Suspire encogiéndome de hombros ante la respuesta que ya esperaba e imaginaba - Tenia que intentarlo - Como se suele decir él no ya lo tienes, así que no pierdes nada por preguntar. Y como era más que consciente de esa respuesta saqué un postit del bolso y se lo di.
Solo tenía dos cosas anotadas, un número de teléfono y Corderita.
- Si necesitas algo llámame ¿vale? - Le dije en un tono amenazante de broma sabiendo que podía venirme con ¿y que voy a necesitar? O cualquier amabilidad de las suyas - Tambien puedes llamarme si quieres hablar, hasta los tíos bordes y solitarios lo necesitan a veces - Le guiñe un ojo con complicidad - Déjame saber de ti de vez en cuando, aunque sea un mensaje de “estoy vivo pesada”
El resto precian tener intención de irse a Estados Unidos así que siempre podría localizarlos allí o saber cómo estaban dentro de lo que cabe. Pero bueno, Vincent no era uno más a secas.
Ladeó un poco la cabeza cuando te vio meter de nuevo la mano en el bolso y que empezabas a escribir. Cogió el posit que le tendiste y se quedó mirándolo. Después volvió a levantar la cabeza para mirarte y dibujó una media sonrisa que duró apenas unos segundos. -Está bien- no, hoy no estaba hablador. Se guardó el posit en el bolsillo de atrás del pantalón y se acercó para darte un beso en la comisura de los labios.
-Cuídate y no hagas muchas tonterías- añadió antes de darse la vuelta para ir a su hermandad a hacer las maletas para el viaje que le esperaba.
Durante la batalla por la liberación de la isla ante el imperio verde, Kurt no había sido de mucho provecho. Su precognición era un poder muy bueno para jugar a la lotería, pero de utilidad cero en un conflicto abierto. Con todo, lejos de ser un simple espectador, había intentado ser de ayuda, aunque con funcionalidad escasa.
La muerte de la directora, a diferencia de las caras de sorpresa de muchos, no había sido una noticia inesperada para el suizo. Si unos invasores del espacio que, como era el caso, buscaban imponer su dominio a la humanidad, ¿no era lógico acabar de forma definitiva con quienes pudiesen frenar o detener sus planes? No iba a mencionar nada, por si acaso lo tildasen de haber visto esa muerte y no haber intentado prevenirla, pues existía una pequeña parte de él que también seguía aferrado a esa ridícula creencia de que debían haber hecho mucho más para cambiar lo sucedido... pero pensar así resultaba inútil, deprimente, restaba valiosas energías y sólo servía para añadir un punto agridulce a una victoria que, por lo visto, nadie sentía como tal, inclusive él mismo.
Toda la noche, en lugar de guardar reposo, Kurt se la paso tratando de ver el futuro que aguardaba a todos. Indagar de esa forma en futuribles era preferible a tener sorpresas desagradables de nuevo. Podía ser que de verdad no quedase ni uno de los invasores, o podía ser que volviesen a ser una mayoría aplastante, que les estuviesen tomando el pelo con su victoria contra ellos y que prefiriesen una sutil invasión secreta. No era ni mucho menos perfecta la idea de tratar de percibir futuros inciertos, pero tampoco logró percibir más allá de lo que ya sabía que les deparaba el día siguiente: un funeral por los muertos.
Pasando completamente de su política autoimpuesta de ni funerales ni bodas, el precognitivo se presentó ataviado como indicaban las reglas ante esos eventos. Odiaba tener que vestir un traje con corbata, permanecer con cabeza gacha y tragarse los clichés sobre muertos, esos que indicaban lo maravilloso que uno era, lo mucho que se iba a echar de menos y todos los "lo siento", "mi más sentido pésame", los "no somos nada" o "siempre se van los mejores".
De igual modo que durante el funeral, silencioso, tratando de resultar impasible y no emocionarse, Kurt aguantó estoicamente la charla dada por Peverell tras la comida. Tenía opciones ante el futuro por el discurso pronunciado aunque, como él conocía, no eran reales en su caso. Sabía claramente lo que tenía que escoger, ya que no había otra.
Cuando Renzo se aproximó mencionando lo que habían realizado en la isla, Kurt se le quedó mirando.
—Yo también estaré el próximo año. Será un honor seguir compartiendo escuela el año que viene con el que encontró el botón que nos ha salvado, Renzo —contestó antes de que se marchase el italiano a hablar con Caroline y Vera primero, luego con Gwen y Selina —. Y también con el que avisó de lo que sucedía, Cisco —añadió dirigiéndose al español.
" Siempre y cuando los acontecimientos nos lo permitan" pensó el suizo, buscando quedar discretamente a un lado de todos y tratando de no llamar la atención de nadie más. La verdad era que no tenía demasiadas ganas de hablar.
