Esa prueba era divertida y, al fin, algo físico en lo que podía demostrar sus capacidades. Esbozó una sonrisa divertida cuando vio a Steven intentar pasar la prueba con poco éxito y luego que Cisco se apuntaba- Yo soy el siguiente.
Adrastos estuvo esperando a que Cisco terminara su turno para poder sumarse a la prueba mientras que mentalmente memorizaba la distancia entre las tablas y sonreía al ver como sería capaz de superarlo. Venga, eso estaba más que tirado.
-Me toca -dijo cuando le llegó a su turno y jugó con su densidad, haciéndose más fuerte para darse impulso y más ligero en el aire para poder impulsarse más. Su poder no sería tan vistoso como otros, pero si sabías manejar la densidad de las diferentes partes del cuerpo, podías hacer mil cosas.
-Yo ya -dijo cuando terminó de cruzar el camino y se quitó la venda de los ojos- siguiente.
Motivo: Atletismo
Tirada: 1d6
Dificultad: 4+
Resultado: 6 (Exito)
Era una situación extraña, pues sin duda aquella era la vez que más había hablado con aquel hombre, un tipo de lo más peculiar, aunque al muchacho la espera se le estaba haciendo larga, y la última charla con Keyla no lo animaba precisamente. ¿La había fastidiado? ¿Era culpa suya y de su boca? o aun más importante, ¿importaba quien era el culpable?
Aquellas cuestiones la pasaban por la cabeza y le amargaban la existencia, porque no conseguía alejar aquella sensación de que destrozaba todo lo que tocaba, y ni si quiera le podía echar la culpa a los poderes, no, se valía el solito para estropearlo todo.
Se alegró de ver a sus compañeros, sobretodo a Selina, así se distraería un poco con la prueba, y no tendría que seguir poniendo buena cara a la fútil conversación de Fausto, y es que por muy bienintencionado que fuera, la realidad era que se trataba de un desconocido.
-Hola chicos.- Se limitó a saludar esforzandose para dedicarles una sonrisa.- Espero que tengáis suerte.
Él mismo había diseñado aquella prueba, aunque en el momento que lo hizo, no pensó que caer al agua en aquella época del año no era tan divertido, por eso se había asegurado de llevar con él una estufilla, algunas mantas, unas toallas y chocolate caliente.
Arqueó una ceja al ver el gesto de bienvenida de la barquera. Selina imaginaba que Caronte descendía de una larga estirpe de piratas y pensaba que seguramente sería más feliz navegando libre por los mares capitaneando un buque rápido que viviendo la aburrida rutina de transportar alumnos entre dos islas.
Cerca de la barquera había otras dos personas. Se quedó inmóvil un momento, no esperaba encontrar a Fausto allí. Enseguida desvió la mirada hacia ningún lugar en particular pero tras un par de segundos miró a ambos y les saludó.
-Llevamos solo una prueba... -respondió a su tutor, un pelín cortada. Luego se dirigió con una sonrisa alegre a Connor que les deseó suerte- Gracias!
Se rió por lo bajo cuando Clark Kent propuso pasar todos juntos. Pensó que una cosa así solo se le habría ocurrido a él, pero aunque la idea era genial les podrían decir que no porque sólo había una venda. En cualquier caso Selina quería tomárselo como un reto personal.
Fue divertido ver cómo los tablones atraían a Steve como un imán, y lo mismo ocurrió con Cisco. Adrastos lo hizo por su cuenta. Selina no supo como lo había logrado exactamente, pero si algo estaba claro es que el chico controlaba su cuerpo a la perfección.
Sus tres compañeros habían logrado superar la prueba y ella les había estado animando. Adrastos se quitó la venda y Selina la cogió de su mano pero todavía no se la ató. Aquello sería algo sencillo si no estuviera privada de la vista, pero aún así lo iba a intentar. ¿Qué podía pasar? ¿Un remojete? Connor había traído toallas y más importante aún: chocolate! Bien valía la pena.
Se colocó frente a la primera tabla y obsevó meticulosamente la distancia que había entre ellas. Debía calcularla con exactitud porque de ello dependía el éxito o el fracaso de la prueba. No era muy grave porque si fallaba conseguiría superarla en otro intento con ayuda de Steven, pero quería lograrlo por sí misma. Hizo un par de estiramientos sin apartar la mirada, observando no sólo el vacío que había entre las tablas sino también la amplitud y longitud que tenían y tomando conciencia espacial. Estaba tan concentrada que si alguien le hubiese dicho algo en ese momento no se habría enterado. Cuando acabó, volvió a mirar por última vez y se dio media vuelta. Caminó tres pasos totalmente definidos y se giró enfocando de nuevo su cuerpo en dirección a las tablas. Prometía ser divertido! Se recogió el pelo, se puso la venda en los ojos y se preparó. Pensaba que tenía que abordarlas con la máxima verticalidad y rapidez.
