La respuesta tímida de Vera respecto a su iniciativa al acercarse a ella, provocó una pequeña risa de la peliazul, quien no pudo evitar sentir que aquello la hacía ver más mona de lo que ya era. ¿Cómo podía haber alguien tan perfecta como ella? A pesar de que la castaña se subestimara de esa manera, Caroline sabía la verdad sobre ella, sabía que su chica era increíble y no había nadie que pudiera superarla.
Claro que si. Agregó, intentando asegurar que aquello era verdad, que ella era valiente, si bien no intentaría continuar presionándola con ese tema. Tarde o temprano se daría cuenta por ella misma.
Aquel abrazo tan dulce por parte de Vera, hizo que se le derritiera el corazón a la joven rebelde quien no sabía cómo esconder lo rojo que se estaba poniendo su rostro. A pesar de ser bastante tímida, la chica sabía cómo volver loca a la peliazul con aquellos actos de dulzura y cariño, si bien probablemente desconocía la eficacia que tenía para ello. No deseando apartarse de su conejita, Caroline se acomodó como pudo para sentir de la mejor manera que pudiera aquel dulce abrazo, acurrucando su cuerpo con una sonrisa boba en su rostro, extasiada por la dicha de tener a la castaña tan cerca. Se sentía muy afortunada en ese momento, y agradecía en su mente a quien fuera responsable por su suerte de tener a alguien tan especial en su vida.
Vera, si no quieres hablar de algo, yo nunca te obligaría... pero deberías confiar en mí, nada que puedas decirme podría hacer que te odie. Yo ya te entregué mi corazón. Era probable que la chica le ocultaba varias cosas, algo que la asustara contar a otros, temiendo que la vieran de otra manera. Sin embargo, la peliazul jamás traicionaría su confianza de esa manera. Tampoco la obligaría a que contara lo que ella temía contar, no era tan cruel para hacerlo, aunque le dolía en cierta forma que no confiara en ella. Tal vez, con el tiempo, le diría todo, no lo sabía pero el mero hecho de estar junto a ella era lo único que le importaba, lo otro podía esperar. Sintiendo la fragilidad de la tímida castaña, sus labios buscaron ofrecerle consuelo tocando delicada piel de su frente.
¿Yo? ¿Mala? ¿Contigo? No, Vera, jamás podría hacerte eso. Puedo ser mala con cualquier otra persona pero no contigo. La única que puede hacerme daño, eres tú. La mano que cuyos dedos estaban entrelazados con los de la chica de sus sueños, apretó de manera leve, demostrando el temor de la joven rebelde ante la mera idea de estar alejada de Vera.
Eres mi debilidad. Una debilidad que quiero demasiado. Me pueden herir de muchas maneras, pueden cortar mi cuerpo, quemarme... y mis heridas volverían a sanar con facilidad... pero mi corazón, lo que siento por ti. Eso no puede sanar. No podría ser mala contigo. Aquello era la verdad, sería demasiado para ella. Su cuerpo podía soportar, probablemente, cualquier cosa pero sus sentimientos no eran tan fuertes. Por medio de ellos podían herirle de gravedad.
Habría deseado hablarle sobre su ex, como ésta la había traicionado pero... si lo pensaba bien, no había sentido con ella lo que sentía en aquel momento por Vera. Se había divertido mucho con Erika, y habían tenido una buena relación, al menos hasta que decidió engañarla con otra. Sin embargo, lo que sentía por Vera no era igual, era superior. Aquel sentimiento de que por más que la castaña hiciera lo peor, Caroline continuaría estando de su lado, sin enojarse con ella, sin criticarla.
Oírla hablar de lo imposible que era que la odiara hizo que la chica se mordiera el labio nerviosa. Confiaba en ella, pero eso no quería decir que Caroline no pudiese equivocarse, y no podía arriesgarse a que se arrepintiera luego. Si la odiaba, ¿de que valdría que antes le hubiese dicho que eso nunca pasaría? No dejaría de hacerlo mágicamente. No, era mucho el riesgo, no podía tomarlo. De todas formas no creía que hubiese algo de lo que pudiera decirle que afectara realmente el futuro o quien era ahora, solo cosas del pasado que podrían hacerla mirarla distinto, algo que tampoco quería. Pero... ¿y si algo de lo que hacía en el futuro la hacía odiarla? Eran demasiadas opciones - Calma, Vera, no tienes que solucionar tu destino en los próximos cinco minutos - se dijo a sí misma, respurando profundo. Además, pensar que tenía el corazón de Caroline era un pensamiento muy dulce para ignorarlo, tanto como el beso que ella le dio en la frente y le hizo imaginar mariposas revoloteando alrededor.
