Gritando fuerte y mirando serios y amenazantes a cada uno de los que se acercan a pedir ¡Sólo dos cucharadas y un trozo de pan por persona, si tine hijos señora, que se ponga a la fila y diga su nombre, primero aquellas mujeres con recién nacidos y niños pequeños, luego viejos y posteriormente el resto, quien desobedezca al calabozo!
¡Eh, eh, eh usted mantenga la fila!
Llego al patio con el griterío general y observo que han montado un puesto para dar alimento a los aldeanos y al ver a Marius allí me acerco a él.
Saludos, Marius! Como os encontráis tras este desastre que ha asolado estas tierras y esta gente? Cual es la situación? Me gustaría hacer todo lo posible por ayudar, debería ir a hablar con el señor, pues me mandó ir a buscar al tutor de las cortesanas en el viejo molino pero la gran riada de ayer me lo impidió. Solo puedo rezar porque se dirigiera hacia la iglesia con el resto de la gente y que llegara a salvo... o hay algo en lo que pueda auxiliaros por aquí?
//entro en escena
Tras esperar su turno, Gosvin llega por fin junto a la olla del caldo, que seguramente se haya enfriado algo desde que se cocinó, pero que aliviará sus entrañas y las del pequeño Robert.
- Sírvame un cuenco generoso, por favor, que debo compartirlo con un muchacho enfermo..., dice Gosvin al guardia encargado del reparto, con la esperanza de despertar algo de compasión en él.
//Entro en escena
Parad! parad! no quiero descontarme mira al caballero Oh caballero Hölgut, pues la verdad, lo mejor que podría hacer es coger a unos cuantos de los hombres de los que están en el puente reparándolo, y con alguna de las balsas que se han construido cargue alimento y los lleve a la iglesia, así de paso podrá ver si está ahí su amigo el filósofo.
El guardia mira con tristeza a Gosvin Lo siento señor, mis órdenes son de repartir comida a quien esté presente, debería venir con él, no puedo desobedecer. sirve en un cuenco la sopa, esta vez tres cucharadas y le da el trozo de pan más grande de entre los que hay cortados. ¿su nombre porfavor? es para que el escriba lo anote.
De acuerdo, entonces eso será lo que haré. Gracias Marcus, siempre sois de gran ayuda para nuestro señor. Bien, me despido de vos por el momento, suerte con vuestro trabajo. Me despido cordialmente de él y me dirijo a donde los soldados están reconstruyendo el puente después de recoger mi caballo del establo y montarme en él.
//salgo
Llegando de la taberna me encuentro con un extraño panorama, comida, estan entregando comida, Adamus no estaba cometiendo un error. Un hombre está pidiendo comida para un enfermo, mentirá? quien sabe.
Buenos días digo a la persona que se encuentra delante mio en la fila y espero mi turno para alimentarme con la esperanza de oir algún dato interesante de como estan las cosas luego del desastre.
/entro
Mientras esperas en la fila, oyes los comentarios de varios aldeanos diciendo que todo esto es culpa de aquellos que robaron la iglesia, al menos hay muchos que mantienen firme esa teoría, pues la iglesia parece ser por lo que dicen, que no ha sufrido daño alguno y que se están refugiando en ella los supervivientes, además comentan que las aldeas han quedado devastadas. LLega tu turno.
El guardia mira sorprendido al soldado que tiene delante. Cogiendo uno de los cucharones y un cuenco de madera, sirve dos cucharadas de sopa y coge un trozo de pan del montón, para entregarselo al hombre que viste ropas de cruzado. Aquí tiene buen hombre, ¿su nombre para que el escriba lo anote? luego lo mira de arriba abajo ¿de dónde demonios ha sacado esa vestimenta aldeano?
Tras haber abandonado la enfermeria, llego finalmente al patio del castillo. Mis tripas siguen gruñendo reclamando algo solido. Y yo, observo mientras me acerco la cola de gente que va desfilando delante de dos guardias que reparten algo de comer. Me pongo en la cola y al individuo que esta inmediatamente delante de mi, le digo. Muy buenas. El ultimo, supongo. Parece que hoy vamos a tener un dia un poco mejor que el de ayer. En ese momento pienso en todos los destrozos que va a ser necesario reparar y termino diciendo. Pero solo un poco mejor. A ver si tengo suerte y me da tiempo para comer algo antes de que me reclamen
Entro en escena.
Tal y como Cesarius llega a su turno, el guardia le mira Cesarius! me alegro de verte sano y salvo, me digeron que quedaste gravemente herido y sirve tres cucharadas de sopa y entrega un buen trozo de pan.
