El joven sonrió cuando le comentaba que pondría las rosas en agua.
- Claro, te espero aquí mismo.
Connor no se había preparado para el baile así que todo indicaba que no quería ir. Lo que pasaba es que no tenía tiempo para charlar con él así que tuvo que dejarlo pasar por alto.
Cuando Selina volvió, dejó que cogiera su brazo y fueron juntos hacia la piscina.
Salimos.
A pesar del frío de la temporada, allí estaba la anarquista frente a la puerta de la hermandad de su novia, vistiendo aún el vestido de la fiesta puesto que no había tenido oportunidad de cambiárselo ya que había estado dejándose arrastrar por la depresión de no haber podido ser la protectora de su conejita y haber sido derrotada de manera lamentablemente por el maldito Shrek. Aún pensaba que era un fracaso, y la idea de mirar a los ojos a su novia era algo que consideraba que no merecía, ya que no había sido capaz de mantener su promesa, algo que la peliazul siempre se tomaba en serio con toda su alma. Por otro lado, el frío no parecía hacerle efecto, por más que careciera de abrigo mientras se mantenía en la entrada del lugar. Algo normal, teniendo en cuenta su poder y el hecho de que usualmente su piel transmitía siempre un cierto frescor al tacto.
De cualquier forma, había salido de su habitación, aniquilado por completo su depresión, en cuanto había recibido el mensaje de su novia. Si la necesitaba, ella estaría allí, jamás la defraudaría, a pesar de que fuera un fracaso que no podía hacer nada para mantenerla a salvo. ¿De qué servían esos poderes si no podía proteger a quien amaba? Detestaba esa debilidad, detestaba la idea de que si no hubiera sido por la directora, todo habría terminado para ella, quién sabe lo que le hubiera hecho, aquel ser, a su conejita.
Permaneció un momento parada, teniendo que juntar el valor de verla a pesar de lo débil que había sido la peliazul para cuidarla. Sin embargo, luego de suspirar, intentando calmarse, sabiendo que su novia no la odiaría por eso, la joven rebelde llamó a la puerta de la hermandad con la intención de que abrieran. Estaba preocupada por el mensaje de Vera, si le había dicho que era algo importante, tenía que serlo, ella no bromeaba con esa clase de cosas, y no sabía muy bien qué podría ser. ¿Tal vez la criatura le había hecho daño y Caroline no se había percatado? No, no podía ser eso, de lo contrario habría hablado con la directora o algún profesor. Además, ella esperaba que no fuera nada de esa clase... si lo fuera, se culparía toda la vida por ello, ya que había sido la peliazul quien había sido incapacitada como si nada. Todo había sido su culpa, tenía que pedirle perdón.
Mientras esperaba frente a la puerta a que abrieran, miró al cielo en silencio. Realmente no quería perderla, y en ese momento había sentido tanto terror... le había pedido que huyera y su conejita había permanecido junto a ella, a pesar de las circunstancias. Por un lado no podía estar más contenta, pero a la vez el terror que había sentido en ese momento, la posibilidad de que le hicieran daño, que la alejaran de ella por siempre... había sido peor que cualquier infierno posible.
Debes tener más cuidado, Caroline... tienes que ser más fuerte. Le advirtió la voz de la razón mientras la chica continuaba apreciando el cielo nocturno con una mirada que lo decía todo.
En cuanto salió de la hermandad aprovechó para usar su poder de transporte. No solía teleportarse porque cuando lo hacía quería estar seguro de que valía la pena. No era lo mismo estar lanzando pegotes azules que desapecer para ir no sabía a dónde y luego volver. El efecto de esta habilidad era similar a los otros, así que se formó un portal de luz azulada que girada circularmente y Cisco lo atravesó.
Tenía intención de hacer otra cosa, pero al llegar, también estaba allí Caroline.
- Hey, vine a ver si me puedo despedir de Selina, con el beso que me han impedido darle.
Le guiñó un ojo y de paso activó su visión especial, pendiente de ver qué sucedía. Básicamente ya no se fiaba de nada y prefería ir sobre seguro.
¿Veo algo interesante con los rayos X?
lo único destacable es que estaban todos en la sala común, en su mayoría estaban de pie y parecía que estaban hablando entre ellos.
Gwen abrió la puerta y se encontró de bruces con Cisco y Caroline. No, eso ya era demasiado. Si tantos fallos veían los demás a su plan absurdo de la improvisación no entendía cómo no habían visto el tema de que no iban a irse en un autobús escolar donde cupiesen todos.
-¡Genial! más para la fiesta...-se detuvo en la entrada de la hermandad y empujó la puerta de mal humor para abrirla del todo-pasad, se lo están pasando de coña ahí dentro.-Y siguió su camino en chándal y babuchas hacia los terrenos de la isla.
Entra en la escena y sale
Caroline se asustó bastante en el momento en el que Cisco había aparecido de la nada, probablemente con uno de sus poderes. Por poco no le había congelado allí mismo ante el susto por semejante sorpresa. Ese chico tenía que aprender un poco de moderación al utilizar ciertas habilidades... y esperaba que no usara ese poder para hacer otras cosas más pervertidas como harían algunos chicos si tuvieran esa clase de habilidad. La peliazul se había echado hacia atrás con los brazos extendidos a punto de usar su crioquinesis en lo que sea que había decidido aparecer justo en ese lugar, si bien, al percatarse que era el chico, se relajó rápidamente, suspirando un tanto aliviada. Ya bastante había tenido con el maldito Shrek.
- Casi me muero de un infarto... No vuelvas a hacer eso o te dejo como un helado de hielo sabor Cisco, cabronazo. - Le recriminó bastante molesta por la sorpresa que se había llevado, si bien era claro que no lo decía en serio, a pesar de que estuviera bastante enojada por el susto. Ese chico tenía que aprender a caminar. ¿Había tomado una mala costumbre por parte de Adrastos? De cualquier forma, estaba allí para ver qué necesitaba Vera por lo que no daría muchas vueltas al asunto.
- Yo tengo que ver a Vera, parece que hay un problema... - Dijo un tanto triste luego de recordar que, por su culpa, no sólo no había podido protegerla antes, sino que encima había hecho que pensara algo muy malo que jamás hubiera deseado que se le pasara por la cabeza a su conejita. Su chica tenía muchas inseguridades, a pesar de ser tan hermosa, y era normal que pensara algo así luego de que la anarquista se había retirado de esa forma. El mensaje que le había enviado lo decía todo.
- ¿Eh? Ah, hola Regaliz... Eh... hasta luego. - Se sorprendió cuando la chica había abierto la puerta de esa manera, si bien al verla marcharse de esa forma se sorprendió aún más. Comenzaba a pensar que el humor de la chica estaba vinculado con lo que sea que preocupaba a su novia por lo que no dudó en entrar sin perder tiempo.
Salgo y entro a la Sala común xP
Estaba en la puerta escuchando a Caroline cuando apareció Gwen con gran dosis de mal humor. Eso le hacía pensar que los del interior hablaban de algo bastante polémico.
- Chao Gwen.
Pudo ver cómo se marchaba, de modo que quedaba otra vez con la peliazul.
- No suele moverme de esa forma, pero esta vez tenía que agilizar.
Tras la explicación siguió a la chica hasta el interior de la hermandad.
Salgo y entro en la sala común.
Selina te ve y hace un gesto de cabeza para que pases a la sala común.
Si no lo has hecho, creo que puedes pedir permiso a las jefas para que te incluyan en la sala común. Todavía estamos unos cuantos hablando allí :)