Para cuando la peliazul empezó a hablarle de como jamás sería mala con ella ya estaba más tranquila, y como antes, confió en ella pero dejó espacio para la duda. Sabía que Caroline jamás le haría daño intencionalmente, y que era una persona muy buena, pero al ser tan impulsiva y ella tan susceptible, tarde o temprano algo de lo que dijera o hiciera acabaría por doler. - Podrías ser mala conmigo por miedo a perderme, o sin querer, o por hacerte sentir débil. Podrías ser mala conmigo sin darte cuenta por estar enfadada por algo. - le dijo con tono calmo, acariciando la mano de la chica con su pulgar, aferrándose bien a ella en aquel abrazo tan perfecto. No quería separarse nunca de ella, no cuando su cabello olía a flores y su piel era tan suave que al apoyarse en su hombro parecía estar flotando en una nube - Podrías ser mala y hacerme daño, pero está bien. Te quiero. Me puedo recuperar. - sonrió dulcemente. Por ella resistiría un millón de cosas, incluso si era la misma chica que abrazaba quien se las hacía - Solo te pido que no lo seas a propósito, que no me grites o me insultes por gusto. No me gusta eso. Me recuerda cosas malas y no quiero pensar en eso contigo. - explicó sin querer profundizar, pero apretándose un poquito más a la mayor fuente de seguridad en aquella isla. No quería ensuciar ese momento tan perfecto, las caricias de la chica, sus palabras tiernas y su primer beso pensando en el horrible lugar de dónde venía. Caroline la hacía querer mirar hacia adelante, no hacia atrás.
Probablemente no sea necesario pedirlo pero... para mí sí. - añadió luego de una pausa. Quería hacerle saber que no era que la acusara de nada, ni que le temiera a ella particularmente, pues era todo lo contrario, pero necesitaba escuchar que se lo prometía. Necesitaba oír que no sería malintencionada, aunque a veces pudiese perder la calma, porque entonces sabría que no debía temerle, sino ayudarla cuando eso pasara. Con eso ya era suficiente para Vera para quedarse a su lado sin importar lo que ocurriera.
Como he sido yo la que se retrasa, tenemos un día más para terminarlo. Disculpa las molestias <3
Caroline podía percibir ciertas cosas en las personas, tenía cierta facilidad para detectar lo que pensaban en ciertos momentos o cómo se sentían, si bien, algunas veces, ese instinto fracasaba, como había sido el caso con Connor, a quien hubiera imaginado que continuaría con Nat y que no la abandonaría ante la primer chica que se le tirara encima. Sin embargo, en ese momento, con Vera tan cerca de ella, la peliazul sabía que la chica estaba ahogada por la inseguridad, si bien no sabía con exactitud qué era lo que pensaba.
Si, es verdad, podría hacer una estupidez de mi parte y herirte sin desearlo. Tienes razón, soy muy tonta algunas veces. No podía negar algo como aquello, de vez en cuando hacia cosas que consideraba que eran para bien y al final terminaba complicándolo todo, como había sido el caso con el cobarde luego de enfrentarle para que fuera más valiente con su amiga. En ciertos momentos, llegaba a pensar que era mejor que simplemente cerrara su gran boca y dejara que las cosas continuaran su curso a su modo. Sin embargo, era Caroline, ella no soltaba las riendas de su destino y tampoco le gustaba que los demás hicieran lo mismo.
Por eso quiero que seas sincera conmigo, para que si llegara a hacer algo así, cosa que no deseo, pudiera saberlo para golpearme la cara cuando fuera necesario y pedirte perdón como corresponde. No dudaría en hacerlo, no por Vera, a ella la quería demasiado como para no disculparse por algo que la había herido. Se golpearía la cara cuantas veces fuera necesario para recibir su perdón. No podría soportar estar sin ella, sería demasiado doloroso para ella.
No, no debería ser así. Realmente no quiero hacerte daño, de la manera que sea. No deseaba que Vera tuviera que soportar esa clase de cosas por parte de ella, por más que no fuera realmente intencional. No era correcto que se callara ese dolor.
