Partida Rol por web

Antes de haber cerrado la puerta del cine tras despedirme con un “gracias por haberme permitido trabajar aquí”, volví a acordarme de Anthony… Y sí, también de los colores de la lista de clase. De ese incoherente azul en su imagen, junto a las palabras _{y las no palabras} que me dijo Ghostface al salvarme.

Miré al estrellado cielo.

Aquella podía ser la última oportunidad que tenía de verlo. Aquella podía ser la última oportunidad de hacer algo por Erick y Lara, por demostrar que ellos eran buenos. Aunque eso me hiciera demasiado sospechosa para el resto.

Bajé los ojos al adentrarme en el museo _{después de Renata, Sydney,  Nichole, Scott, Danno y Daphne}, aceptando ponerme la pulsera _{igual que si participásemos en el juego del calamar} y caminé admirando el decorado. Perdiendo la mirada en las casas de las películas de puñalada que tanto me habían seguían flipando _{si, aunque estuviese a punto de morir. Friki se nace, no se hace (?).}

-Vaya…- dando varios pasos al frente, traté de captar todos los detalles antes de coger lo que me estaba ofreciendo Daphne. Además de un abrazo de Sydney _{que tampoco esperaba dadas sus últimas y “esperanzadoras” palabras del "si se te abre la herida hoy en la noche, mueres".}

¿Quién diría lo que le iba a pasar después?

-Señorita Mc…- abrí los ojos e incluso di un amplio paso hacia los barrotes. Sin creerme que le hubieran cortado el cuello a Sydney. Ella era mi amiga _{y a la profesora le ofrecí un combo del Angelika.}

-¡No!- Doyle no se merecía que la matasen, no… ¿nuestra propia profesora?

Levanté las manos _{cual mimo jubilado}  al ser apuntada por Denver –L-lo siento, yo. No…- ¿Cómo iba a querer que matasen a alguien _{a quien encima quería}? O ¿Cómo iba a procesar el nuevo listado proyectado por Elsie _Ghostface McCarthy?

-No sé cómo contactar con él- le contesté en voz baja a Daphne –Pero…- hablaba con ¿shock?, ¿amargura?, ¿felicidad?, ¿tristeza?, ¿alivio por saber que seguía vivo?… O SEA ¡No me había equivocado con Anthony _{bueno Erick Mui}! ¡Él no era un pederasta como intentaron venderme! _{Lo cual dejaba en mala posición a la pelirroja, quien me mintió en la estatua de la libertad asegurando que Anthony no tenía nada que ver con Erick.}

-Supongo que ahora no deberíamos confiar en cualquiera- dije mirando a Scott y Nichole –Y... aún así prefiero que vayamos todos juntos. Si alguien es amigo de Erick, también será mi amigo- ¿indirecta lanzada a la pelirroja _{salvada de morir electrificada}?

-Renata, Sydney me dijo de vernos en los baños de destino final- _{solté recordando que, anteriormente, Anthony/Erick había confiado en ella} - Yo... creo que entraría allí- por mucho que me aterrase la peli.

Al ver a Ghostface mirándoles para después mirar su cuchillo, un escalofrío recorrió la espalda de Nichole, que dio un paso hacia atrás. Le ponía los vellos de punta ver como se acercaba lentamente, sin decir nada, pero dejándoles claro que lo que quería era acabar con todos ellos. 

Pero ellos eran más... No podía ser que se arriesgara de esa manera tan tonta. Si se enfrentaba a todos con ese cuchillo, sí, alguno podía acabar herido, pero podrían con él y entonces rescatarían a la profe y.... Cuando quiso darse cuenta, la "sintecho" se lanzó contra Ghostface y todo empezó a precipitarse. 

Cuando se descubrió que bajo la máscara se encontraba Lara, amordazada, Nichole se quedó mirándola con los ojos muy abiertos. No entendía qué estaba pasando, ¿Por qué estaba allí...? ¿De verdad tenía el cuchillo pegado a la mano? 

