hacia la puerta que llevaba a la siguiente habitación y la desbloqueó con el toque de su palma. - Que vayan ellas. - comentó señalando a Daphne y Renata. - Una vez ellas hayan asegurado el lugar, podremos salir de aquí, pero hasta entonces no hay motivos para que no te quedes conmigo y pongas en riesgo tu vida.

Como decía la muñeca, parecía ajena a todo lo que había pasado fuera de su habitación, lo cual incluía las pulseras venenosas que llevaban encima, algo que para ella, simplemente eran las pulseras que usaban los visitantes habitualmente. Se alejó tranquilamente andando de la puerta y volvió junto a Nichole, a la cual miraba muy intrigada. - Sigo notando miedo en tu rostro. ¿Quieres que hablemos de tus padres o de los planes que quieras hacer una vez salgamos de aquí? ¡Tengo muchas ganas de conocer el mundo exterior contigo!

Instalé una sonrisa en mi gesto cuando aquella versión del Scott _{samedí abogado} poseído comenzó a hablarnos.

-¿Colaborar con la profesora?- negando internamente la certeza que él parecía creerse _{no fuera a enfadarse y comerme antes de hacerle llorar a Lara}, miré a la rubia tras el cristal. 

Hola... Clarisse...

¿En serio? Todo resultaba tan cómico, tan irreal, tan... _{¿tanta manía tenía por juntarme con asesinos encubiertos?}

Girando y perdiendo lentamente la irónica sonrisa del gesto, me fijé en la revelación de Scott _{que encajaba perfectamente con mi obsesivo esquematizado parchís.}

-Jo... der- ¿Entonces tú eras el verde?- musité como si en medio de esa locura alguien fuese a cantar "yo soy la ficha roja-ja, yo soy la ficha azul" _{correspondiente a la lista de Elsie}.

-Increíble- observando la forma en que se bajó la barrera que nos separaba de Lara y flipando por no haber llegado a utilizar mi idea _{o el hecho de salir sin ninguna extremidad arrancada}, parpadeé y me sumé al acercamiento hacia Scott _{comprobando el poco tiempo que nos quedaba en la pulsera ro-ja-ja.}

-T-tu secreto estará a salvo conmigo. No diremos nada. Puedes estar tranquilo- puse la mano en el hombro de Lara, contenta por ver que Scott la había salvado _{y confiando en que ella estaría de acuerdo en lo de reservar el "secretillo" del novio de Nichole.}

-Pero... tráelo, por favor. Ambos debéis iros con Nichole, Renata y Daphne -siendo yo la que debería marcharse en la dirección que cogieron Mindy y el hermano de Sydney. _{Pues que Lara fuese la hermana de Erick, no me hacía tan amiga de ella como Daphne.} 

Helada. Esa era la expresión. No solo por lo tétrico de la escena sino porque no esperaba sentir miedo por la vida de la pelirroja. Por un momento habia esperado encontrar el cuerpo de la chica descuartizado y su corazón se había encogido de auténtico dolor y miedo. ¿Porqué? Si no le caia bien. ¿No?

Apenas se percató de que Daphne había entrado y golpeado la puerta, pues tras superar el pasmo inicial, la conversación entre ambas la había dejado hipnotizada. Se repasó los labios con la lengua nerviosa. Se le secaba la boca

- Megan. No sabes cuanto me alegro de que cuides de Nichole. Pero lleva una pulsera que le puso Elsie. Como ésta - elevó su propio brazo mostrándole la suya - Y nos va a inyectar venenos si no vamos pasando de sala. Así que a mi no me importa pasar primero para despejar el camino, pero teneis que venir justo detrás ¿vale? -

Miró a Nichole y le sonrió. Una sonrisa de verdad. De aliento - Pero agradeceria si al menos me dijeras como es la sala de Chuky. Son temáticas, así que mas o menos poder imaginar que encontrar, y al menos intentar minimizar los daños -

Cansada de buscar alguna manera de volver Daphne se acercó a las chicas, se pasó la mano por la cara y se acercó al lado de Renata.

—Maldición... ¿Es de verdad? 

