Wilhelm se preguntó si podía ganar aun con su as bajo la manga o si valía la pena. Iba a terminar como el otro chico, de vuelta al centro pokemon, quizá debía hacer que valiera la pena.

- ¿Quieres ganar Rookidee? ¡Pájaro osado! 

Rookidee se veía lastimado, y parecía que en algún momento se derrumbaría. Pero si quizá, solo quizá, podría terminar en empate. 

Nate vio como el Beso drenaje era efectivo contra el oponente, desafortunadamente el golpe no fue lo suficientemente fuerte para terminarlo y el oponente se fue bajo tierra, lo cual le dio mala espina pues sabía no iba a ser efectivo el siguiente ataque, sin embargo, con un poco de suerte la siguiente ronda si podría terminarlo, lo malo era que Lawliet no destacaba por su defensa fisica precisamente por lo que estaba en el dilema de retirarse o sufrir una perdida del combate.

Al final después de pensarlo un poco decidió arriesgarse, Lawliet trata de escuchar a tu oponente bajo tierra y cuando sientas que va a salir usa teletransportación para esquivar.

Sería interesante ver si Gible era capaz de pegarle a algo que podía moverse de manera inesperada y fugaz.

Miaka había llegado un poco tarde y vió que sus amigos ya habían comenzado sus combates así que no quería ser menos. 

Llegó tan contenta como de costumbre, veamos, ¿alguien quiere un combate? Pregunto al aire mientras se acercaba a algún lugar donde hubiera gente sin alejarse demasiado de sus amigos.

Después, les miró y decidió animarles mientras se acercaba alguien. Adelante chicos! Cuando el combate acabe iremos a comer bollos! 

Rokidee se lanzó a toda velociad sobre Gotitha para impactarle con una gran fuerza devastadora que dejó echo polvo a ambos. Su rival cayó debilitado, pero también lo hizo el pokémon volador. Aún así, y a efectos prácticos, Wilhelmn había ganado el combate, aunque desgraciadamente tendría que volver al Centro Pokémon para recuperarle. Precisamente eso fue lo que hizo Perséfone, que se marchó de allí sin mediar palabra. 

Lo que Nate y Ralts habían intentado dio resultado. Ralts logró esquivar el golpe de su adversario justo en el último momento. Darío apretó los dientes molesto porque pensaba que aquel golpe iba a ser el último y ahora tendría que seguir combatiendo. ¡Vamos, Gible, no te dejes amedrentar por ese bobo pokémon, aráñale, pero con más fuerza!

Al ver que su estrategia había funcionado Nate no puede evitar alegrarse, en el combate anterior le fue mal pero en esta oportunidad podía llegar a ser distinto y de ser el caso ganar su primera batalla, Kano ya había ganado su primer encuentro y Miaka seguro esta vez tendría más suerte por lo que solo faltaba él.

Si funcionó bien una vez podía funcionar bien 2 veces por lo que no dudo en repetir el movimiento, Ralts utiliza nuevamente beso drenaje, dale tu cariño! con un poco de suerte este sería él último ataque y podríamos continuar al segundo piso!

Kano seguía expectando el combate de Nate, animándole en silencio para no desconcentrar a su compañero. También aprovechaba para ver los distintos combates en aquel piso mientras veía la variedad de movimientos y estilos de los demás entrenadores. 

Admiraba la forma de usar el teletransporte de Ralts para esquivar el ataque invisible del gible, lo que le daba a entender que él era un gran entrenador en comparación, por lo que reafirmó su idea de seguir a su lado para aprender todo lo posible para futuros combates.

Esta vez el beso de Ralts fue suficiente para acabar con el pokémon de Darío y dejarlo fuera de combate. Además, gracias a la capacidad para drenar las energías de su oponente, el pokémon hada se encontraba perfectamente y sin necesidad de lamentar ninguna sola herida. Había derrotado fácilmente a Gible y ahora Nate y él podrían seguir subiendo por la torre Shakonya. 

Wilhelm toma a Rookidee suavemente del suelo. Había hecho un trabajo grandioso, él no debió confiarse tanto.

- Es hora de volver. Descansa un poco y pronto estarás como nuevo.

Dicho esto, se fue también detrás de Persefone al centro pokemon. Luego iría al restaurante donde trabajaba su mamá. Moría de hambre, y seguro Rookidee también tenía mucha. Una lástima tener que volver luego. Ya los otros chicos lo debieron de dejar atrás. Pero no estaba seguro de querer volver a ver que había. Mucha gente rara pasaba por ahí.