El espacio era tan fascinante como aterrador. Lo observaba a través de la ventana, con el rostro bañado de rojo por la luz de la cabina en un ambiente de pura adrenalina. El fuerte impacto en el quinjet le hizo pensar que no resistirían un segundo ataque, y aunque consiguieron escapar al alcance de las armas enemigas, descendían en picado, a una velocidad vertiginosa que hacía presagiar lo peor. Iban a estrellarse. Aferrando con fuerza sus manos a los brazos del asiento, Selina resistía el fuerte impulso de cerrar los ojos. Albergaba la esperanza de ver, aunque fuese por un efímero segundo, a sus compañeros de la academia, en pie y lejos de donde impactase la nave, por supuesto. Pensaba especialmente en Cisco y Renzo, de quienes no había podido despedirse y cuya ausencia le había pesado en ese viaje del que creyó no regresaría. Y cuando todo parecía perdido, en el último segundo, el que creyó fotografiaría la última imagen que sus ojos verían, la nave frenó, flotó y cayó.
Peverell.
Estaba ansiosa por saber de sus compañeros. Bajó del quinjet vestida con el uniforme que todos se habían puesto y gracias al cual seguía con vida. Impaciente buscó a sus amigos con la mirada pero antes de acercarse esperó a que los adultos verificasen que era ella y no otro de los verdes. Su mirada se iluminó al cruzarse con la de Cisco. Sintió un gran alivio al ver que estaba bien e inmediatamente le dedicó una bonita sonrisa. Luego buscó a Renzo y después a Caroline, preguntándose si ya sabía que Vera, la auténtica, venía con ellos.
No fue hasta que comprobó que todos sus compañeros estaban vivos que se percató de lo demás. Sus expresiones, el estado de la escuela... y mientras tomaba consciencia vio al director Peverell regresar tras una breve ausencia. Selina clavó su intensa mirada primero en el rostro del profesor, después en la última sonrisa de la directora, meciéndose inerte en sus brazos. Esa imagen golpeó su pecho. Se cubrió nariz y boca con ambas manos mientras decenas de lágrimas se acumulaban tratando en balde de no caer precipicio abajo.
La noche sería extraña en cualquier caso. De quedarse Gwen con ellos, habría procurado que estuviese lo mejor posible. Le hubiese hecho compañía aunque fuese en silencio con palillos en los ojos. Si deseaba estar sola o pasaba la noche con su familia, como creía era lo más probable, Selina dormiría en su habitación. Preguntaría a Keyla acerca de sus heridas y de cómo había ido el rescate de Fausto. Aunque estaba muy cansada apenas pudo conciliar el sueño, estuvo en un estado continuo de agitación.
Como tantos otros, asistió al funeral vestida de negro. ¿Cómo podían haberse torcido así las cosas? Música, velas y flores. Muerte y destrucción. Más velas, música y flores pero ya no por una celebración alegre, sino por amargas despedidas. Le costaba horrores hablar cuando algo le afectaba, y el dolor que solo llegaba a imaginar que pudieran sentir los familiares de Nora era inmenso, así que la realidad debía ser mucho peor. No sabía bien qué decir y tampoco era capaz de soltar una frase entera sin venirse abajo. Se acercó al director, a Gwen y aunque le imponían bastante, también a Vincent y Noah, por supuesto. Les dio el pésame a todos igual, con un sincero "lo siento". Habría añadido algo más, pues pensaba ayudarles con cualquier cosa que pudieran necesitar, pero añadir más palabras sin que le temblase la barbilla y echase a llorar ya era demasiado y no quería que nadie, y menos ellos, tuviesen que consolarla.
El director Peverell les reunió en el anfiteatro para hablar del futuro. Selina tenía claro que quería continuar. Siempre viajando de un lado para otro, ocultando su verdadero yo, construyendo vidas que quedaban rotas con cada mudanza. Aquí podía ser libre. Además sentía que formaba parte de ese peculiar mapa de rarezas que ya se había ganado su afecto. Por otro lado, también era cierto que necesitaba un tiempo, por lo que antes regresaría a su hogar.
Vio a Caroline hablando con Vera y deseó que todo les fuese bien. Aunque era imposible anticipar cuáles serían los sentimientos de la auténtica Vera, esperaba que al menos pudiesen comenzar con una bonita amistad. ¡Qué crueles habían sido con Caroline! Afortunadamente la peliazul era fuerte y Selina quería pensar que con su buen corazón y su espíritu luchador, cuando se reencontrasen el próximo año, vería a ambas chicas cogidas de la mano, como si nada hubiese pasado.
También allí estaba Cisco, y Kurt con él. Selina sonrió al pensar que ella tenía el poder de la precognición respecto al rubio. Al menos, sabía lo que pasaría si ella se acercaba. Él se iría. Ya había pasado en otras ocasiones. No pensaba dejar de saludar a Cisco por ello, pero entendía que era el último día y no quería cortarles la despedida.
Renzo se acercó y Selina sonrió mientras él hablaba y parecía arrepentirse de hacerlo al mismo tiempo. Esperó primero a que Gwen respondiese. Luego dio un estrecho y largo abrazo al chico. -Ni te imaginas cómo te he echado de menos. Me alegro de que estés bien -respondió con sinceridad. Renzo se mostró agradecido pero también él era un apoyo importante para Selina, quien se preguntaba no sólo si él volvería el siguiente año sino cómo estaría durante los próximos meses. -El próximo curso nos veremos, ¿verdad?