Y sonriendo, miro al guardia y digo. ¡Gracias hombre!. Pero, realmente, mi herida no fue nada grave. Mientras agarro el cuenco de sopa y el pan, rio en voz alta y añado. Precisamente tu te estas encargando de solucionar el ultimo de mis problemas. Dicho esto, hago un gesto de agradecimiento al guardia pues no puedo hablar ya que ya le he metido la primera dentellada al pan. Me hago a un lado y con tinuo comiendo rapidamente el pan. Despues, engullo la sopa lentamente. Disfruto de la sensacion de comer algo caliente hasta que se termina. Me acerco de nuevo al Guardia y, tras dejar a un lado el cuenco de sopa ya vacio digo. Muy bien. Ya estoy listo para volver al servicio. ¿Sabes donde puedo ser mas necesario?.
marius se percata de Cesarius Eh soldado! soldado! deja sus menesteres a un sirviente Acompáñame, el señor de Krieggar quiere verte
entra en la escena Castillo: capilla privada del señor feudal.
muy buenas señores, parece que los dioses la han tomado con nosotros. estaba pensando que la gente necesita un poco de diversion `para olvidar las penas de estos dias ¿ que os parece si montamos una pequeña fiestecita esta noche ?
entra en escena
Soy Gailes Ferreiro, de la Orden de los Caballeros Hospitalarios de San Juan, y aunque no sea a mi a quien injuriais, hariais bien en no blasfemar en estos tiempos. Amargo trago ha tenido que probar el feudo a causa de quienes vanamente mencionan lo profano y actuan en consecuencia. Actuariais bien seguiendo el ejemplo de nuestro Señor dando pan a quien tiene hambre.
observo a los alrededores, analizando la situación. Guardias, aldeanos, soldados, caballeros
Harías bien en no hacerte demostrar de que estoy hecho renacuajo prepotente...
Suficiente hemos sufrido en los días pasados ¿Verdad?
el hombre queda boquiabierto, no hubiera imaginado que realmente fuera un soldado de cristo quien le estuviera pidiendo comida po po por supuesto Caballero Gailes, perdone mi insolencia, no creí que verdaderamente hubiera un caballero de dios entre nosotros mirando al hombre que pedía para el enfermo pero es una orden de mi señor y debemos acatarla, mi compañero no puede dar más ración si no le acompaña el chico... podría estar engañándonos... De todas formas, quedese aquí, cuando vuelva Marius seguro que estará de acuerdo en acompañarle para que Sir Robert, Señor de Scofferishire le conozca.
No os preocupeis buen hombre, duros tiempos endurecen a buenos hombres, y no es mi intención de ningún modo importunarlo y aún menos hacerlo desobedecer una orden. En lo que respecta a conocer a vuestro señor Lord Robert, me veré honrado...En cuanto al alimento del jóven enfermo, no tendré mas que satisfacción si puedo acompañar a este hombre y cederle mi ración para el muchacho en cuestión. Permitame llevarle mi ración y luego volveré aquí.
Mirando al peticionante con rostro serio pero rayando lo amistoso
Os sigo buen hombre, ¿cual es vuestro nombre y quién es el enfermo?
/salgo de la escena rumbo a la armería
Gosvin, una vez recogida la ración de pan y caldo que el guardia le ofrece, le hace un gesto de agradecimiento con la cabeza por haberle dado una ración generosa y se dispone a volver a su tienda. Pero antes de marcharse, un caballero vestido con ropa humilde se dirige directamente a él.
- Señor, mi nombre es Gosvin Mandrake, soy el armero del castillo. Mi tienda está muy dañada por las lluvias y también lo está mi vivienda. Además, lo peor es que mi pequeño aprendiz, Robert, ha sufrido una herida bastante importante y ahora está convaleciente en cama. Estaré encantado de que me acompañe y seguro que el muchacho agradece también la visita de un noble caballero como vos..
Gosvin, seguido por el caballero, deja la plaza del castillo para volver de nuevo a su tienda.
//Dejo la escena y paso a la Armería.
Entro al patio desde las cocinas del castillo y al pisar el patio me pongo la mano derecha a modo de visera para tapar el sol sobre mis ojos. Parece como si nunca lo huebiera visto brillar tanto y me molesta gratamente sobre mis pupilas.
Camino por el patio una vez que mis ojos se han acostumbrado a esta fuerte luz, para admirar como se ha quedado todo de destrozado y esperar con gran animo para ver si los tenderetes se van a poner en la mañana, si es que ha quedado algo sano y salvo para vender.
//entro en escena.
El recaudador Oelric pasea por el patio viendo todo el destrozo, que sin duda es mayor que el de ayer, los cuerpos de los fallecidos han sido retirados, y la lluvia ha borrado cualquier rastro de sangre, cascotes de piedra y trozos de madera rota se apilan a un lado, mientras que la torre que ardió ha acabado en peor estado, puesto que ya no está erguida, ahora mismo en ese lugar, solo queda la circular pared que delimitaba la torre a la altura de la muralla, la última lluvia ha acabado con ella. En la plaza hay un gran gentío ordenado en tres filas a quienes están sirviendo sopa y pan. No tiene pinta el patio de llenarse de tiendas, el comercio no fluirá en unos días lo más probable.