Partida Rol por web

Al llegar a la plaza del ayuntamiento, los tres jóvenes más ricos de la ciudad pudieron disfrutar del palco del ayuntamiento, desde donde cómodamente pudieron ver como poco a poco iban poniendo flores en el centro de la plaza, conmemorando así la pérdida de todas las víctimas de Central Park.

Entre la multitud, pudieron ver a Lara Miller, portando algunas flores y colocándolas detalladamente en la ofrenda.

Por otra parte, parecía que quedaban aún algunos minutos antes de que empezara el discurso, por lo que los tres tenían algo de tiempo para hablar entre ellos.

La situación no parecía ser la idónea para divertimentos, pero aún así, Jack Anderson no parecía estar demasiado apenado por todo ello, mirando nervioso al interior del bolsillo de su chaqueta, sacando algo que tapaba con la mano para comentar algo ininteligible durante unos segundos y volverlo a ocultar. Tras unos cuantos intentos así, alzó la vista y se percató de unos hermosos cabellos brillantes bajo la luz del sol.

-Oh, ¡Hola!. -Saludó a Nichole Bloomer como si lo de ayer no hubiera sido más que una discusión de pareja- Ayer lo he estado pensando un poco mejor y creo que te debo una disculpa. Tenías todos los motivos para abofetearme. Debí haberte dado mi chaqueta para que te protegieras el pelo de los drones y no esa cosa negra que alguien me tiró...

En verdad el hombre parecía afectado, no por el hecho de abandonarla, sino por haber abandonado el hermoso cabello que esta tenía, por lo que ahora trataba de solucionarlo de la mejor manera que sabía, lanzando dinero a la cara, aunque no de forma literal.

-Creo que me he comportado como un mal novio y me gustaría oficializarlo de cara a la gente. -Comentó mientras, daba un par de toquecitos al bolsillo de su chaqueta- ¿Que opinas de quedar esta noche para cenar... con tu padre?.

Al llegar a la Plaza, Nichole fue directa al palco reservado para ellos. Al ver a su padre se le acercó y le dio un beso en la mejilla y saludó al señor Evans con una suave sonrisa. Vio a Jack y a Steve y se hizo un poco la remolona para acercarse. Con el primero todavía estaba enfadada tras lo ocurrido la noche anterior y con el segundo, bueno, no le había hecho nada pero era incómodo tener que estar con los dos...

Finalmente se les acercó, saludando a ambos chicos con un suave gesto de cabeza. Se detuvo cuando Jack empezó a disculparse. Sus pupilas se dilataron ligeramente y su ceño fruncido se suavizó, aunque terminó soltando un suspiro.

— Jack, me dejaste sola... El pelo se lava y se arregla, pero ese Ghostface podía haberme matado y... Estaba sola... —  Le recriminó con un tono de reproche en su voz. ¿Cómo podía ser que no lo comprendiera? Aunque parecía tan afectado por lo ocurrido, que Nichole terminó sonriéndole y dándole un beso en la mejilla. — No vuelvas a hacerme algo así, ¿Vale? — Le pidió, formando un pequeño mohín con los labios, pero sus siguientes palabras le provocaron un ligero vahído y tuvo que sujetarse a la barandilla. 

— ¿Oficializar? ¿De cara a la gente...? ¿A-a qué te refieres...? — ¿Qué pretendía? No terminaba de comprenderlo y empezó a ponerse muy nerviosa. No... No podía ser... Jack Anderson no iba a pedirle que formalizaran su relación, ¿verdad? Estaban bien como estaban, ¿no? Pero... Pestañeó y sus mejillas se sonrojaron todavía más...

El tontorrón de Jack Anderson se sintió un poco más feliz ahora que Nichole Bloomer parecía haberle perdonado, al menos lo suficiente como para haberle dado un beso en la mejilla; eso sí, el muchacho se apartó lo justo como para que no le tocara ni un solo pelo de su cabello rubio.

-Pues... -El hombre trató de pensar qué decir- Esto... ehh...