Sonrió suavemente a Renzo cuando se apuntaba a las clases en el próximo curso. Habían actuado bastante bien, pensó. A pesar del mensaje falto de información de la directora lo cierto es que no fue tan difícil encajar las piezas. Era cuestión de encontrar los aparatos y pulsar los botones, como había comentado Kurt. Por suerte lograron acertar a la primera.
- Entonces nos veremos un año más.
Según iba viendo todos tenían intención de seguir. Sentía un poco de curiosidad por saber lo que había vivido el otro grupo. La tensión que veía en sus rostros le hacía pensar que tuvieron grandes problemas. Al menos al ver a Selina notó que le sonreía, por lo que él la miró contento pues por fin volvían a estar cerca. La marcha fue precipitada y él había creído que tardarían en encontrarse.
- Me alegro mucho de verte, de veros a todos.
Explicó pues en un momento tan duro como aquél era difícil hablar mucho más. Se preguntaba cómo sería el año siguiente, tan sólo quería que no fuera tan ajetreado, que no volviera a correr peligro el mundo entero y no recayera tanto peso en un grupo de adolescentes. "Ahora que lo pienso, a los de allí les pasan estas cosas de vez en cuando, quizás empezaron de un modo parecido y mira, ahora son personas de lo más interesante". Constató que si seguían en la academia iban camino de seguir enfrentándose a ese tipo de amenazas lo que iba a requerir que lo dieran todo de sí mismos, una y otra vez.
Enseguida se sintió como un tonto, y sin duda en aquel momento le habría venido bien que Vera le aplicara algo de su poder. Había sido un inconsciente al pensar que el hombre aceptaría, y sintió que simplemente estaba molestando a un hombre destrozado. Aun así el director le planteó dos opciones: la primera de ellas era la más normal, la más lógica, y la que les había planteado a todos. Normalmente Connor habría tomado ese camino, pero tenía la sensación de que ya sabía a donde le conducía, y que no era lo que debía hacer en aquel momento. La segunda le tomó totalmente por sorpresa, y no por lo raro de ello, sino porque él mismo había pensado en ello, pero estando Key allí no había querido molestar.
Sin duda era la idea más absurda del mundo. Miró un instante a Key y Vincent, y enseguida volvió a mirar al director. Una vez más se sintió peor consigo mismo por haber querido cargar aun más peso sobre los hombros de aquel hombre.
-Gracias... Lo intentaré...- Se limitó a responder, tampoco sabía que más decir, además no a Connor no le pareció que el hombre tuviese muchas más ganas de hablar.- Lo siento mucho...- Dijo una vez más antes de darse la vuelta.
En aquel momento se dirigió hacia Key y Vincent mientras meditaba en silencio que decir. **
**Suponiendo que siguen allí XD
Avanzó lentamente, casi como si quisiera no llegar a su destino, mientras se masajeaba la sien intentando ordenar sus ideas, y autoconvenciendose de que aquello no iba a acabar fatal.
La idea de por si era fatídica, el momento horroroso, y la relación entre ambos paupérrima, si aquello le sumabas a Key se por medio... en fin, cualquier resultado diferente a fuego fatuo y oscuridad por doquier, sería un buen resultado.
Aun así Connor creía que era el camino que más le convenía y no tomar la opción fácil, esa era irse a EEUU, probablemente entre Tormenta y sus compañeros podría aprender un montón, hacer como un Erasmus, pero Connor ya tenía profesores y no quería otros.
Además el director tenía razón, lo que el muchacho necesitaba era una vida normal, le encantaba ayudar a la gente, usar sus poderes para algo bueno, pero esa parte la tenía controlada, obviamente no controlaba sus poderes como el director, pero el motivo que le hacía perder la cabeza y que sus poderes se fueran de madre eran razones mucho más cotidianas y en aquella escuela el detonante más común había sido exactamente la persona a la que se acercaba, lo que convertían aquello en la más genial o la más estúpida de las ideas.
Connor finalmente llegó a la pareja, y sin mirarlos directamente se limitó a saludarlos con una escueta pregunta.
-¿Interrumpo?- Preguntó tímidamente.
**Como digo, supongo que están aquí, sino pueeeees nada xD**
Cuando Connor llego, Vincent ya se había despedido de Keyla y se disponía a marcharse. Pero cuando hablaste, se detuvo un momento para mirarte. Después de unos breves segundos, su mirada pasó a Keyla - siempre puedes ir con él- le dijo a la chica para después daros la espalda y seguir a su destino. No parecía querer buscar pelea, o por lo menos molestarte como siempre.
Mire a Vincent cuando se acercó a darme el beso en la mejilla con esas últimas palabras y le sonreí asintiendo, aunque realmente era especialista en hacer tonterías.
