observando a Handsome la dama suspiro.
-Usted no me vio matar a Trump Handsome -contestó con seguridad implacable -sin embargo, la noche que asesinaron a Trump estuve allí, es verdad -se encogio de hombros -mi plan era salvarlo, pero esa misma noche perdí mis poderes sin solución ¿satisfecha?
Yo sé lo que vi señora Blacke y le vi a usted sobre el cuerpo casi sin vida de Trump y a una tercera figura de quien solo veía su sombra junto a usted y al moribundo señor Trump. Claramente no me dirá quien es, y casualmente ahora que yo te descubro "perdiste los poderes que hacían que todos pensasemos que era usted inocente". Que casualidad - respondí con toda tranquilidad. Parecía que la verdad comenzaba a salir a la luz y esta vez de verdad.
Sonriendo con desdén observo a handsome.
-Solo digo la verdad y claramente yo no estaba acompañada pero si usted lo dice -abrio las palmas y dejo las palabras en el aire.
—Es demasiado pequeño —dijo Fiona mientras revisaba los mapas—. Los océanos están en constante movimiento, y un objeto que cae en el mar podría llegar a kilómetros de distancia. Al parecer, las mareas y las corrientes en esta parte del océano podrían llevar el Azucarero más allá del Archipiélago Gulag aquí, y luego hacia la Mediocre Barrera de Coral (Mediocre Barrier Reef) antes de volver a este punto, marcado con “A.A.” ¿Sabe lo que es, capitán? Parece una especie de estructura flotante.
El capitán suspiró y levantó un dedo para jugar con los rizos de su bigote.
—Oi —dijo con tristeza—. El Acuático Anwhistle. Se trata de un centro de investigación marina y de servicios de asesoramiento retórico... o al menos lo fue. Se quemó.
—¿Anwhistle? —preguntó Fiona—. Ese era el apellido de la Josephine.
—Oi —dijo el capitán—. El Acuático Anwhistle fue fundado por Gregor Anwhistle, el famoso ictiólogo y cuñado de Josephine. Pero eso es historia antigua. ¿Adónde se ha dirigido ahora el Azucarero?.
Los Millonarios quizás hubieran preferido saber más, pero sabían que no debían discutir con el capitán, y Fiona señaló a un pequeño óvalo de la tabla para continuar con su informe.
—Esta es la parte que me confunde —dijo—. ¿Ven este óvalo, justo al lado del Acuático Anwhistle? Esta marcado con G.G., pero no hay otra anotación.
—¿G.G.? —preguntó el Capitán Widdershins, y se atusó el bigote cuidadosamente—. Nunca había visto un óvalo como este en una tabla como esta.
—Y hay otra cosa extraña —dijo Fiona, mirando el óvalo—. Hay dos flechas en su interior, y cada una está apuntando a una dirección diferente. Como si la marea tomara dos direcciones a la vez. Aún estoy confundida. Según mis cálculos, el Azucarero fue llevado directamente por este lugar en el mapa. Sin embargo, a donde fue a partir de ahí, no lo puedo imaginar.
—Supongo que tenemos que establecer el curso hacia G.G., sea lo que sea —dijo Phil—, y ver que encontramos allí. Seguro que ahí está el Azucarero, a fin de cuentas, cuando quieres algo mucho-mucho-mucho, el universo conspira para que lo consigas.
Es dificil imaginar que el universo se preocupe tanto como para cumplir los caprichos o las necesidades de las personas, si esto fuera en verdad así, las personas no arriesgarían sus vidas en busca de lamparas con genio o manos de mono; pero al igual que las lamparas sin genio y los monos mancos, la vida a veces suele ser injusta y no todo lo que deseas se cumple, al igual que un pozo de los deseos seco.
—¡Yo soy el capitán! —gritó el capitán—. ¡Yo voy a dar las órdenes por aquí! ¡Oi! ¡Y ordeno que establezcamos el curso hacia el ovalo y que veamos que podemos encontrar cuando lleguemos allí! ¡Pero primero tengo hambre! ¡Y sed! ¡Oi! ¡Y me pica el brazo! ¡Yo puedo rascar mi propio brazo, pero Cookie es responsable de la comida y la bebida! ¡Oi!