Tras un intenso minuto o dos de mirar al firmamento, Jack Anderson sacaría su teléfono móvil para buscar algo en él, al parecer iba a pedir asistencia en estos mismos momentos a pesar de que Nichole Bloomer, si se acercaba un poco, pudiera ver qué era lo que estaba haciendo en su celular.

-O..fi..ci...a...li..zar. -Dijo lentamente- Con...ju..gar... Uno Te Erre. Dar ca...rac...ter... o va...li...dez o...fi...cial... a lo que an...tes no lo te...nía.

Al ver que Jack se quedaba embobado mirando hacia el infinito, Nichole chasqueó un par de veces los dedos delante de sus ojos, mientras repetía su nombre.

— Jack, ¿Estás bien...? Eyyy... ¡Jack...! ¿Cielito...? —

¿Pero qué...? Cuando pareció reaccionar se puso a mirar algo en el móvil y Nichole suspiró, dirigiendo su mirada hacia la pantalla para ver qué estaba haciendo. 

— Sí, sé lo que significa oficializar, pero... — ¿De verdad le estaba diciendo que quería formalizar su relación? Abrió mucho los ojos y su corazón empezó a latir con fuerza. ¿Jack Anderson quería ir en serio? Se quedó unos segundos completamente paralizada, mirándole a los ojos y sin poder reaccionar. 

No... No era el momento... Estaban en medio de un acto conmemorativo por varias víctimas de Ghostface... De repente, Nichole se dio cuenta de que se había quedado como una tonta mirando a Jack. Pestañeó y sus labios se curvaron en una leve sonrisa. 

— No tienes que hacerlo por lo que ocurrió ayer... De verdad que te perdono... Ya está todo olvidado... — Le dijo y alargó una mano para coger la de él, la que se había llevado un par de veces al bolsillo de su chaqueta. Tras eso se pegó a él, para susurrarle unas palabras al oído y le dio un beso en la mejilla antes de separarse.

— Cielito, aunque sea casi imposible evitarlo, ahora debemos intentar no acaparar la atención de la gente... Quedaríamos fatal si no mostramos un poco de respeto. Pero tranquilo, hablaré con mi papi para que vengas esta noche a cenar. — Tras susurrarle aquellas palabras, le dio un nuevo beso en la mejilla, teniendo cuidado de no rozar su cabello.

Jack Anderson parecía estar por un lado exhausto por haber usado toda la concentración que le quedaba en ayudar a Nichole Blomer a comprender una palabra que, lo más probable era que ya sabía en un primer lugar, aunque esto no fuera algo que el propio Jack Anderson se le pasara por la cabeza en su momento.

-¿Oh?. -Dijo un poco confundido y triste por no haber sido detenido antes de terminar de leer la descripción de "Oficializar"- Pero... bueno... tu sabes más..., entonces una cena está bien, si eso es lo que quieres... pero entonces traeré también a un amigo... -En ese momento se giró hacia Steve Evans y- No, tu no.

No parecía que Jack Anderson iba a elaborar nada más al respecto, estaba satisfecho con como habían quedado las cosas y ahora algo absorto con mirar hacia la tribuna en donde se iba a dar el discurso post-accidente.

Las cejas de Nichole se arquearon suavemente hacia arriba al escuchar que Jack tenía pensado traer a un amigo. Cada vez estaba más confusa...

— ¿Qué amigo? — Le preguntó, llamando nuevamente su atención. Siguió su mirada, pero parecía que todavía quedaba un buen rato para que empezara el acto oficial, así que volvió a mirarle, dándole un suave apretón en la mano para llamar su atención.

Poco a poco se empezó a congregar más y más gente en la zona de las flores, haciendo casi imposible distinguir a nadie. Por otra parte, el padre de Steve estaba algo nervioso al ver a tantísima gente, se acercó a los chicos. - Se acerca la hora del discurso ¿queréis decir unas palabras? - les preguntó a los tres jóvenes. - Después de todo, ibais a clase con él, lo conocíais mejor que cualquiera de los que hay en este palco.

