- Parecían Mayas que huían de algo, de una bola de fuego que iba directa hacia una ciudad y los indios Mayas salían con sus cosas como evacuándola. Eso es lo que me ha parecido a mí, que huían a toda prisa. Ahí abajo hay unas letras que no conozco.
No hay nada más de interés, salvo el científico claro -añade al ver cómo le miráis- propongo volver a San Agustín y empezar con las tasaciones. Quizás puedan volver al templo en un futuro cercano.
¿Seguro que no hay nada allá abajo?- Pregunta el viejo solo para reforzar la opinión que ya tiene. Era lo bastante mayor como para no tratar de bajar a las profundidades.- Si como decís no vale la pena bajar de nuevo, lo mejor será dejar anotadas las coordenadas de este descubrimiento e ir a comprobar cuanto nos pagan por la plata.
- Si había algo debía estar muy bien escondido. - confirmo al señor Bangs. - Yo desde luego no vi nada, aunque no entiendo nada de esos símbolos mayas. Quizá alguno indicara la ubicación de una sala secreta o vete tú a saber. -
Acabo de quitarme lentamente el traje de buzo y busco rapidamente un puro o cigarrillo que me pueda servir para relajarme y pensar con claridad.
- Sólo había un pozo con una corriente ascendente, como un chorro que venía de abajo. Pero nada más, no parecía tener fondo.
- Está bien, volvamos a puerto si así lo creéis. Tomamos nota de la localización y si hace falta regresaremos.
Ciertamente me iba con la sensación de dejarme algo importante allí abajo, alguna clave oculta que nos iluminaría muchos de los misterios que nos asolaban.
- Deberías mandar un telegrama a la universidad, Harper. Seguramente ellos estén bastante interesados en todo esto -comentó Konrad a su colega
- Tienes razón Konrad, en cuanto llegue consulto con el departamento. Quizá puedan aportar algo, incluso orientarnos en la tasación. Hora de partir Colin.
Mi mirada se pierde en la extraña elevación, ese misterioso "trono" capta toda mi atención, está claro que cada paso que damos nos adentra en un mundo extraño y salvaje.
Pues si ya está todo aclarado no entiendo por qué este barco oxidado sigue sin moverse.- Refunfuña el viejo señor Bangs. La realidad es que era lo bastante viejo como para que le importara bien poco las expediciones que pudiesen volver a ese templo maya o lo que fuera. Lo más probable es que en el tiempo en que se tardaba en organizarla ya hubiese estirado la pata.
- Venga, vamos a tasar todo esto y a recuperar nuestro dinero. - digo convencido de que algo tenemos que sacar. Aunque sea un mínimo beneficio... sino todo este viaje no habrá valido para nada.
-Así lo haremos entonces. Wolff, guarda todo el material y prepara las máquinas. Voy a dar orden de ponernos en marcha ahora mismo.
El barco se puso en movimiento en seguida, llegando esa misma tarde a San Agustín.
Escena cerrada.