No se refería exclusivamente a la muñeca. Sino a que al parecer está no era solo un IA conversacional, sino que realmente era un androide inteligente y movil... A menos, claro, que fuera una actriz. Porque si era de verdad nada habria costado para que en la sala de Aro una Samara androide saliera del pozo y los atacase. Por Dios, la gente del museo sí que se tomaba su trabajo en serio.

Observó la forma en que la muñeca cogía las manos de Nichole y supuso que la habían adoptado como su usuario principal. Había visto la película hace un tiempo, pero aún recordaba algunas cosas. Cómo por ejemplo que extrañamente había estado de acuerdo con muchas de las actitudes de la muñeca.

—Megan... Renata tiene razón. Quedarnos mucho rato en el mismo lugar va a hacer que Nichole muera. Entiendo cómo te sientes. Lara, mi amiga —sintió que se le quebraba la voz, pero se sobrepuso—, está atrapada en la otra sala. La atrapó aquella tal Elsie. No te han dicho cuántas veces Elsie ha hecho llorar a Renata, hiriendola a ella y a sus amigos. Mientras Elsie siga con vida... Nichole no volverá a estar a salvó. 

Si la profesora había sido tan perfeccionista con M3gan como lo había hecho con los demás, tenían una pequeña oportunidad. Daphne evitó mirar a Renata y a Nichole a la cara. Sabía exactamente qué le estaba pidiendo a la muñeca. 

Aquella muñeca robótica, miró el brazalete de Nichole. - Detecto cianuro en la pulsera, además de un mecanismo que detecta las pulsaciones del portador. - miró a Renata y agachó levemente la cabeza. - Gracias por la información, desconocía el peligro de quedarse quietos en el mismo sitio.

Por otra parte, los comentarios de Daphne confundieron levemente a Megan. - Lo siento, pero los problemas que tenga Renata con Elsie, no son asunto mío. Si la hace llorar, deberían mediar entre las dos. - volvió a coger de la mano, con suavidad, a Nichole. - Pero debemos avanzar si queremos evitar que pase algo con las pulseras. Aún así, puedo ver el tiempo disponible del mecanismo, de momento no hay prisa y según dice ella. - señaló a Daphne. - Más gente podría venir.

Las probabilidades de que Nichole sobreviva, aumentarán por cada persona más que haya en el grupo, por lo que mi recomendación es esperar a que seamos todos los posibles. - habían logrado quitarle la idea de la cabeza de quedarse allí con Nichole, pero sin embargo quería esperar a que viniera alguien más, algo que, dentro de lo que cabe, tenía bastante lógica.

El tiempo apremiaba y cada vez estaba más cerca la hora en la que se activarían las pulseras. Lara negó con la cabeza al escuchar los comentarios de Drea. - No. Seríamos cinco y tres, creo que lo mejor es que seamos los máximos posibles en cada habitación, iré donde se metió Mindy ¿te vienes Drea? - le preguntó, aún frotándose los ojos, mientras se separaba lentamente de Scott.

Sabía que Nichole le daba mucha paz y tranquilidad mental, por lo que debía estar con ella. - Por favor, recuerda nuestro trato, nunca más vuelvas a hacerle daño a Scott, ni física ni mentalmente ¡menos aún hacer cosas en su nombre con su cuerpo! - frunció el ceño y se sorbió los mocos, algo que bajó mucho la credibilidad de lo que iba a decir a continuación. - ¡O te las verás conmigo! - sin más dilación, atravesó la puerta que llevaba a "Hereditary" y bajando el número de esta puerta a dos.

Oh, si la vida se midiera por esos pequeños segundos de victoria.

Victoria como la que saboreaba en ese momento. El dolor de Lara superaba mis expectativas. Acompañada de la cara de ¿eing? de Drea, me producía cierta satisfacción como la del que sabe la solución de un puzzle que nadie más es capaz de resolver. Y al parecer la profesora estaba corriéndose de gusto en aquella sala o donde fuera que estuviera.