Esto se hace mejor sin pantalones -pensó, pero no era plan.
Se impulsó hacia las tablas y realizó una trayectoria encadenando a gran velocidad una serie de mortales y piruetas espectaculares, haciendo gala de una agilidad sorprendente. Logró saltar de tabla en tabla, apoyarse en todas ellas con precisión ya fuese con los pies o las manos y acabó con un final extraordinario, digno de un campeonato de gimnasia.
Sabía que lo había hecho bien y así lo mostraba su amplia sonrisa que irradiaba felicidad. Se quitó la venda y alzó el brazo con el puño cerrado en señal de victoria.
-Hemos superado la prueba! -exclamó mirando a sus compañeros. Saltando alegremente se acercó a Connor y Fausto para reclamar la siguiente medalla. -Tenéis algo para nosotros? -preguntó con una expresión algo traviesa.
Mortales y piruetas tal que así (Solo primera diagonal del vídeo)
Connor sonrió contento al ver como sus compañeros superaban la prueba, parecía que la tenían todas con ellos para ser los ganadores.
Lo primero que hizo fue ofrecer chocolate a todos, y toallas por si alguno se había mojado. Después rebuscó en su bolsillo hasta que dio con lo que buscaba. Enseguida el muchacho enseñó una medallita con forma de ola, y les dedicó nuevamente una sonrisa.
-Os la habéis ganado.- A pesar de que estaba algo triste por lo que había ocurrido antes, en aquel momento se sentía bastante animado gracias a sus compañeros.
Dicho aquello ofreció la medalla al primero que se acercara a recogerla.
-Entonces ya solo os falta una, ya casi lo tenéis.- Les dijo.
Lo malo era que ahora se irían y el se quedaría allí con Fausto esperando a que otra gente acudiera, quizás debería haber puesto pistas más sencillas.
Steve estalló en aplausos y ovaciones ante la actuación de Selina.
Si lo sé te digo que nos lleves a todos en brazos para que tuvieras algún tipo de desafío real - Le dijo guiñando un ojo.
Después, Steve se puso en camino hacia la siguiente prueba aparentemente sin acordarse de recoger la insignia de manos de Connor.
Ya tenemos las medallas tipo Psíquico y tipo Agua, vamos a por la tipo Lucha
¡En marcha, chicos! ¡creo que vamos en cabeza!
Salgo
Aceptó de buen grado la taza que ofreció Connor. Primero se calentó las manos con ella pero poco tardó en saborear el delicioso chocolate. Parecía que sus ojos se iluminaban mientras disfrutaba del dulce.
Sonrió algo sonrojada con el comentario de Steve. -Gracias. En realidad le encantaba tener esa suerte de agilidad pero era el poder de su amigo el que les había concedido el éxito, ya que podría haberlo utilizado con todos.
Connor no había pillado la indirecta de que quería coger ella la insignia. Era una tontería pero le hacía ilusión llevar una ese ratito, no porque la mereciese por encima de nadie, tan sólo porque las encontraba muy monas. Steve pasó por su lado y creyó que la recogería, en cuyo caso desde luego no diría nada, pero no fue así. Los demás no se acercaron así que Selina fue hacia Connor y la cogió con una sonrisa de oreja a oreja.
-Qué bien! La observó sobre su mano durante unos segundos.
-Sí!! -respondió alegre a Connor. Sólo les quedaba una prueba, tal vez la más complicada a juzgar por el comentario de Fausto, aunque a ella la de la biblioteca le había parecido muy difícil. Seguramente aún estaría ahí buscando entre pilas y pilas de libros y papeles.
El siguiente destino era el gimnasio. Steve animó a continuar y ella asintió.
-Qué creéis que nos espera? Como sea el director Peverell... Se le escapó una risilla. Sería un puntazo si era él e iba vestido de algún personaje de ficción. Un combate cuatro contra uno, con una espada láser y volando gracias a Steve. Molaría muchísimo! Aun así posiblemente ganaría el veterano, aunque la diversión habría estado asegurada.
-Hasta luego! -sonrió a Connor y Fausto despidiéndose- Nos vemos en la fiesta.
Esperaba que no tuviesen que permanecer demasiado rato allí junto al agua porque hacía fresco y al final serían ellos los que se tendrían que cubrir con las mantas.
[Salgo]