Por otra parte el padre de Nichole parecía bastante intrigado en su móvil. El ataque de bots que había ocurrido por la mañana aún le tenía mosqueado.

Nichole se volvió para mirar al señor Evans cuando éste se acercó a donde estaban los tres jóvenes. Escuchó su petición y sus labios formaron una pequeña mueca de desagrado. Nunca había tragado a José Santomé y, aunque era horrible lo que le había pasado, no había sentido nada de pena por él. Al menos no como aquellos chicos que estaban llevando flores al centro de la plaza. 

Pero aquella noche, José no había sido la única víctima. Nichole recordaba las palabras de la mujer histérica que había hablado en las noticias que hubo tras el acto.

— Señor Evans, si queréis puedo decir unas palabras, pero... Os agradecería que me facilitarais una lista con los nombres de todas las víctimas, me gustaría poder nombrarles y dedicarles unas palabras... Aquí hay mucha gente que ha perdido a un hermano, una hija, un amigo... Agradecerán que nos acordemos de todos ellos y no nos centremos sólo en José... — Nichole temía que si se centraban sobre todo en José, se multiplicaran los mensajes que inundaban las redes suscitando el odio hacia ellos y ya tenían suficiente con el terror que habían vivido la noche anterior, como para que la gente estuviera animando a Ghostface a continuar con su matanza... 

La llegada de Robert Evans no sorprendió en absoluto a Jack Anderson, pero lo que sí hizo que este se girara con cierto grado de sorpresa fue el hecho de que Nichole Bloomer parecía también querer decir algunas palabras al respecto; sin lugar a dudas, aquella muchacha deseaba destacar y pensaba en todo.

-Yo también, -dijo apuntándose al discurso- Tengo unas palabras memorizadas... el problema es que aún no tengo el orden del todo claro, pero estaré listo para hablar cuando sea necesario... 

En efecto, el muchacho se dio unos leves golpecitos en el bolsillo de su chaqueta, ahí tenía más o menos su discurso, y esperemos que el discurso fuera escrito por otro, porque si venía de este mismo, lo más probable es que fuera un desastre, casi tan malo como el hecho de no decir quién iba a invitar.

Robert Evans alzó los hombros. - Si nombráramos a toda la gente que sufre en esta ciudad, no acabaríamos nunca. - negó con la cabeza. - Hay que elegir lo más simbólico y en este caso es José, que fue quien murió a la vista de todos. Los demás pues... - se rascó la cabeza. - Claro, es trágico, pero no fue tan simbólico y la gente está ocupado con sus vidas, no creo que nadie quiera estar aquí dos horas escuchando solo nombres.

Miró entonces a Jack, asintió hacia a él, mostrando que no tenía problema en que aún no tuviera claro el discurso. Volvió la vista a Nichole. - Tendrás con conformarte con un "En nombre de todas las víctimas" o no decir nada, lo siento.

Nichole se sorprendió de que Jack quisiera también dedicar unas palabras a las víctimas. Le miró, arqueando suavemente una ceja, ¿En qué estaría pensando? De Jack Anderson podías esperarte cualquier cosa, como que su dedo se quedara enganchado a un timbre o que decidiera regalar su dinero para humillar a otra persona. Pero la chica no se iba a meter en su decisión, el señor Evans parecía apreciarlo mucho y ella no iba a tirar tierra sobre su propio tejado.

— Que detalle más bonito, cielito... — Le dijo y una dulce sonrisa asomó a sus labios. Sonrisa que se borró al escuchar al señor Evans negándose a su petición. ¿Dos horas escuchando sólo nombres? Aquel hombre era un exagerado, como mucho serían un par de minutos... 