Cosa que, por otro lado, era un sin sentido. Corretear por aquellas salas, pensando encontrarla en una de ellas, cuando lo realmente sensato habría sido ir directamente al despacho de vigilancia. Ya sabéis, cámaras... controles de las puertas... etc. O quizá provocar un corto circuito en algún enchufe, haciendo saltar el automático de la electricidad general. Sin luz, no había puertas cerradas, ni camaras, ni pulseras de la muerte. Pero al parecer la gente era demasiado infantil como para seguirle el juego a aquella psicópata que navegaba sin rumbo por el mar de la locura.

- Uggg- Puse cara de asco levantando los brazos, evitando así tener más contacto físico del necesario con la chica.- Scott se hace sufrir a sí mismo cuando se junta con gente como... la señorita Bloomer. -Escupí a un lado. Odiaba a esa chica. Todo lo que nos había hecho pasar fingiendo a escondidas... haciéndose pasar por la novia el señor Anderson... y todo por darle el gustazo a su "tito" Benja. - No le hago mucha falta ya para eso. 

Y, sin embargo, era cierto que todo se acabaría de una manera u otra.

- Entonces hay trato- Dije asqueado, tomando por los hombros a Lara y haciéndola separarse de mí. Miré por encima del hombro a la rubia para encontrarme con la mirada de Drea - Mantened el secreto, y eliminad las pruebas que queden. O volveré. - Sonreí entornando los ojos para puntualizar algo.- Para quedarme.

Yo nunca mentiría.

- Claaaaro... Señorita Mui. Faltar a mi palabra sería algo muy ruin, ¿no cree?

Riendo di la espalda a las chicas, y saludé con la mano, a modo de despedida, encaminándome a la puerta.

- Yo me iré con las otras féminas. Creo... que me quedaré un ratito más. Solo por la diversión. Miradlo de esta manera: Le ahorro a Scott el bueno lo malo que pueda pasar. Puede que incluso les pueda ayudar.- Me encogí de hombros y al llegar, justo antes de entrar, golpee la puerta con los nudillos, de forma bastante fuerte y sonora, y poniendo la oreja en la puerta, dije para que lo oyeran ellas dos:

- ¡Aquí está Scotty Jack!.

Finalmente Scott entró en aquella estancia, donde todos pudieron ver como su pulsera pasaba de color rojo a color verde, indicando así que estaba a salvo. Por otra parte, Scott pudo ver una sala bastante infantil, donde todas parecían estar bastante tranquilas dada la situación.

Lo que más le llamó la atención al recién llegado, fue ver a la muñeca M3gan, cogiendo de la mano a Nichole. Dicha muñeca le dedicó una mirada rápida, pero al igual que al resto de chicas, rápidamente devolvió la mirada a su usuaria principal, Nichole.

Lara, seguida de Drea, entraron en la habitación de "Hereditary", donde una música les invadió los oídos.

Allí dentro el ambiente era oscuro, iluminado solo por unas velas, también pudieron ver mientras avanzaban a varios cultistas que estaban rezando, aunque si se acercaban podían comprobar que simplemente eran maniquíes con una capa.

Cuando llegaron casi al final de la sala, pudieron observar un caldero donde habían varios cultistas alrededor, venerándolo, además de Mindy y Denver, los cuales estaban mirando la pistola que sujetaba el chico con cierto horror.

Al ver llegar a Lara y Drea, suspiraron con algo de alivio y Mindy no dudó en correr a darle un fuerte abrazo a Lara, que no duró mucho, pues procedió a explicarles las normas de la sala. - Tenemos que llenar el caldero con sangre. No el caldero en sí, ya que hemos visto que tiene una rejilla por la que debe entrar la sangre y el verdadero recipiente está debajo de dicho caldero... - suspiró con pesadez, parecía que habían intentado tirar objetos de dentro de la habitación, pero no había ningún líquido, ya se había asegurado Elsie de ello.

Estábamos pensando en que uno de nosotros se suicidara, ya que es imposible llenar los cinco litros que pide Paimon entre dos... - suspiró aliviada. - Pero ahora que somos cuatro, tenemos una oportunidad de salir todos de aquí. - señaló los bordes del caldero. - Están muy afilados, podemos usarlos para hacernos un corte, pero debemos estar atentos, si nos desmayamos... Será nuestro fin. - Drea ya había perdido bastante sangre el día anterior y si bien había recuperado algo, estaba aún débil... La necesitaban para sobrevivir ¿pero sobreviviría ella?