Mientras seguía bloqueada con la presencia de la rubia, por el rabillo del ojo vio a la profesora dirigirse hacia Sidney por su espalda y de repente...

— ¡Oh my God...! — Exclamó, cubriendo sus labios con una mano al ver como la señorita Maccarthy le rajaba el cuello. Era super fuerte, vamos, o sea que la mosquita muerta de la profesora era la que había matado a Steve... Apretó con fuerza los labios, mientras escuchaba la cantidad de sandeces que estaba diciendo. Estaba fatal de la cabeza... 

— Entonces... ¿Anthony Riley en verdad es Erick Hallwinter...? — A pesar de ser una pregunta retórica, Nichole la pronunció en voz alta, sin esperar ninguna respuesta, mientras intentaba asimilar aquella información. Todo aquel tiempo había estado tan equivocada con todo...  «Mierda...» Su mirada se dirigió hacia Drea Martin. Pero antes de decir nada, el hermano de Sidney cogió una pistola, que Nichole ni se había fijado de dónde había salido y empezó a disparar a la "señorita McAfee". La joven pelirroja ahogó una exclamación y su mirada buscó la de Scott. No tenían que haber venido, si le hubiera hecho caso a sus miedos y hubiera drogado a Scott, ahora estarían muy lejos de allí... No hubiera sido la mejor manera, pero al menos estarían a salvo y seguro que él se lo habría perdonado... Pero en vez de eso, como si no hubieran sufrido suficiente, había corrido a aquel horrible lugar y ahora estaban encerrados y la psicópata esa decía no sé qué de cianuro... Sus ojos, completamente abiertos se dirigieron hacia Daphne al ver como su pulsera empezaba a ponerse roja y empezó a sentir como sus pupilas se llenaban de lágrimas...

— Mierda... Mierda... Mierda... Yo... No debería estar aquí... — Murmuró, perdiendo por un instante los nervios. Respiró profundamente, intentando calmarse y secó las lágrimas con las yemas de sus dedos. 

Vio como el hermano de la "sin techo" apuntaba con la pistola a la "friki" y sintió un pequeño vahído. Su mirada volvió a los ojos de Drea y sus pestañas aletearon ligeramente. 

— ¿Amigos...? — Preguntó, sin terminar de comprender a qué se refería. No se fiaba de ella, aunque después de lo que había escuchado parecía que había estado equivocada, pero... ¿Ser amiga de una friki? ¿De verdad había querido insinuar eso? Oh my god... 

— ¿Qué te pasó anoche después de llamar a Sidney diciéndole que estabas en un callejón cercano al Ayuntamiento? — Le preguntó directamente, mirándola fijamente a los ojos. 

De fondo escuchó a Renata hablar de las pelis que representaban aquellas salas, pero su atención en ese momento estaba fija en la friki y no prestó demasiada atención. Ella no tenía ni idea de pelis de terror, eran horribles y le daban miedo, ¿por qué le iban a gustar? ¿Por qué tenía que saber qué pasaba en aquellas salas? Mierda, si Billy estuviera allí seguro que sabría todos los secretos de cada una de esas pelis... Pero él no había ido, ¿cómo iba a ir si se había vuelto un capullo insensible? Además, ya le había dejado claro que la odiaba... 

Sin dejar de apuntar a Drea, Denver se adelantó a esta. - Te diré lo que pasó. Sin decirle nada a nadie, teniendo a todos preocupados, en especial a mi hermana que fue a la que llamó, empezó a vivir un tórrido romance con Ghostface, el barbudo, Erick Hallwinter. - suspiró, a pesar de todo Drea tenía razón y no podía llamarle, por lo que bajó el revólver y se lo guardó en el bolsillo, por si necesitara usar esa última bala con alguien.

