Partida Rol por web

Una vez que aquel grupo abandonó el lugar por el ascensor -el funcional- un puñado de invitados decidió merodear por aquellas habitaciones, pues a fin de cuentas era algo que apenas pudieron hacer debido a la oscuridad y ahora que esta se había desvanecido con la llegada de los "IN" rayos solares, podrían hacerlo.

Quien sabe, quizás encontraran algo interesante; como más trajes de Esme, algún recuerdo de la vida pasada de Jerome o incluso algo que pudiera servir para el futuro contra el Conde Olaf, en definitiva, buscaban cualquier cosa que pudiera serles de utilidad, no algo que fuera parte "valiosa" de un set de una vajilla o alguna tontería de esas.

Comienzo a lanzar todo al suelo como si no hubiera mañana.

A la mierda! si he de encontrar algo al menos liberare tensión.

Tomo un jarron con pinta de no haber dos iguales ,miro dentro y despues lo lanzo contra la pared notando una sensación de alivio casi inmediato,continuo con la vajilla,cuadros,con todo lo lanzable y rompible y sobre todo con pinta de caro.

Después de separarse de los anfitriones, el señor Yoshitoko Tukoshita acompaño a Clarence Seen y Rosa Castillo hasta el ático. En verdad estaba hastiado de que siendo millonarios los tratasen como a despojos, haciéndoles ir de aquí para allá sin rumbo fijo, siendo diezmados a medida que el tiempo pasaba sin represalias de las autoridades locales y con el infame conde Olaf campando a sus anchas, disfrazándose en cada ocasión sin que pudiesen hacer nada. Resultaba frustrante y entendió a la perfección la reacción del señor Seen, a quién le dió un par de golpe fotos en la espalda para calmarle.

- Le entiendo perfectamente, señor Seen, me siento igual que usted. Este lugar es una birria, la subasta ya empieza a importarme más bien poco y solo tengo ganas de, con perdón, partirle la cara al conde Olaf... Entonces tomó una de las bolas del billar y la lanzó contra una ventana que reventó a añicos. He de decir que si, desahoga bastante. ¿Quiere intentarlo señora Castillo? Le comentó tendiéndole otra bola del billar por si se unía. No sé preocupe, nadie más que nosotros tres sabrá lo ocurrido aquí dentro. Mis labios están sellados, diré que nos atacaron los alienígenas, eso ahora es IN... Y lanzó otra bola que agujereó una de las ostentosas lámparas. Vamos, no sea tímida, es lo más INspirador que hará...se sentirá INcreíblemente mejor.

Tras reventar sillas, puertas, ventanas, sillones, los palos del billar y un largo etcétera, Yoshitoko se puso a buscar entre los deshechos de la habitación. Puede que encontrase algo de utilidad...

Acercandome al señor Tukoshita, tomo la bola que me ofrece para lanzarla contra un espejo de la estancia, no conforme comienzo a tirar libros de una estanteria cercana y a pisotearlos Dios! que gusto... siempre podemos decir que es una nueva decoracion que esta de moda es Paris - digo riendome mientras rebusco entre los libros del suelo a ver si encuentro alguna pista o algo relevante - A ver si encuentran algo de alcohol, necesito una copa de verdad, quizas asi me ayude a entender como todos nuestros anfritiones no ven el lado malvado del conde

Mientras te encontrabas lanzando cosas por la ventana, te topaste con algo peculiar, un pequeño libro de unas cuantas páginas, más similar a una revista que a una novela. Y aunque parecía en un principio ser una revista de decoración ahí pudiste ver algo que llamó de sobremanera tu atención, tu propio producto a subastar; lo que, sin lugar a dudas te llevó a la conclusión que era un catálogo de la subasta.

32. Red Herring (Arenque Rojo)

33. Jarrón de la dinastia Ming

34. V.F.D.

35. Vestido de Marilyn Monroe en 'La tentación vive arriba'

36. Katana Muramasa

Pese a ello, había un producto marcado en rojo, rodeado, el producto 34. el "V.F.D.".

Mientras aquellos millonarios se encontraban investigando, o mejor dicho, lanzando cosas por los ventanales, Clarence notó que entre unas hojas, había algo destacable, una pequeña fecha y hora. Tras leerla para si, se dio de cuenta de que era en realidad y avisó a sus dos compañeros de vandalismo.

Al parecer era la fecha del inicio de la subasta y llegaban 20 minutos tarde a ella. Por lo que, asintiendo todos de que esto era algo que tendrían que asistir sí o sí, a fin de cuentas habían venido expresamente a esta isla alejada de la mano de Dios para esto mismo, la subasta.