Justo en ese momento llegó Connor y mire al cachorro con una suave sonrisa negando con la cabeza. - No interrumpes tranquilo - Pues Vinny ya se iba, pero como siempre tenía que dejar un último comentario que no sabía si era un puyita silenciosa o un comentario con cierto toque celoso. Sea lo que fuere lo último que quería ahora mismo era discutir, así que deje que se fuera y mire al cachorro.
- Parece que te vas a Estados Unidos - O eso me precio escuchar al menos. Sabía que podía pedirle que viniera conmigo y lo más seguro que lo haría, pero Connor era l última persona que debía llevar, pues de no conseguir mi objetivo, verlo a él, su cara... solo haría que me sintiera peor, que seguramente pagara con él cosas que no debía. Por no decir que hasta que supiera que los unía lo mejor era no ponerlos uno delante del otro si todo iba bien.
Connor alzó la mano casi como si quisiera detenerlo, y estuvo a punto de decirle algo, “¡Espera! quiero hablar contigo”, si, eso habría estado bien, pero simplemente acabó bajando la mano, el poco valor que había reunido se había ido tan rápido como había llegado, ya lo pillaré luego, se dijo a si mismo, dejar las cosas para más adelante siempre era una buena idea para aplazar los problemas.
Pero la verdad era que otra cosa había llamado su atención... “¿ir con él?” Ir con él ¿dónde?, no tenía ni idea de que habían estado hablando, y si bien no había sido su objetivo al llegar allí, ahora se preguntaba a que se refería.
Se recompuso del chasco de no poder hablar con Vincent y miró a Key, aunque evitaba mantenerle demasiado la mirada.
-Yo... no, no voy a ir a Estados Unidos...- Se limitó a responder, mostrándole entonces una pequeña sonrisa a la chica.- Quiero ver a mi abuela... y luego no se... quería preguntarle a Vincent a donde iba a ir él...- Se dio cuenta de que quizás estaba hablando de más, y volvió al tema que lo había dejado en duda.- ¿A que se refería Vincent? Con lo de... ya sabes... ir conmigo...
Sentía que probablemente se metía donde no le llamaban, aun así no pudo evitarlo.
- ¿Ah no? - Pregunte pues sin duda el cachorro era carne de Villamutante, con sus problemas de confianza y manejo de poderes. - Entiendo, supongo que todos quereis ver a vuestra familia - Yo tenía a mis padres adoptivos, ellos eran maravillosos pero... ahora mismo no sabía ni cómo tratar con ellos, ni cómo fingir una vida normal cuando era de todo menos eso.
Al decir lo de Vincent lo mire con una media sonrisa y una ceja alzada - ¿Ibas a pedirle a Vinny ir con el? - Pregunte riendo un poco ante lo absurdo que soñaba aquello - Se va a Japón, tiene cosas allí.
Entonces llegaron las preguntas que había detonado Vincent y puse los ojos en blanco apartándome el pelo de la cara - A que yo no tengo pensado volver a casa ni a Estados Unidos, tengo algo que hacer antes de pretender seguir con mi vida de alguna forma - Normalo o mutante.
La verdad era que el ver a su abuela tampoco tenía mucho sentido, al fin y al cabo seguía en coma, pero Connor necesitaba pasar por el hospital, había hablado con personal médico por teléfono, pero necesitaba asegurarse de que seguía... en fin, viva. Sería un milagro que despertase, pero la esperanza era lo último que perdería.
Entonces la antigua peli azul preguntó el porqué de su curiosidad sobre Vincent, y Connor se limitó a agachar la cabeza avergonzado, le costaba hasta admitirlo ante él mismo, como para admitirlo ante otra persona.
-¿A Japón?- Preguntó totalmente extrañado, a él apenas se le perdía nada fuera de su cuarto, pero esta gente parecía tener problemas repartidos por todo el mundo.- Conociéndolo tendrá problemas con la Yakuza.- Bromeó, aunque realmente esperaba eso o algo peor.
Finalmente llegó al asunto más importante, la vida de Key sin duda no era sencilla, y le preocupaba bastante que se metiera en un lío, en uno del que no pudiera salir, por mucho que supiera cuidarse y pareciera acostumbrada a ir a su bola.
-Si necesitas ayuda...- Dejó caer entonces mirándola de reojo.- Sabes que puedes contar conmigo... para lo que sea.- Sus palabras y tono fueron ganando valor y contundencia a medida que las decía. Entonces toda su valentía se desmoronó en su siguiente frase.- Por cierto, estas muy guapa... quiero decir... esto... que te queda bien, el pelo...- Dijo señalándose la cabeza algo nervioso.
Me reí inevitablemente con su comentario de los problemas de Vincent - Tampoco me extrañaría - Y menos desde que me había contado la parte de su infancia sacada de una jodida película de Tarantino. Vinny era muy complicado, muchísimo, más que el capullo que quería aparentar ser y más que el buen tío que sabía que era.