—Tenemos una sopa de pescado que debe estar lista en unos minutos —dijo Phil—. Por suerte al vivir en un submarino en mitad del océano tenemos pescado de sobra. ¿No es una genialidad?.
—¿Sopa de pescado? ¡Oi! ¡Sopa de pescado suena delicioso! —gritó el capitán—. ¿Y qué hay de postre? ¿Oi? ¡El postre es la comida más importante del día! ¡Oi! ¡En mi opinión! ¡A pesar de que en realidad no es una comida! ¡Oi!
—Esta noche, el único postre que tenemos es goma de mascar —dijo Phil—. Todavía me queda algo de mis días en el aserradero.
Y con este rumbo, el submarino se dirigió hacia "G.G." el Ovalo misterioso, Phil sirvió a los Millonarios y al resto de la tripulación una deliciosa sopa de pescado (no era salmón, descuidad), acompañados de refresco de lima-limón.
Reginald vio como sus preguntas eran ignoradas, lo que en sí mismo era una respuesta. Así que volvió a hablar, aunque en esta ocasión quizás lo que decía no pareciera tan relevante.
Nunca en mi vida había oído tantas mayúsculas como las que he oído en esta isla. ¡Y eso que las mayúsculas no se pueden oir! Por cierto, si vamos por mar ¿hemos salido de la isla? ¿es un mar interior?
El Patron aun seguia pensando en la pregunta de Regi
¿Ese símbolo de interrogación y esos males malosos y malignos tienen que ver con el hombre sin pelo pero con barba y con la mujer sin barba pero con pelo? ¿O con la pesca de alta montaña de exploradores con red?
y no tenia ni idea...
A la discusión con René y Dennise comentó:
Mira René moza, hasta ahora he confiado en gente que por desgracia nos ha dejado, me ayudaron en su momento y por desgracia ya no están aqui, siempre he sido muy desconfiado, pero he llegado a confiar en gente que creo que son buenas personas, decentes, amables, agradables, amigables, y tambien en el aborto de Mickey. Hasta ahora yo he votado los que otros me han sugerido votar, nunca he señalado a nadie directamente, es más siempre he votado a quien me ha dicho un amigo, en tu caso hay varias cosas que confluyen en tu contra:
Trump te metió en la carcel pensando que eras asesina y Trump a pesar de ser un cerdo opresor capitalista era mi amigo
Arthur oyó un susurro de que tu eras complice de Olaf, no esq fuera mi amigo, era muy reservado, pero le creo.
Otra persona q creo inocente, te ha votado anteriormente y le creo.
Acusar a Dennise q la creo inocente, te convierte en culpable, loable intentar salvar el culo prieto y durito de hacer ejercicio a costa de otra vida, pero yo no te creo. Tienes una habilidad brutal y no la has usado? yo desde el primer día estaria como loco buscando a esos pendejos, quizas seas inocente, pero se ha comprobado que eres prescindible...
Lo siento, querias votos abiertos... pues votaré por tí por todas estas razones, si me equivoco lo siento mucho, si me matan entonces daré plomo a quien yo crea, no estaré influenciado por nada ni nadie.
Estoy con el patrón lo siento René me da la ensación de que vas a por denise a saco. Que yo sepa ella ya habiamos descubierto su inocencia. Si fuera malvada ¿porque habría de salvar al japoes?o ¿Intentado salvar a trump? Lo cual siento mucho que no funcionara por mi cupa. Creia que te iban a asesinar por tu poder y al tratar de salvarte la cague, asi que lo siento no se si te lo había dicho. El patrón ha dado pruebas de sobra y ee poder que tienes. ¿por que no lo usaste antes? Esto ai que es algo que me gustaria entender
Un terriblemente familiar ruido. Se oyó un fuerte, desconcertante y chirriante sonido, al igual que unas uñas pasando por un pizarrón, y el submarino estaba vibrando tanto que los Millonarios casi se caen al suelo.
—¿Qué fue eso? —Phil preguntó.