Mi mirada se pasó por la sala y cierta cara de asco, como si oliera mal, se dejó ver en mi rostro.

- Vaya, si lo hubiera sabido me hubiera traído mi set de merienda de porcelana.- Sonreí con una mueca algo forzada por la situación.- Tiene tetera y platitos a juego.

- Señoritas- Salude casi haciendo un gesto con la cabeza.- Un placer volver a verlas. - Mis ojos rodaron hasta Nichole y formaron una mueca más de desagradable.- Señorita Bloomer. ¿Sus padres nunca le han dicho que no coja cosas de la calle? Puede que se... encariñen con usted, ¿sabe?

—¿Por qué no puedes interferir entre lo que pasa entre Elsie y Nichole? ¿Elsie te lo ha dicho?, Mira esto va más allá de un simple conflicto entre ellas. Elsie no tiene un problema con Nichole, quiere hacerle daño y... ¿Puedes desactivar las pulseras a distancia? Eso sería...

Entonces la puerta se abrió. Rápidamente Daphne se dió la vuelta y corrió para volver, pero no alcanzo a llegar. Scott había entrado y la puerta se había cerrado tras de él. 

—¡¿Qué pasó?! ¿Dónde está Lara y Drea? ¿Dónde están? —preguntó nerviosa poniéndose enfrente de aquel que se veía como Scott pero que, por alguna razón, no era él y cogiéndole el brazo con ansiedad. 

Mi mano se apoyo en el hombro de la amiga de Scott y mi semblante se tornó serio antes de hablar.

-Lo lamento. La señorita Mui ya no está con nosotros.- 

Nichole miró a la muñeca, todavía confundida con lo que estaba ocurriendo. Iba a protestar, pero Renata se le adelantó y le habló de la pulsera y el peligro que corría. Se volvió a mirarla y la sombra de una sonrisa asomó a sus labios. 

Entre la Latin King y Sherlock consiguieron convencer a la muñeca para que cambiara de opinión y dejara que se fueran de la sala. Nichole volvió a mirar a Megan y asintió con un suave gesto de cabeza.

— Sí, Elsie quiere que muera. Me ha puesto esta pulsera y nos ha encerrado en este sitio lleno de trampas. Si no las resolvemos rápido, se activarán las pulseras y... Moriré... Es una asesina, ha matado a bastante gente y ahora va a por mi... — Le dijo con la voz rasgada por toda la tensión que estaba viviendo. 

En ese momento la puerta se abrió de nuevo y Scott entró en la sala. Nichole le miró a los ojos y su corazón dio un vuelco al darse cuenta que era el cabrón que se ocultaba en su interior y le ahogaba poco a poco. Entrecerró ligeramente la mirada y sus labios formaron una mueca de disgusto. 

— Idiota... — Masculló para sí misma. Sabía que Scott le había dejado salir voluntariamente y ahora estaba allí dentro, atrapado y sufriendo. Tenía la absurda idea de que ese capullo era más inteligente y estaba recurriendo demasiado a él. Nichole tenía miedo de que acabara haciéndose demasiado fuerte y no dejara que Scott... 

Se había quedado con la mirada fija en él, mientras Daphne le preguntaba por la friki y la rubia. Su respuesta fue como un jarro de agua helada. Sintió un pequeño vahído y se sentó, dejándose caer en el puff que había junto a ella. Lara no era su amiga, apenas la conocía y había desconfiado de ella hasta el punto de que había creído que colaboraba con su hermano. Pero la noticia de su muerte la había dejado sin aliento. 

— Si no sirves de nada, deja que Scott vuelva... — Tardó unos segundos en poder reaccionar, pero finalmente se recompuso y volvió a mirar a su novio mientras le decía aquellas palabras con un tono de voz afilado.

_Sorprendida, apreté la mano de Lara cuando decidió venir conmigo.

