Partida Rol por web

Sólo quería un poco de té.

Habían pasado cosas, demasiadas cosas. Gritos, enfados, golpes sin sentido, idas y venidas que todavía no lograba descifrar ni podía contar cuantos eran en la habitación antes de que volviera a cambiar el número.

Sólo quería un poco de té.

Lágrimas, prisas y miedo. Estaba paralizado al lado de la puerta de la cocina mientras todo pasaba a su alrededor como a cámara lenta, un cine mudo donde los labios se movían sin articular sonido y tenía que descifrar qué querían decir con su expresión corporal. Pudo distinguir la histeria de algunos, cuchillo en manos, y el terror en los ojos de otros, posiblemente los mismos que estaba transmitiendo el propio Wallace.

- Yo sólo… sólo quería un poco de té.- Por fin logró formular la frase que quería a pesar de que el objetivo principal había virado por completo. La muerte acechaba en los cuartos adyacentes y no sabía cuánto tardaría en apretar sus frías y esqueléticas manos sobre su cuello.

Tragó saliva mientras vio los objetos punzantes a su lado, ahora menos al haberse adjudicado varios de los presentes un arma. Negó con la cabeza incapaz de coger uno, porque hacerlo simbolizaría pasar de víctima a asesino, manchar sus manos de sangre, y era una carga que no podría soportar.

- Agrupémonos de 3 en 3 como mínimo, en las habitaciones o lugares con varias salidas donde estemos medianamente a salvo.- Tenía calor, eran los nervios de pensar rápido sin saber si sería lo correcto o si la espada que colgaba bajo su cabeza rompería la cuerda a la mínima decisión.- John, iré con usted a su habitación, busquemos a alguien más.- Miró a Nadia, luego a su barriga preocupado para centrarse de nuevo en la mujer.- Busque un grupo de mujeres, o si no es inconveniente puede venir con nosotros. Intentaremos protegerla.

Nadia se sentía horrorizada y acongojada. Felicity muerta... Aquella mujer solo había tenido palabras amables y consuelo para ella, pero ya no le quedaban lágrimas que llorar. Tenía que ser fuerte por ella, por su hija. No podía permitir que aquel loco le negara a Andrea la oportunidad de nacer y vivir su vida.

Se pasó una mano por el brazo sintiendo de repente el frío que erizaba su piel. - Les acompaño, pero necesito pasar por mi habitación para coger algo de abrigo y cambiarme de calzado - miró sus tacones. No eran la mejor opción ante un maniaco asesino.

-Yo... yo... Pensaba revisar la tubería... -dijo Hallard, con voz débil. Sin embargo, al ver que Vincent, O'Brien y Nate no parecían muy por la labor de acercarse a la tubería que le había costado la vida a Felicity, supo que no tenía mucho sentido quedarse más tiempo en la cocina-. Pero tiene razón, señor Bullocks. Deberíamos agruparnos en grupos de tres como mínimo. Cuantos más seamos, mejor. Señorita Stinson, si le parece bien, podemos acompañarla a su habitación. Luego ya decidiremos en qué habitación nos quedamos. En cualquier caso, no debemos separarnos bajo ningún concepto...

"Miren si no, lo que le ha pasado a la señorita Kramer" pensó el británico para sus adentros, aunque prefirió no añadir nada más al respecto. La periodista había perdido la vida de un momento a otro, solo por bajar a la bodega para intentar consolar a la señorita Rennard.

Aquel crujido resonaba aún en su cabeza mientras intentaba no estallar por la impresión. Veía como la mayoría cogía un cuchillo. El llevaba el cuchillo de mesa de sierra que Hallard le había dado en el salón, para supuestamente rematar a Relish.

Tragó saliva y se acercó para coger otro de los cuchillos. Se decidió por el cuchillo chuletero, y cuando iba a separarse de la mesa, cogió el tenedor trinchante y dijo al resto.- Yo no dejaría ni un cuchillo encima de la mesa... Si ese tipo esta aquí, y nos vigila, debemos de protegernos.

Guardó el tenedor trinchante junto al cuchillo en una mano, y apunto en el papel, que le había dado la ama de llaves, la hora, y el nombre de Felicity. Incluyó datos como la cocina, y la tubería. Debía de comprobar si estaba viva o no, pero quizás al pasar por allí volviera a activar alguna trampa más.

Miró al equipo que decidía irse y dijo.- Si no les importa yo también iré con ustedes, pero debemos de movernos con cabeza. No podemos correr el riesgo de más trampas. Yo en la caja fuerte del cuarto, tengo cosas que traía para el supuesto camping que pueden sernos de ayuda, además de algo de comida, y un móvil, aunque yo ya comprobé que estoy sin batería.

Miró a todos y dijo.- Podemos hacer equipos, o movernos todos juntos, cuando eramos más pequeños, en jardín de infancia a todos nos han leído la fábula de los animales del bosque... "La unión hace la fuerza".

