La película ya había terminado, los invitados incluso se habían tragado los aburridos y demasiado largos para lo que era una película de bajo presupuesto. El Doctor, risueño como era él siempre, compró a todos y cada uno de los millonarios una piruleta multicolor gigante; al parecer los trataba como si fueran niños pequeños, no porque se quisiera burlar de ellos, sino porque así era él, y si no fuera porque nunca tuvo la ocasión debido a su trabajo sería un maravilloso padre.
-Bueno, chicos. Ya es hora de volver a casa, subamos al coche y vayamos de nuevo a mi humilde hogar. Que para la cena tengo pensado preparar unos deliciosos platos típicos de algunos lugares exóticos que he visitado en mis investigaciones, os lo aseguro, está para chuparse los dedos...
Con esto dicho, todos los millonarios se embarcaron en la aventura de la vuelta a la casa, todos con una enorme y multicolor piruleta; incluído Stefano, quien tenía serios problemas para comerla con aquella enorme barba grisacea.
Adolf: 15
Donald: 9
Adele: 18
Saimon: 4
Reginald: 13
Mientras os encontrábais viendo la película, tuvisteis la casualidad de mirar hacia el Doctor Montgomery Montgomery; estaba actuando extraño, pues había sacado una especie de catalejo y se pasó gran parte de la obra observándola a través de aquel instrumento así como anotando cosas que un papel, pudisteis leer la palabra "S.S. PROSPERO" un nombre típico de barco; luego de acabar la obra, se guardó ambos objetos en el interior de su chaqueta.
-Mi estimado Adolf, se muy bien de nuestra precaria situación pero he decidido tomármelo más con humor, después de todo hay que disfrutar un poco de las cosas, en cuanto a fortunas puedo suponer que haya mayores que la mía pero estoy seguro que usted no entra en ello, ni si quiera aparece en la lista de los mas ricos y puedo decir que es la primera vez que lo veo en este tipo de subasta- lamí como niño pequeño el dulce que el Dr. Montgomery me ofrecía, después de todo no había invertido ni un solo dólar por el momento, eso ya era una ganancia.
-Ahora si me disculpa quiero disfrutar este dulce- alegue mientras subía al vehículo.