Te lo prometo, jamás te insultaré ni seré mala contigo con intención. Eres la persona que más quiero Vera, si hago algo como eso... realmente no te merecería. La única que puede hacerme daño de esa manera eres tú e incluso así, no diría nada, jamás estaría en tu contra. Te quiero demasiado para eso. Detestaba la idea de que alguien la hubiera maltratado de esa manera a la chica de sus sueños. Si llegaba a descubrir quién le había hecho eso... no quería saber lo que le haría. Nadie la maltrataría a partir de ese momento, no mientras la peliazul estuviera a su lado. Pobre del que intentara algo como eso... no tendría problema en usar sus poderes.
Yo... voy a cuidar de ti, Vera. No tienes que temer que alguien vuelva a maltratarte. Si lo hacen... lo pagaran caro. No quería profundizar demasiado en lo que le había sucedido a la castaña antes de llegar a la escuela. Preguntarle sobre ello, sólo haría que tuviera malos recuerdos. Con el tiempo se lo diría si estaba preparada.
Creo que podría dormirme aquí contigo a mi lado. Comentó con cierta tranquilidad luego de haber dicho lo que tenía para decir. Sus parpados le pesaban, debido a la serenidad que había alcanzado al estar así acurrucada con la persona que más quería en el mundo. El cielo era hermoso, y los jardines ofrecían cierto nivel de paz que era demasiado tentador.
Podemos terminar cuando quieras xD no sé bien como terminarlo, podemos hacer que duerman allí o que simplemente se separen, como prefieras y no te preocupes por la demora, es normal en tu caso =P
Frunció el ceño al escucharla hablar mal de ella poniendo esas palabras en su boca. Ella no había dicho eso en ningún momento, y no le gustaba que lo pensara - Yo no he dicho que seas tonta - aunque susurró, en su tono se notaba carácter. Probablemente era la primera vez que la veías alterada de forma negativa que no fuera tristeza o nervios. Quizás ella era tonta, porque ella no entendía nada de nada, ni cosas teóricas en clases, ni como funcionaba la gente, ni nada, pero Caroline era todo lo contrario. Ella sabía miles de cosas, y el que fuera tan inteligente y siempre tuviera una opinión era una de las cosas que más le gustaban de ella - Y tampoco me gusta que te golpees - añadió, porque no creía en absoluto que esa fuera la solución. No necesitaba que le pidiera perdón por cada cosa, y mucho menos le diría que algo le molestaba si sabía que luego la pobre peliazul se daría un bofetón como el de antes. No estaba bien hacer esas cosas, Caroline debería quererse más que nadie. Más de lo que la quería ella incluso.
Su promesa le hizo sonreír inicialmente, porque esa primera frase era todo lo que quería oír. Se alegró sinceramente, porque significaba mucho para ella, y también gustó de oír cuanto la quería, pero otra vez Caroline hablaba de que ella fuera a hacerle daño y ella quería todo menos eso. Sin embargo, lo que menos le gustó fue que dijera que porque la quería, jamás se opondría a lo mal que pudiese tratarla. Ella había pensado eso en un momento y le había hecho mucho mal, porque había soportado lo imposible por alguien que no la quería tanto como ella pensaba.
Sin embargo, acabó por resignarse. Suspiró y volvió a sonreír suavemente, pues no quería discutir y sabía que Caroline hacía un esfuerzo por intentar hacerla sentir mejor. Siempre lo hacía, y era una de las cosas que le agradecía. - Yo también cuidaré de ti - le prometió, dándole un tierno beso en la mejilla. No le importaba si algún día la alemana se aburría de ella o dejaba de quererla, haría todo lo posible para que nunca tuviese que sufrir nada de gente mala. No era tan fuerte como ella, pero tenía toda intención de hacer lo que fuera necesario para protegerla.
Y eso fue lo último que dijo, porque cuando la peliazul propuso dormir, tan solo respondió abrazándola un poco más fuerte y acurrucándose un poco más inclinada a su pecho. Aunque para otro podría ser sugerente, la tranquilidad de Vera delataba que no se trataba de más que una forma de buscar comodidad. Cerró los ojos, y en absoluta paz, encontró el sueño en brazos de su primer beso.
Fic cerrado <3