—Chocamos con algo —dijo Fiona sombríamente, agarrando sus gafas con una mano y un casco de buceo con la otra—. Será mejor ir a ver cuál es la situación.
Los Millonarios asintieron con la cabeza y se apresuraron a salir por el pasillo hacia el Capitán. Hubo un sonido desconcertante de agua procedente de algunos de los tubos, y los Millonarios tuvieron que saltar para poder pasar por algunos charcos grandes.
—¿El submarino se hunde? —Phil le preguntó.—Nunca he estado en un submarino que se hunde. ¡Menuda experiencia!.
—Pronto lo sabremos —dijo Fiona, y estaba en lo cierto. En unos momentos los Millonarios llegaron la Sala Principal guiados por Fiona, donde el capitán estaban en la mesa, mirando a través del ojo de buey a la negra nada. Con una expresión sombría en su rostros, y tras echar un vistazo por el ojo de buey Phil también adquirió esa sombría mirada aunque intentaba sonreír al mismo tiempo.
—Me alegro de que traigan sus cascos de buceo —dijo el capitán Widdershins—. ¡Oi!
—¿Por qué? —Fiona preguntó—. ¿El Queequeg ha sufrido daños graves?
—¡Oi! —dijo el capitán—. Quiero decir, no. El submarino está dañado, pero resistirá... por ahora. Llegamos a la Gruta Gorgonian hace una hora, y me las arreglé para entrar sin problemas. Sin embargo, la cueva se hace cada vez más y más estrecha a medida que avanzamos.
—El libro decía que la gruta era cónica —dijo Fiona—. Eso significa que tiene la forma de un cono.
—¡Oi! —dijo el capitán—. La entrada fue el extremo ancho del cono, pero ahora es demasiado estrecho para que el submarino viaje a través de él. Si queremos recuperar el Azucarero necesitaremos usar algo más pequeño, como unos buzos voluntarios...
Saimon estaba cruzado, pero al menos ya sabia las razones de confiar en Denise, claro que había confesado estar delante de Trump y salvarlo sin conseguirlo... Era raro. Por contra las palabras del Patron pese que normalmente no dice nada con sentido real, esta vez había dicho un par de verdades... Era una locura, ahora así que estaba confundido. Si estaba equivocado ayer o no... Ni siquiera el resto estaba seguro de ello. Pero no parecía tener mucho mas tiempo para pensar en ello, así que miro Adolf la perfecta estatua y se pregunto si no seria mejor buscarle a él las cosquillas en vez de arriesgarse en perder una protectora o una cotilla...
Fuera la decisión que fuera. Ya no daba tiempo a mucho mas. Camino se estaba estrechando como su colon y lo sentían todos allí. -¡Sapristi! Me parece que es hora DE SALIR POR PATAS, ¿Donde esta mi equipo? -Busco su casco mientras bailaba sin poder evitarlo, por culpa del traqueteo del submarino.
Seguid hablando - respondí - que por la boca muere el pez. Luego me giré a Saimon, Reginald, Henry y Adolf - Yo moriré, claramente moriré hoy. Los 3 asesinos de los que siempre se ha hablado votarán en bloque para sacarme del medio y más ahora que saben que he visto a uno de ellos. Siempre desconfié del mexicano, pero la visión de Saimon me hizo desconfiar, ahora lo veo claro aunque sea tarde. Yo ya no tengo salvación, pero vosotros aún sí. Aún podéis salvaros. En vuestra mano está salir de aquí con vida o dejar que Olaf y ellos tres se salgan con la suya. Os deseo suerte compañeros.
—¡Millonarios se ven fantásticos con los cascos! —dijo Phil, con una amplia sonrisa, optimista en su rostro—. ¡Yo sé que deben estar un poco nerviosos, pero estoy seguro que todos ustedes Millonarios estarán a la altura de las circunstancias!
Los Millonarios suspiraron y se vieron unos a los otros desde el interior de los cascos de buceo. Cuando alguien te dice que vas a estar a la altura de las circunstancias, significa que piensa que eres fuerte o lo suficientemente hábil para una situación en particular, pero los Millonarios no sabían si podrían estar a la altura de las circunstancias cuando tenían tanto miedo de hundirse. A pesar de que habían arrastrado los cascos de ida y vuelta por el submarino, no se habían dado cuenta de lo incómodos que eran hasta que se los habían puesto.