Lo que vino después me hizo sonreírle con cariño y me acerqué para acariciarle la mejilla con mi mano un segundo - Lo se- Sabia que él aceptaría sin dudar, pero él no podía ayudarme en eso - Y te lo agradezco mucho, pero voy a buscar a Johan y... - Suspire mirándolo y apretando los labios - No puedo llevarte conmigo en esto -Se me haría tremendamente difícil y doloroso. Buscarlo llevando conmigo su recordatorio era demasiado hasta para mi que siempre intentaba alejarme de los dramas y ser positiva.
Al decir lo de mi pelo mire hacia arriba y me pase una mano por él sonriendo - Necesitaba un cambio - Aunque fuera una chorrada como aquella.
-Pero...- Dijo posando su mano sobre la de la chica.
Quería decir que podía necesitar su ayuda, y que además a él le afectaba casi tanto como a ella, había tenido tantos problemas que había dejado ese de lado, pero la verdad era que le afectaba directamente. La cuestión era que realmente quería ayudarla, no podía meterse en aquello por motivos egoístas, así que si no quería su ayuda, la dejaría a su aire, aun así no iba a ceder tan fácilmente.
-Podría acompañarte a...- Ya se estaba arrepintiendo a medida que lo decía, era una medida totalmente desesperada, pero si había la más mínima posibilidad de encontrar una pista de Johan gracias a ello, de ayudar a Key... Lo haría.- A ver a mi madre... Podría saber algo...
No tenía certeza alguna de si sabría algo o no, o si de ayudaría, ni tampoco sabía si Key ya tenía pistas solidas. Pero aquello era lo que estaba en su mano. Al fin y al cabo podía ser un alíen, pero ¿porque iba un alíen a copiarlo a él durante tantos años? Y tanto su madre como Johan... Alemania era un factor en común. Todo era confuso, pero muchas veces la respuesta más fácil era la correcta.
Estaba apunto de decirle que no se preocupara, que estaba todo bien, que si necesitaba su ayuda se la pediría, pero la última parte me dejo con los ojos como platos - ¿Tú madre? - Sabia lo que había pasado con ella, como se había ido, que él no quería saber nada de ella - Connor... te lo agradezco pero ¿crees que es buena idea? - No quería que el cachorro lo pasara mal.
- No quiero que te sientas obligado a verla y no sé si llegar doce años después y preguntando si tienes un gemelo sea... bueno no se, no quiero que lo pases mal por mi culpa - No tenía pistas de Johan pero lo que tenía claro es que no quería arrastrar al cachorro con eso, bastante había tenido ya y bastante lo habia metido en mi caos - Encontrare otras pistas - Como fuera, tenía que hacer eso, tenía que encontrarlo y saber que estaba bien.
Key siempre era así, anteponía a los demás a si misma, aun sin pistas parecía preocuparse más por el chico que por la mejor pista que se le podía ofrecer.
Connor negó con la cabeza y sonrió.
-Key, no quiero verla.- Le dijo sinceramente.- Igual no sabe nada, puede que sea un plan estúpido. Pero haría lo que fuera por ayudarte.- Le dijo de corazón, guardando un instante de silencio, entonces la miró a los ojos.- Aun así, ni si quiera eso es lo más importante, es por Johan, no puedes permitirte perder tiempo buscando pistas cuando tienes la más evidente delante tuya... Yo estaré bien.
Y aquello era cierto, quería ayudar a Key de corazón, pero si ese chico idéntico a él estaba en problemas, eso estaba por encima de tener una incómoda conversación con su madre.
El único problema que quedaba pendiente era el control de su oscuridad, pero confiaba en que pudiera controlarlo.
-Si algo fuera mal... bueno, a ti se te da bien hacerme recuperar el control... -Dijo en muchos sentidos, acompañando la frase con una sonrisa.
Ahí estaba el cachorro, siendo entrañable, así que deje que hablara y cuando termino me acerqué a elponiendome de puntillas y dándole un beso en la frente susurrando un - Gracias - Antes de volver a mi posición original y apretar los labios pensativa - Tienes razón en que no tengo pistas, pero no voy hacer que veas a tu madre por mi - Eso sería demasiado egoísta - ¿Quieres ayudarme? Dame su dirección e iré yo a verla, pero no voy aceptar que vengas a pasar un mal momento por eso - Y por mi tono dejaba claro que no había discusión al respecto.
- Prometo que si lo encuentro, que si averiguo que tenéis algo que ver... te llamaré, buscaré o lo que sea, pero mientras tanto no voy abrir heridas de los demás por cerrar la mía - Eso era algo que tenía muy claro.
Connor cerró los ojos sintiendo el beso de la chica y los volvió a abrir cuando sintió que el beso llegaba a su fin.
-Pero...- Empezó a discutir Connor, aunque enseguida se detuvo, no tenía sentido discutir sobre aquello, Key había tomado su decisión, y no iba a cambiar, no era justo, pues también estaba decidiendo por él, pero no iba a anteponerse, ella quería emprender aquella misión sola, y sola debía dejarla.- Está bien...- admitió finalmente derrotado.
Era una suerte que su abuela le hubiera instado tantas veces en no borrar la dirección de su madre, no fuera a arrepentirse en un futuro, aunque su marido era lo suficientemente importante como para que tampoco fuese muy difícil de buscar. Aun así busco entre sus mail dentro del móvil hasta que dió con lo que buscaba.