Por si fuera poco en su delirio, fue corriendo a ver a la rubia que se han llevado y a decirle que se iba a encargar de limpiar su nombre y el de su hermano. - una mirada de gran asco se mostró en el chico, quien decidió ir en la dirección contraria a Drea. - Estás mal de la cabeza. Un asesino es un asesino, da igual su causa. - con eso dicho, se metió en la puerta que, según el mapa que habían mostrado, llevaba al pozo de Samara. Se abrió y él pasó, sin esperar a nadie, justo tras él se cerró la puerta, aunque tardó lo suficiente para que todos vieran que no le pasó nada nada más entrar. Se podía intuir que se trataba de otra puerta de un solo sentido, aunque lo que llamó la atención de verdad fue que el cinco que tenía encima, se transformó en un cuatro, por lo que todos pudieron deducir que solo cuatro personas más podían acceder a esa sala y cinco a la de Destino Final.

—Pues ahí va la idea de seguir todos juntos. 

Daphne miró a Denver desaparecer tras la puerta que daba a la sección inspirada en las películas del Aro. Si recordaba bien la película no habrían muchas posibilidades de poner una trampa ahí. Renata tenía razón, el ser de destino final tenía mucha más posibilidades de ser un hervidero de peligros. Pero quizás Elsie había pensado ya en eso y había hecho un camino más fácil por el que parecía más difícil y viceversa.

No. 

Seguramente había hecho lo mismo por ambos lados, después de todo quería asegurarse de que ellos no salieran de ahí... Aunque había dicho que tuvieran cuidado con quién partían... Aunque seguro eso era un farol también. 

Se llevó la mano al puente de la nariz. Había otra cosa que no entendía. ¿Por qué no había matado aún a Lara?

¿Acaso quería que lo hicieran ellos? 

Soltó un suspiro, Mindy ni siquiera le había querido contestar y, por extraño que parezca, le hacía sentir mal. 

—Voy por Lara... Y trataré de contener al hermano de Sidney. Creo que no he hecho bien en confiar en él.

Habían muchas más cosas que procesar, como la identidad real de Lara, pero no tenía tiempo ahora para eso. 

Tras la revelación que acababa de ofrecerles el hermano de la "sintecho", Nichole miró a la friki con los ojos muy abiertos y los labios ligeramente entreabiertos. Ahora entendía su anterior comentario sobre que los amigos de Erick eran sus amigos, pero... Eso era una estupidez, vamos, la Latin King era como una hermana para Scott y ella... Sí, bueno, ahora incluso se dignaba a dirigirse a ella alguna vez, pero nunca olvidaría la vez que la amenazó en el servicio de la uni, era una marimacho y una chusma y...

Espera... ¿En serio creía que Ghostface era su amigo?

«En boca cerrada no entran moscas...» La voz de su madre, diciéndole cómo debía comportarse delante de la gente, reverberó en sus recuerdos y cerró los labios, apretándolos en una fina línea. «Mierda, parezco una mema...» Se dijo y apartó la mirada de la friki, con un gesto de desdén. En ese momento se dio cuenta de que sus compañeros empezaban a dirigirse hacia las puertas. 

Miró a Scott, no quería separarse de él e iría donde él fuera, pero... Parecía estar todavía en shock tras haber visto morir a la "sintecho" 

Se acercó a él y le cogió de la mano, entrelazando su mirada con la del chico. 

— Scott, tenemos que movernos... — Le dijo y miró a su alrededor. Vio a Renata y a Daphne dirigiéndose hacia la misma puerta por donde había desaparecido el hermano de Sidney. Recordó que esa la habían marcado como la del pozo y sintió una presión en el pecho. No quería ir por allí... Hasta ese momento, con toda la mierda del museo, la señorita "putaloca McAfee" y todo lo demás que había empezado a precipitarse, no se había dado cuenta de a qué película hacía referencia. No... no... No podía, era... 

Pero la friki amante de psicópatas iba por la otra puerta y... La Latin King se dirigía hacia el pozo... Aunque fuera una patética que fuera rogándole "likes", era la amiga de Scott y Nichole no quería hacerle sentir mal por tener que elegir... «¡Oh...! Al final no le di ninguno...» En ese momento recordó que le había dicho que le daría like a sus videos, se lo había prometido a Scott, pero llevaba días que no había parado y tener que tragarse los vídeos de una chusma era tan patético... 

