Renzo no dudó. En efecto, Caroline tenía razón y, dada la situación, tanto daba si era una buena idea o no pulsar el maldito botón. Y como, realmente quería que pasara algo, y no había manual de instrucciones, ni tampoco nadie le había dicho qué hacer si lo encontraba, usó las permutaciones posibles.
Primero, pulsó el botón rojo, manteniéndolo pulsado sus buenos dos segundos. Y esperó, por si pasaba algo. Pero, de no pasar, y acto seguido, accionó el interruptor, y volvió a pulsar el botón rojo, otro par de buenos segundos.
- Ahora, a esperar.
Para Cisco la búsqueda había sido un ejercicio metódico, tomando objetos y apartándolos para que los cajones fueran quedando vacíos. Había estado pensando la forma de que no se pasara nada por alto. Al final, ahí estaban, habían dado con dos aparatos que llamaban la atención.
- Un teléfono con un único botón.
Miró a los demás un instante, pero no tardaron en urgirle con la mirada. Cisco pulsó el botón una vez, pensando que una vez lo activaría y otra cortaría la llamada.
- A ver si llega el mensaje a tiempo. Lo que no creo es que podamos esperarlos aquí, nos deberíamos de marchar. La verdad, yo puedo teleportarme pero nunca lo he intentado con otras personas. Lo voy a tener que probar si no hay otro modo.
Había visto a Keyla hacerlo alguna vez y él sin embargo nunca lo había intentado siquiera. No sabía qué otras opciones iban a tener pues ellos no podían enfrentarse a esos skrulls si eran tantos.
- Es posible que no tengan tanto interés en nosotros. Somos unos adolescentes principiantes y querrán a los veteranos, que son los peligrosos de verdad. Lo digo porque los demás pueden haber escapado de las garras de estos aliens, incluso nos pueden dejar escapar a nosotros.
Dijo esperando que fuera así y poder encontrar a los demás en algún punto.
A pesar de estar presente durante el hallazgo del aparato de auxilio y su uso, Kurt lo había vivido desde fuera de su cuerpo, siendo un simple espectador de los acontecimientos. Siempre le desorientaba el recibir una visión del futuro al mismo tiempo que permanecía atento al momento presente, y esa vez no había sido diferente. Unos segundos para cerciorarse de que el tiempo en el que estaba era el correcto, lejos de ese dolor que se mantenía en sus oídos por la ensoñación a la que le había llevado su poder.
Llevó una mano a la cabeza y, con ella rascando su cabello, llamó la atención con un pequeño chasquido de dedos de su otra mano libre al resto de los alumnos que se oponían a los invasores en la isla y se encontraban en el despacho de la directora Xavier.
—¡He visto algo! Fue un poco confuso, pero había una especie de luz roja que estaba enfocada hacía este despacho y, tras ella, un ruido que me reventaba los tímpanos hasta dejarme sordo y hacer que gritase de dolor. Cisco tiene razón ¡Deberíamos salir de aquí, de este edificio... por si acaso!
Kurt, una vez dada la alarma acerca de ese futuro incierto, comenzó a avanzar para salir del despacho. La idea de teleportarse dicha por su amigo, aunque matizada sobre si podría transportar o no a pasajeros, no era una mala opción si era afirmativo el llevarla a cabo todos juntos. Pero...¿A dónde ir?
—No podemos esperar aquí, pero tampoco podemos largarnos de la isla. Si nos vamos y llegan refuerzos que no sabemos si esperan encontrarse con cambiaformas, estaríamos trayendo a gente a una emboscada que facilitase que los metamorfos los suplantasen y se expandiesen cada vez más y más. Podemos encontrar un sitio donde escondernos y, como dice Renzo, esperar a lo que sea que haya avisado esa alarma o...—iba a guardar parte de su visión para no hacer perder esperanzas a sus amigos, pero prefirió tomar el camino de la sinceridad, por lo que todo lo presenciado mediante su don mutante iba a ser revelado —... ir a por los invasores. Al usar mi poder también vi el interior de una nave. Dentro de ella estaban Gwen, Selina, Adrastos y Steven, que parecían a salvo, pero con uno de esos alienígenas apunta de pistola. También apareció Connor, Bran y Vera, aunque en otro lugar, fuera del primer grupo que he mencionado. Por ultimo, a Fausto lo estaban como torturando. Puede ser que en una de esas naves de afuera nuestros amigos estén en peligro; de ser así, tenemos que hacer algo para ayudarlos. La ayuda tal vez no llegue a tiempo para salvar a todo el mundo.
El suizo se encogió de hombros y permaneció en silencio. Hubiese preferido seguir siendo un alumno silencioso, reservado y tranquilo. Malditos Skrulls.
—Y ahora, salgamos de este despacho si no queremos quedarnos sordos.
Las palabras de Kurt cambiaron su forma de pensar.
- ¿Los demás están aquí? No van a esperar que vayamos a salvarlos.
De inmediato echó a correr hacia la puerta, tal y como le había dicho su compañero para evitar ese ataque.
