Partida Rol por web

La biblioteca es uno de los salones más grandes del edificio principal de la Escuela. Ubicada en la segunda planta, abarca prácticamente el lado derecho de la misma. La gran sala cuenta con una enorme cantidad de títulos de todas las temáticas, además de artículos, gráficos y disertaciones de toda clase. En ella hay un amplio número de mesas, sillas y sillones disponibles para ser usados. Está regentada por la Srta. Leblanc.

Rápidamente se personaron en aquella sala que atesoraba el conocimiento de tantas personas del pasado. Grandes escritores legaron a la humanidad sus creencias más importantes o descubrimientos que cambiaron el mundo.

Cisco estaba leyendo menos desde la llegada a la isla debido a que pasaba más tiempo con más gente. En su hogar, siendo hijo único, había podido dedicarse a lo que quisiera y aquí eso había cambiado. De momento no consideraba el cambio como algo negativo y se le veía muy animado.

Entró junto al resto en la biblioteca y fue a buscar al profesor que debía de estar esperándoles.

En la biblioteca, prácticamente abandonada por los alumnos hasta entonces, se encontraban la bibliotecaria y la profesora de Arte conversando tímidamente. Por supuesto, tan pronto vio un grupo grande llegar - que en medio de las fiestas navideñas seguro no serían un grupo de estudio - Vitória sonrió entusiasmada. No era tanto que estuviera muy ansiosa de verlos, sino que eso disminuía su contacto humano restante por un grupo antes de irse a su precioso invernadero.

Buenos día, chicos - sonrió algo incómoda, saludando con la mano en un gesto que por alguna razón se veía poco natural. Sería la ansiedad de la pobre mujer - Para resolver esta prueba tienen que buscar un papel que les da el pase. Cuando lo tengan, les daré una medalla y pueden seguir - sonrió, esperando que fueran a ello.

Steve miraba a su alrededor esperando ver algo discreto escondido, pero no veía nada digno de mención.

¿Un documento? ¿qué clase de documento?

Buscar un papel en una biblioteca!

Podría estar dentro de un libro, pero no serán tan... espero. Tal vez entre dos? Camuflada entre las fichas? Bajo una mesa?

Selina miraba alrededor en general, buscando algo que llamase su atención. ¿Sería un papel blanco? ¿De algún color? Por el momento no veía nada que destacase.

La biblioteca contaba con una cantidad de conocimiento impresionante a la vez que incontables páginas. Encontrar un papel ahí era un lío pero se tenían que poner manos a la obra. El problema era que sus poderes no servían de nada para una prueba como la actual. Por mucho que usara sus dos supersentidos no lograría nada, por lo que se dedicó a levantar libros y ponerlos boca abajo, así siguió hasta que logró ver algo especial ¡parecía haberlo encontrado! Rápidamente miró a ver si se trataba del pase.

- Victoria, es ésto.

Sonrió al resto y se apresuró a acercarse a la profesora para entregárselo a cambio de la medalla.

Había negado con la cabeza cuando Steven había hecho su pregunta, pues no podía dar más pistas que informar de la prueba, pero mientras Cisco buscaba el papel que indicaba el pase de la prueba había caído de una copia de "El fundador de la genética: Gregor Mendel". 

Se le hizo muy raro que el chico no solo la llamara por su nombre en vez de por su apellido y sin su título antes, sino que además en español, pero no dijo nada en nombre del espíritu navideño y solo alzó una ceja por un segundo cuando la tomó por sorpresa para luego sonreír. 

¡Muy bien! - exclamó encantada, porque ya podría volver a quedarse casi sola - Aquí tienen la medalla. Pueden avanzar a la próxima prueba. - les hizo entrega de un pin con forma de libro. 

Antes de que siquiera pudiera pensar en algo ya habían encontrado lo que tenían que buscar, ese día estaba como en babia.

-Bueno, ¿entonces ahora a donde vamos? Una de las opciones era el puerto y la otra la sala de entrenamiento o algo así, ¿no?

Con la primera medalla conseguida daban el primer paso hacia la victoria, aunque no tenían ni idea de cómo les iría al resto.

- Nos quedan todavía dos por ganar. Ahora podríamos ir al embarcadero.

Le preocupaba un poco que el otro equipo se hubiera dividido y estuviera en los tres sitios a la vez, porque como nadie dijo que no fuera posible dividirse. Pero la gracia estaba en ir juntos.

- Vamos allá.

Miró al resto esperando a ver si a todos les parecía bien. También sonrió a Selina esperando que se estuviera divirtiendo.

Muy bien, pues metámosle caña a esto, que de momento no es que estemos usando nuestras capacidades de manera muy útil.

Rebajó la gravedad sobre todos ellos. Ahora podrían moverse más rápidos. Con la misma fuerza que habitualmente, pero menos de la mitad del peso habitual.

