Al entrar en la biblioteca pudo ver a todos los presentes algo desorientados pero en buenas condiciones. El lugar había resistido el temblor. Pudo ver de igual forma los anillos ya en los dedos, pronto comenzaron con el paso final, el registro en el libro. En cuanto Alester y Alyra firmaron, el caballero se les aproximó.
- Enhorabuena por el enlace.
Estrechó el brazo del noble, y tomó la mano de ella para apretarla ligeramente, mientras le dirigía una mirada profunda y con cierto cariño. Ya estaban casados y en cierto modo era un alivio. Desde que ella tomó la decisión final sabía que no habría podido cambiarla principalmente por las palabras de Myriah, pero ahora estaba sellado ante los dioses, de modo que no tenía que pensar más en aquello.
- Enhorabuena también a ustedes dos, Ser Galbart y Lady Lenia. Les deseo un próspero futuro juntos.
Escuchó la petición del señor del castillo y aunque hubiese preferido que fueran todos en grupo, para lo cual ya había pensado en ayudar al septón a caminar, tuvo que aceptar ese nuevo destino.
- Claro, iré a ver si queda alguien en la capilla. Enseguida bajaré a la recepción.
Todavía podía ser que el príncipe estuviera siendo atendido, o que al final tuvieran que dedicarse a custodiar al maestre. Algo estaba ocurriendo que estaba destruyendo la fortaleza y era necesario saber más.
Salgo hacia la capilla.
De pronto todo era bonito, todo era tranquilo, todo era perfecto ... pero como todo lo bueno que pasaba ese día, duró poco. Un ruido resonó en toda la fortaleza y esta tembló por completo. Lenia, se asustó agarrándose a Galbart. Entonces Bernard entró.
Alyra : — ¿están todos bien? —
Preguntó su hermana, Lenia asintió y miró a Galbart, después al resto, confusa.
Alyra : todas las velas, apáguenlas correctamente, ahora solo falta un incendio —
Lenia se apuró en hacer caso a su hermana, se acercó a las velas que tenía mas próximas y las apagó con cuidado, asegurándose de que estaban completamente apagadas. Después se giró hacia el Septon para firmar, miró a Galbart para asegurarse que el también lo hacía. Aunque ellos se casarían también en Bosqueespeso, no quería perder esa formalidad, para que no pudiera existir ningún problema después.
Bernard : - Enhorabuena también a ustedes dos, Ser Galbart y Lady Lenia. Les deseo un próspero futuro juntos.
- Muchas gracias Ser Bernard - dijo Lenia con dulzura, ella siempre había querido que la familia Risefeller y la suya fuera una, incluso alguna vez había fantaseado con ser la esposa de Tyler ... pero las cosas pasaban como pasaban y a veces, las fantasías son solo fantasías. Aún así, siempre le quedaba la esperanza de que alguna de sus hermanas se decantara por alguno de los hermanos Risefeller, a Lenia le caían muy bien.
Alester : Vosotros podéis acompañarnos al recibidor. Ahora imagino que no habrá mucha gente, pues no hemos dado aviso aún de que la ceremonia se celebrará ahí. Podréis despediros de los antiguos señores y partir cuando estéis listos
Lenia asintió y sonrió suavemente, sin duda, Alyra había elegido bien, siempre lo hacía. - Claro que si - aseguró. Lenia tomó de la mano a Galbart - Bajemos, no veo el momento de que todo esto termine - suspiró - Y eso que iba a ser un día tranquilo, pero bueno - se encogió de hombros.
- Septon Tiziano, le agradezco de todo corazón lo que hizo, gracias a usted por fin puedo decir que me siento completa - miró con ternura a Galbart - bajemos, espero que estén todos bien - dijo con cierto temor de que alguien más hubiera sufrido, sobre todo alguna de sus hermanas.
Sigo a Alester, no puedo postear aún, pero no me quiero quedar atrás.
Lenia y Galbart salen hacia el recibidor junto a Alester y Alyra.
Aquel temblor puso en alerta al norteño, aunque no fue a más y la tranquilidad volvió a reinar en la biblioteca, salvo la entra de Bernard preguntando si todo iba bien-Por suerte si, pero es mejor irnos de aquí lo antes posible-contestó mientras terminaba de firmar en el libro y sujetó a Lenía con la mano a modo de protección.
- Bajemos, no veo el momento de que todo esto termine - Y eso que iba a ser un día tranquilo, pero bueno -
Galbart entristeció ligeramente la mirada-Lo sé querida supuestamente iba a ser un día de júbilo y fiesta, pero desgraciadamente no ha sido así-dijo mirándola-Dejemos éste lugar lleno de dolor-contestó mientras se encaminaban fuera de la biblioteca en dirección al recibidor.
Una vez que los cuatro firmaron dónde les había señalado, Tiziano se quedó contemplando las hojas. Comprendía la preocupación de todos por el extraño temblor, pero la capacidad de asombro del anciano había se había ampliado los últimos días y no descartaba que un dragón fuese a entrar por la planta superior. Correspondió con una cálida sonrisa las palabras de Lenia y contempló como los jóvenes se marchaban.
Sólo una vela había quedado encendida, alumbrando unos pocos libros sobre la mesa. La solitaria silueta del Septón permanecía inmóvil sobre la silla.
El libro con la estrella de las siete puntas grabada en la tapa ocupaba el centro de la mesa, Tiziano releía las palabras que acababa de escribir, apenas debajo de lo que había anotado cuando entró a la bilbioteca.
En el día de la fecha, yo Tiziano he celebrado los siguientes matrimonios, de acuerdo a la ley de los hombres y con la autoridad que los Siete me otorgan:
Lady Alyra Vaelys y Lord Alester Vaelys, señores de la casa Vaelys. En presencia de Lady Lenia Vaelys y Lord Galbart Glover que son testigos de su amor.
Lady Lenia Vaelys y Lord Galbart Glover, señores de Bosqueoscuro. En presencia de Lady Alyra Vaelys y Lord Alester Vaelys que son testigos de su amor.
Había aún espacio en la hoja para continuar escribiendo, dos nombres aún faltaban. El de Astrid sería escrito muy pronto, los señores Risefeller habían sido los primeros en expresar su amor. Eso no preocupaba al Septón, pero el otro nombre oscurecía su semblante. Tabitha no sólo había perdido el apellido Vaelys y había renunciado a todo derecho de nobleza, también había desafiado la autoridad del Rey, era cómplice de un traidor y había quedado embarazada antes de casarse, era sin duda una vergüenza para su familia. Aún así Tiziano quería lo mejor para ella, la ley de los hombres la condenaría a muerte seguramente, pero los Siete tenían otro destino pensado para ella.
El anciano se puso de pie y caminó hacia el mueble sobre el que habían estado los anillos. La caja que los contenía se había corrido de su posición por el temblor pero afortunadamente no se había caído ninguno. Guardó la caja en un bolsillo de su gruesa túnica, y luego se acercó a la mesa y tomó el libro con una mano y con la otra la vela. Luego comenzó a descender las escaleras.
Voy en busca de Oberyn hacia los aposentos del Septón (si lo cruza en el camino se detendrá a hablar con él, si no lo encuentra avisame y hago nuevo post).