Mordred le estrechó la mano con fuerza. Era de los que creía que se podía definir el talante de un hombre por cuán fuerte fuese su apretón de manos. - Ser Mordred Rowain, gusto en conoceros. Vuestra posada no ha estado mal, la comida tampoco. El servicio de vuestra mujer, en cambio, ha sido excepcional. - Le respondió sin mayor reparo, saludando de paso a los dos chavales que acababa de presentar. Se inclina un poco para estrechar la mano del chaval. - Un gusto, campeón - le dijo al chico al saludar. Y a la chica le da una gentil palmada en el hombro. - Un gusto, milady, vos seréis hermosa como vuestra madre - le lisonjeó a la chica.
Entonces escuchó la historia de Jorah con seriedad. - ¿Puede darme un ejemplo de esas cosas que presenció?, le increpó. - Y a vos, ¿hay algo que lo motive a ayudarme en mi causa? Despedir a ese hombre podría salirme más caro de lo que piensa, después de todo, sabe todo lo que hay que saber de esa casa para mantenerse vivo todo este tiempo, ¿no lo cree así?
Hizo una pausa. - ¿No será que vos tenéis algo de rencor por no haber podido permanecer en la Fortaleza?, se preguntó a sí mismo, sin darse cuenta de que el cuestionamiento había sido en voz alta. Se dio cuenta de su error, y trató de enmendarlo negando con la cabeza. - No me malentienda Jorah, pero se dicen tantas cosas de ese lugar, que si la verdad yace en ellas, es difícil de saber - le increpó. - Además, ¿qué le hace pensar que mi mandato será más justo que el de Rhys? - le dijo con sorna.
- Muchas gracias, me alegra que haya estado todo a su gusto. Y efectivamente, mi mujer hace siempre una labor excepcional en todo aquello que hace. Dijo ruborizándose ligeramente. ¿Ejemplo de las cosas que presencié? Le he visto en Desembarco del Rey apostando y jugándose el dinero. Y él no tiene tanto, así que estoy seguro de que ha jugado con el dinero de la Casa Vaelys. Además, ¿no te has dado cuenta que la pequeña Mira no se parece en nada a su padre y que en cambio es clavada a mi hija? Te digo yo que son primas, estoy seguro que Lady Myriah se acostó con mi hermano Marvin, y que Mira es fruto de ese encuentro. No tengo pruebas, pero solo hay que abrir los ojos para darse cuenta de ello.
Y sí, efectivamente, mentiría si dijera que no guardo rencor al hecho de que mi hermano pequeño se hiciera con el puesto de castellano y yo quedara relegado a un simple tabernero. Pero te digo que jugó bien sus cartas y que no es trigo limpio. Además, estoy seguro de que Lady Vaelys hizo algo para que adquiriera tal privilegio.
Y bueno, no sé si su mandato será mejor o peor que el de Rhys, pero al menos será un nuevo mandato. Y yo prefiero lo bueno por conocer, que lo malo conocido.
Mordred le escuchó con paciencia y detenimiento, estudiando cada movimiento al hablar que hacía Jorah, para saber si le estaba mintiendo en algún momento. No se le conocía a Ser Rowain por ser un supersticioso, pero hasta cualquier mentecato sabría que si se dice mucho sobre algo, algo de verdad se trae entre manos. Asintió en señal de agradecimiento a Jorah por sus palabras. - Ya veo -, le dijo. - Vuestras razones, Curton, a pesar de estar inspiradas por el rencor, son transparentes. Cristalinas. Os creo. Si hay algo que no tolero es a los ladrones, mucho menos a los que se aprovechan de la confianza que se les da para echar mano en el bolsillo de lo ajeno, pues su crimen es mayor. Un castigo justo sería cortarle ambas manos, y de ese modo aprendería a no tomar lo que no le pertenece.
Tras decir estas palabras sube a su caballo y toma las riendas. La bestia echa un bufido, está algo inquieta por dar una carrera y sentir el viento sobre su cara. Mordred mentiría si dijera que no desea hacer lo mismo cuanto antes. Desde arriba mira a Jorah a los ojos. Le dijo.
- Si obtengo las riendas de la casa Vaelys, vos, tu esposa y tus hijos os iréis a la Fortaleza a vivir con nosotros en el puesto que desde siempre te ha correspondido. Si es que existe alguna maldición dentro de esos muros, como asegura la antigua ama de llaves, os pido me ayudéis a removerla cuanto antes. Soy un señor duro pero soy justo. Supongo con que eso te bastará. Es mejor que atender borrachos y desgraciados en una posada.
Se preparaba para marcharse, y le hizo una última pregunta.
- Antes de irme, Curton, ¿hay algo que deba saber sobre las hijas de Rhys? Escuché que Lidia, la del medio, tenía algo con un vasallo de su padre. ¿Es eso cierto?
Jorah sonrió ante las palabras de Mordred, que los siete dioses os oigan, mencionó a modo de súplica, sería un placer servirle, dijo al comprobar lo buen hombre y justo que era el caballero que tenía justo delante. Sería un placer.
Luego se quedó escuchando las palabras que le había dicho sobre las hijas, poca cosa sé. Es verdad que Mira y mi hija se parecen mucho, tanto que diría que son primas, pero eso no dice nada de las hijas, sino de Lady Vaelys. Luego está la mayor, que los Siete Reinos saben que apunto estuvo de casarse con Richard Risefeller, pero que la maldición de la casa también le afectó a él y murió durante la guerra. Pero del resto, Lidia, no, Lenia, es la mediana, pero no he oído rumores sobre ella. Es cierto que cuando yo me marché de allí, todas eran muy pequeñas.
- Estoy seguro -, dice Rowain, mirando hacia el horizonte - que sabréis servir bien.
Luego vuelve a posar su mirada sobre Jorah, quien parece bastante convencido de sus palabras, al punto de casi jurar ante Mordred que Rhys tiene una hija bastarda. Eso, de ser cierto, podría echar por tierra su reputación y hacer que su Casa caiga en la ruina. Eso, definitivamente, debía pasar si no se hacía con las riendas de la casa él mismo.
- ¡Ja! Entonces Lady Vaelys tiene una reputación poco merecida como pura y casta - afirma con sorna. - Aunque no me extrañaría, con Rhys enfermo y debilitado no debe haber mucha acción últimamente - da una pequeña risa que desemboca en una ligera carcajada. - Esto, mi buen amigo Curton, puede ser más fácil de lo que parece. Deseadme suerte para el viaje. Estoy seguro de que volveremos a vernos de nuevo... o nunca más - le sonríe con complicidad.
- ¡Hiah! - le grita al caballo, atizando las riendas y pateando un costado con el tacón de su bota para que eche a correr rumbo a la Fortaleza de Sangre.
Dire, disculpa lo escueto del post, como te dije, me ha agarrao' un poco el toro.
Ser Mordred Rowain va al castillo.