— Vaya, no, no, no me refería a dedicar unas palabras a cada uno de ellos. Tampoco les conocía y eso habría quedado demasiado... Falso... Era sólo decir sus nombres para que vean que el candidato a gobernador se preocupa por todos sus ciudadanos. Piense en los titulares y en como eso podría atraer muchos votos de gente que todavía no se ha dado cuenta de las grandes cosas que usted puede hacer por New York. — Tenía que intentarlo. Aquello podía ser una oportunidad única, salir delante de las cámaras, hablando de todas aquellas víctimas, podía abrirle muchas puertas en un futuro... Mientras hablaba, Nichole había entrelazado su mirada con la del padre de Steve sin perder el contacto visual. — Eso no quitaría que el acto esté dedicado a José Santomé. Fue horrible lo que ocurrió, y como usted dice, pudo ser visto por todo el mundo. Fue una tragedia espantosa... — Pestañeó y sus labios se curvaron en una mueca triste.

En cuanto a Jack Anderson, este no sabía que decir o que hacer, por un lado parecía que Nichole Bloomer quería nombrar de manera más personal a las personas afectadas, mientras que por otro lado Robert Evans parecía preferir resumirlo todo para no alargar demasiado el discurso.

-Yo... creo... -El muchacho dudó por un instante a quien apoyar, puesto que ahí ambos tenían sus motivos para decir lo que querían decir, pero finalmente y sin pensarlo demasiado, a fin de cuentas, no era su fuerte, decidió apoyar a su actual pareja- que Nichole tiene razón. Es como cuando donas a alguien en Twitch y dice tu nombre. Pues lo mismo, pero en vez de que ellos han aportado algo donando, se han muerto; lo cual es gratis, pero la mayoría que se murió son pobres y a los pobres se les da bien morirse, lo hacen todo el tiempo.

En efecto, la apoyaba pero quizás no de la mejor manera posible...

Al principio, cuando Jack empezó a hablar dándole la razón, Nichole se sorprendió gratamente. No se había esperado que intercediera y le encantaba que su novio hiciera ese tipo de cosas. Le miró y una suave y dulce sonrisa asomó a sus labios. Pero según iba hablando, esa sonrisa empezó a borrarse. No podía estar hablando en serio, ¿verdad...? 

Se había quedado tan en shock que no supo ni cómo reaccionar. Si reírse, decirle algo o ignorar su comentario. Durante unos segundos se quedó mirándole, completamente en blanco.

Robert finalmente se levantó y caminó hacia el andamio que tenía preparado en el palco. Micrófonos, cámaras y drones apuntaban hacia él. - Buenos días, Nueva York. - al igual que el día anterior, parecía dispuesto a dar un discurso bastante largo y seguido, por lo que no parecía que fuera a realizar muchas expresiones más allá de las ensayadas.

Hoy, nuestros queridos ciudadanos, nuestro modo de vida, incluso nuestra libertad, han sido atacados en una serie de actos terroristas. Las víctimas se encontraban en Central Park, en el paseo, en la zona del lago; hombres, mujeres y personas de cualquier tango de edad; madres y padres, amigos y vecinos. Decenas de vidas se desvanecieron de repente por unos actos terroristas despreciables. - miró hacia abajo, ocultando sus ojos de las cámaras.

Y la clara cara de las víctimas de estos actos fue José Santomé. Las brutales imágenes de su asesinato, de la cara del asesino riendo y disfrutando, nos han llenado con desesperanza, profunda tristeza e ira. Estos asesinos tenían la intención de asustar a nuestra ciudad y llevarla al caos. - alzó entonces la cara y el puño. -  Pero han fracasado, nuestra nación es fuerte.

Hoy, nuestra nación ha experimentado lo peor de la naturaleza del ser humano. Y nosotros responderemos con lo mejor de América - alzó aún más la cabeza, mirando hacia las banderas que colgaban del palco. -  Con la valentía de nuestros agentes de policía, con la solidaridad de extraños y vecinos y con la inestimable ayuda y seguridad que os daremos desde nuestro gobierno.

Miró hacia atrás, esperando que alguno de los sentados en el palco, dijera algunas palabras.

El primero en subir a hablar sería Jack Anderson, el muchacho parecía entusiasmado por querer dar un discurso y demostrar así que no solo era una cara bonita, sino que además podía ser un líder empático en estos tiempos de tristeza y desesperación; aunque lo que no tuvo en cuenta es que al levantarse y tomar en mano las "chuletas" en forma de cartitas el viento hiciera que algunas de ellas salieran volando, pero no le importó... o se enteró de ello. Una vez en el atril, este comenzó a dar su discurso leyendo las pocas tarjetas que le quedaban.