¿Por qué recordaba en ese momento lo de los vídeos? Tenía que espabilar... 

Vio como bajaba el número de la puerta y enseguida entendió lo que significaba. 

— Mierda... — Musitó y, tirando suavemente de la mano de Scott, se dirigió hacia la misma puerta por la que iba Renata. — Que no haya niña, joder, que no haya niña... — Su rostro había palidecido y sus manos temblaban ligeramente. Antes de entrar, miró a ambos lados de la sala, con cuidado, había perdido todo el aplomo que había demostrado al entrar en el Museo. 

Ni en el último momento había conseguido retener la atención de nadie... Allí todos parecían quedarse con las palabras de Denver _{ciertas, aunque ¿exageradas?} y, conforme los demás _{Renata, Daphne, Nichole tirando de Scott} se iban dirigiendo a la sección del pozo de Samara Morgan _{llenando el cupo}, más excluida sola me iba quedando en la recreación de Anderson Creek _{y eso que ya no llevaba las pieles esas de pescado que olían tan mal}.

Suspiré esbozando una tenue y triste sonrisa. ¿Cómo se me había ocurrido contar la verdad? ¿Para que no la entendieran? ¿Para que la desvirtuaran? ¿O ambas?

¿En qué momento se me ocurrió pronunciar un "mis" seguido de "amigos"? _{¡Si ni siquiera lo había sido Gabbi! Rowdy evitó mirarme. E incluso Erick permitió que sufriera creyendo que estaba muerto.}

-Dreeeea. Inspiiiira- desviando la mirada a la puerta de destino final, me fui encaminando despacio hacia ella. Con miedo precaución sí, pues me aterraba alertaba no poder escapar a la muerte. Pero vamos, que llevaba toda una vida _{bueno, 19 años sin contar el periodo en el que llevaba chupete y no sabía ni comunicarme} preparándome a base de pelis donde los frikis como José Santomé o Kristian morí... _-Joder.

-Expiiira- Con los dedos apoyados en el pomo, cerré por un instante los ojos. ¿Que me asustada el salir volando en pequeños trozos? sí, claro. No... ¿yo? o sea, no. En el fondo tenía la tranquilidad de… de no tener que… -Mierda-. _{¡Se me iba a salir el corazón por la nariz!}

Daphne y Renata entraron en la misma habitación de Denver, lo cual hizo que el contador bajara de cuatro a dos, dejando solo espacio para dos personas que perfectamente podrían ser Nichole y Scott, si este último se decidía. Por otra parte, Drea entro en la sala perteneciente a la de destino final, la cual nada más entrar recibió un flashazo dentro de la habitación que pudieron ver todos.

A Mindy le había afectado la muerte de Sydney, después de todo siempre había sido una heroína a pesar de que no la considerara su amiga, pero el hecho de que el arma que tanto le había costado conseguir y que le había confiado a Daphne con tantas ilusiones, la entregara tan rápido y sin dudar a alguien a quien habían conocido esta mañana, le dolió tanto que la dejó sin habla, por lo que se alejó de ella y marchó con Drea, de la cual tampoco se fiaba demasiado por su romance, pero tampoco tenía más opciones. Al entrar Mindy, no apareció ningún flash, aunque el contador de esa puerta bajó a tres.

Al entrar en la sala se podía escuchar un incesante sonido goteante, algo molesto. El entorno era oscuro y lúgubre, siendo solo iluminado por siete televisores, alineados de izquierda a derecha, con un aro blanco en cada una.

Había un teléfono y si se lo ponían en la oreja, podían escuchar las normas de esa sala.

Una de las teles, al romperla, desbloqueará la puerta a la siguiente sala. Las demás no hacen nada... Excepto una, que contiene a Samara e irá a por vosotros.

Al entrar en la sala, un flash blanco dejó ciega a Drea durante un segundo, pero tras parpadear un par de veces, observó que había una foto en el suelo, en la cual mostraba a la propia Drea, pero con una raya blanca en su cuello, dividiendo su cabeza y su cuerpo.