—No se preocupen —dijo Fiona, como si estuviera leyendo la mente de los Millonarios. Ella les brindó una pequeña sonrisa desde el interior de su casco de buceo—. Les aseguro que estos uniformes son completamente seguros... Seguros, pero incómodos, mientras se pueda respirar estará bien.
—¡Por supuesto que podrán respirar! —dijo el capitán—. ¡Oi! ¡Los sistemas de oxígeno en sus cascos proporcionan abundante aire para un viaje corto! ¡Por supuesto, si hay alguna oportunidad de quitarse sus cascos, deben hacerlo! ¡Oi! De esta manera el sistema puede recargarse, y tendrán más aire. ¡Oi!, Estarán navegando por aguas desconocidas. ¡Me gustaría poder ir! ¡Oi! ¡Pero la gruta se vuelto demasiado estrecha y un Capitán ha de ser el último en abandonar su nave!
—Voy a coger unas linternas y nos ponemos en marcha, Millonarios —dijo Fiona.
—Las linternas no servirán de nada —respondió el capitán—. ¡Oi! ¡Está muy oscuro! ¡Oi! Pero no necesitarán ver por dónde van. ¡Oi! Si los cálculos son correctos, la marea los empujará hasta su destino. ¡Oi! ¡Ni siquiera tendrán que nadar! ¡Pueden simplemente quedarse quietos y la corriente los llevará directo al Azucarero!
—Me parece una forma terriblemente pasiva de viajar —dijo Fiona.
—¡Oi! —su padrastro estuvo de acuerdo—. ¡Lo es! ¡Pero no hay otra manera! ¡Y no debemos dudar! —Se detuvo y señaló a su placa—. ¡Aquel o aquella que dude está perdido! —les recordó.
—¿Y tu, Fiona? —preguntó el capitán—. ¡Oi! ¡Podrías quedarte aquí conmigo!
—Mis habilidades podrían ser necesarias también — dijo Fiona— Es muy probable que haya Medusoid Mycelium en la gruta, quizás los últimos especímenes y no quiero que nadie se envenene.
—¡Oi! —admitió el capitán Widdershins, y se atusó el bigote con uno de sus dedos enguantados—. ¡Bueno, yo contaré todo lo ocurrido a V.F.D.! ¡Oi! ¡Y ustedes, los nueve voluntarios, recibirán diplomas por su valentía!.
Los Millonarios se miraron los unos a otros lo mejor que pudieron a través de las pequeñas ventanas circulares. Un diploma por valentía no es más que un pedazo de papel que dice que en una ocasión fuiste valiente, y los diplomas no son muy conocidos por ser particularmente útiles cuando hay que enfrentarse al peligro, ya sea desde aguas profundas, o como los Millonarios aprenderían después, desde grandes alturas en el aire. Cualquiera puede hacer un diploma por valentía, e incluso yo de vez en cuando me he hecho algunos a mí mismo para mantener mi ánimo durante un viaje peligroso.
Los Millonarios estaban más interesados en sobrevivir a su viaje a través de la Gruta Gorgonian que en recibir una hoja de papel felicitándolos por su valentía, pero sabían que él capitán Widdershins estaba tratando de que mantuvieran en el ánimo y los condujo por el pasillo hacia el lugar donde habían visto por primera vez al capitán del Queequeg.
—Para salir del submarino hacia la corriente —dijo el capitán—, deben subir la escalera y dar un grito cuando lleguen a la escotilla. Entonces activare una válvula desde aquí abajo, por lo que el submarino no se hundirá cuando la abran. Entonces, como ya he dicho, dejaran que la corriente se los lleve. Deben terminar en el mismo lugar que el Azucarero.
—¿Por qué aun no nos ha dicho porque el Azucarero es tan importante? —Fiona no pudo evitar preguntar.