Cuando el combate de Nate hubo acabado, Kano se acercó en el más puro estado de emoción y felicitó a su compañero.

- Increíble, tu pokémon es muy fuerte. - No pudo articular más palabras que esas. - Sin embargo, creo que nuestros caminos se han de separar aquí pues mi pokémon ha sufrido heridas severas y no creo que sea capaz de afrontar ningún otro desafío más arriba, por lo que vuelvo al centro pokémon antes de tener que lamentar las consecuencias de una mala decisión.

Aquellas palabras atravesaron el corazón de Kano que, si hubiera estado mejor preparado, podía haber seguido un poco más junto a aquellos chicos.

- Bueno, antes de que me vaya podríamos intercambiar nuestros teléfono para seguir en contacto. - Dijo mientras sacaba su móvildex. - Quizás otro día pueda volver a unirme a vosotros para desentrañar la azotea de esta torre.

Dando por concluida la conversación, se despidió con una agitación de su mano y retomó el camino a su casa para intentar acabar con el hambre atroz que sufría.

Miaka estaba buscando un combate hasta que Le empezaron a sonar mucho las tripas. Oh, que hambre. Farfulló mientras veía como sus  amigos acababan sus combates.

Chicos tengo mucha hambre, voy al bar y ahora te llamo Nate, espero veros pronto. Mientras salía hacia el bar. Esperaba tener suficiente dinero aunque al fin y al cabo podría fregar los platos o algo así. 

Después, salió en dirección al bar, por si alguien quería venir esperó unos segundos antes de seguir el camino despidiéndose mientras sonreía. 

Al haber salido de la batalla triunfante Nate se alegra mucho, llama a su Ralts y le dice Excelente trabajo muy buena victoria, luego lo ingreso a su pokebola y miró a Kano y Miaka, al parecer teníamos algo en común y eran las ganas de comer, tras recibir las felicitaciones de Kano y ver que sacaba su movildex hizo lo mismo y le ante la propuesta de cambiar números le dijo el de él.

Me agradaría mucho la idea de reunirnos, yo iré a comer al igual que Miaka a esta también le dio su número antes de que se fuera, tras guardar su número le dijo, estamos en contacto, iré por unas frutas al mercado.

Luego de ello guardo su móvil y salió rumbo a su destino.

 La Torre Shakonya es un edificio abandonado en el que ahora residen gran cantidad de pokémon y algunos entrenadores visitan para entrenar y buscar a otros para combatir contras ellos.

La primera planta está habitada por entrenadores y aspirantes y uno puede ser retado por un oponente más o menos de un nivel similar para realizar una batalla igualada.

La segunda planta, una zona con muy poca luz, está repleta de pokémon de tipo siniestro. 

La tercera planta, una zona algo más iluminada y mucho más agradable, está repleta de pokémon de tipo psíquico, aunque un aura extraña hace estremecerse. 

Y por último, en la planta más alta, habitan los pokémon de tipo dragón.

Buenas noches, dijo una voz femenina tocando su hombro justo cuando estaba a punto de llegar a la torre. Aquí tiene el agua fresca y los dos sandwiches que solicitó en el mercado. ¡Muchas gracias por su compra! Dijo la mujer que había acudido hasta él en bicicleta.

Aún con ganas de comer algo Nate llega a la Torre Shakonya nuevamente solo que en esta oportunidad estaba totalmente solo, o eso pensaba pues apenas entro, una chica llego a sus espaldas para hacerle entrega de sus compras del mercado, era la misma de la vez anterior por lo que en esta oportunidad le pregunto, hay alguna manera de comprar mediante la pokedex para ahorrar tiempo señorita? mientras recibía todo., espero su respuesta y luego de ello abrió un sandwich con la mejor disposición de comerlo antes de entrar a la torre.

Una vez que culminó su comida se dispuso a ingresar a la Torre y subir directo al piso 3 donde estaban los pokemon que tanto ansiaba capturar., ese mismo día no podía cerrar sin tener a la mano su Slowpoke, Beldrum, Inkay u Oranguru o con suerte un Fennekin también.

- Me temo que no, jovencito. Le dijo mientras le entregaba el paquete. Para hacer compras tendrá que pasar por el mercado. ¡Buena suerte! Le animó al tiempo que se marchaba de allí.

