Kyle entró en sus aposentos con rostro cansado, deseando que todo acabara y que se aclarara por fín quién sería el nuevo Señor de la casa. Se acercó a la cama donde yacía su hermana y se sentó a su lado, observando su rostro e intentando ver su leve respiración. - Fiona, soy Kyle. Sé que estás viva, que tomaste la leche de la amapola que tenías para el dolor de tu pie. Despierta, por favor. Nos iremos de aquí, iremos dónde tú quieras, pero despierta.
Mientras suplicaba a su hermana para que despertara, sus lagrimas comenzaron a brotar de sus ojos lentamente.
Kyle se dió cuenta que llorar no despertaría a su hermana, así que tendría que buscar la forma de hacerlo sin que nadie se enterara de que Fiona seguía viva - No puedo preguntar al Maestre Caelus ya que sospecharía enseguida. ¡Si hubiera prestado atención a las lecciones de nuestro Maestre cuando era niño, ahora sabría que necesito para contrarrestar la leche de amapola! Necesito ayuda, pero ¿En quién puedo confiar? Puede que Evan nos ayude No tenía elección, tenía que despertar a Fiona fuera como fuese.
Decidido a buscar ayuda, Kyle se levantó de la cama y salió de la habitación para dirigirse hacia la cripta, dónde había planeado quedar con Evan y Mira.
Hacia la cripta