El lugar estaba lleno de recreaciones de los diversos accidentes de las películas, incluidos los baños, que al final resultaton ser decorativos, mostrando solo la muerte de algunos protagonistas de las películas de Destino Final.

La puerta a la siguiente habitación estaba desbloqueada, por lo que parecía que cualquiera podía pasar al siguiente lugar.

Cerré los ojos, flasheada. La luz blanca lo invadió todo y, por primera vez, creo que me hubiera gustado más la idea de una abducción extraterrestre, a la de una sentencia de muerte proveniente de una profesora psicópata. _{Total, existía la posibilidad de que los extraterrestres me trataban algo mejor que los humanos (?)}

-¿Estoy...?- abriéndolos poco a poco, me vi de pie. El dolor del costado seguía igual. Mi pelo mantenía sus enredos y... -¿Qué es eso?- me agaché para coger la foto que tenía enfrente.

-Soy...?- En shock _{porque entre que tampoco salía muy favorecida y esa línea blanca...} me toqué el cuello al instante. Palpando que una reguera de sangre no estuviera ya brotando alrededor mía.

-E-Erick- musité mirando a todos lados -¿L-Lara?- los escenarios de esas películas de destino final no me gustaban. Y menos sabiendo que... ¿me iban a cortar el cuello decapitar? _{¡Igual que a Ana Bolena!}

-Mindy, ¿tú?- busqué al rededor, por si acaso también se habían repartido imágenes del resto.

Daphne repitió las instrucciones tras escucharlas a una distancia convenientemente segura, ni loca se acercaría algo a la piel que hubiese tocado la loca de su profesora, incluso se puso uno de los guantes de goma —ya que no había podido usarlo para aumentar la protección contra la pulsera — para manipularlo. Tras haverlo miró a Denver y a Renata y luego alrededor. Al parecer nadie más había entrado con ellas hasta ahora. 

—Siete televisores, como los siete días que demora Samara en llegar— murmuró.

Prefería mantenerse concentrada en las reglas, si pensaba en lo que le había pasado a Sidney, en lo que podría estarle pasando a Lara entraría en pánico y no podía permitirse eso. 

—¿Creen que haya alguna posibilidad de que esa tal "Samara" sea una persona manipulada por Elsie? —no le gustaba la idea de que Denver pudiese asesinar a un inocente con el arma que ella le había pasado. Suspiró y trató de sonar como sonaba cuando toca ponerse firme con Freddy, su propio hermano—, esa arma es nuestra única ventaja Denver, no podemos permitirnos usarla a tontas y locas. Eso no significa que no debamos defendernos. Si Elsie quiere ser fiel a las películas,  quien se disfrace de Samara no debería ser difícil de reducir por la fuerza bruta y seguramente no llevará máscara. 

Dijo esto último mirando a Renata. Si no llevaba máscara del spray podía servir. Miró las teles una por por si hubiera algo que diera una pista donde podría estar la persona oculta. Un ruido, un defecto en la estructura, algo. Mientras lo hacía un presentimiento acudió a su mente.

No hemos visto a las hermanas Wong... ¿No podría haberlas usado Elsie para representar a su Samara perfecta?

Mindy, desanimada, negó con la cabeza. - No, el flash solo saltó cuando entraste tú. - a pesar de que seguía teniendo ciertos rifirrafes con ella, decidió colaborar lo máximo posible, después de todo mientras más unidos estuvieran, más posibilidades tenían de salir con vida.

Hizo una mueca de disgusto al ver la puerta abierta. - Lara está ahí... - comentó, con un tono bastante bajo. - Por otra parte, siento que si paso la puerta, puede que te pase algo a ti. - ladeó la cabeza, algo molesta. - No me caes especialmente bien, pero tampoco te quiero muerta. - mientras aquella chica parecía estar pensando en que hacer, Drea pudo notar en su mano un pequeño punto azul que se movía.