Al Renzo pulsar el botón rojo una intensa luz roja que teñía de color todo a su paso iluminó el despacho, parpadeando como si se tratara de un conteo regresivo.1 Al mismo tiempo, Cisco activaba el botón del teléfono o similar que había encontrado en el cajón de la directora, y mientras este marcaba tono esperando una respuesta del otro lado, y justo después de que Kurt les explicara la situación a todos acabando con una oportuna advertencia, una fuertísima sirena de alarma comenzó a sonar proveniente del mismo despacho hacia el resto de la isla. Una alarma que sin duda atraería mucha atención indeseada.
Entonces, desde el teléfono que Cisco sostenía en la mano, se escuchó una voz joven y masculina, apenas distinguible entre el ensordecedor aullido de la alarma - ¿Diga? ¿Directora Xavier?
1 Asumo que como sí pasó algo no presionas el interruptor luego, corrígeme si me equivoco.
Parecía que Kurt tenía nuevas malas noticias para todos, algo que no fue del agrado de la anarquista, incluso si con esa información podrían evitar los problemas que iban hacía ellos. La idea de una luz roja que podía causar un sonido capaz de atormentarles, no era algo que la peliazul deseara, por lo que no dudaría en seguir el consejo del chico, si éste tenía razón en lo que había visto. – Debe ser un arma de los Skrulls para incapacitarnos o matarnos. Opino lo mismo, deberíamos salí de aquí lo más rápido posible. – Afirmó con cierta preocupación por lo que podría suceder si se quedaban. Lo que menos quería, era caer presa de aquellas criaturas, cuando aún debía de cobrarse su debida venganza. No iba a permitir que se rieran de ella… esas malditas sonrisas confiada, tan despreciables.
Era verdad que tampoco podían largarse de la isla, e incluso, Caroline estaba segura de que aquella idea no sería posible, ya que los alienígenas habrían de evitar que escaparan. Era obvio que les querían allí para atraparles en cualquier momento. Los Skrulls deseaban eliminar toda posible amenaza en el futuro, o al menos eso era lo que la joven rebelde hubiera hecho si estuviera en la misma posición que los malditos bichos verdes. Sin embargo, la pregunta era… ¿dónde habrían de esconderse mientras esperaban el supuesto rescate? ¿Qué sitio sería lo suficientemente seguro para ella y sus compañeros? - ¿Ir a por los invasores? Estás loco. Son muchos y ni siquiera pudimos con unos pocos. – No dudó en criticarle respecto a esa loca sugerencia de parte de Kurt. No, lo mejor sería ocultarse en otra parte y esperar la “caballería”.
La mención del resto de los alumnos, que parecían tener a punta de pistola a uno de los Skrulls, sorprendió a la alemana. Eso quería decir que no estaban en peligro, al menos no por el momento. Tal vez, sería una buena idea buscarles para unir fuerzas, si bien no sabían dónde podrían encontrarles. No obstante lo siguiente que Kurt reveló, no fue del agrado de la anarquista, ya que aquellos no podían ser otros más que los Skrulls disfrazados. Aún le costaba aceptar el hecho de que… la chica que más había querido hasta ese momento, fuera una de esas cosas, y lo peor, la reina. Encima parecía que continuaba utilizando esa apariencia, por lo que había visto su compañero, lo que no hacía más que molestar a Caroline. – Quieres decir los Skrulls. No es Vera… nunca lo fue. – Comentó con cierto pesar en su voz, intentando aceptar aquello que la atormentaba. Había jugado con ella, mucho peor que como lo había hecho su anterior pareja.
– Vámonos. Deberíamos buscar otro lugar donde ocultaron y esperar la ayuda. Luego podríamos buscar al resto. Tenemos que estar todos juntos. – Aconsejó antes de prepararse para dejar el despacho, teniendo en cuenta que no deseaba experimentar la luz roja que Kurt había mencionado. No obstante, en el momento en el que pretendía largarse, sus compañeros no tardaron en pulsar los botones, y, con ello, apareció la luz roja, seguido de la alarma ensordecedora. Ahora podía comprender con exactitud lo que Kurt había visto en aquella visión. - ¡No era un arma! ¡Una alarma! ¡Tenemos que matarnos de aquí antes de que aparezcan esas cosas! – Advirtió, tras cubrir sus orejas con sus manos, con clara preocupación por los problemas que aquello atraería, preparándose para salir corriendo del despacho en cualquier momento.
Cisco escuchó cómo se activaba aquella sonora alarma, justo después de pensar en ir a ocultarse para llegar hasta sus compañeros.
- Vámonos deprisa, aprovechemos para rodear a ver si podemos llegar hasta los demás mientras los skrulls nos buscan aquí.
Porque iban a necesitar unirse para sobrevivir, estaban en una situación penosa. Entonces se activó el teléfono, tras haber realizado varios marcados.
- Escúcheme bien, esto no es una broma.