-Te lo envío por mail...- Le dijo.- Pero ten cuidado, y si tienes cualquier problema llámame.- Le dijo totalmente enserio, luego la miró una última vez a los ojos, no sabía si la volvería a ver antes de marcharse de aquel lugar, así que prefirió despedirse.- Cuídate Key.- Le dijo, para después darle un largo y sentido beso en la mejilla, muy cerca de la comisura de los labios.
Dicho aquello siguió los pasos de Vincent con la esperanza de encontrarlo. ¿Se había ofrecido a Key porque quería ayudarla? ¿O porque había esperado con ello evitar el tema de Vincent? Le habría gustado admitir que por supuesto era por Key y por Johan, pero la verdad era que no lo sabía a ciencia cierta. Vincent era un capullo, pero podía ayudarle, y pensaba que también él podía ayudarlo, o por lo menos eso había querido entender de las palabras del director. Japón, sin duda la peor idea del mundo...
Ver y sentir como la alegría de la chica frente a ella se iba apagando le hizo preocuparse, y lamentó sinceramente no poder ofrecerle mayor consuelo del poco que le ofrecía en aquel momento. Bajo ninguna circunstancia quería que esa chica tan cariñosa y amable llorara por su culpa, no luego de haberla visto sonreír con tan auténtica felicidad por solo posar sus ojos en ella. No sabía quien creía que era, pero incluso un ciego podría ver que la Vera que había pisado esa isla había sido alguien importante para la joven de pelo azul.
Finalmente se atrevió a preguntar lo que hacía falta, lo que le daría la respuesta para entender cual era la pieza que faltaba en aquel rompecabezas de sentimientos confusos. Y aunque creía estar preparada para todo, tan pronto se enteró de cual era la relación entre ambas su rostro se tiñó de rojo hasta el escote, como en otras ocasiones habría hecho la falsa Vera frente a la anarquista - ¿Novia? - llegó a murmurar antes de llevarse una mano a la boca con sorpresa y preocupación por lo que le siguió a aquella frase - Ay por dios, ¿estás bien? - preguntó enseguida, revisándole las costillas como si la acabaran de herir o a nadie se le hubiese ocurrido hacerlo antes. Era una reacción absurda, pero una que nacía de una preocupación sincera.
No, no, no te disculpes. Tú no has hecho nada malo, Caroline. - negó enseguida al oír como la peliazul no dejaba de pedir perdón, sonriendo con tristeza al ver como las lágrimas volvían a correr por el rostro de Caroline. Con cuidado, acercó su mano al rostro de la chica y le secó las lágrimas con el pulgar mientras el resto de su mano se apoyaba en su mejilla con calidez. Por un segundo volvió a verse hipnotizada por el brillo de esos ojos irreales, sublimes y perfectos, pero en cuanto despertó de aquel efímero trance y vio la sonrisa amable de la mujer frente a ella, bajó la mirada con algo de vergüenza. No solo la sentía por como perdía el sentido temporal cada vez que se fijaba en sus ojos, sino también porque creía que lo justo sería mostrar la misma vulnerabilidad que Caroline había mostrado con ella y eso no era trabajo fácil.
Yo solo... estoy algo sorprendida - admitió con un suspiro, armándose de valor. Por lo general lo hacía de forma inconsciente, pero ahora tuvo que repasar mentalmente todos los consejos de Bran para reducir los nervios y mantener la calma - Nunca había tenido amigos, mucho menos novio, o novia, y de pronto enterarme que tú y yo... - le sonrió avergonzada, ordenándose un mechón de cabello tras la oreja - Nunca he tenido mucha oportunidad de pensar si me gustan los chicos o las chicas, así que no puedo asegurar nada, pero... - suspiró - No lo sé, jamás habría pensado que alguien como tú podría fijarse en alguien como yo. - subió la mirada a la de ella - Digo... Eres preciosa, y por como se te acercan está claro que tienes un montón de amigos. Y bueno, si has pasado por lo que me cuentas, debes ser fuerte para estar aquí sonriendo hoy, incluso luego de saber que no soy quien esperabas. - su sonrisa se redujo un poco con esto, pero enseguida continuó - No sé que tanto te habrá dicho de mí la reina skrull, pero a mi me secuestraron en el traslado del laboratorio a la escuela de Norteamérica, así que no llegué a tener contacto con nadie más que con Bran cuando me lo encontré en la nave - explicó encogiéndose un poco de hombros - Así que... nunca fui yo. Y lo lamento, porque pareces una buena chica y te mereces algo mejor que todo lo que está pasando, pero... no puedo ser novia de alguien que no conozco. No cuando ni siquiera he estado suficiente tiempo fuera de una jaula para saber siquiera quien soy yo misma. - tras morderse el labio un segundo, respiró profundo y buscó su mano para tomarla, acariciándola suavemente con ambas suyas - Si tú quisieras, si no es muy difícil para ti y... no lo sé, si quieres - repitió, más nerviosa de lo que quería demostrar - Podemos intentar ser amigas. Yo nunca había recibido un abrazo con tanto amor como el tuyo y no me gustaría perderte, pero entiendo que no es a mí a quién querías y también que quizás quieras distanciarte. - mantuvo sus ojos en los de ella, sonriendo muy levemente - Y lo que decidas, sea lo que sea... yo también iré a Norteamérica, así que puedes tomártelo con calma o arrepentirte cuando quieras.