Si intentaba tocarlo, el punto acabaría justo encima de su dedo, por lo que pudo intuir que se trataba de un puntero láser. Solo Drea había visto hasta el momento dicho punto, por lo que estaba en su mano decirlo a los demás o no, aunque dada la situación y tras la muerte de Sydney, debía tener claro no solo el absoluto control por parte de Elsie, si no el conocimiento de que cada acción tiene sus consecuencias y algunas son irreversibles.

El punto empezó a moverse hacia el interior de la sala, aunque no avanzó demasiado, esperando que Drea lo siguiera.

Las pulseras se pusieron de color rojo y empezaron a pitar de forma sonora. Parecía que no quedaba demasiado para que se activaran y llevaran a aquellos jóvenes a un fatídico final.

Elsie Mccarthy.

Una puta loba vestida de cordera. Más bien una zorra. La habíamos tenido delante y no supimos verlo. Estaba claro que no trabajaba sola, así que la suposición de que uno de nuestros compañeros aún fuera otro Ghostface más estaba en el aire. Pero eso ahora era ligeramente secundario.

[PSSST]

Esa hija de la gran chingada estaba más zumbada que yo. ¿Matar a la gente por una nueva película? Bueno, era de artes, y eso mismo me dio la pista de que"las flores" del ayuntamiento tenía que haber sido alguien bastante bueno en artes. Pensé en Lara cuando puso esas flores, pero ahora, con ella semi inconsciente y siendo una rehén...

[PSSTTT]

Los más fuertes de nosotros habían caído. Steve, Sydney... ¡Joder! Y pensar que cuando la llamó Drea pensé que lo estaba fingiendo para llevarnos a una trampa... 

[PSSSSSST!!!]

-Joder, ¡¿qué coño!?- Ese susurro tan molesto me sobrevino al darme cuenta de que estábamos bien jodidos. La sangre de Sydney, la frustración de su hermano...

[Aún sigo aquí, Scotty]

- Mierda.- Me quejé, pero lo hice de todo a la vez, y no solo porque mi otro "amigo", que creía haber desaparecido con la confesión de Nichole, de nuestro idilio delante de todos, estuviera aún acechándome en las sombras.

[Así es Scott. Así que si quieres salir vivo, deberías escucharme]

Miré a Nichole, aún conmocionado por las muertes de todo y aquella situación. Incluso me di cuenta de la expresión de Renata y cómo me miraba. Negué para mis adentros pensando que por qué, realmente, no podía ser feliz. Tener a mi amiga hermana y a mi chica a mi lado. ¿Por qué era todo tan complicado? 

[Scott, amigo. Lo sabes de sobra. Aquí cada uno mira por sí mismo. Has sido el único en mirar por todos. ¿De veras esperas que alguien sea tan altruista como para joderse en tu beneficio? Quizá deberías pensar en lo que Tú quieres... aunque este no sea el momento. Solo... déjame esto a mí, chico. Solo tienes que dejarme... salir] 

Negué fervientemente y agarré la mano de Nichole con cierta firmeza. No iba a abandonarla. Ni a Daphne. Ni a Renata. Ni a la rubia tonta de Mindy que desde aquel entonces se había comportado como se esperaba de ella.

-Vamonos.- Dije viendo marchar a Denver, el dinosaurio, y a Drea por aquella habitación que el plano de Sydney había calificado como "Destino final". - No voy a renunciar a Nadie. Así que ya podéis acostumbraros a llevaros bien u os mando a tomar por culo a las dos.- Lo dije al aire, aunque ese comentario iba precisamente para la relación entre Renata y Nichole.

[Al menos sugiere de mi parte que se peque a las paredes, chico. Un pozo no se pone en un rinconcito.]

- Pegáos a las paredes y tomaos de las manos. O de las camisetas.- Sugerí antes de entrar a la sala esa del pozo de la piba asquerosa de película.- Danno ¡Vamos tío!

Sugerí al colega antes de entrar en aquel sitio.

Con la entrada de Nichole y Scott, en ese orden, en la sala del pozo de Samara, el contador de la puerta llegó a cero y se bloqueó completamente, dejando como única opción a la que ir para Danno, la de destino final... Si es que decidía ir a esa puerta finalmente, antes de sucumbir al veneno de la pulsera.