 La Torre Shakonya es un edificio abandonado en el que ahora residen gran cantidad de pokémon y algunos entrenadores visitan para entrenar y buscar a otros para combatir contras ellos.

La primera planta está habitada por entrenadores y aspirantes y uno puede ser retado por un oponente más o menos de un nivel similar para realizar una batalla igualada.

La segunda planta, una zona con muy poca luz, está repleta de pokémon de tipo siniestro. 

La tercera planta, una zona algo más iluminada y mucho más agradable, está repleta de pokémon de tipo psíquico, aunque un aura extraña hace estremecerse. 

Y por último, en la planta más alta, habitan los pokémon de tipo dragón.

Desgraciadamente, las puertas del emblemático edificio tenían un gigantesco cartel que ponía:

Estamos descansando.
¡NOS VEMOS A LAS 6.00h!

-"Bueno, ¿así que esta es la famosa torre eh?" tras llegar echa un vistazo a su alrededor y se queda durante unos segundos observando la torre. 

-"Ahora entiendo porqué este sitio es tan famoso y tanta gente quería venir aquí, pueden entrenar y conseguir nuevos compañeros"  este fue el momento en el que recordó la conversación del restaurante - "Así que supongo que por ese mismo motivo estabas aquí ¿no?,  para intentar convencer a los entrenadores de que no hiciesen luchar a sus pokemon, ¿Me equivoco?"  Ren miraba a Ardsen con curiosidad , parecía que empezaba a entender que es lo que movía a ese chico.

-​​​​​​" Bueno, en ese caso haremos una cosa, hay entrenadores en la planta de abajo, intentaremos pasar ya que me gustaría encontrar un Zorua. Te dejaré a ti primero tratar de convencer a los entrenadores, si no lo consigues lucharé yo con ellos, ¿Que me dices?" En su cara había aparecido media sonrisa ya que le parecía un buen plan. Ren en ese momento empezó a quedarse pálido...-Vaya ahora que me doy cuenta solo llevo una pokeball, y hay tipo dragon arriba... Seré idiota- Al darse cuenta volvió a mirar a la torre y tras un leve suspiro se relajo - Bueno, da igual la torre no se va a mover, ya volveré otro día sino-

Ren miro a Ardsen y con una amplia sonrisa le dijo - "Venga va, vamos allá que la torre nos espera" Tras esto comenzó a reirse y salió corriendo hacia su interior 

Finalmente llegaron a aquella Torre.

Ardsen miró hacia arriba intentando calcular la magnitud de aquel edificio, mientras Ren empezó a hablar con unas palabras bastante interesantes. La mirada de Ardsen iba bajando hasta que se cruzó con un enorme cartel.

Venga va, vamos allá que la torre nos espera

Ren... creo que está cerrada. En cierta manera le empezaba a caer tan bien aquel chico que le resultaba incómodo contradecirle, pero aquel cartel era algo poco cuestionable en su opinión. Habrá que esperar a mañana.

Ardsen miró su reloj en el móvil y descubrió las altas horas que eran. Estaba realmente agotado de un día tan intenso. Pero... sus ingresos seguían siendo igual de ridículos. Así que, como ya suponía por mucho que se hubiese querido engañar a sí mismo, sabía que tenía que volver a casa de sus padres.

Creo que me marcho a casa a descansar Ren, estoy muy cansado. Mañana podemos volvernos a encontrar aquí mismo, tu idea me ha parecido bastante buena. Dijo mientras se marchaba, aunque de repente paró. Bueno, la casa de mis padres es bastante grande, mi hermano mayor no está mucho por aquí, así que podrías quedarte a descansar si te apetece. Además me invitaste al restaurante, así estaríamos en paz. Y sobre todo, pagaría mi madre esa deuda pendiente contigo. Venga, seguro que le caes genial a mi familia, pareces distinto al resto de mis amigos y eso les pondrá felices, ya que dicen que mis amistades son inútiles y deshechos de la sociedad, qué van a saber ellos que solo saben trabajar.

Estaba claro que Ren no había visto el cartel que indicaba que la torre ya estaba cerrada porque se había hecho tarde. Mientras tanto, Ardsen aprovechó para invitarle a su casa a descansar y se quedó esperando a ver si el muchacho le contestaba o si prefería irse al campamento o al hotel de Shakonya.