¿Salimos? Cuidado no saltéis donde haya techos bajos

-Genial! -exclamó cuando Cisco encontró el papel que buscaban. Le sonrió dejando ver que sí se divertía.

El pin que les dio la profesora Venâncio era súper mono.

-Tal vez para la siguiente prueba sí los necesitemos -respondió al comentario de los poderes que hizo Steve- los tuyos nos están viniendo muy bien.

Notó de inmediato su cuerpo mucho más ligero. Era un buen apunte el de los tejados y no pudo evitar reír pensando en lo fácil, ridículo y gracioso que habría sido darse un golpe. Bueno, había uno que estaba a salvo de esos percances.
-Menos Adrastos que los atraviesa -sonrió.

-Al embarcadero! Veamos qué prueba nos espera allí!

En la biblioteca, prácticamente abandonada por los alumnos hasta entonces, se encontraban la bibliotecaria y la profesora de Arte conversando tímidamente. Por supuesto, tan pronto vio otro grupo grande llegar - que en medio de las fiestas navideñas seguro no serían un grupo de estudio - Vitória sonrió entusiasmada. No era tanto que estuviera muy ansiosa de verlos, sino que eso disminuía su contacto humano restante por un grupo antes de irse a su precioso invernadero, y considerando que solo eran dos ya podía huir a su guarida en cuanto les entregara el pin.

Buenos día, chicos - sonrió algo incómoda, saludando con la mano en un gesto que por alguna razón se veía poco natural. Sería la ansiedad de la pobre mujer - Para resolver esta prueba tienen que buscar un papel que les da el pase. Cuando lo tengan, les daré una medalla y pueden seguir - sonrió, esperando que fueran a ello.

Había algo extraño en el comportamiento de Vitória, por no hablar de lo peculiar que era que estuvieran juntas en un día como hoy en la biblioteca la bibliotecaria y la profesora de arte. Lo cierto es que Renzo esperaba ver a Elisabeth Leblanc pero ¿Vitoria?

En todo caso lo prioritario era buscar la pista famosa, lo que no evitó que Renzo mirara a ambas.

- Profesora Vitoria, bibliotecaria Elisabeth. ¿Nos esperábais las dos?- a Renzo le llamaba la atención que no fuera la bibliotecaria la primera en hablar estando en la biblioteca, y miró a Elisabeth- Intentaremos no revolver demasiado. Supongo que nuestros compañeros ya pasaron por aquí, ¿no?

Renzo se fijó en los gestos de ambas, quizás esperando que alguno de los gestos de una o de ambas le ayudaran en la búsqueda, pero sin dejar por ello de intentar encontrar el resultado del enigma. Sin embargo no parecía encontrar nada por ahora.

Entramos en la biblioteca tras discutir cómo proceder. No entendía Matías cómo era posible que el otro grupo se moviese con más velocidad si tenían a Steven en el mismo. Rió ante la ocurrencia de que el rubio se auto-transformara en un globo al reducir la gravedad sobre su propio cuerpo.

La consigna le pareció extraña ¿Un papel en mitad de una biblioteca? Literalmente era una aguja en un pajar, no había pistas en lo dicho.

El uruguayo dudó unos instantes y soltó en murmullos una frase ya comenzada -entonces quizás la pista esté en lo que no están diciendo...-.

Analizó la situación y de pronto lo entendió -¡Eureka!-.

En realidad los esperaba yo, Elisabeth solo hace su trabajo de siempre. Es que han pedido un profesor en cada prueba. - se explicó con una sonrisa algo incómoda, encogiéndose de hombros. Esperaba que eso fuera suficiente para los chicos, porque no tenía como explicar que la alumna a cargo hubiese decidido no presentarse. - Si, el otro grupo ya pasó por aquí - asintió a la segunda pregunta de Renzo.

¡Muy bien! - exclamó encantada cuando Matías encontró la hoja, porque ya podría irse por fin a su invernadero y olvidarse de la interacción social por un día. Entonces recordó con pesar el baile y se resignó a que ese día no habría como dedicárselo a sus niñas, las plantas - Aquí tienen la medalla. Pueden avanzar a la próxima prueba. - les hizo entrega de un pin con forma de libro con una sonrisa amable. 

Tras encontrar lo que buscábamos tomé la medalla de las manos de la profesora con una sonrisa. La mostré al resto del equipo de cerca y la guardé en un bolsillo -no hay tiempo que perder, si los demás ya pasaron por acá es que nos llevan ventaja-. Me giré hacia el personal y les dí la mano a modo de despedida -muchas gracias, nos vemos a la noche-.

Seguramente acabábamos perdiendo a este ritmo, pero sería un buen ejercicio a fin de cuentas.

-¡Vamos gente!- arengué a mis camaradas.

Renzo casi tenía ganas de darse cabezazos. ¡Era tan obvio!

- Cocina entonces. Por mi bien.