Había que empezar así, aunque ya la urgencia en sus palabras debía de indicar a la persona al otro lado que iba en serio.
- La academia está siendo invadida por skrulls, muchos de ellos, pueden cambiar de forma y hacerse pasar por humanos. Han capturado a todos salvo algunos alumnos. La directora nos dijo que buscáramos este aparato. Su jefa estaba tomando la forma de una chica rubia llamada Vera. Los skrulls dicen que se han infiltrado ya en varias partes del planeta, ¿me entiende? ¡tiene que decirle todo esto al profesor Xavier y actuar! Trataremos de escapar, Tormenta también fue capturada junto a la directora. Llevamos este teléfono con nosotros, ¿quieren saber algo más? ¿o que hagamos algo?
Así atropelladamente había dicho todo lo que le pasaba por la cabeza. No se detuvo en todo ese tiempo sino que se dedicó a seguir a Caroline. Ahora había que tratar de salvar el propio pellejo. Es decir, contaba con que el profesor Xavier pudiera reconocerlos, ¿no era el telépata más poderoso? con esos poderes era la mayor esperanza que tenían para parar a esos alienígenas.
Cisco no había cortado la comunicación, deseaba por encima de todo que quien estuviera al otro lado no se tomara todo eso a cachondeo. Si los profesores de la academia habían dado un nombre a los alienígenas, contaba con que los otros mutantes también los conocieran.
- Hemos cumplido, ahora han perdido la ventaja de la sorpresa.
Comentó dándose el gusto de creer que habían obtenido una pequeña victoria, compartiendo lo que creía era un sentimiento positivo con el resto.
Salgo siguiendo a Caroline.
Renzo desistió de pulsar el interruptor cuando escuchó, y vio, como empezaba a funcionar la alarma. Ahora sin duda todos los skrulls sabían donde se encontraban. Aunque sinceramente esperaba que pasara algo más. Fuera como fuera, habían hecho todo lo posible. ¿Ahora? Ahora habría que intentar resistir. Si es que tal cosa era posible.
Renzo escuchó como Cisco daba una bastante buena explicación de lo que estaba pasando.
1 Asumo que como sí pasó algo no presionas el interruptor luego, corrígeme si me equivoco.
No te equivocas.
Renzo sale siguiendo a los demás.
La alarma, a pesar de distar en perforar tímpanos y provocar angustia, era una pésima señal. Estaban en peligro mucho mayor. Kurt, cercano a la salida y receptor de las palabras de Caroline y de Cisco, evitó reaccionar llevando su mano a la cara y negando con la cabeza la mala suerte que habían tenido al activar ese alboroto aunque se le notaba el disgusto en la mirada. Pero no había posibilidad de retroceder en el tiempo y, recapacitando sobre lo que significaba ese sonido, había que ponerse las pilas saliendo del despacho que atraería la atención de los invasores. Debido a ello, no dudo ni un momento en aligerar y priorizar lo que había iniciado antes de comunicar la completa premonición, que era darse prisa en abandonar la oficina de la directora Xavier. Emulando a compañeros, que estaban evacuando, tomó el camino a seguir, ya que él, siguiendo su ejemplo, no iba a ser menos en tomar retirada.
" Por lo menos, ha habido algo de suerte y no hemos quedado sordos" pensó a modo de pequeño alivio. "Ahora a ver si no nos pillan".
Si todos opinaban que lo mejor era esconderse y tratar de pasar desapercibidos hasta que llegase ayuda, habría que mejorar en los campos de la sutileza y subterfugio.
Siguiendo a todo el mundo, Kurt intenta darse el piro.
Busquen refugio, vamos en camino - fue todo lo que dijo la voz del otro lado del teléfono antes de desconectar la llamada. Quien hubiese contestado parecía haberlos considerado suficientemente creíbles, porque tan pronto había colgado la señal de X comenzó a brillar en rojo de forma intermitente.
La alarma parecía ir aumentando en volumen, como si sus oídos se hicieran más sensibles a su sonido por cada vez que la sirena aullaba, y a través del tormento que les taladraba el cerebro fueron incapaces de escuchar numerosos pasos corriendo hacia ustedes por el pasillo que daba a la habitación donde se encontraban. Tan pronto Cisco abrió la puerta todos pudieron ver que un grupo bien dotado de skrulls, en su mayoría mostrando su horrible apariencia verde natural, los rodeaba con las armas apuntadas hacia cada uno de los que estaban en el despacho.
Si alguien pensaba en escapar por la ventana, fuera podría ver las múltiples naves aterrizadas y, aún bastante arriba en el cielo, una de las mismas naves alienígenas cayendo descontrolada en dirección a la isla.
Mañana (21 de febrero, digamos) ponemos el cierre total de la partida. Mwhahahahaha! Aquí cierro permiso de escritura, pero tendrán oportunidad de postear en la escena que abramos. <3
P.D. Perdón por la demora, fue un lío coordinar el progreso de los dos grupos con los radicalmente diferentes ritmos de posteo que llevaban =(.