—El Azucarero no es lo importante —dijo el capitán Widdershins—, sino lo que hay en su interior. ¡Oi! ¡Ya he dicho demasiado! ¡Oi! ¡En este mundo hay demasiados terribles secretos para que los niños los sepan! ¡Sólo piensa... si supieran acerca del Azucarero y de alguna manera cayeran en las garras del Conde Olaf, no quiero imaginar ni lo que podría suceder! ¡Oi!
—Pero miren el lado positivo —dijo Phil—. A pesar de que terribles cosas pueden acecharlos en el interior de la gruta, no se encontrarán con el Conde Olaf. ¡No hay manera de que su Submarino Pulpo pueda entrar!
—¡Oi! —estuvo de acuerdo el capitán—. ¡Pero por si acaso no los perderemos de vista en la pantalla del sónar! ¡Nosotros estaremos viéndolos! ¡Oi! ¡Los veremos desde aquí todo el tiempo! ¡Los sistemas de oxígeno en sus cascos hacen el suficiente ruido como para que aparezcan como nueve pequeños puntos en la pantalla! ¡Ahora, váyanse! ¡Buena suerte!
—¡Les deseamos lo mejor! —dijo Phil.
Los adultos le dieron a cada uno de los Millonarios una palmada en el casco, y sin dudar, los Millonarios subieron, junto a Fiona que iba detrás de ellos, por la escalera para llegar a la escotilla por la que habían abordado. Los nueve voluntarios permanecieron en silencio mientras subían, hasta que el último Millonario llegó y levantó una mano y tomó la manija que abría la escotilla.
—¡Oi! —Respondió la voz del capitán—. ¡Ahora activaré la válvula! ¡Esperen cinco segundos y abran la escotilla! ¡Oi! ¡Pero no duden! ¡Oi! ¡Aquel que dude está perdido! ¡Oi! ¡O aquella! ¡Oi! ¡Buena suerte! ¡Oi! ¡Buena fortuna! ¡Oi! ¡Buen viaje! ¡Oi! ¡Adiós!
Se escuchó un sonido metálico a lo lejos, probablemente el sonido de la válvula activándose, y los nueve voluntarios esperaron durante cinco segundos, al igual que tú podrías desear esperar también unos segundos para que todos los pensamientos que tienes acerca de la difícil situación de los Millonarios desaparecieran de tu imaginación, evitando así que derrames tus lágrimas, esforzándote mejor en aprender varios aburridos conceptos sobre el ciclo del agua.
Recapitulando, el ciclo del agua se compone de tres fenómenos fundamentales: la evaporación, precipitación y recolección, todos ellos igual de aburridos y por lo tanto menos sorprendentes de lo que les sucedió a los Millonarios cuando Fiona abrió la escotilla y las heladas y oscuras aguas del mar se precipitaron por el túnel.
Si lees lo que les ocurrió después, seguramente terminarás con insomnio a medida que lloras sobre tu almohada, imaginando a los Millonarios solos en esa sombría gruta, poco a poco arrastrados por la marea hasta el fondo de la gruta, sin embargo, si lees sobre el ciclo del agua serás incapaz de mantenerte despierto, debido a la aburrida descripción del proceso por el cual el agua se distribuye por todo el mundo, por lo tanto como una cortesía para ti continuaré esté Post de la manera que sea mejor para todos los involucrados.
El ciclo del agua se compone de tres fenómenos: la evaporación, precipitación y recolección, que son los tres fenómenos que constituyen lo que se conoce como “el ciclo del agua”.
La evaporación, el primero de estos fenómenos, es el proceso por el cual el agua se convierte en vapor dando paso a la formación de nubes, como las que se encuentran en los cielos nublados, o en días nublados, o incluso en noches nubladas. Estas nubes fueron formadas por un fenómeno conocido como “evaporación”, que es el primero de los tres fenómenos que componen el ciclo del agua.
La evaporación, el primero de estos tres, es simplemente un término que se le da a un proceso por el cual el agua se convierte en vapor y que finalmente da paso a la formación de nubes. Las nubes pueden ser reconocidas por su apariencia, por lo general en los días o noches nublados, cuando se pueden ver en los cielos nublados.