Tuve unos días súper ocupados y no pude postearte antes, que me habría gustado haberlo hecho =( Hoy estaré toda la tarde si sirve, que por la noche cerramos. Si se puede, te posteo todo lo que quieras, y si no, pues queda pa la segunda parte :P
¡Besos!
Cada uno de sus compañeros parecían estar aliviados ante la derrota de los alienígenas, incluso si algunos tenían más problemas que otros, a pesar de que la situación peligrosa hubiese quedado atrás. Algunos estaban contentos de ver al resto, si bien, en el caso de la peliazul, su atención estaba más centrada en la verdadera Vera, más que en el resto. En ese momento, nada tenía más importancia que la hermosa chica frente a ella, y, al mismo tiempo, era también como una pesadilla de la cual deseaba despertar. Después de todo, a pesar de ser real, no sabía nada de la anarquista, jamás había estado con ella, por lo que aquello era algo difícil de soportar. Todo había sido un mero sueño, a base de la imagen de la dulce chica. Deberías de estar contenta de que existe, y que no es una ilusión. No importa si no te conoce. Es ella. Le aseguró aquella vocecita en su mente, intentando quitarle lo idiota por la fuerza. En el fondo, eso era lo que la alemana deseaba pensar en ese momento, que, por más que Vera no hubiera sido la preciosa chica que había estado en una relación con ella en esos días, seguía siendo, en esencia, la misma persona. Dudaba mucho que la reina Skrull pudiera actuar de esa manera sin haber estudiado a la chica en cuestión, sin haber analizado su personalidad. Por ende, no se había enamorado de la reina, sino de la verdadera Vera, incluso si ésta no había estado presente en ese momento. Al menos, eso era lo que deseaba pensar.
Por eso mismo, al escuchar el murmuro de la castaña, la joven rebelde simplemente suspiró, sabiendo que aquella reacción sería algo de esperar. Después de todo, cualquiera se sorprendería al descubrir que alguien se había hecho pasar por ella, y, no sólo eso, sino que también había mantenido una relación bastante íntima con otra chica. Incluso era posible que a Vera no le gustaran las chicas, lo que podría crear cierto desagrado hacia la mera idea de algo así con Caroline. La anarquista no la culparía si pensaba de esa manera, si bien se sentiría demasiado mal si no existía una posibilidad, una pizca de esperanza para recuperar lo que había perdido por culpa de la reina Skrull. Aún así, no había podido evitar sonreír al ver cómo la dulce muchacha se sonrojaba. Era demasiado adorable, y aquello le había permitido descubrir que, no importa si no tenía recuerdo alguno de ella, seguía siendo la Vera que había conocido. La reina skrull se había basado en ella para mantener aquella forma de actuar tan dulce. No había duda alguna de ello. - Eh... Estoy bien, no te preocupes. Las heridas físicas no son un problema para mí. Creo que no puedo morir con facilidad. - Le aseguró en un tono gentil, esperando que esa información sirviera para tranquilizarla, tras ver que Vera parecía realmente preocupada por su bienestar. No podía decir mucho de las heridas emocionales... si bien eso no era culpa de ella, por lo que prefirió no hacer comentario alguno al respecto.
- No... tengo que disculparme. Por incomodarte con todo esto. - Afirmó de manera dulce, antes de sentir cómo la castaña acercaba su mano para secar sus lágrimas, a la vez que disfrutaba el hermoso tacto de su piel sobre su mejilla. Esa calidez... era algo que la embelesaba demasiado, al punto de que no podía evitar apoyar aún más su rostro contra su mano, disfrutando del tacto que tanto la domaba, que la debilitaba, a la vez que usaba su propia mano para asegurarse de que no la removiera de su mejilla. No le importaba nada más, incluso si debía de empezar de nuevo. Sólo quería estar con ella, y recuperar lo que había perdido, el tiempo que no había sido más que un sueño. Sin embargo, no se demoró mucho en soltar su mano, sabiendo que aquello habría sido un poco raro, incluso si hubiera preferido permanecer de esa manera por un rato más. La forma en la que la miraba a los ojos... era igual a cuando la falsa Vera lo había hecho más de una vez. Era difícil pensar que, tanto la verdadera como la falsa, eran diferentes. Eran demasiado similares en cuanto actitud, a cómo la miraban y parecían perderse en sus ojos, lo suficiente como para tentar a la peliazul, para motivarla a besarla en ese momento, a pesar de que supiera que no era una buena idea, cuando apenas la conocía, por más que pensara que la conocía desde hacía mucho tiempo. No deseaba otra cosa más que volver a abrazarla, sentir aquella hermosa calidez que la castaña era capaz de transmitirle. Era su conejita, tenía que serlo... sólo debía de ganarse su afecto de nuevo. Tenía que intentarlo.