Tenemos un ama de llaves loca, un sádico con ganas de matarnos, y una cocinera en sospechas... Yo sólo puedo asegurar que ninguno de los que estábamos en la cocina, ha provocado la muerte de Felicity, del resto no puedo decir nada.

Quizás podríamos unirnos todos y esperar a que pase la tormenta... la cocina es un buen sitio para la espera, tenemos agua, comida... y sólo una entrada desde el frente... bueno y la despensa con la cocinera. No sé si movernos sería buena idea.- El chico estaba nervioso se le notaba, el miedo de caer en alguna trampa más le ponía la garganta entrapada.- Pero si nos movemos, me gustaría coger mi mochila de mi cuarto y las cosas que traje.

La cocinera balbuceaba cosas en francés sin mucho sentido con los ojos desencajados por el pánico y el horror de la experiencia vivida. En cuanto oyó como las personas en la cocina estaban intentando especular como se había soltado la tubería la mujer dijo

"Yo.... estoy segura que fue al encender la luz. Yo estoy acostumbrada a bajar la escalera y los escalones son anchos así que bajé a oscuras para encender la luz desde abajo. Al escucharse el click pude escuchar el zumbido de algo cortando el aire y después...... le reventó la cabeza....quien puede estar tan loco?... Vamos a morir todos Sir, nos va a matar a todos..."

Sir Gustave que la tenía entre los brazos pudo notar como todo su ser temblaba y como olía a algo que ya había olido anteriormente, el miedo por conservar la vida, pero eso fue hace mucho tiempo, cuando solo era Gustave y todavía no era famoso. La muchacha se fue dócilmente con Gustave incapaz de oponer resistencia.

Un simple vistazo a la tubería les dio una pista del origen de la trampa. Dos hilos de acero sostenían a una tubería pesada de 20 centímetros de diámetro a 1.60 del suelo. En el techo había dos soportes del que parecía haber caído la tubería y estos soportes tenían un cable que se derivaba desde la luz a mitad de la escalera.

No había señal de cámaras ni dispositivos de espionaje, de hecho el montaje de aquella trampa casera parecía bastante casero. 

Los invitados examinaban la trampa, cogían cuchillos e intentaban trazar los planes para su siguiente movimiento cuando la doncella entró en la cocina con una cara de fastidio divertida. Sin dirigirse a nadie sin concreto dijo

"Ya he terminado de recoger el desastre del comedor, es una lástima que el señor Relish se golpeara con la mesa, me ha obligado a limpiar toda la sangre y es muy difícil de sacar" 

Al captar las miradas extrañas de los allí presente les dijo con una sonrisa pícara y divertida

"Que pasa? Por que me miran así? Ni que hubiera matado a nadie.."

Podría haber sido cualquiera... Si era cierto o no que la trampa se había activado al encender la luz o no era irrelevante. Seguramente el señor Dark no tendría ideado como tenía que morir cada uno ni en que orden. Simplemente debía esperar que fueran cayendo poco a poco, sin prisa, pero sin pausa.

- vayamos a nuestras habitaciones pues - musitó. Esperó a que Wallace, Jhon y Dylan se pusieran en movimiento para seguirlos. - Pero fijaros bien donde pisais y que botones u objetos tocais - añadió con voz temblorosa. Ella al menos pensaba mirar las baldosas que fueran a pisar mientras caminaban y no tenía intención de tocar nada.

Eran ratones encerrados en una jaula con pruebas. Se acordó de aquellos artículos de experimentos con animales donde ponían un recorrido a las ratas de laboratorio, trampas en varios caminos que conducían a su tan ansiado queso. Ahora ellos eran esos roedores, asustados pendientes de saber si la puerta número dos llevaría a una habitación segura o una electrocución sanguinaria, buscando el queso de la libertad, la supervivencia que los mantenía despiertos un día más.

Miró a los que estaban con él todavía en la cocina preguntándose si todos serían ratones o uno de ellos realmente era el científico con disfraz, comprobando de primera mano las reacciones de los presentes. No, no podía ser, todo era parte de un plan más enrevesado que no llegaba a comprender y cuando más intentaba llegar a la razón su psique vibraba con un fuerte dolor de cabeza que le obligaba a apretarse el puente de la nariz.

- Tenemos que estar relacionados de algún modo.- Soltó una idea en voz alta sin venir a cuento, más no esperaba que nadie realmente le escuchase. Era uno de los hilos que más le había sorprendido, ¿cómo conocían su historia si apenas él mismo sabía todos los detalles? ¿Era una venganza colectiva? No creía en las casualidades aunque sí sabía que la mala fortuna estaba atada a sus zapatos junto a su sombra, pero de ahí a formar parte de un sádico juego había un trecho.- El paquete de bienvenida, los extraños mensajes codificados, las trampas… Todo estaba preparado desde el principio, quien sea quería matarnos, a todos.- Notaba que su respiración era cada vez más rápida y escupía las palabras con el miedo que atenazaba al resto, sin poder camuflar más el temblor en sus manos o su labio inferior. Se llevó las manos a la frente y las deslizó por su cabello alborotado.- Puede que nos esté esperando en la habitación. No es seguro volver.