El nombre para el proceso por el cual se forman las nubes —en la que el agua se convierte en vapor y se convierte en parte de la formación conocida como “nubes”— es la “evaporación”, el primer fenómeno de los tres fenómenos que conforman el ciclo del agua, también conocido como “el ciclo del agua”, y seguramente ya debes estar dormido en éste momento, por lo que te ahorraras los horrendos detalles del viaje de los Millonarios.
En el instante en que Fiona abrió la escotilla, el pasillo se inundado de agua, y los Millonarios fueron sacados del submarino a la oscuridad de la Gruta Gorgonian. Los Millonarios sabían, por supuesto, que el Queequeg había entrado en una cueva submarina, pero aún no estaban preparados para lo muy oscuro y frío que estaba. La luz del sol no había llegado a las aguas de la gruta desde hace bastante tiempo —al menos no desde que el Acuático Anwhistle estaba en funcionamiento, una frase que aquí significa “no quedó destruido bajo sospechosas circunstancias” y el agua se sentía como un negro guante congelado, rodeando a los Millonarios con sus helados dedos.
Como el Capitán había predicho después de revisar las tablas de mareas, las corrientes de la cueva llevaron a los Millonarios lejos del submarino, pero en la oscuridad era imposible ver que tan rápido o lejos iban. En unos momentos los nueve voluntarios perdieron de vista al Queequeg, y luego los unos a los otros.
Si la gruta hubiera estado equipada con algún tipo de sistema de iluminación, como lo había estado antes, los Millonarios hubieran podido ver muchas cosas. Habrían notado los mosaicos en el suelo de la gruta: miles y miles de azulejos de colores, que representaban los nobles eventos de la antigua historia de una organización secreta, y los retratos de famosos escritores, científicos, artistas, músicos, filósofos, y cocineros que habían inspirado a los miembros de la organización. Puede ser que hubieran visto una enorme máquina de bombeo oxidada, la cual fue capaz de drenar toda el agua de la gruta, o de inundarla con agua de mar nuevamente en cuestión de minutos.
Puede ser que hubieran podido mirar hacia arriba y ver los agudos ángulos de varias Vertical Flameante Desviación (Vertical Flame Diversion) y otros pasadizos secretos que alguna vez llevaron hasta el centro de investigación marina y servicio de asesoramiento retórico, o tal vez pudieron haber visto a la persona que estaba usando uno de los pasadizos en ese momento, probablemente por última vez, yendo a través de un dificultoso y oscuro camino hacia el Queequeg. En su lugar, todo lo que los Millonarios podían ver a través de sus pequeñas ventanas circulares era oscuridad.
Los Millonarios iban a la deriva en un frío y oscuro silencio, sintiendo miedo, confusión y una extraña soledad, y cuando su viaje finalmente terminó, sucedió tan rápido que sintieron como si hubieran caído en un profundo, profundo sueño, tan profundo y oscuro como la misma cueva, y que habían sido despertados con un sobresalto. Primero, sonó como si una lluvia de vidrios rotos cayera sobre los Millonarios, pero luego se dieron cuenta de que habían llegado a la superficie del agua, y con un fluido movimiento la corriente los empujó hacia algo que parecía una playa, y los Millonarios se encontraron arrastrándose por una pendiente de arena oscura y húmeda.
—Estoy aquí —se oyó la voz de la micóloga—. Pero, ¿dónde estamos? ¿Cómo puede ser que aún estemos por debajo de la superficie del mar, si no hay agua rodeándonos aquí?
Aunque comidos por la completa oscuridad, en un momento pudieron ver dos pequeñas luces, que se hallaban a poca distancia de donde los voluntarios se encontraban. Dudosos, se pusieron de pie y vieron que las luces provenían de un lugar de donde provienen muchas luces: lámparas. A poca distancia, de pie contra la pared, había tres lámparas de piso, cada una con una letra sobre su pantalla. La primera lámpara tenía una gran V, la segunda tenía una F. La tercera se había quemado, y ya no tenía pantalla, pero los Millonarios sabían, por supuesto, que debía haber tenido una D.
—¿Qué es este lugar? —Fiona preguntó, pero a medida que los Millonarios se acercaron pudieron ver qué tipo de lugar que era.
