Nervioso, esperando a ver si Gwen te contestaba o pasaba de ti por estar en la fiesta, la suerte pareció sonreírte y recibiste una nota de audio de Gwen.
-¡Me acaban de llegar todos los mensajes de golpe! Aquí la cobertura es mágica ¿eh? ¿Qué peli te has puesto? ¿Es grande el sofá? Por llevar a un par de amigos y varias bandejas de canapés, hay algunos que están de... -Una risa seca y cruel que no se parecía a ninguna de aquellos que conocía se sobrepuso a la música de fondo y la frase se quedó inconclusa-¿¡Qué es...?!-antes de terminar la pregunta Gwen había soltado el icono de grabación y el mensaje está incompleto.
Finalmente había acabado por escribirle, aunque enseguida se había arrepentido, parecía que solo se buscaba líos una y otra vez. Aunque no era eso lo que pretendía, lo tenía muy claro. El que tardara un poco en contestar hizo que el chico se pusiera más nervioso, "no tendría que haberle escrito, ¿porqué lo has hecho?", no sabía exactamente porque estaba nervioso, pero lo estaba. Tenía la sensación de que la cagaba una y otra vez y necesitaba aunque fuera una pequeña victoria.
"Le das demasiadas vueltas a todo, ¿quieres calmarte?, no te ha contestado, ¿y que?, si tiene gana lo hará, y sino no..." Su mirada se clavó entonces en su escritorio, llevaba allí bastante, pero no se había dado cuenta hasta aquel momento, Keyla había estado allí.
El muchacho volvió a subirse a la cama con rostro taciturno, evitando mirar los regalos, ¿la había cagado con Keyla?, la respuesta parecía evidente, aunque quizás la había cagado con ella desde el principio, si no se hubiera acercado tanto a ella... no habría dolido... y no habría hecho daño a Nat, aunque quizás tampoco debería haberse acercado a Nat... Parecía un don... Quizás tampoco debiera acercarse a Gwen, no debería haberle escrito.
Mientras subía a la cama el móvil sonó, y los ojos del chico se abrieron de golpe, tal fue la sorpresa que su pie resvaló y acabó por caerse de culo.
-Auu, mierda...- Dijo incorporándose y frotándose el culo, menos mal que Noah no estaba, se habría reido de aquello por siempre.
No obstante se olvidó pronto del ridículo, cogiendo con nervios el teléfono. Y si, era Gwen, torpemente el muchacho activó el audio con una sonrisa en el rostro.
Escuchó entusiasmado el mensaje, aunque su gesto se torció un poco al escuchar aquello de la compañía, no tanto por no estar a solas con la chica, sino por estar con más gente. Aquello aumentaba las probabilidades de cualquier tipo de drama de esos que se le daban tan bien. Aunque pronto aquello quedó en nada, pues el mensaje cambió a algo de lo más perturbador. ¿Que narices era esa voz?
Connor se alarmó bastante, pero no supo que hacer, estaba entre salir corriendo, llamar a algún profesor, aunque debían estar allí o tal vez llamarla. Pero el muchacho logró tranquilizarse, no había que dejarse llevar por el pánico, escuchó varias veces el mensaje, como si así fuera a lograr detectar si aquello era peligroso o no. Pero solo llegó a la conclusión de que aquello no le gustaba un pelo. Así que Connor no dudó un segundo más, descalzo, con los vaqueros y una camiseta, el muchacho salió disparado cogiendo una sudadera y con un móvil en la otra mano.
Sus brazos se llenaron con símbolos de alarma en forma de exclamación, y mientras bajaba la escalera de la hermandad apresuradamente tropezando con varias cosas en el proceso el muchacho consiguió llamar a Gwen.