Al entrar en la sala se podía escuchar un incesante sonido goteante, algo molesto. El entorno era oscuro y lúgubre, siendo solo iluminado por siete televisores, alineados de izquierda a derecha, con un aro blanco en cada una.

Había un teléfono y si se lo ponían en la oreja, podían escuchar las normas de esa sala.

Una de las teles, al romperla, desbloqueará la puerta a la siguiente sala. Las demás no hacen nada... Excepto una, que contiene a Samara e irá a por vosotros.

Además, también estaban Renata, Daphne y Denver, aún sin hacer demasiado. 

-G-gracias, _supongo- dije en voz baja, agradeciéndole a Mindy que no quisiera verme muerta _{pese a afirmar, en la misma frase, que no le caía especialmente bien.}

Moví la mano creyendo que era una mosca lo que se me estaba posando en el dorso _{difíciles e insuperables costumbres ocasionadas por la piel de pescado (?)}

-¿Qué diantres...?- Bajé los ojos sin referir nada en voz alta. Mi mente deseaba saber algo de Anthony Erick y, que el puntero fuese de color azul, _{igual que el azul usado en las listas de clase} me hizo confiar en la intuición. _{Sí, la intuición de que él, Ghostface, no me guiara hacia la muerte.}

-N-no te preocupes por mí- mirando los ojos de Mindy, me callé lo del puntero _{con un gesto de disimulo extraño,} pero pretendiendo seguir el camino que la diminuta luz ya me había empezado a señalar.

-I-iré delante... sígueme- _{A no ser que una trampa me mate de golpe.}

El miedo le burbujeaba en la boca del estómago y la atmósfera era lo suficientemente tétrica como para acobardar a cualquiera, pero Renata era una luchadora, una superviviente... Pero sobrevivir a los desvarios de una loca y un puñado de secuaces iba a ser un pelín más complicado.

Intentó ubicarse con la luz de su móvil (si es que acaso eso no lo controlaba Gosthface). Si, tenia los televisores delante, pero ¿estaban sobre una mesa, unas patas con ruedas? ¿Habia sitios donde esconderse? Instintivamente su oido buscaba el origen del goteo. A su entender, lo asociaba al pozo donde habian tirado el cadaver de la niña en la pelicula, aunque un pozo no goteaba...

- Bueno, manipulada no se si es la palabra. Si eres tan débil de mente como para que te convenza una puta chalada de que matar está bien... - se encogió de hombros - Pero si, seguramente si. - Un segundo de silencio antes de mirar al hermano de Sydney - Denver... Tú sabes pelear. Eres un soldado y tienes más fuerza. ¿Nos dejas a nosotras la pistola? -

No es que no se fiara del chico, pero más valia prevenir.

Renata se caminó alrededor de toda la sala, intentando averiguar que más secretos escondía aquél lugar. Lo primero que se paró a observar fueron los televisores, eran unos bastante grandes y planos, por lo que era imposible que nadie se escondiera dentro de la tele. La única forma de ver que había dentro del televisor era rompiéndolo, lo cual seguramente desencadenara las acciones mencionadas en las normas, abrir la puerta de salida, matar a alguien... O absolutamente nada.

Por otra parte, el teléfono estaba puesto encima de una mesita, en mitad de la habitación, era uno muy antiguo, pero no tenía más utilidad que explicar las normas. Rebuscando de dónde podría venir el ruido goteante, encontró un altavoz oculto en una esquina de la habitación, simulando las gotas que caían desde la humedad concentrada en la base de la piedra que servía como tapa del pozo de la niña.

El entorno era bastante lúgubre, oscuro para remarcar aún más aquellos "anillos" e incluso tenía cierto olor a humedad, pero no había nada más. Ni rincones ocultos, ni recovecos por los que colarse, nada de nada. Solo aquellos televisores planos ¿quién sería el primero en "abrir" la tapa y descubrir que pasaba con el que eligiera? De momento tenían tiempo para discutir cuál sería el más lógico de abrir, pero el tiempo apremiaba.