Como lo habían sospechado, las corrientes de la Gruta Gorgonian los habían llevado a una playa, pero la playa estaba contenida en una habitación muy estrecha. Los Millonarios se situaron sobre la pendiente de arena y miraron la pequeña y oscura habitación, con paredes de azulejos de apariencia lisa y resbaladiza, y un suelo de arena cubierto con un surtido de objetos pequeños, algunos en pilas y algunos semienterrados en la arena.
Los Millonarios podían ver botellas, algunas todavía con sus corchos y tapas, y algunas latas intactas. Había unos cuantos libros, con sus páginas hinchadas como si hubieran sido remojadas en agua, y algunos pequeños baúles que parecían cerrados con llave. Había una patineta al revés y una baraja de cartas dividida en dos mazos, como si alguien estuviera a punto de mezclarlas. Aquí y allá había unos bolígrafos, saliendo de la arena, como las púas de un puerco espín, y había muchos más objetos que los Millonarios no pudieron identificar en la penumbra.
—¿Dónde estamos? —Fiona preguntó—. ¿Por qué este lugar no está lleno de agua? ... Quizás sea el Acuático Anwhistle —dijo Fiona, pensativa—.Tenemos que estar bajo sus ruinas. Pero, ¿qué es este lugar? —Fiona preguntó de nuevo, quitándose el casco—. ¿Por qué alguien construiría una habitación aquí?
Fiona se encontraba realmente confundida y perdida, tan solo en un fogonazo de iluminación, esta joven voluntario volvió a centrarse en la misión que se les había sido encomendados, encontrar el Azucarero de una vez por todas.
—El Azucarero —dijo Fiona, mirando los objetos en la arena—. Tiene que estar por aquí en alguna parte. Hay que encontrarlo y salir de aquí. No me gusta este lugar.
Todo el mundo asintió con la cabeza, y los nueve voluntarios se dispersaron y comenzaron a examinar los objetos en la arena. Decir que algo es la mitad de la batalla es como decir que algo es la mitad de un sándwich, porque es peligroso declarar que algo es la mitad de la batalla cuando la parte más difícil podría estar todavía esperando a la vuelta de la esquina, una frase que aquí significa “llegando más rápido de lo que quisieras”. Podrías pensar que aprender a hervir agua es la mitad de la batalla, sólo para darte cuenta de que hacer un huevo cocido es mucho más complicado de lo que pensabas y que la otra mitad de la batalla es mucho más difícil y peligrosa de lo que nunca hubieras imaginado.
Los Millonarios y su amiga micóloga pensaron que buscar el Azucarero era la mitad de la batalla, pero lamento decirles que estaban equivocados, y es una suerte que se hayan quedado dormidos antes, en mi descripción del ciclo del agua, por lo que no sabrán acerca de la otra mitad de la batalla de los Millonarios, y del terrible veneno contra el que acabarían luchando no mucho tiempo después de su búsqueda por la arena.
Para los que no querían ir a nadar, siete tazas.
Recordad ahora estáis en una playa a la penumbra.
Podéis decir que encontráis algo, algo que habría en un consultorio de retórica y en un centro de investigación.
Fue durante la búsqueda que uno de los Millonarios mostró al resto el sombrero en el que las votaciones habían tenido lugar, tras hacer un recuento exhaustivo salió un nombre en particular, y pese a que en un primer momento había un empate entre René Handsome y Adolf Meinster, durante el recuento de votos uno de los votos de René se borró por medio del azar, como si el agua salada hubiera hecho efecto a dicho voto. Por lo que, el más votado era "Adolf Meinster".
Pese a ello, los Millonarios no eran monstruos, jamás iban a levantar la mano contra Adolf, en vez de ello, tan solo le arrebataron el caso y tras buscar mucho y no encontrar el azucarero por ningún lugar, los Millonarios se fueron, Fiona guardando el casco sellado de Adolf y dentro de este algo que al parecer había recogido con sumo cuidado de la cueva.
Mientras tanto, Adolf se quedaría en aquella isla submarina, gritando improperios al resto de Millanorios mientras estos se sumergían nuevamente en las frías y oscuras aguas y nadaban a contra-corriente hasta llegar al submarino.