Unos instantes después Vanessa volvió de nuevo a la cocina. La expresión desafiante y altiva que había mostrado al golpear a la anciana, aunque inaguantable, señora Hemmens se había visto sustituida por otra de genuino terror ante el nuevo mensaje del señor Dark.

-Señorita Stinson, señor O'Brien, voy con ustedes -dijo Hallard, haciendo acopio de todo su valor-. No sé qué tan seguro es quedarse en la cocina, pero pienso que estaremos más a salvo si nos encontramos todos reunidos en uno de los dormitorios. -Se fijó entonces en Bullocks, el cual había dicho algo que tenía lógica para él. ¿Y si todos estaban relacionados de alguna manera y Dark les había reunido para juzgarles y vengarse de ellos por algún motivo?-. Señor Bullocks, venga con nosotros. Si el asesino está esperándonos en una habitación, al menos tendrá que enfrentarse con cuatro de nosotros. Si nos separamos, nos ocurrirá lo mismo que a la periodista...

El británico observó entonces a Gloria y Vanessa, las últimas en entrar.

-Señoritas, ¿ustedes dos prefieren venir o quedarse aquí? -preguntó, pensativo-. Después de lo de Felicity, creo que nadie debería deambular por la casa por su cuenta.

La doncella sonrió divertida al escuchar hablar de Felicity

"Lo de Felicity?? Que le ha pasado a la señorita Kramer? Por que están asustados? No hay nada de que temer"

Miró a Hallard y abrió los ojos mucho

-"¿Cómo ha muerto?"-pregunta con un hilo de voz mirando a la embarazada y al resto-"¿Ha sido...?"-busca con la mirada a Hemmens antes de decir nada

No piensa quedarse sola y menos con esa bruja rondando por allí así que asiente al hombre

-"Iré con ustedes,por supuesto.No deseo quedarme sola y como usted ha dicho si alguien nos ataca cuantos más seamos mejor"-

Me adelanto desde mi posición al fondo de la cocina para unirme al grupo.

- Me uno a ustedes. Con un grupo tan numeroso si nos están esperando es más difícil que nos hagan algo. - me quedo pensativo durante unos segundos... - Por otro lado, si hay una trampa tipo explosión o algo así, nos afectaría a más de uno y aún le haríamos un favor. En todo caso, es preferible seguir juntos.

Nate ni siquiera dijo nada. Se estaba empezando a emparanoiar pensando en donde estarían las cámaras, en donde estaría la próxima trampa. Por supuesto, continuó tras el séquito... sabía que quedarse solo era sinónimo de muerte... ¿pero hasta que punto ese bastardo, lo tenía todo tan controlado?.

El grupo se estaba disolviendo y no podía ser así. Miraba a un lado y a otro como si de un partido de tenis se tratase, balbuceando palabras inconexas entre sí a no poder procesar su cerebro tan rápido como sus labios. Cesó su vano intento cuando Hallard le cortó directamente, pidiéndole que fuera con ellos.

Tenía razón, si iban en manada quien quiera que fuera le costaría matar de un solo golpe a tantos a la vez… La tranquilidad se tradujo en una leve sonrisa mostrando sus dientes, nervioso mientras asentía varias veces de forma obediente al trajeado hombre. Sin embargo la intervención de Vincent rompió inmediatamente la escasa tranquilidad que había conseguido.

- ¿Una bomba? – Por supuesto, el lugar estaba lleno de trampas y una trampilla con pinchos al más puro edad media, una habitación que les hiciera arder o simplemente una explosión les borraría del mapa en un segundo. Con su suerte seguro que pisaba la trampa que activaba todas a la vez.- ¿Crees que habrá llegado tan lejos? – En ese caso los cuchillos no servirían de nada, se enfrentarían cara a cara con la más fatídica y lenta muerte que podrían imaginar, haciéndole tragar saliva y sentir un sudor frío correr por su columna.- ¡Esperadme! – Fue tras Nadia y Dylan antes de que marcharan, incapaz de quedarse solo en la cocina ante el inhóspito desconocimiento que le rodeaba.

-Señorita Simmons, señorita Townsend, Felicity Kramer ha sido asesinada -anunció Hallard, en un tono lúgubre, propio de un sacerdote que estuviera oficiando un entierro-. Bajó a la bodega detrás de la señorita Rennard, y una trampa se activó cuando bajaba por las escaleras. Se descolgó una tubería y... -El británico prefirió no continuar-. La alcanzó de lleno. No hubo nada que se pudiera hacer por ella.

Tras advertir que la mayoría del grupo ya estaba movilizándose en dirección a las habitaciones, Hallard decidió echar a andar junto con Nadia, Dylan y Bullocks. No quería quedarse solo y menos en una cocina repleta de cuchillos y decenas de formas distintas morir.