Ya con el estómago lleno, el jefe de la mafia se acercó al capitàn "Impostor" y le tendió la mano como muestra de afecto. Tras escuchar sus palabras comentó
- No se así el conde Olaf se podría considerar un hombre arrebatador en el sentido de ser apuesto, pero si es arrebatador sesgando vidas,...casi es un milagro que siga aquí con vida... comentó el señor Yoshitoko apretándole la mano hasta hacerle daño y mirándole con cara de pocos amigos. La verdad es que si me encuentro nuevamente con el conde Olaf, espero cortarle la cabeza con una katana demoníaca. Haga del favor de decírselo si lo ve...
Después dejó de apretarle la mano con dureza, hizo un reverencia formal y se alejó del lugar.
Josephine estaba escandalizada por la actitud de aquellos invitados, insultando de forma tan flagrante al Capitán Sham. Y lo que es peor, cometiendo errores gramaticales y fonéticos en el proceso. La cara de aquella mujer se sumió en vergüenza, tanto por los errores como por la poca educación que tenían aquellos hombres y mujeres.
-Si este buen hombre fuera el Conde Olaf huiría en pánico; por suerte no lo es y por eso sigo aquí.
-Según la descripción del Señor Poe; el Conde Olaf tiene una sola ceja, ojos brillantes y un tatuaje de un ojo en el tobillo derecho. Pero el Capitán Sham solo se le ve una ceja y un ojo, además no tiene pierna derecha.
Tras decir eso, la preocupación de aquella mujer volvió y girándose hacia el Capitán bajó la mirada y se disculpó por la actuación que había cometido, re-abriendo viejas heridas; así como la poca educación y tacto de sus invitados.
-Disculpe Capitán Sham... No quise ofenderlo ni que pasara un mal rato...
-Lo sabía, la gente no comprende mi dolor...
Con una exagerada pose que parecía mostrar el enorme dolor que sentía en su alma, el Capitán Sham se retuerce cual lombriz siendo electrocutada. Todo para terminar en un instante y volver a enderezarse, al menos lo máximo que pudo por aquella pata de palo.
-Por suerte usted está aquí, usted comprende mi dolor...
Cogió las manos de Josephine y acercó su rostro al de ella, parecía que iban a darse un beso, pero cuando estaban a punto de encontrarse los labios de ambos, este apartó la cabeza, y miró a aquellos millonarios.
-Por favor, no os interpongueis en nuestra relación.
-Interpongáis
Corrigió Josephine.
-Aunque es cierto, el Capitán Sham no es el Conde Olaf. Y ahora nos vamos a preparar la cena.
Dicho esto y con una clara molestia por la actuación de aquellos hombres y mujeres. Se fueron juntos agarrados de ganchillo por la colina arriba.
La lluvia comenzó a caer de forma torrencial, al parecer el Huracán Herman estaba próximo. Los Millonarios no tuvieron otra opción que volver a la casa de Josephine para resguardarse de la lluvia, y ya de paso, para ver el resultado de la votación.
Mientras estábais de turismo por el pueblo, os percatásteis de algo que os hizo erizar el vello de vuestros brazos, si es que lo tuvierais, pues es bien conocido que los japoneses son como delfines y Sheen parece un tipo lo suficientemente raro para ser lampiño de cuerpo.
Usando un tarro vacío de melocotones en almíbar, pudisteis coger algo que estaba flotando en el lago, al lado de la costa; parecía ser una especie de sanguijuela gigante, y aún a su estado, era fuerte y una vez que fue capturada no paraba de moverse de un lado para otro, chocando contra el cristal provocándo una leve grieta a la par que mostraba las 6 hileras de dientes afilados.
Era una de las famosas: Sanguijuelas del Lago Lacrimógeno.