-Conozco a Jóse Sántome desde hace tiempo, y por la suscripción que le hice a su cuenta de Twitch aún tengo acumulados unos cinco meses en donde podré seguir conociendo su material solo para miembros. -Explicó el hombre con una lagrimilla en el ojo que rápidamente se secó usando el resto de los papelitos, mojándolos y dejándolos ilegibles por completo, y... ahora sin la ayuda de los apuntes, parecía que iba a tener problemas, pero aún así, este siguió hacia delante, esta vez con un discurso del corazón- El era un luchador, un visionario, pero por encima de todo Jóse Sántome era un amigo perfecto. -Comentó el hombre como muestra de inicio, acentuando incorrectamente tanto el nombre como el apellido por segunda vez consecutiva- A pesar de que nunca hizo caso al chat ni se sacó la chorra en directo como los bits del chat le pedían o jugó al Escopeta, juegazo por cierto. -Comentó con cierta solemnidad- Era una persona con atributos que lo diferenciaba del 99% de los Streamers de Twitch que son mujeres con casi las domingas al aire o Incels con discursos en contra de las buenorras pechugonas de los otros canales; el era distinto, el iba a lo suyo... -Al parecer eso de dar discursos no era lo suyo, pero sin contar con eso, lo más probable es que ahora terminaría su discurso sin armar escándalo alguno- Pero ahora vivimos en un mundo sin Juan Santiago, -y se equivocó de nombre- y en donde uno de vosotros ha decidido convertirse en un asesino. Así que te digo, quien quiera que seas, estoy seguro de que no estás sentado aquí ahora, con tu piel oscura, tus cabellos negros, tus ojos marrones, con tu forma caminar rápida sin mirar directamente a los demás, de 75 de peso y 183 de altura con tu complexión atlética y marcada y ese colgante tuyo no facilmente identificable, a diferencia de la cicatriz en tu muñeca izquierda y tus tatuajes en brazos y pecho... mientras piensas "¿No voy a salirme con la mía, verdad?." Porque quien quiera que seas, quizás aún tienes un poco de humanidad en ti, cubierto y tintado de oscuridad con años de tontería cultural de su raza particular, que comete la mitad de los delitos pese a ser el 10% de la población... -Al parecer estaba acusando a alguien en particular, si es que se era capaz de leer entre líneas aquel discurso- Pero no nos precipitemos, aún hay una gran investigación que vendrá. Y hasta que no provemos por encima de cualquier duda plausible sobre quién es el asesino; todos y cada uno de vosotros son tan culpables como Scott Lessard. Muchas gracias a todos. Poned la música, por favor.

Desde el palco, Nichole escuchaba a Jack con expresión grave. Al ver como empezaba su discurso se relajó, aliviada al darse cuenta de que parecía estar comportándose, pero cuando empezó a describir a Scott se tensó y su rostro empezó a palidecer. Sus ojos se abrieron como platos al escuchar su nombre de labios de su novio. ¿Qué estaba haciendo? Scott la había salvado de Ghostface cuando él se había ido corriendo, dejándola sola en medio de aquella marabunta de gente. ¿Por qué hacía eso? Se revolvió en el asiento, incómoda y sus labios se curvaron en una mueca de disgusto. Se había pasado y encima se ponía a cantar, como si todo aquello fuera una celebración. 

Cuando terminó su impresentable espectáculo, la joven se levantó de su asiento y caminó hasta el atril, pasando junto a él, sin apenas mirarle, pero dedicándole unas palabras susurradas. 

— ¿A qué ha venido esto? —

Al llegar al atril, colocó sus manos sobre la tabla y miró hacia la gente. Adiós a su momento estelar...