Las palabras de la dulce chica, no hicieron más que traerla de nuevo a la realidad, a medida que la escuchaba, esperando esa clase de respuesta de su parte. Era normal que estuviese sorprendida, ante semejante revelación, si bien, lo siguiente que dijo, no hizo más que dibujar una sonrisa cálida en el rostro de la alemana. - No es necesario que me asegures nada, Vera... Yo estoy segura de muchas cosas. - Dijo de manera amable, mientras reprimía la necesidad de llorar. Esa no era ella, no era la vieja Caroline, la chica dura que podía contra todo, debía de controlarse. Sólo tenía que pensar en la chica frente a ella, en nada más, y la felicidad de saber que no era un sueño, y que aún tenía una oportunidad con ella. Por un instante, sintió como si le hubieran arrebatado el aliento, al ver cómo la castaña se ordenaba un mechón de su cabello, pareciéndole, a la anarquista, una visión realmente bella, al punto que había sentido una fuerte necesidad de abrazarla de nuevo. - Tú también eres preciosa y... Estoy segura que la reina Skrull imitó tu personalidad. Se comportaba demasiado como tú. Creo que podía meterse en la mente del resto o algo parecido. - Se explicó con cierta alegría, sabiendo que no se había enamorado de la ilusión que la reina de aquellos alienígenas había creado, sino de lo que Vera era realmente. Estaba segura de ello, y eso la alegraba demasiado, ya que significaba que la conocía, incluso si la castaña no la conocía a ella.
Su mano no tardó mucho en acercarse a la mejilla de la hermosa muchacha, deseando apreciar aquel rubor que con tanta facilidad podía controlar su mente, apoderarse de su razón. - Demasiado hermosa... Te comprendo. Sé que esto es difícil para ti, y no esperaba que me aceptases como tu novia. Sería pedir mucho de ti, que apenas me conoces, aunque yo creo que te conozco demasiado. - Aseguró en un tono que demostraba la confianza que la peliazul irradiaba en ese momento. Era muy diferente a la debilidad que había demostrado con anterioridad, parecía que se había convencido de algo. - No, no es problema para mí. Quiero estar contigo. No voy a arrepentirme, incluso si tengo que comenzar como amiga, aunque... quiero que sepas que no me doy por vencida fácilmente. - Afirmó con clara determinación en su voz, en el instante que acariciaba la delicada mejilla de la castaña, a la vez que le dedicaba una sonrisa divertida, confiada de lo que había dicho, disfrutando de la caricia que Vera le dedicaba a su otra mano. Era demasiado dulce, y, por eso mismo, no podía rendirse. Quería recuperar lo perdido, quería regresar a esa relación que había mantenido en aquel sueño efímero. - Estoy segura, Vera. Es a ti a quien quería, por más que no estuvieras allí. Y si hay algo más que deba conocer de ti... quiero descubrirlo. Quiero estar a tu lado, si... si me lo permites. - No dudó en mirarla con todo el cariño del mundo, con el amor que había mirado a la Vera falsa, sólo que ésta vez segura de a quién estaba mirando con esos ojos. No iba a desperdiciar aquella oportunidad. Por nada del mundo. Así se hace, Caroline. Tienes que ir tras la chica que quieres, sin importar que tengas que comenzar de nuevo. ¡Nada de llorar! La alentó la voz de la razón, en el momento en el que miraba a la chica con esos ojos que dejaba en claro lo importante que ésta era para ella. No había manera de que pudiera arrepentirse, sólo debía de dar lo mejor de sí misma. - Puedo darte todos los abrazos que quieras... incluso me gustaría besarte pero... sé que tengo que ganarme tu cariño para eso. - Comentó divertida ante la idea, en el momento en el que sonreía con cierta picardía. - No me conoces mucho... y eso es algo que tenemos que remediar. Si quieres puedo pasar más tiempo contigo... Pareces una chica agradable. - Afirmó, teniendo que reprimir una risa ante aquel comentario que había hecho, ya que era algo que le había dicho a la Vera falsa en su momento, cuando la había conocido. La mano, que había estado en la mejilla de la chica, se movió con la intención de acariciar las de la castaña, en un gesto cariñoso. - Puedo prometerte que nunca te haré daño. Sólo tú puedes hacerlo, Vera, y aún así, no te odiaría por eso. - Le prometió en un tono dulce, sus ojos aún fijos en los de ella, demasiado embelesada con la belleza de la chica, lo adorable que se veía en ese momento por lo nerviosa que se mostraba frente a la anarquista.
Me actualizaron seis partidas en total, así que tardé un poco en hacer el post (porque había unas a las que le debía de antes), entre que llegué a mi casa y todo xDDD
No te preocupes, yo puedo esperar sin problema. Lo importante es que no te veas presionada, es mejor postear cuando tienes tiempo x3 Si no es ahora, es en la segunda parte, tranquila!
Besos!