Lo lógico hubiera sido que se acercara con Daphne tal y como Scott lo hizo tras su churri Nichole. Pero no, allí pasamos juntas observando maniquís que adoraban un ritual ¿ficticio? _{¿O todavía tenía cabida el canibalismo?}

-¿Sangre?- la revelación de Mindy era una alegría para la chica _{y una pesadez para los escasos litros que todavía me regaban el cerebro.}

-Eh... vale. Pero digo yo, ¿Y si vamos por turnos?- propuse optando por dar cada uno lo que pudiese. A ver si de esa manera era suficiente para que se llenase el recipiente _{y nadie muriese en el intento.}

Bueno, al menos habían conseguido algo. Y además, la idea aportada por la muñeca era algo que ella esperaba hacer de todo modos, pero se alegraba de que Megan estuviera de acuerdo.

Estuvo rumiando sus palabras y un escalofrío recorrió su espalda al caer en algo... Se giró con brusquedad al ver entrar a Scott. O quizás era el malvado, pero era él, que era lo que importaba. Ladeó la cabeza sobre su hombro derecho y entrecerró los ojos mientras lo miraba y lo escuchaba.

Fue curioso como solo nombró a Lara y no a Drea. Lo del pulso le había dado una idea y no sabía muy bien porqué, creía saber lo que había hecho. Era una buena idea si se tenian las pelotas para ello, y ella creía muy capaces a la friki y a la rubia.

- Scott.. ¿o te llamo de otra forma? - lo dijo en tono normal sin critica ni prejuicio. Intentó colocarse para que la muñeca no la viera los brazos, solo por si acaso se le ocurria salvar a su vinculada de aquella forma. Cuando él la mirara, ella cruzaria con el dorso de su mano en un gesto de corte en la muñeca contraria, justo encima de la pulsera. No dejó que respondiera, quizás un atisbo de afirmación o negación, pero nada más.  - Megan dice que tenemos más probabilidades de salir con vida si vamos todos juntos, así que... ¿esperamos a alguien más o seguimos avanzando? -

- Oh, por favor.- Me quejé haciendo rodar los ojos.- No sea tan melodramática, señorita Bloomer.

Me aparté levemente de Daphne y volví a sonreír de esa manera tan sumamente egocéntrica.

- La señorita Mui no está entre nosotros porque está con la señorita Martin en la otra sala. Con los otros dos.- Me paré frente a Renata simplemente para soltárselo.- Sí, soy útil. Le dije a Scott que yo la sacaría de allí y eso he hecho. De una pieza. Las dos. Por si creían ustedes que a alguna le iba a faltar un kilo de carne de algún lado.

A su gente le acompañé un asentimiento con la cabeza. Pero tratándose de M3gan, iba a ser jodidamente complejo separar ahora a la muñeca chochona de su ama. ¿Cortarle el brazo a quién? Puede que si la muñeca no notaba la mano de Nichole explotara. No... tendría que ser por propia voluntad y eso... seguro se presentaría la ocasión en la próxima sala.

Y, sin embargo, me gustaba cómo pensaba la mexicana. Siempre tenía ideas algo extrañas, y radicalmente apetecibles. No entendía como Scott prefirió a la pija antes que a esta belleza sureña. Me relamí los labios solo de pensar que de ser de otro modo... Umm... Renata.

- Bueno. ¿Podemos irnos? 

Cuando Scott "bromeó" con la partida de Lara Daphne dejó escapar un gemido mientras se llevaba las manos a la cara y retrocedía unos pasos. No sabía que decir, no sabía que pensar. Había estado tan preocupada que ni siquiera se había dado cuenta de que le había cambiado los nombres a Renata y Nichole hace unos minutos. Quizás nunca lo sabría.

 Pero cuando El otro Scott, NO-Scott, reveló la verdad sintió que le sacaba un peso de su espalda. 

—¡Imbecil! —dijo volviendo a acercarse a él y dándole un pequeño empujón. Nada fuerte, después de todo él había cumplido con lo que había prometido. Asintió con la cabeza cuando esté ofreció partir a la siguiente sala. Ahora solo tenían que salir de ahí.