— Todos estamos tristes y conmocionados por lo ocurrido anoche. Sé que muchos de vosotros habéis perdido a alguien importante y nada puede compensar el dolor y la indignación que los actos de ese asesino nos han causado. Estuve presente y como todos vosotros, fui testigo de la horrible muerte de José Santomé y de Aaron Gray y del terror que llevó a la estampida de todos los que nos hallábamos en Central Park. El asesino se oculta bajo una máscara y se siente intocable, perola policía dará con él y pagará por lo que ha hecho. — Guardó un instante de silencio, mientras recorría con la mirada la multitud de personas que se habían congregado en la plaza. — Aunque lamento decir que Jack Anderson está confundido y todavía debe estar en shock por lo que pasó. Scott Lessard no es el asesino. Él me salvó la vida cuando Ghostface vino a por mi. Me había quedado sola y estaba asustada, cuando apareció y me amenazó. Yo ahora no estaría aquí si Scott Lessard no hubiera aparecido y le hubiera hecho huir... — Aunque sabía que aquellas palabras contrariarían a su novio, Nichole no podía permitir que se acusara a un inocente públicamente. 

— Pero no estamos aquí para hablar sobre lo que me ocurrió, estamos todos aquí reunidos para poder despedirnos de José y de todas las víctimas que se llevó por delante ese asesino. Estamos aquí para recordarles con todo nuestro cariño y el dolor que nos ha dejado sus pérdidas. Siempre les recordaremos... — Terminó diciendo y se volvió hacia el palco, dejando el atril libre por si alguien más quería decir unas palabras.

Steve había estado en absoluto silencio, realmente incómodo por la situación. Jack había aprovechado el llegar antes a su departamento para hablar a solas con su padre y convencerle de que le permitiera quedarse ahí con ellos. No le bastaba con quitarle a su novia, ahora volvía a intentar el quitarle a su padre. ¿Acaso lo envidiaba tanto que quería conseguir todo lo que él tenía? 

Pero eso no era todo, su padre también había invitado a Jack al evento y por lo tanto tenía que aguantar escuchar sus conversaciones con Nichole y mientras más lo hacía más le costaba entender cómo ella lo había cambiado por él. Lo cual se reafirmó tras el espantoso discurso que dio Jack. 

-Acabas de perder miles de votos con sus palabras...- Le dijo en voz baja a su padre, intentando que se diera cuenta de su error. Luego miró a Nichole y señaló a Jack, sin tener que decir nada para que se entienda que preguntaba: ¿En serio? ¿Por él? 

Luego fue el turno de Nicky, que demostró porque le gustaba a Steve, ella si era más que una cara bonita aunque a veces no quisiera demostrarlo o los demás no quisieran verlo. Pero él lo sabía bien. 

Cuando Nicky terminó Steve se puso de pie, dando a entender a su padre que también hablaría. Ya había guardado suficiente silencio y era momento de intentar demostrar quien era, pero a la vez intentar hacer algo bueno, algo de lo mucho que le recomendaba su amiga Renata, que su dinero valiera la pena. 

-Si bien José Santomé es la cara visible de este homenaje, yo quiero dedicar unas palabras para todo aquellos que no lo son. Porque estoy seguro que para las familias que los perdieron ellos eran lo más importante, ellos merecen ser honrados. Es por eso que en nombre de mi padre anuncio que los gastos fúnebres de todas las víctimas de estos fatídicos acontecimientos serán cubiertos en su totalidad por Robert Evans. Sé que eso es algo insignificante comparado a la pérdida que han tenido que sufrir sus seres queridos y nada podrá equiparar eso. Pero espero que al menos ayude en algo en medio del dolor que están sintiendo.  Finalmente les pido unos momentos de silencio, en honor de estas personas que Nueva York nunca olvidará.-

Al terminar de decir eso en las pantallas gigantes comenzaría a reproducirse un video con una foto y el nombre de cada una de las víctimas mortales, dignificando así a todos y no solo a José. 

Steve no le había comentado nada de lo que iba a decir, ofrecer o hacer a su padre, así que cuando terminó de hablar giró algo nervioso para ver la reacción de su progenitor.